Fanfic (DBSK/JYJ)- VOLVER A VERTE [YunJae] One-Shot

VOLVER A VERTE.

AUTOR: Annis

CATEGORÍA: Oneshot

GRUPO (S): DBSK, JYJ

COUPLE: YunJae
GÉNERO:  Romance, Lemon, Drama, Angst, Hurt/Comfort.

CLASIFICACIÓN: +18 años

SINOPSIS:

Quiere volver a verlo para decirle “Lo siento”.

Quiere volver a verlo para asegurarse de que se encuentra bien.

Quiere volver a verlo porque aun le sigue amando…

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VOLVER A VERTE

Quiere volver a verlo para decirle “Lo siento”.

Quiere volver a verlo para asegurarse de que se encuentra bien.

Quiere volver a verlo porque aun le sigue amando…

Quiere volver a estar frente a él.

Eso es imposible… tan solo un sueño que en mucho tiempo se podrá realizar. Porque tiene prohibido encontrarle, acercarse, hablarle, y quizás hasta mirarle.

Los últimos recuerdos que alberga en su memoria son escenas vergonzosas, gritos, discusiones, palabras hirientes, agresiones casi físicas… y un cruel intercambio de miradas que reflejaba una ira, se atrevería a jurar que lo que vio tal vez fue odio.

= FLASH BACK =

- ¡¿Por qué hiciste eso?! –Su voz resonaba peligrosamente.

- ¡Ya lo habíamos planeado! ¡Lo mejor es irnos! ¡Los cinco! ¡Ya lo sabías! –Jaejoong respondió a la agresión.- ¡¿Acaso lo olvidaste?! ¡Lo haríamos durante nuestras vacaciones, ir a China! Mejor tú responde ¡¿Dónde demonios estabas y con quién?! Te estuve llamando por horas para tomar el avión, a ti y a Changmin, pero ninguno llegó a tiempo y tuvimos que abordar el avión. –Con la misma energía exigió explicaciones.

Jung se quedó callado acrecentando la desesperación del contrario.

- ¡Maldita sea Jung, responde! ¡No te quedes callado! –El rapero tan solo le miró sin decir nada.- Yunho, ¡¿Qué pasó?! Estábamos juntos… Te esperé ¡¿Por qué no llegaste?!

- Lo siento… pero hemos decidido, Changmin y yo, quedarnos en SM Ent., nosotros renunciamos a la demanda. –Esas fueron las palabras que terminaron por romper las ilusiones del vocalista, la confianza, y por supuesto, todos los planes que habían hecho juntos una vez que fueran libres.

= FIN DEL FLASHBACK =

Hubo reclamos e insultos, hubo todo tipo de frases venenosas… pero Jung en ningún momento explicó la verdadera razón por la cual retiraban su apoyo, tan solo excusas estúpidas. Cuando Changmin llegó confirmando la declaración del otro la calma se fue al demonio y estallaron los ánimos… los otros tres se sintieron traicionados profundamente, entonces ellos optaron por no volver a verse hasta que fuera realmente necesario.

2009…

2010…

2011…

Lo ve pasar por esos pasillos y su corazón palpita aceleradamente. A pesar del empeño para pasar desapercibido; ¿Cómo ignorar esa nívea piel ahora mucho más pálida? Los labios sonrosados están sin ese lindo color, sobre salen los pómulos de las mejillas hundidas y cabello desaliñado... aquel mismo corazón que latía desmesuradamente para poder huir del pecho a encontrarse con su otra mitad, se encoge al ver tan lamentable estado.

El instinto protector resurge de aquel oscuro lugar donde fue confinado… gira su eje en dirección a esa delgada figura que continua siendo fina, tan perfecta. Sus pasos comienzan a traicionar las ordenes impuestas por la razón, su cuerpo se mueve ansiando pronto llegar al otro lado del aeropuerto japonés, cruzar el océano de personas tan solo para ver esos ojos negros.

Él tampoco la ha pasado bien, de hecho… en sus sueños siempre está presente y en ellos puede susurrarle todas esas frases que guarda en su pecho, puede tocarle y besarle. Puede inclusive hacerle suyo… pero al final tiene que despertar a la cruda realidad. No está a su lado, no más.

- Yunho-ah… -La voz de un hombre mayor, su manager, toma su hombro.- ¿A dónde vas?

Pero no responde, tan solo continua mirando esa dirección, su camino ha sido detenido. Justo como una estúpida maldición.

- Yunho-ah… -Insisten en atraer su atención, pero no lo hará. Aunque fuese de esa manera, le seguirá.

Está realmente alarmado, pensó que Jaejoong estaba bien, pensó que esa libertad tan añorada le haría feliz. Pero ahora se da cuenta que estaba equivocado y que quizás, no haberle buscado… también fue un error.

Camina lento, el andar felino y soberbio ha desaparecido, la espalda encorvada que aun recuerda que era un síntoma de agotamiento se ve marcada, acompañada de la apatía con que las maletas son tiradas por esas manos delgadas. Los labios pálidos y resecos… quiere abrazarlo, quiere cobijarlo y alejar sus propias penas. El verle así… tan frágil, le parte el alma.

Entonces una figura más alta aparece, vigorosa y rebosante en vida. ¿Cómo no reconocerle? Kim Hyun Joong sobre sale y acude al encuentro. No importa cuanta ropa, ni disfraz lleve sobre su cuerpo, es fácil de reconocer. Éste llega a Jae, sonríe logrando cincelar en esos labios una delicada curva y ayuda con el equipaje. El mayor acomoda los lentes de sol.

- Yunho-ah. –Continua escuchando el llamado, más no lo hará hasta saber que “su Jaeboo” se encuentra en buenas manos. Sus ojos hacen un esfuerzo para mantener el objetivo en la mira. El ex líder de SS501 mueve los labios indicando una conversación amena, un gesto para hacer sentir en confianza a Jae. Y más pronto de lo que esperaba, desaparecen de su rango de visión… se han ido juntos.

¿Debería sentir celos? No, no es correcto… pero dentro de su ser solo se intensifica el debate interno. Una parte de él, arde en celos enfermizos ¿Por qué él si puede tenerle? ¿Por qué él si tiene el privilegio de tocarle? ¿Por qué él le lleva íntimamente? ¿Por qué Kim Hyun Joong y no él? Otra parte de Jung se encuentra agradecida… Es demasiado obvio que Jae no está para nada bien, sin embargo, no le han dejado solo en esos momentos, alguien ha estado cuidándole… ha estado velando por su bienestar, y es cuando recuerda que lo más importante es Kim Jaejoong.

Finalmente se gira mirando a su manager.

- Lo siento… creí haber visto a alguien. –Mintió, a esas alturas ya podía considerarse asimismo un maestro de las mentiras. Ja, eso era absurdo… pero al menos disfrazaría sus sentimientos.

- Debemos irnos. –El manager restó importancia al asunto. Aparentemente la respuesta le fue suficiente. O quizás era la gran masa de fans que aguardaban varios metros adelante.

Changmin enarcó una ceja, curioso por la respuesta que había dicho, pero segundos después… Shim se sumergió en su propio mundo. Era otro que pensaba que el mundo era una mierda.

Caminaron abriéndose paso en el océano interminable de personas que luchaban por tomarles fotos, por entregarles pequeños presentes, gritando frases de felicidad. Sonrisas ajenas que antes le hacían feliz ahora tan solo tienen un efecto parecido a la ansiedad… su consciencia le decía que sonriera y continuara su camino del lado contrario al que “esa” persona tomó, pero el corazón gritaba por correr tras ella.

Ya era una costumbre, comportarse como un autómata. Así que aunque le doliera abordó la camioneta que aguardaba para llevarles a su hospedaje. Estaba ausente, dejó que el manager continuara hablando sin prestar atención… era inevitable, su mente se rindió de intentar bloquear la fuerza del corazón.

Así que mientras mira a través del cristal polarizado de su ventana más cercana, la añoranza matizada en tristeza le asalta la agonizante tranquilidad con las obsesivas cuestiones:

“¿Cómo estará?” “¿Dónde estará?” “¿Con quién pasará la noche?” “¿Habrá probado alimento ya?” “¿Me extraña tanto como yo o ya me olvidó?” “¿Aún recuerda el gran amor que tuvimos?”

Daría lo que fuera para retroceder el tiempo y evitar toda la locura que es ahora, inclusive se iría con él… la mente le recuerda duramente que debe afrontar las consecuencias de sus actos y vivir con ellas sin quejarse porque fueron sus propias decisiones.  

La estancia en Tokio fue la peor tortura de todas, las noches de insomnio retornaron porque las ganas de buscarle atacaban sus nervios y le ponían en estado de alerta, su instinto de supervivencia dictaba que necesitaba ir a su lado para poder alcanzar la paz interior que huyó con Jaejoong en el mismo momento en que le vio cruzar la puerta del apartamento grupal junto a los demás.

En cada lugar a donde se cruzaban con multitudes, involuntariamente buscaba en los rostros de cientos de desconocidos aquella faz sublime. Su corazón padecía de pequeños paros en cada examen de reconocimiento, encogiéndose al no hallarle. Sus oídos se agudizaron, esperanzados por distinguir el timbre de voz que le enamoró… pero al fracasar la impaciencia se elevaba a niveles insostenibles. Pronto Changmin le miraba acusadoramente, curioso de su estado.

- Le vi en el aeropuerto. –Respondió a la mirada inquisidora que de manera silenciosa le cuestionó en su última noche en Japón, volverían a Corea… ¿Cuánto tiempo pasaría para volver a verlo? Ensombrecía al ser consciente de ese maldito pensamiento. A esas alturas, tan solo quería verle otra vez, aunque fuera de lejos, aunque solo fuera ver la espalda encorvada alejándose con esa aura de soledad impregnada.

- Uhmm… -No dijo más. Resultaban innecesarias las palabras, Shim sabía perfectamente a que se refería. Desvió la mirada que cruzaba con Jung e hizo un gesto que pareciera ser de indiferencia o de reflexión, el bailarín no estaba seguro de eso.- Escuché que viajará a Vancouver.

- ¿Q-Qué…? ¿Tú, acaso...? -¡¿Era posible que Changmin mantuviera contacto con Jaejoong todo ese tiempo?! ¡¿De verdad?! Las dudas y las emociones se agitaron al mismo tiempo logrando una sofocación momentánea.

- Sí… -Tomó un libro que descansaba en la mesita de noche y lo abrió donde el separador resaltaba, comenzó a leer.- Por SeungRi.

- ¡¿Qué…?! -¡¿Jae le envía mensajes a Changmin a través del maknae de Bigbang?! Le ha estado ocultando semejante secreto, lo excluyó. El resentimiento tomó el control.

- A veces… cuando SeungRi me cuenta lo que hace con su grupo suele hablar de él, es inevitable porque uno de sus hyungs es amigo cercano ¿Recuerdas? T.O.P hyung tomará un vuelo pasado mañana. Se encontrará con los demás y pasaran unos días… claro, si su líder no lo descubre antes y lo impide. También ocurre muy seguido. Su agencia les ha prohibido tener contacto con nosotros cinco porque no quiere escándalos. Apenas puedo comunicarme yo con SeungRi por mensajes privados. -Pausadamente explicó, abandonó la novela para enfrentarle a la cara.

- Tú sabías qué estaría aquí. –Acusó seriamente.

- Sí. –Ya no era el maknae que bajaba la cara ante sus hyungs, el niño que temía a sus superiores había desaparecido desde hacía mucho, inclusive aquella sonrisa cálida se borró de las facciones. Shim ahora era un ser frío.- No creí que deseabas noticias suyas. Porque todo este tiempo has estado indiferente a su existencia.

Silencio. ¿Podía decir algo en su defensa? Todo lo que su compañero había dicho era cierto, la culpabilidad reemplazó la ira. Al ver su reacción, Shim retomó su vista a las líneas de ese gran libro que había comenzado a leer recientemente.

- ¿Quieres verlo? –La pregunta lo tomó desprevenido, sin embargo sus labios se negaron a despegarse. Estaba agotado.

Dio media vuelta, sin responder a la cuestión y se encerró en su habitación. Ahí, en medio de las penumbras se dejó caer al suelo recargando su espalda en la puerta. Soltó un suspiro.

¿Quieres verlo?

Esas dos palabras resonaron fuertemente en su cerebro. ¿Quería verlo?

¡Sí!

Ansiaba verlo una vez más, estar cerca para sentir su calor.

¡Sí, quería verlo!

No obstante, no era lo correcto.

Enterró sus dedos en el cabello tirando de ellos mientras aprieta los dientes con fuerza.     

Impotencia.

Verlo, escucharlo, tocarlo… sentirlo. Se trataba de una exigencia casi a nivel molecular. Pero no olvida las amenazas, las restricciones… y el temor latente de que algo malo pudiera pasarle a Jaejoong por su culpa.

Debería llorar, pero no puede. Es como si las lágrimas también hubiesen huido de él para marcharse con Jae. Todo cambió cuando se fue… no tardó mucho en descubrir que con la separación, se llevaron muchas cosas buenas que tenía, lo único que no lo abandonó fue el amor entrañable, el anhelo y los recuerdos. 

El calor de ese cuerpo, la textura tersa de esa piel nívea, el sabor de esos labios, la forma en que pronuncia su nombre, la manera en que la figura se estremece a su tacto… su Jaejoong ya no está a su lado y duele, duele tanto como una herida abierta. Una ausencia que pesa cada vez más… en algún momento se fue a la cama para perderse en la fantasía y el pasado. Para ignorar la verdad.

= HACE UN PAR DE AÑOS =

Una dulce mano toca sus mejillas, el tacto cuidadoso tan solo logra llenarle el pecho de orgullo, se remueve un poco descubriendo que haberse quedado en el sofá no fue una idea tan genial como pareció en un principio, pero quería esperarlo.

- Yunnie… -Un cálido aliento se desliza a su oído, dejando una estela que despierta los sentidos.- Yunnie, vamos a la cama.

La mano alcanzó sus cabellos comenzando a despeinarlo mimosamente, supuestamente con la intención de atraer su atención, sin embargo el resultado era el contrario… se adormecía más debido al bienestar que le producía escuchar esa voz; apagaba la preocupación que tenía debido a la ausencia de dos semanas.

- Mhmm… Boo… -Respondió letárgicamente. Se obligó a abrir los ojos aún en medio de la oscuridad y sus manos apresaron las intrusas que enmarañaban su cabellera.- Llegaste.

- Así es… terminamos la sesión de fotos. –Susurró la voz, ahora que se encontraba más consciente podía saber que se encontraba inclinado hacia él.- ¿Y los demás?

Preguntó la voz del vocalista de DBSK, pero no recibió respuesta. En cambio una fuerza lo forzó a caer sobre el cuerpo del líder, los brazos rodearon la cintura con premura. 

- Yunho-ah.

- Changmin se fue con Kyuhyun… hoy es noche de parrillada en el apartamento de SUJU. Yoochun se llevó a Junsu a una cita. Resulta que mañana es libre y todos decidieron aprovechar.

- Menos tú, te has quedado aquí esperándome.

- Aprovecharé que nadie está para quedarme contigo todo el tiempo que tengamos. ¿Qué dices?

- Sí no irás a ver a tus padres, por mí está bien porque yo me quedaré en el apartamento.

- Yo quiero ir a donde tu vayas…  -Susurró gentilmente.

 Sus ojos terminaron de acostumbrarse a la oscuridad, podía ver el rostro de Jaejoong. Sonrió y se levantó para plasmar un beso sobre los labios.

- Vamos… a la habitación. –Jung se estremeció ante ese susurro tentador, era una clara invitación a lo indecente. Sonrió.­-Tienes que descansar.

Decayó la emoción, pero no se frustró. Jaejoong lo cuida mucho y se preocupa por él, Jae era maravilloso.

Cuando se levantó ayudó a Kim con su equipaje, encendió las luces de la alcoba. El mayor lo llevó a la cama tal como una madre hace dormir a su hijo. Le arropó con las mantas.

- ¿Cómo te fue?- Dijo con tono bajo, estaba comenzando a dormitar, solo escuchaba el movimiento del otro.

- Mucho trabajo, la estilista fue regañada… el fotógrafo tenía un ataque de vanidad y todos lo querían matar. El manager también quería golpearlo pero ni modo, el trabajo es trabajo.

- Al menos terminó la tortura…

- Tomaré una ducha. -Sintió los labios sobre su frente.- ¿Cómo les fue a ustedes?

-Mhmmm… nada, todo igual. Trabajo, trabajo, Changmin molestando a Junsu, y Yoochun ayudándome con ese par.

- Ahh…

Unos momentos después Jung se quedó dormido, lo último que supo fue el sonido de la ducha y la oscuridad…

Una calidez llegó, la cama se hundió ligeramente. Lentamente abrió los ojos, topándose con ese par de felinas orbes que le miraban curiosas. La mano tocó sus cabellos, los labios de Kim se curvaron de una manera tan delicada que Jung se preguntaba ¿Él sería la perfección en la tierra?

- Te extrañé, mucho. –De repente las palabras con olor a menta terminó por despertarle.

- Yo también. –Como un idiota sonrió, ama a Jae… y Jae lo ama ¿Se puede pedir algo más?

Le tocó a él comenzar, su mano llegó a ese rostro pálido y lo sintió frío. Frunció el ceño mientras el otro permanecía inmóvil. Abandonó su cómoda posición para apoderarse de los labios que le dieron la bienvenida, el sabor a menta se mezcló y cuando menos los pensó ya se encontraba sobre Jae… recorriendo las facciones con devoción, escuchando los suspiros cada vez más apresurados y rozando sus cuerpos a un compás semejante al de un baile cadencioso.

-Hazlo. –No era una petición lo que escapó entre sus labios unidos. Jae le ordenaba que lo tomara.    

Comenzó sin prisas, se tomó largos minutos en ver ese cuerpo en medio de la negrura de la noche, sintió las mejillas calientes, sonrojadas por el atrevido momento.

Diversos pensamientos se enredaban al mismo tiempo que despojaba del pijama a Kim, depositando un beso  tras otro, regalando una caricia suave. ¿Lo qué hacían era malo? Las personas no parecían entenderlo, lo suyo es especial. Al principio también dudó… creyó que se sentía atraído por su compañero de grupo por el morbo; tener sexo con un chico. No era novedad, había visto a Heechul tontear con integrantes de su grupo y varios sumbaes con el personal… así que motivado por la curiosidad de su juventud y la de Jae terminaron un par de veces.

- Ahh.. Yun-Ho… -El gemido contenido le despegó de la consciencia. Estaba lamiendo y mordiendo el pecho plano, sus manos ya estaban sobre la cintura estrecha. Las manos ajenas luchaban por despojarle la camiseta. Se aferraban los dedos en sus bíceps.

- Te amo. –Dijo sin motivo alguno, solo quería decirlo.

Si se suponía que después de saciar su curiosidad volvería a la normalidad ¿Por qué comenzó a tener deseos de decir ese tipo de cosas? ¿Por qué le gustaba sentir la mano entrelazada a la suya? ¿Por qué sentía ternura al ver la sonrisa escondida?

Si solo se trataba de lujuria… ¿Por qué quería algo más?

-Yun-ho… Ahh.. –La voz hipnotizarte volvió a causar estragos a su reflexión. ¿En momento le quitaron la camiseta?

Sus manos viajaban a las caderas, y ya podía sentir la necesidad de Jae que se retorcía debajo de él generando una fricción arrolladora. Esas caderas que buscaban pelea con la contraría.

Abandonó su búsqueda de “iluminación”. Nunca lograría encontrar una respuesta que respondiera todas las dudas, solo podía sentir y le gustaba estar así. Tal vez fuera amor o no, lo tomaría y no lo soltaría hasta que se disolviera entre sus dedos.

Las caricias suaves ascendían y descendían por la delicada figura, cada momento descubría la perfección de la peculiar estructura masculina, ahí donde la belleza masculina se mezclaba con la femenina creando una criatura especial.

Y entre caricias repartidas de manera equitativa entre ambas partes, las prendas fueron cayendo una tras otra, la piel olvidaba el frío ante la calidez del amante. Los nervios sensibles vibraban ansiosos, las respiraciones se fueron acelerando y se creó un ambiente de sensaciones enardecidas que empujaban hacia la locura.

Jaejoong gimió roncamente el nombre de Jung en cuanto este introdujo dos dedos en su interior. No importaba cuan cuidadoso estaba siendo, el dolor seguía siendo dolor, pero se trataba de un sufrimiento que apremia con placer y necesidad, una agonía que se busca desesperadamente porque al final existe la promesa más grande: fundir los sentimientos de dos personas mediante sus cuerpos.

Al transcurrir los minutos aquella electricidad añorada hizo aparición haciendo estragos en el ritmo cardiaco de Kim, los dedos a veces arañaban las sabanas, con los ojos fuertemente apretados repetía con letanía más pecaminosa y más tierna al mismo tiempo, el nombre de ese hombre que destruía todos sus escudos para tocar su corazón con las más dulces palabras. Los largos dedos entraban y salían con mayor fluidez, se flexionaban y estiraban expandiendo el área, preparándola para cuando fuese el momento.

Los ojos brillantes se prendaron unos con otros, para el menor fue la más hermosa de las visiones; Jae tenía la cabeza ligeramente inclinada con los cabellos húmedos pegados en frente y mejillas, los labios rojos de tanto morderlos conteniendo los ruidosos jadeos… con marcas rojizas en el pecho, abdomen y caderas, marcas que dejarían en claro que Kim tenía un amante con el que comparte su vida.

- Yun…Ho… -Le llamó, él sonrió.- Te amo. 

Un húmedo beso correspondió las palabras ronroneadas, pero al mismo tiempo sirvieron para distraerlo en lo que retiraba sus dedos completamente mojados y la dura punta de su miembro se posicionaba en la entrada dilatada. Profundizó el beso, lo abrazó…

- ¡AAhhh! –El gritó se rasgó, de una sola embestida le perpetró los pliegues y entró totalmente. La espalda de Jae se curvó completamente y fue bajando conforme se acostumbraba a la ruda intromisión.

Repartió besos cortos en la frente para calmar un poco el sufrimiento. Paseó una de sus manos intentando relajar la tensión, no era un trabajo sencillo porque estar dentro del vocalista era endemoniadamente excitante, debía usar toda su cordura para no lastimarle, se contuvo lo mejor que pudo.

- Jae… mírame. Todo va a estar bien. –Rogó suavemente al oído, éste tenía los ojos cerrados con fuerza pero por aun así las lagrimas escaparon.- Jae…

Lentamente el mayor fue abriendo sus ojos que brillaban reprimiendo las lágrimas, intentó sonreír pero el dolor era obvio. En silencio permanecieron los momentos que fueron necesarios para continuar.

En un débil murmullo Kim dio a saber a Jung que podía moverse en su interior, el menor esperó todavía un poco más antes de iniciar. Lentamente salía y suavemente entraba, qué difícil era aquello; la descarga de placer era inmensa pero no podía disfrutar de ella hasta que Jaejoong estuviese igual de excitado.

Con ese cuidado tan tierno fue apaciguando el sufrimiento, solo entendió el mensaje de ir acelerando al sentir al propio vocalista mover las caderas a un ritmo contrario generando más fricción cegadora. Los cuerpos rozaban provocativamente, toda la piel ardía en medio de la pasión y el amor. Las caderas se enfrentaban en una lucha que no arrojaba un ganador o un perdedor sino más bien un placer tan doloroso al punto de la agonía.

Se decía que hacer el amor es como tener una muerte efímera. Esos momentos, ambos pensaron que estaban muriendo, creyeron que sus almas se liberaron de sus cuerpos y se elevaban al cielo.

Los gemidos, jadeos y gruñidos resonaban a diversos tonos. Las gargantas se resecaban pero los labios buscaban hidratarse entre los besos cada vez más hambrientos que tiernos. Las lenguas querían contar hasta el mínimo secreto que escondían… y Jung se sentía poderoso al embestir con más velocidad aquel pasaje estrecho.

Jaejoong dejó las sábanas maltrechas y se aferró conforme más salvajes comenzaban a ser las penetraciones profundas, las corrientes eléctricas que producían recorrían cada extensión de sus cuerpos. Enloquecía con el ímpetu del líder; los movimientos vigorosos apropiándose de sus sentidos, dominando su cuerpo y estremeciendo su corazón que latía si control alguno. La mano en su entrepierna tocando apasionadamente llevándolo a un grado superior del placer.

- Mhmm… Jae… -Le conocía perfectamente que pronto comprendería el mensaje, le estaba pidiendo permiso de terminar en su interior. Porque así se había prometido, siempre tener el consentimiento de su pareja y no obligarle a nada.

- Ahh… s-solo.. haz-lo. –Quiso reír ante el ceño fruncido de Kim, parecía molesto por sus palabras. Lo había alejado del mundo de ensueño en el que estaba sumergido. Dio un beso tierno.

Siendo una bestia, aceleró brutalmente las penetraciones enterrándose como si intentara llegar al centro y entonces… sucedió.

La estilizada figura nívea se estremeció fieramente mientras ronronea un gemido completamente lujurioso, la espalda se arquea por completo y se derrama en esa mano experta. Un gemido ronco resuena satisfecho antes de morder el hombro pálido mientras se derrama en ese cálido interior.

Los suspiros ruidosos no demoran en llegar. Las respiraciones luchan para que los corazones no desfallezcan en lo que la agitación se va relajando. Jung hace un esfuerzo todavía mayor cuando Jaejoong cae desfalleciendo... lo acomoda de la mejor manera, sale de su interior poco a poco.

- Yunnie… -Tan dulce, le sonríe con esas mejillas ruborizadas. Tan hermoso, tan perfecto.

   

El mayor inesperadamente lo abraza y acomoda su cabeza sobre el hombro moreno. Jung besa la cabeza tiernamente. El esfuerzo cobra su factura adormeciendo despiadadamente sus cuerpos, un “Te Amo” sale de sus labios antes de quedarse dormido, a lo lejos le parece escuchar las mismas palabras en esa voz melodiosa.

Pensaba que lo suyo podría durar una eternidad, creía que nada los iba a separar… porque cree ciegamente en el amor.

= FIN DEL RECUERDO =

Cuando la alarma de su móvil suena, despierta más cansado de lo normal. Descubre que sus ojos están húmedos ¿Habrá llorado? Eso sería curioso, hace tiempo que no lo hacía.

Toma una toalla y va al baño dispuesto a tomar una ducha, ha soñado con él otra vez… pero en esta ocasión el recuerdo ha abierto más la herida.

Al terminar su arreglo personal se dirige a la cocina dispuesto a preparar el desayuno, todavía quedan horas para tomar el vuelo de vuelta a corea. Esa realidad le está matando por dentro… ahora que sabe que Jae se encuentra en Japón.

- ¿Changmin…? –Se detiene sorprendido, el toparse con el maknae bebiendo un vaso con agua completamente vestido y peinado antes de tiempo es inusual.

- Buenos días, Hyung… -La actitud continua siendo fría, termina de beber depositando el vaso de cristal en el fregadero.

- B-Buenos días… yo… ¿Quieres café? –Pregunta sintiéndose estúpido.- Haré el desayuno.

- Vayamos a desayunar. –Propone desinteresadamente.- Yo invito.

La primera oración le desconcierta y la segunda termina por descolocarle totalmente.

- ¿Q-Qué…? –Su expresión facial debió ser muy obvia porque Shim giró los ojos fastidiado.

- Quiero salir a desayunar fuera. No te ofendas, pero quiero dejar bien comido y tus habilidades culinarias dejan mucho que desear… además dije que invito, en otras palabras, yo pago. ¿Es tan difícil entender? –Explicó pasando de largo.

- Ah, bueno... es que es tan raro. –Atinó a decir, también escucharle hablar más palabras de lo actualmente normal es inesperado.

- Solo tienes que decir una respuesta de dos opciones “sí o no”. –Impaciente Shim le miraba con esos ojos que parecían dagas peligrosas. – Ya estás listo igual que yo.

- Sí… vayamos. –Sonrió, el que su compañero intentara acercarse un poco por iniciativa propia le hacía feliz. Desde que se fueran los otros tres, Shim había cambiado radicalmente haciendo que su actitud fría, huraña y poco amigable predominara.

Tomaron sus abrigos, eran principios de abril pero el clima frío aún no se iba por completo, especialmente en las mañanas. Salieron en un taxi, ya sabían andar en la ciudad. El líder envió un mensaje a su manager avisando que saldrían a desayunar pero que volverían en un par de horas.

Tomó un respiro al bajar del vehículo, estaban solos ellos dos sin nadie de compañía ni “niñeras”. En silencio caminaron por las calles, Jung soltó una pregunta pero el menor no respondió, continuó su camino dirigiéndoles a un lugar determinado que el mayor no conocía.

- Los cerezos florecen. –Intentó hacer algo de conversación.

- Es la temporada. –Respondió de la nada el otro.

Se detuvieron en una calle que aún no estaba atestada de tráfico, cruzaron y Jung comenzó a extrañarse al ingresar por un pequeño portal de metal, pasaron por el letrero frontal que atrajo su atención... “Jardín de los Cerezos”. En Japón había muchos de esos jardines, algunas veces en sus viajes iban a verlos, a Jaejoong y a Yoochun les encantaba ver las frondosas copas de los arboles en rosa y blanco que relucían exquisitamente, así como el verde del pasto que brillaba a causa del rocío.

- Minnie… ¿Qué hacemos aquí, no querías desayunar? –Cuestionó más serio, se detuvo negándose a continuar a donde un precioso estanque lleno de vegetación y piedras cortadas finamente embellecían más ese jardín.

- Sí… -Respuesta escueta, al sentir que no le seguía se volvió. Le miró penetrantemente.- Cruzando el estanque hay una cafetería que me recomendó mucho Taemin, y sí dice que la comida es deliciosa entonces le creeré, no pienso rodear todo el jardín, es mejor cruzarlo. –Explicó como si fuera lo más obvio. Dio la vuelta.-  Si no quieres hacerlo, no lo hagas… regresa tú solo al departamento. Luego le explicas al manager por qué me abandonaste, sabes perfectamente que no podemos ir solos. –Continuó ignorando al mayor.

 - Espera. –Demasiado tarde reaccionó, Shim ya había avanzado el camino de piedras, los sauces llorones y los cerezos en flor eran un reto de esquivar. Se entretuvo por unos peces blancos con franjas rojas que saltaron, cuando se dio cuenta perdió de vista al menor.

- Minnie… -Lo llamó. Genial, si había ido muy lejos tendría problemas con el manager que de por sí estaba molesto cuando le avisó que saldría a desayunar sin staff con Changmin.

Escuchó pasos, finalmente su maknae se apiadó de él… lo regañaría. Estaba ya aclarando su voz para reprenderle fuertemente por su actitud. Era suficiente, lo había soportado y tolerado por demasiado tiempo. Había tenido que pedir disculpas en su nombre debido a lo grosero que estaba portándose, inclusive con el propio Minho y Taemin. Una silueta comenzó a distinguirse entre los follajes y las flores…

  

- Hyunnie, no es gracioso… el vuelo sale en tres horas, tenemos que irnos ya. –Se paralizó al reconocer la voz. Esto era una jodida broma de muy mal gusto. Frunció el ceño enfurecido… cuando viera a Shim lo reprendería hasta que le sangraran los oídos.

Rápidamente buscó con la mirada un lugar a donde ir, no le quedó más remedio que regresar el camino. Dio media vuelta y con velocidad decidió cruzar las piedras.

“¿Por qué huyes?” Su mente repentinamente formuló. “¿No quieres verlo?” No, ya no quería verlo… no estaba listo. “¿Sabes que es probable que sea la única oportunidad que tendrás para verlo de cerca?” ¡Ya lo sabía! Era un cobarde, pero no estaba listo para verlo, no aún. Estaba seguro que en el futuro se arrepentiría una y otra vez.

Se dispuso a acelerar el paso cuando una mano se aferró a su antebrazo, el agarre era firme.

 - ¡Te atrapé! –Un tono casi travieso se escuchó a su espalda.- No vas a escapar… deja de jugar y vámonos. Seunghyun-ee nos espera ya, logró escapar de su líder. –Pronto la fuerza comenzó a tirar.

El corazón se detuvo, dejó de respirar… de eso no le cabía la menor duda a Yunho. Los dedos delgados se enterraban en su ropa y tiraban hacia atrás. No podía hablar… Jaejoong le estaba confundiendo con Hyun Joong.

- ¿Por qué me trajiste aquí? Sí dije que quería venir, pero cuando tengamos tiempo. –Continuó hablando.

Jung sonrió inevitablemente, ahora recordaba lo despistado que podía ser Jae, seguía sin darse cuenta de la confusión y hablaba de más. Parecía que nada había cambiado… volvió a la vida, quería ir con él. ¿Qué más quedaba?

“¿Quieres verlo?” Conocía la respuesta. Suspiró y cedió.

- Ya no huyas más, ven conmigo. Vamos… -Infantilmente Kim seguía diciendo.

- No tienes idea de lo mucho que quiero hacer eso, pero no puedo, aún no. –Respondió y avanzó hacia Jae.- ¿Me esperarás?

- ¿Yun-ho…? –Los ojos felinos se abrieron sorprendidos al reconocerle.

El momento del encuentro llegó. Fue el turno del mayor de paralizarse, le liberó como si Jung quemara, retrocedió torpemente, perdió el equilibrio, iba a caer al agua. Pero Yunho se adelantó, tomó la mano, tirando de rápidamente para evitar el frío baño.  

Salieron del estanque y tocaron tierra firme, no liberó la mano y en cambio enredó los dedos. Las mejillas de Jaejoong adquirieron un tono sonrosado, los labios formaban una linda “o” a causa de la impresión. Parpadeaba una y otra vez como tratando se procesar lo que ocurría. 

Ahí estaba Jae, usando un abrigo en color piel, los cabellos claros desordenados, los ojos negros adornados de profundas ojeras, los labios partidos por el clima reseco y esa tendencia de relamerlos constantemente. Por fin lo tenía frente a frente. El perfume llegó a su nariz, suspiró aliviado… tanto tiempo añorándolo, no se trataba de un sueño como lo que solía tener. Lo tuvo que soltar al ver como contenía la respiración y de vez en vez miraba sus manos.

Pensó que huiría, igual que él pero no lo hizo, tan solo permaneció en la misma posición mirándole.

Tantas palabras preparadas, tantas frases memorizadas y ahora… todo el archivo estaba en blanco.

- Yunho… -Frunció el ceño otra vez, el tono con que salió su nombre era una mezcla de nerviosismo, tristeza y temor. No había alegría.- Lo siento… yo… no sabía… yo… -Tartamudear, él tan solo quería abrazarlo.

- Lo siento, Jaejoong. –Recordó aquellas que tanto deseó decirle. El mayor se tensó y bajó la mirada.

-…no me digas eso… fui yo el que dijo cosas estúpidas sin pensar. Lo siento.

- Perdón por haber roto las promesas, perdón por no poder decirte mis razones. Perdón por haberte traicionado. Lo siento. –Se sinceró al darse cuenta que Jae no había entendido.

- No haya nada que perdonar… fui muy egoísta al no pensar en ustedes y decidir sin consultar.

- ¿Nos esperaran…? ¿Me esperarás? –Tenía que asegurarse de que había una esperanza, tenía que asegurarse una razón para luchar.

- Yo… quiero que sean felices, y respetaremos sus decisiones nos gusten o no. Nosotros siempre los estaremos esperando. –Levantó la mirada.- Aunque es difícil tener contacto… es bueno que Changmin y el maknae de Seunghyun sean amigos ¿No crees? Me han contado algunas cosas de ustedes. –Intentó sonreír aunque fuera un gesto melancólico.

- ¿Y nosotros Jae…? ¿Tú y Yo?

- Dímelo tú… –Buscó sus ojos.- Jung Yunho ¿Debo esperar?

- Será extenuante, será agonizante, no sé cuánto tiempo pasará… pero yo espero, lo haré aunque se interpongan miles de obstáculos.

- Entonces ya conoces mi respuesta. –Sonrió de alegría, sonrió para él.- En verdad no sabía nada de esto.   

- Lo sé. –Dijo desviando la mirada unos momentos.- Todo fue plan de ese par, creo.

- ¿Changmin y Hyunjoong? –Parecía que esos nombres no encajaban de ninguna forma.- ¿Lo habrán hecho para que olvidemos rencores? Yo no te odiaba, solo estaba arrepentido por no haber actuado con madurez.

- Yo quería verte… aunque solo fuera una vez. –Soltó atreviéndose a tocar el mentón y elevarlo para tener esos ojos posándose sobre los suyos.- Te vi en el aeropuerto con Hyunjoong. Mis deseos de verte se multiplicaron, porque te vi decaído. Estás muy pálido, tus ojos…

- Ya lo sé… -Escapó de la mano de Jung para esconder el rostro. Jaejoong nunca le gustaba preocupar a las personas. –Estaré bien, lo prometo.

Yunho sonrió… una vibración le distrajo, del bolsillo de su pantalón el móvil exigía ser atendido. El remitente era Changmin.

~ El tiempo se agota, hyung… haz lo que tengas que hacer. Ellos tomarán un vuelo pronto. Ya compré el desayuno, y sí, es delicioso. Me saludas a Jaejoong hyung. ~

El mensaje rompía parte de las ilusiones para hacerlo ver la realidad.

- ¿Es Minnie, cierto? –Jae le miraba curioso.- Dile que lo quiero mucho. Dile que le agradezco todo lo que hace por nosotros y que me disculpe por darle problemas.

- Lo haré. –Metió el celular en el bolsillo de su pantalón.-  Dice que tienes que irte…

- Sí, me esperan.

- ¿Vancouver? –Aunque al principio se sorprendió, asintió con una sonrisa caída.

- Estaremos una o dos semanas. Son las vacaciones de Hyunjoong y de Seunghyun. –Dio media vuelta en lo que buscaba algo en su abrigo, al volverse extendió su mano donde estaba un papel doblado.- Para ti, espero no lo descubran.

-¡Jae! –La voz del ex líder de SS501 se volvía cada vez más fuerte a espaldas de Jaejoong.- Es hora.

Ambos giraron en aquella dirección donde a metros de distancia distinguieron al chico, éste sonreía divertido al levantar la mano a modo de saludo. Jung correspondió el gesto y se giraron volviendo a lo suyo.

Yunho tomó el cuadrito de papel, sujetándolo con fuerza.

- Me tengo que ir… hemos dejado a Seunghyun solo. –Con pesadumbre reveló.- Tú también estás decaído, luces muy serio. Sonríe, te vez más atractivo sonriendo. Coman bien, cuídense mucho. –Estaba despidiéndose y eso solo lograba lastimar su corazón.

- Jae… ¿Te puedo besar? –En cierta manera no sabía cómo había quedado su relación. Así que volvería al comienzo.

- No creo que sea correcto, todavía no hemos tenido la primera cita. –El mayor respondió con una sonrisa juguetona que el menor no sabía cómo interpretar.

- ¿Esto no cuenta? En cierta forma le pedí a un amigo que planeara un encuentro contigo a solas. –Se defendió dudando de sus palabras.

Jaejoong comenzó a reír cubriendo con su mano la boca, ese gesto tan tierno que hacía sentir feliz a Yunho. Negó suavemente el mayor.

-Puede ser, puede ser… pero tienes que ser formal e invitarme a salir. -Dio una sonrisa final, dio media vuelta para marcharse, el corazón del menor latía desesperado… la separación no era agradable.

A medio camino Kim se detuvo, regresó el camino seriamente desconcertando al mayor.

- Estoy esperando, para comenzar de nuevo… no te prometo que sea paciente el tiempo que pase, pero lo haré. –Terminó triste. Luego, en un fugaz momento pegó sus labios con los otros en lo que fuera un beso sutil, casi un roce accidental y salió casi corriendo hacia el otro moreno que aguardaba.

Una sonrisa preciosa fue lo que Yunho se grabó como recuerdo en ese jardín… se quedó en su posición hasta que los vio desaparecer entre los arboles de cerezo que florecían.

Al quedarse solo, puso su atención en el cuadrito de papel, lo desdobló para ver el contenido por unos momentos antes de volver a doblarlo y meterlo celosamente en el fondo de su billetera. No lo perdería por nada del mundo e intentaría memorizar, dos series de dígitos y un par de direcciones en tres países diferentes.

Quién diría que en ese viaje a Japón recuperaría la Fe y la esperanza… ya tenía una certeza de volverle a ver.

FIN.

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NOTAS FINALES:

Este Fic está dedicado a Ely Pastene, quién RESCATÓ este Fic que tiene un Hermano Gemelo Malvado que pronto van a leer...

TENGAN PIEDAD, es MI 1er. YUNJAE  Y no soy muy buena que digamos, pues es mi OTP FAVORITA y aunque lea de ellos no significa que pueda escribir.

No hace falta decir, que por favor, dejen un comentario, aunque chiquitito pues los escritores nos alimentamos de ellos así como ustedes de los Fics.

¡NOS LEEMOS!

Cuidense Mucho para No Enfermar!

JA NÉ!
^n^!