CARAS VEMOS... INTENCIONES QUE DESCONOCEMOS 04
CAPÍTULO 04-
EN LA GUERRA Y EN EL AMOR TODO SE VALE. TODO.
Entre el ruido
circundante
Y un suave
beso,
Nosotros dos
seguramente podemos
Encontrar
nuestra felicidad, juntos…
Nunca voy a
dejar que alguien
Quite tus
sueños,
Así que por
favor confía en mí
Para proteger
todo lo que tienes.
GIVE ME YOUR HEART- PARK JUNG MIN (ROMEO)
Eran poco
más de las 3:30 de la tarde de ese domingo,
La Línea
Yamanote es una de las líneas urbanas de tren de Tokio más importantes y con
mayor tráfico de la ciudad. Su recorrido es circular, abarcando el perímetro de
los 23 Barrios Especiales.
Jungmin
veía con una mirada perdida a través del cristal de esa cafetería, a las masas
ir y venir incansablemente, presurosas por llegar a sus destinos. Chasqueó la
lengua, los envidiaba… ellos ya tenían un punto al cual llegar, mientras que él
estaba varado en la estación, con su planeado destino yéndose al infierno. Miró
su taza de cappuccino, estaba frío. Tembló ligeramente, pero no era por ese clima
pre-invernal. En realidad…
Era la
quinta vez que le dejaban plantado en esa semana. Lo habían dejado nuevamente
con las ilusiones destrozadas, con las lágrimas acumulándose poco a poco en sus
ojos. Se borró su mueca tensa de enojo inicial de cuando dejan plantada a una
persona, ahora solo había….
Su mirada
se elevó siguiendo la dirección que tomó una pareja de adolescentes. En ese
momento el chico se quitaba los guantes y se los ponía a las delgadas manos de
su novia. Ella, por su parte se ruborizaba y le regalaba un fugaz beso en los
labios. Él sonreía feliz, tomó su mano.
Sonrió
melancólicamente, envidiándolos. Una traicionera lágrima se deslizó a paso
veloz por su mejilla hasta que inmediatamente la borró de su rostro con
soberbia, como si fuera un insulto. Park Jungmin no iba a dejarse llevar por
las emociones del momento.
- Seguro surgió
un asunto muy importante. –Aunque lo pensó, lo dijo en voz alta para convencerse,
pero tan solo logró hacer que ese agujero negro tragara parte de sus
esperanzas.- Por eso te dejó aquí esperando. No pudo comunicarse contigo y
apagó su móvil. Por eso, no respondió tus mensajes…
Suspiró en
un poderoso intento por suprimir aquella horrible sensación de tristeza,
frustración y decepción. Hyunjoong se esforzó mucho, después de aquella ocasión
en la que se la pasó conversando con el rapero de Bigbang, para ganar
indulgencia aunque tuvieran muy mala suerte. Le había dado un pequeño pero
lindo obsequio, y también programó innumerables “citas compensatorias” que una
a una fueron masacradas. Si no eran los permisos, eran sus actividades en Japón
ó inclusive el reciente proyecto de “Boys Before Flowers” en Seúl y en el que
el líder de SS501 se vio obligado a viajar constantemente para las grabaciones.
Lo
comprendía, o al menos eso intentaba hacer. Eran tiempos realmente difíciles.
Cargados de trabajo, pero también no era como si fuese la primera vez, no. Su
relación no llevaba meses de haber comenzado, llevaban en realidad tres años,
desde sus días de debut hasta en esos momentos, Otoño 2008. Y anteriormente
siempre obtuvieron momentos para solo ellos dos. ¿Cómo es que llegaron hasta
esa situación?
No quería
admitirlo, no iba admitirlo… aquel pensamiento que estaba resurgiendo de las
entrañas del pasado. “Tu relación está
destinada al fracaso.”
~ RECUERDO DE HACE UN DÍA ~
- De verdad
Jungminnie… mañana será el día para nosotros. Lo juro. Sé que no hemos tenido
una buena racha, recuerda que nuestro trabajo así lo exige. Pero hoy lo he
planeado todo, todo un día de shopping para ti. Nada de celulares, ningún
miembro a la vista. Será un Tú y Yo. –El entusiasmo no solo se delataba en esa
voz animada, sino también en la brillante sonrisa y esos ojos enamorados. El
líder estaba muy ansioso.- ¡Iremos a
Shibuya! Podrás sobre girar una o dos tarjetas de crédito. Comeremos en el
parque Yoyogi, iremos a donde tú desees ir, te consentiré todo lo que quieras.
Ya le advertí al manager e inclusive a los chicos.
Jungmin
sonrió feliz, por fin tendrían un día para ellos solos. Era lo que había
estando necesitando. Lo abrazó con fuerzas, estaba muy animado, contagiado de
esa energía desbordante. Todo iba a estar bien.
Luego el
mayor lo besó, al principio era un gesto tierno. Pronto aquellos brazos se
deslizaron hasta la estrecha cintura, sujetándola con cierto recelo. Un gruñido
hambriento escapó de los labios del líder, mientras que un jadeo escapó de la
garganta de Jungmin. El menor se dejó hacer, cerró los ojos disfrutando del momento
tan íntimo que tenían. Suavemente le recostó en la cama, hundiéndolo cuando su
cuerpo gentilmente se sobrepuso al otro. Por su parte, el menor enredó sus
dedos en el cabello del otro, incitándolo a continuar. Disfrutando
indescriptiblemente del combate que sus húmedas lenguas llevaban a cabo.
Ansioso por
más, el mayor abandonó la boca para comenzar el recorrido hasta perderse entre
la piel y la tela estorbosa. Un sonido insatisfecho salió al no tener más
acceso a la tez de terciopelo que adoraba con locura.
Casi pierde
los estribos cuando sus caderas fueron apresadas por las piernas largas de su
dongsaeng, obligando que su pelvis rozara tentadoramente con la otra, generando
un vaivén lujurioso. Jungmin le sonrió ladinamente cuando se encontraron,
rápidamente Hyunjoong lo besó con urgencia, juguetonamente. Lamiendo y
mordisqueando, para despertar aquel fuego que les parecía consumir cada vez que
sus pieles se fundían en un solo ser. Impaciente, deslizó las manos debajo de
la ropa, sintiendo como el menor se erizaba fuertemente a su reconocimiento.
Aquella tibia piel… esos jadeos cada vez más
dificultosos, el mayor no iba a dejar escapar a su novio. Lo haría suyo.
- ¡HYUNGS,
HYUNGS, HYUNGS! Ya está la cena… -El maknae llegó justo en el momento en que el
líder levantó la ropa para lamer un poco el pecho níveo. La pareja quedó petrificada
al verse descubierta, Jungmin ruborizado lo primero que hizo fue aventar
descuidadamente al mayor y acomodarse las prendas. Por su parte el más pequeño
del grupo también enrojeció al comprender la escena, bajó la mirada avergonzada,
tartamudeó.- L-Lo sie-nto… n-no pensé… q-que… e-estuvieran… o-cupados.
Youngsaenghyung mepidióque lesdijeraquelacenayaestáservidaparaquepuedaniracomer.
–Terminó atropelladamente.- Y-Ya… me voy.
Salió
disparado, azotando la puerta de la habitación dejando un silencio tenso.
- Ah… ¿Qué
le vamos a hacer? A cenar. –Hyunjoong se levantó y esperó al menor.
- ¡¿Q-Qué?!
¡Nos acaba de descubrir baby Joon! Y tú solo dices: “¿Qué le vamos a hacer? A
cenar”. ¿Es enserio? Tú no tienes vergüenza.
- Yah, que
nuestro baby tuvo la culpa. ¿No sabe qué se debe tocar antes de entrar? Y
tampoco tiene caso pensar mucho en el asunto. Lo hecho, hecho está. Vamos
cariño, a cenar, una ducha y a dormir que mañana temprano saldremos todo el
día. Necesitamos estar con energías renovadas. –Sonrió con suficiencia.
El menor
giró los ojos, era el colmo. Acababan de ser descubiertos y al líder no le
podía importar menos. Tomó la mano que se ofrecía, pero tan pronto se
entrelazaron, una fuerza le haló elevándolo con rapidez, su espalda tocó
duramente la pared y un cuerpo se sobrepuso soberbiamente. Sus labios fueron
tomados con hambre, besos profundos que robaban su oxígeno. El poder sobre su
muñeca se hizo más intenso, sintió la otra mano ascendiendo debajo de la ropa
tocando con pleno descaro su espalda sensible, y una cadera rozaba
pervertidamente la suya.
Un gemido
ahogado y un par de jadeos escaparon. El líder sonrió orgulloso de ver ese
sonrojo y esa respiración agitada. Jungmin era suyo. Lamió los labios antes de
volver a besarlos, su lengua se abrió paso a la otra húmeda cavidad sin
siquiera pedir permiso. El menor se percató del estado excitado de su pareja al
sentir su hombría sobre la suya. Intentó alejarse, tan solo para calmar las
ansias del otro, se encontraban en el apartamento del grupo, con los miembros
del otro lado… no podían intimar con gente cerca, al menos, el vocalista no iba
a hacerlo. Bastante tenía con la escena bochornosa en la que involucraba al
maknae como para anexar a los demás chicos.
- Mhmm…
H-Hyun… e-espe… mmhmm… ra… H-H…yun… -Se esforzó por decir algo coherente, pero
las atenciones que recibía nublaban su juicio.- D-De-tente… ahhh.
- Ruégame…
-Hyunjoong susurró sobre los labios del otro con una sonrisa presumida, sin
dejar de adueñarse de aquella suave espalda.- Si quieres que pare… ruégame,
Jungminnie.
- Ahh..
mmhmm… e-eres… un… -Se mordió los labios para suprimir un sonoro gemido que
intentó escapar, cuando el mayor llevó sus caricias maliciosas por su espalda
baja mientras lamía su cuello desatando las sensaciones placenteras.
- No
escucho nada, Jungminnie… ruégame. –Sonrió mordisqueando el área preparada por
su lengua dispuesto a dejar una marca vistosa que sirviera para dejar en claro
a todos que era suyo.
- D-De…ja,
de… j-jugarr… ahhh…
Un portazo
rompió el momento en que Youngsaeng entró a la habitación. Se quedó en la
entrada con los brazos cruzados y el ceño fruncido. El líder no se molestó en
prestarle demasiada atención.
- ¡Eres un
depravado Kim Hyunjoong! ¡Estás en un departamento que compartes con 3 personas
más! ¡Ten un poco de respeto hacia nosotros! Y por lo que más quieras ¡Deja en
paz a Jungmin! –Regañó el otro.
El segundo
maknae de SS501 sintió sus mejillas arder. El líder chasqueó la lengua molesto
por la interrupción, apenas se movió para mirar a su interlocutor.
- ¿Estás
consciente de que acabas de arruinar un momento muy importante de pareja?
- ¡No te
quieras pasar de listo! Joon-ah, ya me dijo todo.
- Bueno,
¿Es que no puedo tener intimidad con mi novio?
Además debió tocar la puerta antes de entrar.
- A cenar,
los dos. Ahora. –Amenazó dando media vuelta.- Tienen cinco minutos, de lo
contrario se quedarán sin comer.
Abandonó el
lugar, el mayor rió divertido mientras liberaba al otro. Jungmin le miró
enojado con las mejillas rojas.
- ¡Otra
vez! Ya son dos veces que nos descubren… oh, por Dios. Tú no tienes nada de
vergüenza. –Dijo desesperado, no le gustaba estar involucrado de esa clase de
escenitas.
- Yah,
perdón. Pero es que yo… -Acarició el rostro y sonrió suavemente.- Te deseo
tanto.
No lo dijo,
pero el menor esperaba un… “Te amo”. Se mordió el labio inferior, pensaba que
tal vez estaba poniéndose demasiado exigente.
- Vamos, antes
que se enojé más… -Le ayudó a acomodar su ropa, tomó la mano gentilmente y
juntos salieron en dirección al comedor.- Mañana es nuestro día… ¿No estás
contento?
Por
respuesta Jungmin sonrió tímidamente. En realidad moría por gritar de alegría.
Solo ellos dos. Como pareja, como esos cursis adolescentes enamorados… como
antes.
~ FIN DEL RECUERDO ~
Desde muy
temprano dejó la cama, se arregló para la ocasión e inclusive hizo el desayuno
para todos, Youngsaeng se llevaría a Kyujong de compras al super, una vana
excusa para tener tiempo con él. Llevaba ya un par de años intentando llamar la
atención del menor pero desafortunadamente el otro ó era demasiado despistado,
ó no estaba interesado en el mayor. Pero era inspirador como lejos de rendirse,
Youngsaeng continuaba “luchando”.
El maknae
se quedaría en el apartamento haciendo nada. Tan solo dormir, comer, jugar,
comer y dormir. Era su sábado libre debido a los movimientos de su agenda, así
que podían hacer cualquier cosa que les apeteciera. Eso lo dispuso el manager.
Sin
embargo… no contó que apenas iba a despertar a Hyunjoong este se levantó para
acudir al llamado del manager en su agencia japonesa. Aparte de un fugaz
“Buenos días” de despedida, pocos minutos después le envió un mensaje citándolo
en la estación de Tokio, en la línea Yamanote. Por lo que tuvo un desayuno
triste a pesar de los buenos deseos de los demás miembros. Animado, se apresuró
para llegar al lugar del encuentro, aun guardaba las esperanzas de un grandioso
día, ya había sacado de internet un montón de lugares a los cuales visitar, e
inclusive se permitió hacer un itinerario…
Llegó a la
atiborrada estación, al principio se perdió entre el mar de personas, hubo
momentos en los que se desesperó al no poderlo divisar, demasiada gente. Marcó
al número de su móvil cuando se cansó de buscarlo, pero tan solo envió a buzón,
dejó mensajes de voz, se ubicó en una cafetería. Esperó, primero fueron las
10:00am, luego las 10:30am, volvió a llamarle pero una vez más fue a buzón y
dejó un mensaje de voz; las 11:00am, envió
un mensaje de texto pero no hubo respuesta; 11:30am, llamó a los demás miembros
pero estos no sabían nada del líder; angustiado comenzó a llamarle dejando dos
mensajes de voz, para su alivio Youngsaeng le llamó pasando largos minutos
diciéndole que el líder había estado con el manager y como su cita no estaba
cancelada continuó esperando; y así se hicieron 12:00pm,; 12:30pm, 01:00pm, 01:30pm;
02:00pm, 02:30pm… 03:00pm… 03:30pm.
03: 31pm,
03:34pm, 03:40pm… 03:45pm. La temperatura había descendido y parecía que
todavía iba a hacerlo más. Se arropó con su abrigo. Frotó las manos congeladas,
esperaba, esperaría… él creía en Hyunjoong y si no le había dicho que su cita
estaba cancelada, entonces era porque la tendrían. Así que lo esperaría… seguro
que él no tardaba en llegar.
Comenzó a
adormilarse, tenía frío y hambre. Estaba cansado, pero lo que más necesitaba en
esos momentos, eran los brazos acogedores y protectores del líder de SS501.
- ¿Cómo te
hago entender que te necesito? ¿Cómo decirte que deseo besos, caricias, abrazos
y citas románticas? ¿Ya no me amas…? –Susurró para sí mismo. Decidió levantarse
de su cómodo asiento, salió del establecimiento y se recargó en una pared con
la expresión de desilusión más grande que podría tener. Soltó un largo suspiro
conteniendo lo mejor que podía sus lágrimas acumuladas, finalmente se cansó...
regresaría al apartamento. Caminó por inercia.
- ¡Hey!
¡Jungmin! –La potente voz de Younsaeng captó su atención, se volvió confundido
sin poder distinguir a nadie conocido, así que continuó su camino lentamente.
- ¡Jungmin,
espera! –Ahora fue la voz de Kyujong la que se distinguió entre el gentío, pero
una vez más por más que buscó con la mirada, no encontró a quien lo llamaba.
Creyó que estaba pensando demasiado, se volvió y siguió su andar lento.
- ¡Hyung!
¡Hyung! ¡Aquí, aquí! –La voz del maknae se escuchó más cerca.
Ahora
estaba seguro que lo buscaban los miembros del grupo, se detuvo en una esquina,
se giró intentando distinguir las siluetas de sus amigos. Entonces, los
encontró… del otro lado, hacían sus mayores esfuerzos por llegar a él pero las
olas interminables de personas dificultaban la tarea. Cuando sus ojos se
encontraron, Jungmin elevó su mano agitándola de un lado al otro y sonrió,
poniendo todo su empeño en ocultar su tristeza.
- ¿Q-Qué
hacen aquí…? –Cuestionó ligeramente sorprendido.
- Esa es la
misma pregunta que deberíamos hacerte, ¿Por qué sigues aquí? ¿Lo estás
esperando? Pero si saliste desde las 10:00am… -Kyujong respondió preocupado,
miró el reloj de pulsera.- Son las 03:55pm, ¿Has estado aquí por seis horas?
- Hyung…
-Baby Joon sintió pena, lo abrazó sintiéndolo temblar.- Estás muy frío, te
puedes enfermar.
- ¿Si sabes
que las personas normales, tan solo llegan a esperar quince minutos para
comprender que les dejaron plantados, y luego se van, verdad? No esperan seis
horas… -Youngsaeng reprendió ligeramente molesto.
- Él dijo
que debía esperar… -No supo por qué de repente se sintió como un niño que
acababa de hacer algo indebido.- Y-Yo…
- Hyung es
realmente un tonto. Debió suponer que estarías esperándolo hace muchas horas y
no demorar tanto para enviarnos. Es un desconsiderado… -Kyujong desvió la
mirada enojado.
- ¿Eh…?
¿Hyunjoong les envió? ¿Por qué? ¿Ocurrió algo malo? ¿Dónde está?
- Al
maldito nada. Sigue ocupado. Apenas terminamos las compras me envió un mensaje
pidiéndome que te buscáramos en caso de que no hubieses llegado al apartamento.
–Youngsaeng chasqueó la lengua molesto.- La verdad, no esperé que siguieras
aquí, considerando lo orgulloso que eres, pero veo que… me equivoqué.
- Hyung
dijo que te dijéramos que lo sentía mucho, pero no venir para su cita… dijo que
lo perdonaras, y le dijo a Youngsaeng hyung que usara su tarjeta de crédito
para que la sobregiraras comprando lo que desees, él se hará cargo de los
gastos. ¡Ah! Y que no le esperes despierto, llegará tarde… muy tarde. –El
maknae continuó.
- Ah… ¿Y no
dijo porqué no se comunicó conmigo?
- Supuso
que estarías furioso para responder sus llamadas. Al menos eso quiero creer.
–Youngsaeng vio como el semblante del segundo maknae se tornó peor de lo que ya
estaba, era muy visible el dolor en su mirada que comenzaba a cristalizarse.-
Como sea, vamos que ya es tarde.
- No se
preocupen, me duele un poco la cabeza y tengo frío. Mejor vayamos al
apartamento. –Fingió malestar y masajeó sus sienes intentando ocultar las
lágrimas que se asomaban por sus ojos.
- Ya no
pueden seguir así. –Rompió el silencio incomodo instalado, Kyujong miraba serio
a Jungmin.
- Déjalo
así. Será para otro…
- Sí, ya sé
lo que dirás, otro día… luego otro día, luego otro, otro y uno más. ¿Cuánto
tiempo tienen así? Él disculpándose y tú perdonando sus faltas. ¿Cuándo
reclamarás? ¿Hasta cuándo piensas detener esto, ah? No es sano para ninguno. -Jungmin
era su mejor amigo, le conocía lo suficiente como para saber que debajo de
aquella máscara de arrogancia y presunción existe un alma sensible y noble,
fácil de herir y romper. Además, por alguna razón sabía que había “algo” más
entre el HyunMin, pero tampoco quería involucrarse demasiado. Bueno, eso
pensaba hasta hace unos días… Kyujong no sabía cuál sería el momento adecuado
para abordar el tema que le escondían.- ¿Hasta cuándo Jungmin?
- No pasa
nada. Te lo he dicho antes. Todo está bien ¿No lo entiendes? Deja de hacerte
ideas extrañas. Entre Hyunjoong y yo todo está bien. –Defendió indignado,
estaban rozando un punto sensible de su corazón. Una letanía que insistía en
abrir viejas heridas del alma.- No digas nada.
- Hyung…
-El maknae lo sujetó con fuerza al percatarse de la alteración y la voz
quebrándose.
- Me parece
que Hyungjoon quería un nuevo videojuego que salió en la TV. ¿Y si mejor vamos
a Akihabara? Queda a cinco minutos ¿No? Además quiero ir a esos famosos Maid
Café. ¿Qué dicen? El que tiene la tarjeta en su poder soy yo, así que síganme o
quédense aquí con el peligro que los descubran. –Interrumpió Youngsaeng con voz
seria, tenía frío y ciertamente le molestaba el “exceso” de preocupación de
Kyujong para con Jungmin.
Ambos
amigos le miraron sorprendidos por su comentario fuera de lugar, pero el mayor
tenía el ceño fruncido. Estaba hablando en serio… y aun esperaba una respuesta.
- ¡Sí!
¡Siiií! ¡Akihabara Electronic Town! ¡Vamos, vamos! ¿Sííííí, hyungs…? –Con
ojitos de cachorrito, les miró suplicándoles.- Me he portado bien… ¿Sí?
Ante esa
mirada y expresión de entusiasmo, Jungmin olvidó momentáneamente su enojo y
tristeza, suspiró, sonrió poniendo mejor cara.
- Está
bien, vayamos a desquitar este mal momento endeudando monumentalmente al líder.
–Correspondió al abrazo.
- Perfecto,
ahora vayamos a comprar un billete de tren y en marcha. –Youngsaeng sonrió
victorioso, por fin se había acabado la discusión incomoda. Luego hablaría
seriamente con Hyunjoong, ciertamente esto comenzaba a ponerse grave por
situaciones tontas.
Caminaron
hasta una máquina electrónica en la que una vez que marcaron su destino y
pagaron, fue impreso su billete para abordar. No debieron esperar mucho ya que
las masas les obligaron a ingresar al vagón que en menos de lo que pensaron se
atiborró sin que pudiera caber un alma más. Las puertas se cerraron dejando
sentir una suave sacudida antes de ponerse en marcha. Youngsaeng miraba muy
entretenido el suelo tratando de ocultar las mejillas ruborizadas al estar
siendo prácticamente aplastado por el cuerpo de Kyujong que inútilmente
intentaba alejarse apoyando su mano en la pared, Jungmin sonrió divertido por
la escena, el vocalista del grupo podía ser un tanto alborotado con Hyunjoong
debido a la gran confianza de su amistad sin embargo cuando se trataba de Kyu
simplemente se volvía extremadamente tímido.
El tren se
detuvo minutos después, una voz artificial avisaba que habían llegado a su
destino; Estación Akihabara. Las puertas finalmente se abrieron para dejar
salir al flujo de personas… salieron sin problemas, bajaron escaleras de
acuerdo a las indicaciones hasta llegar a la salida con ese gran letrero:
“Akihabara Electronic Town”.
Con un par de indicaciones llegaron a la calle
principal Chuodori donde se vislumbraba extensas líneas de tiendas
electrónicas, manga y videojuegos. Los ojos del maknae brillaron de emoción,
era como un niño en medio de la tienda de juguetes más grande del mundo.
Jungmin tomó el brazo de menor para no perderlo de vista entre tantas personas.
Sacó de su abrigo el móvil esperando encontrar un mensaje, pero el buzón no
marcaba nada.
Baby Joon
apenas eligió un establecimiento se adelantó con ojos brillantes. Rápidamente fue
a los aparadores donde mostraban una increíblemente extensa legión de
videojuegos. Entre tantos aparadores se sintieron abrumados. Kyu apenas se
quedó en el primer mostrador al que se acercó curioso, Youngsaeng siguió al
maknae para luego después dirigirse al área de CD´s de Soundtracks de anime.
Jungmin negó suavemente cuando el menor de todos llevaba en sus brazos cerca de
docenas de estuches entre videojuegos y series de anime. Luego de razonar logró
que se decidiera por cinco. ¿Un capricho de vez en cuando no hacía mal, cierto?
Kyu tomó un
DVD de serie de anime de género shonen y otro DVD de OVA´s de la misma serie
que encontró en una sección al fondo. Youngsaeng tomó un par de CD´s de música
y un Videojuego. Por su parte encontró entre los DVD´s doramas, revisó las
portadas descuidadamente tomando dos series completas. Al pagar con la tarjeta
de crédito regalaba una sonrisa brillante, casi podían jurar que en cualquier
momento daría saltos de felicidad.
- ¡Ah!
¡Miren! ¡Miren! –Mientras daban un último recorrido en busca del “Maid Café
Perfecto”, según Youngsaeng que se quejaba de tanto caminar y que decía estar
agotado, habían ingresado a una pequeña plaza comercial. El maknae señaló un
curioso local lleno de maquinitas cubiertas de un extremo por una lona de
estampados llamativos donde adolescentes entraban y al salir compartían
sonrisas cómplices. A veces en grupos, otras en parejas acarameladas
inconscientemente movidos por la intriga se acercaron por el interés que
despertaba en los jóvenes y otros no tan jóvenes pero que de igual manera salían
con una sonrisa de oreja a oreja.
El misterio
quedó develado al cabo de unos minutos de observación… la identidad de esas extrañas
máquinas no era otra que la de un expendedor automático de fotos. Pero no se
trataba de cualquier expendedor sino uno que pueden hacer 100% fotos
personalizadas al completo gusto del cliente.
-
¿P-PURI…KURA? ¿Purikura? –El maknae leyó confundido las letras del nombre del
lugar.
- Creo
haber leído de estos locales en internet. Son muy populares entre los
adolescentes. Muchos vienen a tomarse fotos y las personalizan con todo lo que
el fabricante les permita hacer. Inclusive puedes elegir el tipo de impresión
entre el formato normal, stickers auto adheribles ó simplemente enviarlo vía
WIFI ó Bluetooh a tu celular ó cualquier dispositivo tecnológico. –Explicó
Youngsaeng.
- Ahhh… -El
menor no disimulaba su asombro como sus otros compañeros, luego se giró para
verlos con una enorme sonrisa.- ¡Yo quiero tomarme fotos! ¿Podemos ir hyungs…?
¿Podemos? ¡Yo quiero! ¿Siií?
Los mayores
intercambiaron miradas…
- P-Pero…
no sabemos cómo funcionan. –Kyujong se excusó.
- No creo
que sea tan difícil. –Hyungjoon desvió la mirada percatándose de un grupito de
niñas que intercambiaban sus stickers personalizadas entre risitas
triunfantes.- Si ellas pueden… nosotros también.
- Hemm…
bueno… si tanto lo deseas… -Jungmin miró al mayor de todos.
- Yah…
vamos… -Youngsaeng accedió y así los cuatro miembros de SS501 entraron al
lugar.
Esperaron
pacientemente a que las multitudes se marcharan, veían fijamente cada
movimiento que las personas hacían tanto para personalizar como para imprimir
esas dichosas purikuras.
Apenas se
desocupó una maquina el maknae les señaló impaciente. Inseguros entraron a la
pequeña cabina… un tablero electrónico de la pantalla plasma llamó su atención
¿Cómo demonios funcionaban esas cosas? Cada uno tenía la interrogante. Jungmin
al ver la carita ilusionada del menor suspiró y fue quien se atrevió a
presionar los controles. El menú desplegable le confundió mucho, al ir haciendo
clic otra ventana emergente aparecía preguntando otra elección que no lograba
comprender del todo. Finalmente logró activar la dichosa maquina iniciando el
temporizador.
- Ok. Creo
que ya está.
- ¿De
verdad?
- Sí… he
programado en diez segundos. –Miró la cámara del frente.- Supongo que solo
resta esperar y ¿posar?
Kyu le dio
una mirada comprensiva, todo lo que hacían por complacer al maknae.
- Bien…
entonces… ¿Nos tomaremos todos juntos las fotos? -Era una buena pregunta.
- Yo paso…
-Kyu salió.
- ¿Eh…? No…
- Y-Yo…
tampoco. -El mayor imitó al otro saliendo de la cabina.- Haces lindos aegyos,
¿de acuerdo?
-
E-Esperen…
- Mhmm… tú
querías tomarte la foto solo ¿No es así Joonie?
- ¡¿Qué…?!
No, esperen…
- No te
molestará si espero afuera ¿verdad?
- ¡Alto! Yo
dije que quería tomarme fotos con USTEDES. Así que regresen aquí y sean buenos
hyungs. –El menor reaccionó a tiempo y los empujó de vuelta a la cabina, pero
justo en ese momento una corta lluvia de flashes cayeron sobre ellos cegando
sus vistas.
- ¡Nooo! ¡Suéltame!
-
Joonie-ah… creo que no deberías…
-
Hyungjoon-ah… por favor.
- ¿Ya ven…?
–El menor los soltó cuando terminó aquello, tallando sus ojos. Una pequeña
alarma indicaba que las fotos estaban siendo procesadas.- Es su culpa. –Señaló
con su dedo índice cuando recuperado recogió las fotos que salieron minutos
después, por una rendija.- Aunque… captaron la esencia.
Youngsaeng
le arrebató las fotos inspeccionándolas detalladamente y frunciendo cada vez
más el ceño.
- ¡¿Esencia?!
¡¿Cuál esencia?! –Mostró las imágenes.- ¡Salí horrible! –Kyu tomó las
impresiones mostrándolas a Jungmin que pasaron de la molestia inicial a la
sonrisa divertida, se trataba de una secuencia del maknae con cara triste,
luego enojada, entonces en otra ellos abandonaban la cabina, posteriormente
Baby Joon se levantaban, los halaba enojado del brazo… entonces las expresiones
extrañas de los mayores al ser obligados a regresar y cuando discuten
forcejeando.
- Cierto…
desde un punto de vista “artístico” captaron el “alma” de la escena. ¿Cómo
deberíamos llamarlo? ¿“Obligados al primer purikura”? ¿”Baby Joon en su momento
de rebeldía”? –La risa divertida de Park fue un alivio para los otros tres que
tenían mucho que no escuchaban aquel sonido risueño, salido con honestidad. En
los programas las sonrisas y risas de Jungmin habían sido forzadas ó fingidas.
- Humm…
-Youngsaeng fingió enojo, se cruzó de brazos.
- Vamos,
hyung… en verdad la cámara captó tus mejores ángulos. –Kyu dijo
diplomáticamente obteniendo un leve sonrojo por parte del otro.- El príncipe
salió igual de encantador.
Aquella
sonrisa amable tuvo un efecto devastador en el interior del vocalista, el corazón
dio un salto doloroso y comenzó a palpitar aceleradamente. Rompió su imagen
caprichosa bajando la mirada avergonzado.
- Tengo
sed. –Desvió su rostro para ocultar sus mejillas ruborizadas.- Si gustan
continúen jugando con esas maquinas, yo esperaré en esa fuente de sodas. Denme
las compras para que puedan estar más cómodos. –Estiró la mano esperando que
las bolsas le fueran entregadas.
- Te
acompaño. –Kyu se ofreció gentilmente.
-
¿S-Seguro…? N-no te p-preocupes por mí. Y-yo… les esperaré. Estoy un poco
cansado… n-no he dormido bien. –Se excusó.
- ¿Qué?
¿Por qué no decirlo antes? –La honesta preocupación estremeció a Heo que
comenzó a incomodarse, el menor se acercó tocando la frente sin notar el
temblor que provocó.- ¿Te sientes mal hyung?
- N-No…
solo… solo un poco de insomnio. –Se alejó lentamente.
- Mejor
regresemos. –Jungmin rompió el silencio también alarmado por la salud del
mayor.
- ¡N-No!
Estoy bien… solo voy a tomar algo dulce y descansar. Ustedes no se preocupen,
vayan, vayan. –Sonrió lo mejor que pudo.
- ¿Seguro…?
–Dudoso preguntó el maknae.
- Seguro…
ahora, continúen. –Caminó hasta el otro local seguido por Kyujong que le liberó
de la carga de las compras, aquel simple gesto hizo muy feliz al mayor.
- No
tardaremos. –Prometió Jungmin viendo como Kyujong obligaba a sentar al vocalista
colocando cuidadosamente las bolsas para ir a comprar bebidas.
Batallaron
unos minutos más, antes de rendirse… Jungmin no podía con toda la gama de
opciones y controles, algunos menús estaban en inglés. Se había cansado de
buscar la manera de personalizar las tomas. Regresaron con emociones
diferentes, por una parte estaba Park que ya estaba fastidiado por no poder
haber logrado funcionar la máquina, y por la otra se encontraba el maknae con
su carita triste por el fracaso.
- Argggh….
Esas cosas son imposibles de manejar, al menos para mí. Lo siento mucho
Joonie-ah. –Jungmin se disculpó con el menor mientras tomaban asiento en la
mesa de la fuente de sodas junto a los mayores que parecían haber entablado una
conversación, pero luego se percataron de que se trataba de un interrogatorio
por parte de Kyujong y que Youngsaeng respondía tímidamente.- Nunca pude
encontrar el tipo de impresión de stickers… me enredé con tantas opciones.
- No te
preocupes hyung. Hiciste lo que pudiste… -Dio su mejor sonrisa.- Me hubiera
gustado poder habernos tomado algunas fotos con ustedes, pero bueno… al menos
tenemos la primera que nos tomamos.
Agitó las
fotos con gesto triunfante.
- Será para
la otra, lo prometo. –Youngsaeng recuperó el valor con su llegada.- ¿Y ahora
qué? ¿Regresamos…? Todavía podemos ir a un karaoke.
Los chicos
que ocupaban la mesa rectangular ignoraron su alrededor mientras pensaban y
tomaban una decisión.
- Cierto.
¿No quieren ir al karaoke…? -El maknae cuestionó aun todavía muy frustrado
Jungmin que de mala gana bebía su café.
- Argggh…
esas maquinas del demonio… no comprendo ¿Qué hice mal? Seguí las instrucciones…
es realmente molesto, unas chiquillas pueden ¿Por qué yo no? Tal vez… -El
mencionado tan solo hablaba en voz alta para desahogar su molestia ignorando lo
dicho por su compañero. Los mayores tan solo negaban por su terquedad.
- Hyung…
-Intentó llamar su atención.- De verdad no te preocupes tanto.
- Es que,
sí puedo. Solo necesito un poco de práctica y asesoría. Sí, eso… -Miró a su
interlocutor con una sonrisa animada.- Pero ahora, ¿A quién le puedo pedir
ayuda, a la dependiente…?
- Si me
permiten yo puedo ayudarles. Podría decirse que soy un experto. –Una
desconocida voz en perfecto coreano llamó la atención de los chicos que
dirigieron su atención justo detrás de donde estaba Jungmin. Lo contemplaron
intrigados por la repentina intromisión.
- Lo
siento, pero… -Youngsaeng iba a responder para alejar al extraño de buena
voluntad, era suficiente con Park, debía olvidar ese asunto, se lo iba a llevar
lejos de esos aparatejos.
- Para mí sería
un verdadero placer… -Continuó con esa gentileza.
- Gracias… Disculpe
¿Es usted coreano? –Kyu interrumpió mirándolo fijamente y ante el asentimiento
del desconocido el otro permaneció pensativo, posteriormente soltó lleno de
duda.- Perdone mi imprudencia… Pero, ¿Nos conocemos de alguna parte?
- Por
supuesto, hace años… puedo decirles que fuimos grandes amigos. -El susodicho
volvió a asentir sonriendo cálidamente.- Vivimos grandes momentos en nuestra
etapa de formación.
- ¿Usted…
de casualidad se llama Lee Dongbae…? -Un escalofrío recorrió la espina dorsal
de Jungmin que de inmediato comenzó a observarle detenidamente.
- Tiene
tanto tiempo que no escuchaba ese nombre que ahora me suena extraño. -El origen
de la voz era un joven alto, atractivo, con una gentil sonrisa de brillante
dentadura, sus cabellos oscuros caían graciosamente enmarcando sus facciones de
suaves líneas varoniles, vestía en todos cafés y beige, esa gabardina de piel
le regalaba un aire de elegancia.- Hola,
tanto tiempo sin vernos…
Kyujong
dejó la curiosidad para mostrar sorpresa, se levantó de inmediato y fue hasta
ese joven estrechando la mano extendida.
- ¡Hyung¡
¡Lo sabía! ¡Lo sabía! Desde que lo vi
supuse que era usted, pero tenía miedo de confundirme. ¿Cómo ha estado? ¿Qué
hace aquí? ¿Viene solo? Lo hemos extrañado. –La voz aunque atropellada no
ocultó su entusiasmo creciente.- Chicos, es Dongbae hyung… ¿Recuerdan? Tú si
debes recordarlo Jungmin-ah, vamos, desde antes de formarse el grupo… en la etapa
de entrenamiento.
Un
asombrado Park abrió los ojos producto del shock del que era preso. Barría de
arriba hacia abajo a la persona frente a él, aunque había cambiado su
apariencia era él. Era él… su voz, sus ojos… su sonrisa.
- Perdón
por la intromisión, la verdad... –Cerró un ojo como un niño a punto de confesar
una travesura.- Les vengo siguiendo desde hace minutos, les vi saliendo de una
boutique y me emocioné porque los extrañaba mucho… pero tampoco estaba seguro,
es decir… han sido como 3 años desde la última vez que nos vimos ¿Cierto? y los
seguí para asegurarme que fueran ustedes. Fue una buena decisión porque tengo
la oportunidad de verlos de nuevo. Han crecido y cambiado…
Youngsaeng
y Hyungjoon pronto encajaron el nombre con los recuerdos de su período de
traineers, se levantaron para saludar a ese viejo amigo que una vez que fue
expulsado del proyecto de SS501, abandonó la agencia perdiéndole contacto desde
entonces. Jungmin los imitó torpemente, correspondió a la sonrisa, no podía
dejar de verle. Como queriendo asegurarse de que esa persona estuviera bien,
una preocupación mezclada con cariño invadió su cuerpo. Tanto tiempo… sin verle,
ni escucharle… era su hyung.
- ¡Lo
siento tanto, hyung! –Youngsaeng se ruborizó avergonzado por no haber
reaccionado antes.- Y-Yo… me alegro de verle.
- El tímido
Youngsaengie-ah… sigue siendo igual de encantador. –Respondió restándole
importancia a la disculpa.
- ¡Dongbae
hyung! Dongbae hyung… se ve muy bien. –El maknae no conteniendo sus emociones
terminó por abrazar al mayor que soltó una carcajada correspondiendo al gesto.
- Baby Joonie-ah…
el dulce maknae… también se ven muy bien. He escuchado cosas muy buenas de
ustedes. –Le soltó para verle mejor, el otro sonrió contento.
- Jungmin.
–Dongbae se quedó mirando al menor esperando su reacción, pero el entusiasmo le
ganó, haló esa mano que tímidamente iba a su encuentro y lo abrazó.-
Jungminie-ah… les extrañé tanto… te extrañé más.
Aquel
simple abrazo abrió las compuertas a un tumulto de emociones olvidadas en el
fondo de su ser, temerosamente sus extremidades se cerraron en esa espalda. La
colonia de caballero inundó su olfato, el calor reconfortó de alguna manera la
soledad. Él había sido muy cercano en el pasado, su hyung que siempre le
escuchaba cuando tenía problemas, que sin importar la hora ni el día siempre le
tenía tiempo para compartir con él. Junto a Kyu fueron los dongsaengs más
allegados al mayor, que por ser un traineer veterano les cuidó y aconsejó
sabiamente. Lee Dongbae... había sido uno de los mejores traineers, casi toda
la agencia lo conocía, le estimaba por su personalidad tan amable y entusiasta.
- H-hyung…
-Solo esa persona le hacía sentirse como un maknae, tan pequeño.
- ¿Y
Hyunjoong-ah? ¿No vino con ustedes? –En cuanto se separó preguntó por el
faltante.- Dicen que es un buen líder y al verlos buen cuidados lo creo así.
- Hyunjoong
no pudo venir, hyung. Ahora tiene muchas responsabilidades pero nos dio día
libre para salir a divertirnos.
- Ahh… ya
veo. Espero que lo saluden de mi parte. –Contempló a sus dongsaengs, cuatro de
cinco. De repente sintió nostalgia, añoró volver a esos días en que los seis
entrenaban arduamente para cumplir sus sueños.
- Dongbae
hyung… ¿Qué ha sido de usted? ¿Viene solo? ¿Cuánto tiempo se quedará? –Kyujong
miraba a su alrededor para encontrar a algún acompañante.
-
¿Dongbae…ah? Woho… -Esbozó una sonrisa torcida.- Siento como si estuvieran
llamado a otra persona. Es extraño, hasta ahora nadie había utilizado mi nombre
real. Creo que ya lo había olvidado.
- ¿En serio…?
- Así es…
todos me llaman César. –Contestó al grupo de chicos que le miraban
desconcertados al escuchar la última palabra, sonaba tan exótica, extranjera.-
¿No quieren algo de comer? Yo invito.
- ¡Ah! No
se preocupe hyung… nosotros acabamos de almorzar. De verdad. –Se excusó
Youngsaeng en nombre de todos que asintieron a lo dicho.
- ¿Seguros…?
no tengan pena, soy yo.
- De
verdad, no se moleste hyung… -Jungmin replicó tímidamente.- Ya nos íbamos.
- Mhmm….
Está bien. Pero deben dejarme invitarles otro día. ¿De acuerdo? –Sonrió cuando
los menores sintieron esbozando esas sonrisas juguetonas.
- ¿Cesare?
–Baby Joon no estaba seguro de haber escuchado bien.
- ¿Eh…? No,
César. Cé-Sar. –Deletreó.- Repítelo con calma.
- Cé-Sar…
-Repetía el menor, esa palabra tan extraña. La pronunciación era complicada
para él.
- Cé-Sar…
-Kyujong se unió a la clase de lenguas seguido de un Youngsaeng que fruncía el
ceño confundido.
- César.
–Como era de esperarse de Jungmin, fue el primero en dominar aquella palabra.-
César.
- Así
es…César. Ese es mi nuevo nombre. Desde que entré a Blarkrose Ent., al
principio resulta un poco raro pero después te acostumbras. CEO Park
HyeMin-sshi fue quien así me bautizó, dijo que ese nombre me quedaba porque se
trataba del primer solista de la compañía, sobre mis hombros descansa la
responsabilidad de guiar y cuidar a mis demás compañeros. Ah, y también porque
soy yo quien debe crear el imperio de la Rosa Negra. –Explicó divertido
mientras recordaba ese episodio.- Y bueno… desde entonces dejé de ser Lee
Dongbae y me convertí en César.
- ¿Blackrose
Ent.? Eso quiere decir que…
- Así es,
también soy cantante. Mi nuevo hogar es Blackrose… aunque la agencia coreana es
muy pequeña en América y Europa somos una enorme familia. Algún día los
presentaré, hay chicos de su edad que son muy divertidos, estoy seguro que se
harán amigos.
- ¡Felicidades
hyung! ¡Está cumpliendo su sueño!
- Esto fue
gracias a ustedes… especialmente a Jungmin-ah que sin consejo yo no estaría
aquí.
- ¿Tiene
mucho tiempo en el medio?
- Soy
generación 2004-2005. Debuté poco antes que ustedes.
- Ahh…
entonces si usted está aquí es… ¿Trabajo?
- Ajá, es
por trabajo, estoy haciendo una gira en Japón. De hecho todavía debo recorrer
Okinawa y Osaka antes de culminar. ¿Y ustedes? Ya sé que debutaron como SS501 y
están promocionando aquí, pero ¿Se quedarán mucho? Para planear una reunión… yo
quiero frecuentarlos, claro, si ustedes gustan.
- Qué cosas
dice hyung… ¿Por qué no nos gustaría, ah?
- No lo sé…
quizás no soy aceptado. –Por un momento la mirada se volvió seria.
- Para
nada, estaremos encantados de recuperar nuestra amistad. ¿Verdad Jungmin-ah?
–El aludido estaba perdido en sus pensamientos que cuando escuchó su nombre
tembló asustado. Sin poder evitarlo un sonrojo ocupó lugar en sus mejillas al
verse descubierto por la mirada de César.
- C-claro… -Atinó
a decir no muy seguro de lo que habían estado hablando.
- Eso sería
fantástico. –Sonrió al ver aquella expresión de su dongsaeng.- Bueno…
regresando a lo inicial. ¿Quieren que les enseñe a manejar la máquina de
purikuras? No es difícil… creo que puedo decir que tengo doctorado en eso. Cada
vez que venimos a Tokio es una regla obligada tomarnos muchas fotos.
-
¿Venimos…? –Preguntó curioso Youngsaeng.
- Me
refiero a mi familia de Blackrose que me acompaña. –Confesó tranquilamente
mientras se ponía de pie.- ¿Entonces…?
- ¡Siiií!
–Baby Joon imitó entusiasmado al mayor, halando el brazo de Jungmin para que le
siguiese.- Hyung intentó dominar los controles pero creo que se confundió…
podría enseñarnos.
Youngsaeng
y Kyujong les siguieron de vuelta al local, donde pacientemente César les
enseñó a dominar la consola y tras un par de repeticiones los cuatro miembros
de SS501 aprendieron a utilizar la expendedora de purikuras. Emocionado el
maknae se tomó muchas fotos con los cuatro, estaba divirtiéndose de lo lindo
personalizando las tomas, usando las plantillas predeterminadas, poniendo y
quitando toda clase de figuras, sus blancos predilectos fueron Heo y el mayor
de los Kim que no tuvieron opción más que cumplir el capricho del menor.
César y
Jungmin por su parte regresaron a la mesa de la fuente de sodas una vez
terminada su sesión de fotos, se habían puesto de acuerdo que debían turnarse
debido a las bolsas de las compras. El ambiente había cambiado por completo
ahora que no estaban los miembros de SS501. Jungmin lucía tan incomodo como el
mayor estaba serio admirando concentradamente la tira de fotografías resultado
de sus clases intensivas, no habían articulado palabra alguna desde que tomaron
asiento. De repente todo era tenso y silencioso, no había atisbo alguno de
simpatía a comparación de la conversación amena de minutos atrás, pero ese
juego de mutismo que parecía extenderse todo lo que durara el juego de Baby
Joon fue roto por la voz profunda de César después de despegar sus ojos de los
purikuras.
- Veo que
has estado muy bien y eso me alegra mucho. -Aquello logró que Jungmin le mirara
extrañado, sigue sin entender ese extraño sentimiento de añoranza que domina su
pecho y pensamientos ahora que está con él, quizás porque fue un hyung muy
bueno.- ¿Sabes?… si estuviéramos en otra situación, pediría tu número
telefónico para poder llamarte más adelante pero, creo que no sería correcto…
¿Ni siquiera amigos, verdad? –Continuó al ver que el menor le miraba apenado.
- Y-Yo…
n-no… no sería correcto. Lo siento. -Respondió finalmente desviando la mirada
producto de la ansiedad que le producía estar a solas con él.
- No te
disculpes, aun así… soy muy feliz por esta oportunidad de verte. -Miró
directamente los ojos que le rehuyeron, Jungmin sujetó con fuerza el vaso de té
en señal de nerviosismo e incomodidad.
- ¿En dónde
estará… digo… después de promocionar…? -Intentó cambiar el tema y el chico al
notarlo accedió.
- Tomaré un
periodo vacacional, iré a ver a mis padres y luego iré a Europa con unos
amigos…
- Ah… eso
es bueno… espero que se divierta. –Tímidamente susurró, de repente no sabía
cómo actuar con él. Tanto tiempo de sin verlo, la última vez que fue cuando se
despidieron.
- Gracias…
-Sonrió dulcemente sabiendo que eso era lo más lejos que podía llegar con
Jungmin, no era tonto, sabía que su presencia incomodaba, pero le era imposible
evitarlo. Había añorado tanto tenerle nuevamente de frente. Aunque lo correcto
dictara que debía alejarse, levantar murallas de distancia y no buscarle como
lo estaba haciendo… ya no podía frenarse.
- Así que es aquí donde estás perdiendo el tiempo
que no tienes. -Una voz ronca, profunda y fría interrumpió en perfecto
inglés al momento en que César quiso decir algo.- ¿Estás consciente de la niñería que has hecho? ¿Se puede saber por qué huiste
sin decir nada abandonando a tu staff?
Al voltear
Jungmin vio a un hombre alto, vestido con gabardina negra y bufanda gris… por
su tono de voz no se le hizo difícil comprender, a pesar de no saber el idioma,
que reprendió a César, éste sonrió apenado.
- Lo sé, pero era algo que debía hacer solo.
Perdón. –Dejó el asiento y fue al encuentro de ese hombre de mirada
cortante contestando en el mismo idioma.- No
te enojes Ti-San… envejecerás pronto.
El sujeto tomó
del brazo a César, Jungmin se puso de pie. Parecía que ese hombre golpearía a
su hyung… tenía que hacer algo.
- Deja de jugar y… -El sonido de un móvil
interrumpió al agresor que sin soltarle sacó el aparato, ver la pantalla del
Smartphone hizo que frunciera el ceño.- Escúchame
bien… se han preocupado mucho por ti y te buscan desesperados. Me han tenido
que sacar de la agencia para buscarte porque no llevaste celular. Todavía tengo
que forzar a Ori para que salga de la tienda de mascotas ya que sufre un ataque
protectora de animales… así como a Lyra y a Alan que han encontrado su paraíso
en una boutique. –El móvil volvió a sonar y una ceja se enarcó pronunciando
más una peligrosidad digna de escapar.- Y
por si fuera poco Asha no para de llamar como psicópata ya que a última hora se
le ocurrió hacer cambio de trajes y le urge hacer las pruebas de vestuario. Es muy
tarde, aun tienes un ensayo general antes de la presentación pero a ti se te
ocurrió jugar a las escondidas ¿Y quieres que no me enoje?
- Todo va a salir bien. –Respondió
tranquilo a pesar de la expresión terrorífica del otro dando suaves palmaditas.-
Por cierto, quiero presentarte a alguien…
-Se volvió hacia Jungmin que no escuchaba los susurros.- No te preocupes,
él no muerde. –César contestó en coreano sonriendo.
Caminó
llevando al adulto frente al miembro de SS501.
-
Jungminie-chan… te presento a Rarti-san. Él es un gran apoyo, es la persona que
ha cuidado de mí, siempre ayudándome. –Señaló con un tono diplomático.- Rarti-san,
te presento a Park Jungmin-chan es una de mis personas especiales de cuando era
traineer.
- Así que
es él, la persona de la que siempre me hablas. -La respuesta en coreano fue fría
y cortante, semejante a una queja, que congeló a Jungmin y se sintió desarmado
ante el más alto.- Sí… Park Jungmin, fecha de nacimiento 03 de Abril 1987,
signo zodiacal Aries y signo chino Liebre. Segundo maknae de SS501 Vocalista y
Bailarín. “Sexy Carisma”, amante de la zanahorias y los malvaviscos…
Un muy
ligero sonrojo adornó el rostro de César ante la revelación de Rarti que a modo
de desquite soltó como si nada. El móvil continuó sonando de manera insistente
rompiendo con el silencioso intercambio de miradas. Park también se ruborizó,
luego se sintió intimidado por ese par de ojos fríos que escrutaban de manera
arrogante. Hizo una reverencia intentando sobreponerse a ese extraño terror.
- Un placer
conocerle… -Se levantó temeroso.
-
Igualmente… -Soltó de manera rígida.- Lamento interrumpir pero debo llevarme a
César ya que tiene muchos asuntos que atender.
Sin dejar
tiempo a réplicas el mayor hizo una reverencia, dio media vuelta con su
dongsaeng y se puso en marcha.
- ¡E-Espera un momento! Por
favor… Ti-san… por favor, haré todo lo que quieras pero déjame despedirme de
los demás chicos, Ti-san… –Rogó intentando convencerlo.- L-lo siento mucho Jungmin-chan… me despides
de los demás. ¡Cuídate! –Dijo apresuradamente sin oponerse a la voluntad de
Rarti que lo halaba del brazo para evitar que escapara mientras con la otra
mano finalmente respondía aquella llamada.
Jungmin se
quedó sin palabras al no comprender lo que realmente había pasado. Se percató
de la relación cercana de su hyung con ese hombre aterrador, porque no le temía
y mostraba simpatía por él. Nunca se lo hubiera imaginado, eran como el agua y
el aceite.
- ¡Hyunggggs!
–Baby Joon lo sacó de sus pensamientos llegando hasta él con cinco tiras de
fotos-stickers, pero al ver que solo estaba Park su rostro se volvió
preocupado.- ¿Y Dongbae hyung?
- Ahh…
bueno, tuvo que irse porque tuvo un asunto de emergencia. –Contestó.- Su
personal lo encontró y se lo llevaron, creo que por seguirnos se escapó de
ellos. Quería despedirse de todos ustedes pero no pudo. Tú sabes, trabajo. Así
que me pidió que lo despidiera de ustedes.
- Yo quería
despedirme en persona. –Hizo un adorable puchero.- Ni siquiera intercambiamos
números telefónicos ni emails para comunicarnos. Es una lástima. ¿Cuándo lo
volveremos a ver?
- Ya, seguro…
seguro que después lo encontramos. –Respondió dudoso pero creía que necesitaba
decirlo para calmar al menor.- Bueno ¿Y los demás?
- Están
esperando la última tira. –Sonrió.- ¡Sacamos muchas fotos divertidas! ¡A unas
apliqué el fondo de Naruto y Bleach! Deberías verlas, Hyungs se ven tan
graciosos. –Entregó el producto de su juego.
El mayor
veía las fotos sin realmente ponerle atención. Aquel encuentro definitivamente
era una mala broma del destino. Intentaba asimilar lo ocurrido… Dongbae había
llegado a su vida repentinamente, justo como lo había hecho antes. Pero ahora
era diferente, ahora era conocido como César… ahora, él lucía más extrovertido
que antes y parecía haber encontrado a alguien.
- Hyung…
-La dulce voz de su dongsaeng le extrajo de sus cavilaciones.
- ¿Sí…?
- Tu móvil,
hyung… está sonando ¿Acaso no escuchas? ¿Pues en qué piensas, hyung? –Entre
risas divertidas tomaba las fotos.- Deberías contestar.
- ¡Ah!
Cierto. –Rebuscó entre los bolsillos de su abrigo hasta encontrar el celular
que vibraba, resplandecía y sonaba al mismo tiempo, prestó atención al
remitente, tan solo presionó el botón verde.- Moshi moshi.
“¿Por qué no contestabas? Estaba
preocupándome” –La voz
profunda de Hyunjoong paralizó a Jungmin. “¿Jungminie...?
¿Me escuchas? ¿Estás ahí? Responde. No tengo tiempo para escenitas… ¿Dónde se
encuentran? Ya rebusqué todo Shibuya y no los encuentro.”
Una balde
de agua fría bañó su cuerpo, aunque su mente indicara que reaccionara no
parecía controlar sus movimientos. Porque simplemente estaba helado. Después de
seis horas de espera más cuatro de shopping por fin el líder de SS501 se
dignaba en llamarle y por su tono nada amable supo que no estaba de humor. Pero
su corazón se estrujó añorando un dulce cumplido, no un regaño. Tembló
ligeramente y justo antes de que el celular escapara de sus manos reaccionó.
“Jungmin… no estoy jugando.
¿Dónde están? Responde, ahora.”
- Te estuve
esperando, pero no llegaste. ¿Qué sucedió? ¿Por qué no me llamaste antes? –No
era una queja ni reclamo, más bien era la ansiedad reprimida que necesitaba de
una explicación para morir.
“Eso no responde mi pregunta.
¿Dónde están?”
- Me
preocupé mucho por ti.
“Hablamos más tarde de eso.
Ahora dime, por favor. ¿Dónde están?”
- Akibahara.
–Soltó mecánicamente.
“¿Akibahara…? ¿Y qué hacen allá?
Dije claramente que te llevaran a Shibuya.”
- Fue mi
idea, quise compensar a los chicos porque fueron a buscarme.
“Los quiero en la estación de
Tokio, pasaremos por ustedes. El manager acaba de recibir órdenes de un evento
que debemos cubrir. La invitación llegó a la agencia y nosotros asistiremos en
representación. Comienza a las 9:00pm y ya son las 7:45pm. Reúne a los chicos y
regresen, a la salida la minivan les esperará. Yo voy de regreso al apartamento,
el staff está arreglando el vestuario.” Dio por
terminada la llamada dejando al menor con un nudo en la garganta.
- ¿Hyung…?
¿Qué pasa? –La expresión seria del menor le indicó que su rostro debía lucir
deplorable, forzó una sonrisa.
- Era
Hyunjoong… dice que tenemos trabajo. Nos quiere de regreso porque el evento
comienza en unas horas.
- ¿Vamos a
cantar ó a una entrevista?
- Nada de
eso, tan solo asistiremos como invitados. Él va al apartamento. –Suspiró.-
Bueno, ayúdame con las bolsas y vayamos por los demás. La minivan nos recogerá
a la salida de la estación.
El menor
asintió, le miró como queriendo decir algo, pero entonces cerró la boca y le
siguió en silencio.
Apenas
avanzaron unos pasos cuando vieron a los mayores acercarse a ellos.
Mecánicamente repitió todo lo anterior, desde la inesperada despedida de César
hasta las instrucciones del líder. Kyu borró su sonrisa y se puso serio
mientras que Youngsaeng ocultó un ronroneo molesto. Otra vez Jungmin tenía esa
expresión… a punto de llorar.
Toda la
alegría que hasta esos momentos había brillado en los ojos oscuros de Park
murió, nadie dijo nada más y en silencio se dirigieron de vuelta a la estación.
Pagaron el billete y abordaron. El segundo maknae no se percató de las miradas
de sus compañeros cuando suspiraba. Miraba desinteresadamente por la ventana
que regalaba una borrosa vista de la ciudad.
Tal y como
les habían dicho, la minivan esperaba impaciente cuando salieron de la
estación. Fueron apresurados por el manager que se sumergió en una llamada
telefónica. Youngsaeng y Hyungjoon conversaban mientras que Kyu le miraba
acusadoramente.
Llegaron al departamento invadido por
estilistas y vestuaristas que les arrebataron lo que llevaban en mano
guiándolos al baño. El líder estaba siendo peinado al mismo tiempo que recibía
instrucciones del manager, esa fue la causa por la que no intercambiaron
palabras ni de saludo. Todo era confuso, las personas entraban y salían de las
habitaciones llevando o trayendo cosas. El vestuario dispuesto era casual pero
elegante, chic y divertido. Uno a uno pasaron de mano en mano para su arreglo
respectivo. El manager les contó que a su agencia japonesa le había llegado una
invitación por parte de representantes de otra para asistir a un evento, y
ellos fueron asignados como asistentes. De camino al lugar por fin conversaron,
gran parte de la agenda de Japón quedaba aplazada para primavera ó verano del
2009, les dieron la noticia que regresaban a Seúl ¿Las razones? Kim Hyunjoong
estaría grabando el drama, Jungmin tenía propuestas para un musical y al
parecer el trío restante sería parte de un proyecto nuevo. Las actividades
grupales de SS501 quedaban temporalmente suspendidas en Japón. Hubo protestas
así como diversos ánimos debido a esas decisiones, pero la conversación cambió
de giro concentrándose en el día libre que los cuatro miembros habían tenido,
cada uno narró sus partes cortándose, poco antes de llegar al encuentro de
César, debido a que habían llegado a su destino.
Se trataba
del famosísimo Tokyo Dome. La codosal estructura soberbiamente les dio la
bienvenida bañada en las luces de enormes reflectores. La curiosidad hizo mella
en sus rostros conforme fueron conducidos por la típica entrada VIP, escoltados
por personal de seguridad se percataron del movimiento que se llevaba a cabo.
El sonido de una multitud sincronizada en un solo grito de furor llamó su atención,
no se distinguía qué era lo que decían gracias a la fuerte música que retumbaba.
El manager nervioso con los pases en mano buscaba con la mirada dentro de la
gran sala de espera.
- Hyung… -A
pesar de ser un susurro los cuatro restantes miraron donde el maknae señalaba
asombrándolos todavía más. Pues ignorando a la prensa que impaciente se ubicaba,
entraron un grupo de personas de extranjeros; entre altos, bajitos, delgados y
rellenitos. Entre blancos, morenos y negros. Entre rubios, castaños, pelirojos,
pelinegros… occidentales y asiáticos. Compartían dos cosas entre tanta mezcla
intercultural… hablaban inglés y vestían el mismo uniforme. Jeans y playeras
blancas con un el logo tipo frontal de lado izquierdo estampado a escala de
gris y negro, portando en la espalda una figura diferente. Un escudo en color
negro y un deslavado púrpura dos laureles cruzados debajo de aquella extraña
figura curva.
- No se
queden ahí, debemos movernos. –El manager replicó cuando se dio cuenta que su
grupo no seguía sus pasos. El poco staff que llevaron les empujó gentilmente
alejándolos de la escena.
- ¿Son
muchos extranjeros, cierto? –El maknae susurró.
- Es
extraño. –Youngsaeng respondió.
- ¿Qué
clase de evento es este? –Jungmin preguntó al aire.
- Un
recital. –El manager dijo perdiéndose entre pasillos.- El anfitrión es una
celebridad muy querida pero que había estado en el extranjero últimamente, con
motivo de su regreso al mercado japonés ha hecho esto. Tan solo se tratan de
unas cuantas presentaciones, al parecer hará un gran comeback en el 2009.
- Déjeme
ver si entendí. Esto es solo una presentación cualquiera porque su Grandioso Comeback
será hasta 2009… -Hyunjoong comenzó a hablar ácidamente.- Así que… ¿Lo hace
aquí? ¿En el Tokyo Dome? Es un chiste ¿Cierto? ¿Qué clase de persona es? ¿Y
dónde piensa hacer su Comeback? ¿Acaso hay un lugar todavía más opulento?
- Y eso que
todavía no les he dicho una curiosidad de esta celebridad.
- ¿Qué es…?
- Como
vieron, hay mucho movimiento. Hasta la prensa está muy emocionada. Debieron
esperar largamente hasta que decidiera volver a presentarse. Pero hay una
pequeña curiosidad… él no es japonés. Sino un extranjero.
- ¡¿Es
Madona?! ¡¿Michael Jackson?!
- No es
americano ni europeo… sino coreano.
Los cinco
miembros se quedaron de pie.
- ¿DBSK?
–Hyunjoong contestó ilusionado, si eso era cierto vería a Jaejoong.
- Pero… no
es AVEX.
- Así es
Jungmin. Esta celebridad es solista.
- ¿Bi Rain
hyung? ¿Se7en hyung?
- No… nada
de eso chicos. –Se detuvo en una puerta.- Bien, hemos llegado a la sala de
Backstage. Ahora que entren compórtense como las estrellas coreanas que son, se
trata de un sumbae así que espero que lo traten respeto. ¿De acuerdo?
Los chicos
asintieron movidos por la curiosidad. ¿De quién se trataría para tanto
alboroto?
- Hyung…
dinos al menos su nombre…
- Yo
tampoco lo sé Hyunjoong ¿Por qué crees que estoy nervioso? No sé quién es así
que no puedo darme una idea de cómo deberán actuar. Por eso les pido que cuiden
sus palabras para no ofenderle.
Contuvieron
la respiración durante unos momentos cuando la puerta fue abierta después del
toque suave, una chica rubia de ojos azules uniformada como las personas de la
entrada les saludó con una amable sonrisa después de mostrar la invitación VIP.
-
Bienvenidos sean –Una reverencia de 90 grados.- Llegan a tiempo, el concierto
pronto comenzará. Pero pasen para saludarle. –Se asombraron al escuchar esa
dulce voz en perfecto acento japonés, les dejó pasar.
- Enviamos
el arreglo floral temprano ¿Lo recibieron?
- Por
supuesto, muchas gracias por su gesto. –Les guió al interior.
La sala
estaba llena de personas, distinguieron entonces dos uniformes que se
diferenciaban por el logotipo de la espalda. Estaba el deslavado púrpura… y
luego uno con la misma base negra pero con relleno rojo sangre con contorno
blanco. El nuevo escudo estaba representado con una enorme cruz que separaba
dos letras “M” una mayúscula y otra minúscula. Al fondo se escuchaban las
instrucciones en inglés de una mujer, todos prestaban atención. El equipo de
logo rojo rodeaba a un conjunto de personas de vestuario llamativo pero de
diseño soberbio. El maquillaje de sombras oscuras y brillos plateados no
escondieron los rostros occidentales, eran los bailarines.
- Están por
terminar, no se preocupen. Le diré que llegaron. –La chica se alejó
abandonándolos en la entrada. SS501 se sitió intimidado por esas personas.
-
¡Hwaiting! –El grito tan conocido en corea que rompió con tanto inglés fue
seguido por un coro lleno de júbilo dividiendo la reunión grupal para formar
diversos equipos que murmuraban en diferentes idiomas.
Miraban
llenos de asombro y curiosidad. Nunca antes habían visto tantos extranjeros.
Los bailarines hicieron pequeños ejercicios de estiramiento. El cuerpo técnico
compartía opiniones y daban órdenes por radios, distinguieron a los
representantes de la celebridad gracias a los trajes sastres elegantes. Pero
Jungmin casi sufre un paro cardíaco cuando entre el equipo de los bailarines
distinguió a esa aterradora figura alta. Acomodaba el apuntador y el micrófono,
seguía vistiendo esa gabardina negra, miraba a dos chicos en particular
asiáticos, uno que podría pasar por primo lejano de Baby Joon; tenía una
sonrisa dulce y mirada risueña que contrastaba con su otro compañero que
fácilmente podría pasar por una versión más joven de T.O.P de Bigbang solo que más
salvaje y violenta adornada con una amenazante mirada, era mucho peor que
Rarti. Estos escuchaban atentos.
- No puede
ser… -Park retrocedió al hacer sus conjeturas. Rarti era conocido de…
- ¡Qué
agradable sorpresa! –La voz rompió el momento.- ¡No sabía que vendrían!
- ¡Hyung!
¡No sabíamos que este evento es por usted! –Kyujong sonrió entusiasmado cuando
llegó hasta ellos.
- ¡Hyung!
Tanto tiempo sin verlo. –Se dirigió al manager haciendo una reverencia a sus
invitados.- Hyunjoong-sshi… -Se dirigió al líder tranquilamente.
Aquella
especie de gabardina blanca sin mangas dejaba al descubierto unos brazos
torneados y la ropa que le envolvía como segunda piel mostraba un cuerpo
duramente trabajado. César acomodó su micrófono adherido a su mejilla gracias a
trozo de cinta del mismo tono de su piel.
- ¿No me
reconoce? Yo soy… Lee Dongbae… -Una tímida sonrisa adornó su rostro.
Jungmin se
puso nervioso al ver como la mirada de Hyunjoong se volvió cortante y el ceño
se fruncía ligeramente en un vano intento por controlar la furia. Ya lo había
recordado…
- ¿Lee
Dongbae…? –El hombre se puso tenso al no poder hacer memoria.
- Sí,
hyung… él fue traineer de la agencia. ¿Lo recuerda? El tutor de baile y canto
que Jungmin y yo tuvimos. –Kyu tomó la palabra.
- ¡Ahhh!
¡Dongie-ah! –Recordó el apodo cariñoso que en aquellos tiempos llamaban a
César. La sonrisa de felicidad junto a vergüenza se mezclaron cuando después de
hacer la reverencia estrechó la mano con unos de los mejores estudiantes de la
DSP Media Ent.- ¿Eres tú la celebridad que tiene a medio Japón agitado?
- Así es
hyung… ¿Estoy llenándolo de orgullo? Ustedes me formaron. –Dijo lleno de
gratitud.
- Seguro
que cuando lo sepan tus profesores estarán felices de verte triunfar.
- Muchas
gracias. ¿Se quedarán al concierto?
- Por supuesto.
Tenemos que ver a la gran estrella en acción.
- Espero
que sea de su agrado. –Un hombre trajeado se acercó a César.- Hyung… ellos
fueron mi primera familia. Vivimos muchos momentos juntos durante la dura etapa
de entrenamiento. Antes éramos compañeros de clases, ahora somos colegas… y
espero que pronto amigos. Le presento a SS501.
- Muchas
gracias por la cortés invitación, es un honor. –El manager el grupo dio la
reverencia seguido de los chicos que repitieron las mismas palabras.
- Al
contrario, es un honor que estén presentes. Ya que ustedes fueron quienes
educaron a nuestro César. Es un gusto conocerles. Nuestro joven siempre cuenta
agradables anécdotas que nos han permitido conocerle mejor. Blackrose lo ama
profundamente y estamos realmente orgullosos que sea nuestro emperador. Por favor
pasen a los palcos VIP y disfruten del recital que con mucho empeño César ha
preparado. –El manager del solista regresó el gesto.
- Lo
siento… debo irme. –César se despidió cuando un técnico le llamó percatándose
que la sala estaba casi vacía.- Debo hacer una pequeña rueda de prensa. Nos
vemos al término del concierto.
Acompañado
de su manager y representantes de la agencia salió en dirección donde esperaban
los reporteros.
- Por
favor, sean amables de seguirme, les llevaremos a los palcos. –La chica rubia
que les abrió la puerta les esperó y comenzó a caminar.- Esperamos que
disfruten del concierto. Gracias por venir.
Una
reverencia y se marchó. Los lugares estaban alejados de los demás invitados que
eran extranjeros. Pasando largos minutos que se hicieron eternos esperaron. En
las pantallas gigantes de alta resolución emitieron videos musicales de César
así como una pequeña reseña de lo que era Blackrose Ent., de un momento a otro
transmitieron en vivo la corta entrevista del solista. Los fans jubilosos
repetían el nombre de su estrella.
Una mujer de belleza exquisita así como de porte
imponente ingresó para ocupar el mejor asiento, estaba rodeada de varios
representantes. Mientras, los miembros de SS501 miraban azorados por la
estructura del escenario que emplearon diseños que desafiaban todo concepto,
giraban ansiosos sus miradas, excepto el líder que se sumió en sus
pensamientos. Las luces se apagaron dejando todo en una oscuridad temporal. La
voz del presentador anunciaba el inicio de lo que sería un grandioso concierto.
Luces, fuegos y lásers se fijaron cuando César ingresó de manera llamativa al
escenario.
Emperador.
Así lo llamaban y tal parecía que su compañía lo creía ya que no escatimaron
recursos en ese concierto elaborado por una producción de gastos
estratosféricos. En los intermedios se hicieron un bloques de bailes, donde
aquellos chicos que Jungmin vio con Rarti resaltaban por sus habilidades, César
se unió a ellos para una Battle Dance y posterior Battle Rap con Beatboxing,
los presentó como sus hermanos menores Lord G y JJ… el público estaba vuelto
loco de emoción que no se notaron las dos horas que llevaba ya el recital. El
repertorio de baladas fue para el final y el último número estaba por
presentarse.
- Quiero
agradecer la presencia de todos ustedes. Muchas gracias por darme tanto cariño
y apoyo. Sin ustedes no sería nada. Es triste tener que culminar esta reunión,
pero no es una despedida definitiva porque sé que he pasado mucho tiempo fuera
de Japón por eso el próximo año estaré de vuelta. Sin embargo tampoco me voy
triste porque me han recibido con muchos regalos, como si se tratara del
regreso de un familiar. –Se desplazó por todo el escenario dando la mano de sus
fans.- Por eso como último número, voy a cantar aquella canción que recibió
mucho amor. –Los gritos de la multitud aumentaron.- ¿La recuerdan? Lideró las
listas por tres meses consecutivos. “Dime
¿Por qué es azul el cielo? Dime ¿Cómo he de llegar hacia ti?”
La multitud
coreó aquellas notas… los lighsticks en tono morado se movieron lentamente como
dulces movimientos de un océano calmado.
- ¿La
recuerdan? Mi primera canción japonesa… “Esperando
por ti escribo letras al viento, Y la
brisa las arrastra lejos…” -Los
acordes de la banda no se hicieron esperar, mientras de fondo en las pantallas
fragmentos de un video musical captaron la atención de todos, lo que llamó la
atención fueron las gigantes letras en inglés del título de la canción… WAITING
4 U.
“Nuestras miradas se encuentran, Una vez más te digo, Te amo. Una vez
más me dices, Adiós… Déjame estar a tu lado. Porque… yo te seguiré esperando.”
-El coro fue
en conjunto, la mitad fue cantada por César y el resto por el público. La
música recordaba una triste melodía que compaginaba con aquella profunda voz
que transportaba a un mundo diferente gracias la carga de emoción que
transmitía la interpretación.
“Tic, tac, marca el reloj mientras vivo, Distintos mundos he caminado. Tic,
tac, pasa el tiempo y sigo aguardando.
Hay un espacio por ti. Duermo sin soñar… Vivo sin vivir, Esta agonía me
está matando, Muero porque no estás a mi lado. Escucha mi dolor, baby… Escucha
esta canción de amor…” -La segunda estrofa fue cubierta en su totalidad por el vocalista que no
dudaba en reflejar el dolor de un amante que sufre por una persona que le rechaza.
Las siguientes estrofas coincidieron con una repentina llovizna fría que con su
delicadeza cubría todo. Los fans armados con sus impermeables es inmutaron ante
la mala jugada del clima. Habían venido por su emperador y no se moverían.
Justamente
se dirigió a donde estaban los invitados especiales, cuando mirando
profundamente a los palcos VIP cantó en una maravillosa nota de tristeza…
“Aquí estoy… donde siempre he estado. Aquí estoy… donde me has olvidado.”
Fue tal el
impacto de sentimientos que aquellas dos líneas tomaron que conmovió a muchos,
excepto a Hyunjoong cuyos ojos brillaban en odio puro.
César continuó
desplazándose en curva por el escenario húmedo impregnando el mismo sentimiento
en el coro.
“Con esta melodía escribo letras al viento, Permitiendo que la brisa se
las lleve lejos…
Por favor escucha mi dolor,… Escucha esta canción de amor…
Te prometo que he de vivir… Por siempre esperando por ti.”
El líder de
SS501 no soportó aquello, se levantó ignorando al manager que le cuestionaba y
salió con los puños apretados. Jungmin fue casi corriendo detrás de él, para
evitar preguntas tan solo dijo que iban al baño. No necesitaba de más gente,
cómo pudo se deshizo del staff. A sus espaldas una lluvia de aplausos e elogios
fue quedando atrás conforme luchaba por llegar a su lado, el concierto había
terminado. Pero Hyunjoong tan solo quería golpear algo para disminuir la ira
que le quemaba el pecho.
- Hyunjoong-ah…
¡Espera! –Aquella voz preocupada calmó sus demonios internos, solo necesitaba
escuchar su nombre para saber que Jungmin era suyo. Disminuyó la velocidad de
sus pasos permitiendo que el menor le diera alcance, pero no se volvió para
verlo… tenía miedo.
- Me largo.
–Soltó conteniéndose.- No pienso seguir esta estupidez.
- Hyun…
Joong. -¿Cómo decirle? ¿Cómo convencerlo?- Es solo una canción.
Park se
arrepintió de haber hablado cuando el líder le dio la cara mirándolo con
resentimiento.
- ¡¿Una
canción?! ¡¿Una canción?! ¡¿Por qué lo defiendes, ah?! –Comenzó a gritarle.-
¡Te dedicó una canción! ¡Te la dedicó solo a ti! ¡Delante de mis ojos! No le
importó que estuviera ahí… ¡Dijo que te esperará! ¡Qué Te Ama! ¡¿Cómo quieres que lo tome, dímelo?!
- E-Es solo
una canción… un performance… yo te amo a ti. –Susurró quebrado.- Solo a ti.
Estoy contigo ¿Ó no?
Levantó la
mano izquierda mostrando su primer anillo de 100 días, alargó la mano para
acariciarle la mejilla. Hyunjoong se alejó.
- Necesito
tomar aire. Este lugar me asfixia. –Se volvió.- Dile al manager que regreso en
unos minutos. Quiero estar solo.
Abandonó al
menor con un sentimiento de dolor rompiendo su pecho. Si se quedaba más tiempo
terminaría por decir cosas horribles.
- Hyun… -Lo
llamó, pero este lo ignoró, se alejó perdiéndose en los pasillos. Entonces las
primeras lágrimas contenidas se deslizaron por sus mejillas. Ya no podía seguir
fingiendo, aquella frialdad le lastimaba mucho, necesitaba con urgencia esos
brazos, un beso y un “Te Amo". Se recargó en una pared intentando ahogar
un sollozo, cubrió sus labios con la mano.
Por varios
minutos intentó detener su llanto, respiró profundamente y con mucho cuidado
limpiaba su rostro, nadie debía enterarse.
- ¿Qué
ocurre Jungminie? Estás llorando. –El vocalista le miró preocupado, venía
acompañado de Rarti que justamente le ponía una toalla absorbiendo el sudor de
su cuello y extendía una botella de agua.
- ¡A-Ahh!
H-Hyung… y-yo… -Estaba aterrado por verle así, sentía vergüenza. No pudo
siquiera mirarlo.
-
Tranquilo… todo está bien. –Una mano cálida se posó sobre su espalda reconfortando
el dolor.- Ven, pasemos a mi camerino. Rarti logró sacarme antes de que los
demás vengan. Vamos. –Dulcemente levantó el mentón y sonrió.
- Yo... no…
-Quiso negarse pero de hecho ya estaban caminando hacia la puerta del camerino.
- No te
preocupes… vamos. –Repitió. Luego miró al mayor.- ¿No te molestará dejarnos
solos un momento, verdad Ti-san?
- No, de
todas maneras debo comprobar que Lord-G no escape otra vez. –Respondió al
detenerse frente a la puerta.- Tendrán unos minutos a solas, me encargaré de
que nadie se acerque pero no demoren mucho.
- Gracias.
–Sonrió aliviado.- Te prometo una cena… Cocinaré para ti.
- Que sea
pasta. –Dijo suspirando. Giró el picaporte dejándoles pasar.
- Eso será…
–Se despidió mientras el mayor se retiraba. Quedando solamente él y Jungmin.
- No me
gusta verte llorar de dolor… -La voz seria en nada se comparaba con el tono de
minutos atrás. Tomó un pañuelo de entre la atiborrada mesa del peinador y
gentilmente limpió las lágrimas.- Tú solo deberías sonreír…
- N-No
d-debería tomarse tantas molestias conmigo. –Finalmente pudo responder pero sin
hacer contacto visual.
- Eres
especial para mí, lo sabes… siempre quiero que mis personas especiales,
sobretodo tú, sean felices. –Continuó dulcemente pasando el pañuelo.- Ahora,
¿Me vas a decir porque estabas llorando?
Jungmin se
estremeció de solo recordar el motivo de su llanto. Negó lentamente…
- Minnie…
-En el más amable regaño insistió.- Peleaste con él, ¿Verdad? -Abrió sus ojos
sorprendido, Dongbae siempre había tenido
la capacidad de leer sus gestos. Le enfrentó lo más valiente que pudo, su
primer impulso era negarlo.
- No… -Negación.
- No sabes
mentir. Al menos no para mí. –Sonrió y luego su expresión fue de amargura.-
Porque con él derramas más lágrimas, sufres más…
El menor no
respondió, porque por mucho que fueran unidos, su vida privada era su vida
privada.
- ¿Qué fue?
–Indagó curioso y preocupado.
- …
-Jungmin permanecía reacio a responder.
- Vamos,
somos cercanos. Tenme confianza. –Insistió. El otro negó suavemente, pero nada
podía hacer con su expresión facial, ya no le quedaban fuerzas para
enmascararse.
- Déjame
adivinar… ¿Fue la canción, Waiting 4 U…
cierto?
- N-no…
- Por
supuesto que debió serlo, ya que cuando canté un fragmento delante de los
palcos VIP´s, él no dejaba de fulminarme con la mirada, si las miradas mataran
yo debía estar más que muerto en el escenario. –Aunque no bajó la mirada Park
descubrió un atisbo de arrepentimiento envuelto en timidez.- Si quieres yo
hablo con él para explicarle.
- ¡No!
–Jungmin exclamó revelando sus problemas privados, se controló e hizo una
reverencia.- Por favor no haga nada. No quiero problemas con él. Yo lo amo. Comprenda.
–Fue la primera vez que lo miró sin sentirse vulnerable.- Por favor.
- Está
bien… si eso te hará feliz, lo haré. –Respondió seriamente sosteniéndole la mirada.-
Pero ya no llores más, me duele verte sufrir por su causa…
- Gracias comprender.
- ¿Te gustó
el concierto? –Desvió el tema.
- Por
supuesto que me gustó. Tiene mucho talento. –Sonrió aliviado.- Le deseo lo mejor, hyung.
Ahora, con permiso debo volver con los chicos. -Se volvió dispuesto a salir del
camerino, tenía que encontrar al líder.
- Espera.
–César lo tomó de la mano entregándole las tiras de purikuras.- Con las prisas
de Rarti no pude dártelas.
- Ah,
cierto. –Sonrió al ver esas poses y plantillas personalizadas.- Hyung es
fotogénico.
- Mhmm… la
práctica. –Respondió César acercándose para contemplarlas juntos.- Créeme que
cuando pasas mucho tiempo con extranjeros fanáticos de los purikuras te vuelves
un profesional. –Soltó una carcajada.- Rarti si es fotogénico, pero tiende
sonreír mentalmente, aunque cuando lo veas sonreír te sorprendes por lo cálido
que puede ser. –Dijo.- Es una buena persona. Así que no le temas… se preocupa
mucho, por eso se altera. Y si tienes algún problema no dudes en ir con él, ya
sabe que debe hacerlo por mí.
- Se nota
que le estima mucho.
- Por
supuesto… él… -Pensó un momento.- Él y yo tenemos historia. Cuando ingresé a la
compañía fue duro adaptarme, Rarti fue la única persona que me ayudó y entonces
nos volvimos muy unidos. Él lo sabe todo de mí.
La última
oración horrorizó al más joven, abriendo los ojos sorprendido… ¿Qué era “todo”?
- Sí, Jungminie…
él lo sabe todo. Lo siento, pero entre nosotros no hay secretos ya que él es muy
honesto. Aunque habla poco, es muy serio y duro consigo mismo. Sin embargo, Youngkyu
me confía sus pensamientos, es amable; siempre está dispuesto a ayudarme. Yo
quiero corresponderle... él también es una persona especial.
El segundo
maknae de SS501 se sorprendió ante esa revelación. César no estaba jugando, sus
ojos brillaban y su sonrisa cálida no mentía cuando decía que ese hombre
aterrador representaba algo muy importante en su vida. Quiso decirle entonces
que se alegraba por ello, que hubiese encontrado a la persona correcta y que
luchara por ella.
En ese
momento la puerta se abre dejando en shock al menor. Kim Hyunjoong les mira
serio, al instante Jungmin se leja rápidamente de César que lentamente toma su distancia.
- Lo
siento, no quise interrumpir pero tenemos que irnos. –Se acercó con suspicacia,
sin pedir permiso se apoderó de la muñeca del menor y lo haló con cierta
brusquedad.
- No es lo
que parece Hyunjoong-ah… solo estábamos conversando. –Lo detuvo rompiendo el
silencio.- Le entregué algo que le pertenecía. Eso es todo.
- Y tú, muy
amablemente te tomaste la molestia de devolverlo. -Sin volverse respondió.
- Lo
encontré en el pasillo, estaba llorando… –César no pudo reprimir su coraje ante
ese hombre que había arrebatado la sonrisa brillante del segundo maknae de
SS501.- Por tu culpa.
- Aléjate
de él. -Advirtió saliendo del camerino sin esperar respuesta.
El líder
había regresado desde hacía no mucho tiempo, arrepentido por su actitud tan déspota.
Apenas iba a buscar a Jungmin cuando el manager le encontró y molesto le exigió
ir por el menor para hacer una despedida. Comenzó a buscarle con ayuda del
resto del grupo aunque estos pronto estaban enojados con él, entonces se topó
con un hombre alto al que recordaba vagamente, se acercó preguntando serio por
Park y este señaló el camerino del solista de Blackrose. Aquello tan solo
incrementó el torbellino de emociones en su pecho, luchó enormemente para
controlarse pero resultó imposible y fue directamente al camerino.
Definitivamente
cuando les vio muy cerca y sonriéndose dolió tanto como un puñetazo limpio en
el rostro. No podía explicar ese odio tan oscuro que surcó su figura hasta
volverla tangible, no obstante al escuchar los ¿Reclamos? ¿Jungmin llorando? Su
ira tan solo empeoró. Entró por lo que considera suyo y tras dejar una última
advertencia, salió enfurecido. Jungmin no decía palabra alguna, dócilmente se
dejaba llevar, por ese solitario pasillo, y esa expresión atormentada del menor
le ablandó un poco el corazón.
- No quiero
que estés a solas con él… nunca más. –Susurró.- Eres mi pareja, ¿De acuerdo? No
me gusta verte con él.
Se detuvo
para acariciar el rostro pálido y vislumbró rastros de lágrimas. Frunció el
ceño, no le gustaba ver llorar a Park.
- Yo te amo
a ti, solo a ti. No hay nadie más… te elegí ¿Recuerdas? –Un murmullo casi
inaudible salió de esos labios cereza.- Te elegí.
Avergonzado
desvió la mirada, era una bestia. Se maldecía por ser incapaz de controlar sus
impulsos, odiaba tener las emociones a flor de piel, antes le gustaba por lo
que Jungmin le producía al tenerle cerca, pero… cuando se trataba de amenazas,
simplemente se perdía asi mismo. Soltó un suspiro y bajó la mirada captando su
atención un pequeño rollito en la mano del otro. Intrigado no pidió permiso,
tan solo lo arrebató y se alejó considerando las posibilidades de que le fueran
a quitar lo robado.
- ¿Qué es
esto…? –Agitó el papel victoriosamente pero cuando se dio cuenta que el menor
no siguió su juego y en cambio su expresión de angustia se dibujó, supo que era
algo que NO debía ver, no obstante ya quería hacerlo.
- E-espera…
-Demasiado tarde reaccionó Park, Kim Hyunjoong desenrolló las tiras de purikura,
y fue testigo como su pareja pasó de la curiosidad a la extrañez para terminar
en la furia. Cuando esos ojos filosos le miraron con una ceja levantada se
sintió diminuto.
- ¿Qué
significa esto? –Exigió rabioso.
- Y-Yo… los
chicos… bueno. –Intentó calmarse, tomó aire y le enfrentó sabiendo que nada
malo había hecho.- Baby Joon se obsesionó con esas maquinas expendedoras de
fotos llamadas Purikuras, intenté hacer funcionarla pero no pude, entonces
decidimos tomar algo en una cafetería, fue cuando Dongbae-sshi nos encontró, él
se ofreció a enseñarnos como usarlas. Estábamos los cuatro, hicimos varias
pruebas… luego él se tuvo que ir, vinieron por él.
- ¡¿Estuviste
toda la tarde con él…?! ¡¿Y cuándo pensaban decírmelo?! –Cada vez más furioso
por cada palabra que decía el menor.
- N-No
pasamos la tarde, tan solo unos minutos. Te digo que después se fue ¿No me
escuchaste? –La desesperación se apoderaba de Park, la desconfianza del mayor
despertó sus heridas.- Y te lo iba a decir, claro ¡Cuándo finalmente tuvieras
el tiempo para hacerme caso y escucharme por una maldita vez¡ ¡Cuándo te
acordaras de mi existencia! ¡Cuándo te pusieras a pensar un maldito segundo y
supieras que tienes pareja! –Terminó por explotar.
- No
intentes cambiarme la conversación, esto es entre Lee y tú. No sobre idioteces.
-
¡¿Idioteces…?! –Aquello fue una puñalada directa.- ¡¿Idioteces?! ¡¿Eso es lo
que piensas?! ¡¿Te parece idioteces cuando hice todo porque el manager nos
diera un día libre y tú le largas a telefonear con Choi Seunghyun sin
importarte en lo que YO sentía?! ¡Te diré lo que es ODIOTEZ! ¡Idiotez es creer
que todo se soluciona con un maldito regaño! ¡Idiotez es no saber cómo me
siento si llevamos tres años juntos! ¡¿Te parece Idiotez dejarme plantado y no
tener la decencia de llamarme un estúpido momento para disculparte?! ¡La
idiotez la cometí yo al esperarte como imbécil 6 HORAS, ¿Escuchaste, 6 HORAS?!
¡Idiotez al preocuparme pensando en mil cosas que te pudieron haber pasado,
sintiéndome ansioso y agobiado, te llamé, te dejé mensajes de voz, te envíe
mensajes de texto… tenía miedo! ¡¿Acaso viste alguno de ellos, ah?! –Los ojos
se acumularon en lágrimas que comenzaron a fluir una tras otra, Jungmin estaba
en su límite.- Idiotez… ¿Eso es lo que piensas de mis sentimientos, de
nosotros, de nuestra relación…? ¿Entonces qué…? ¿Ahora qué sigue?
- Aléjate
de él. Eso fue lo que dije claramente. –Respondió dolido por los reclamos
mientras rompe sin piedad las fotos arrojándolas en un cesto de basura.- Ya lo
sabías. Te quiero lejos de Lee Dongbae…
Dio media
vuelta apoyado de su orgullo herido. El no podía ignorar la existencia de César
y el peligro que representaba ahora que regresaba a sus vidas, aquello era tan desesperante…
-
Hyunjoong-ah… ¿Me amas…? –Un quebrado Jungmin soltó repentinamente.
El líder
sintió un escalofrío recorriéndole de pies a cabeza que detuvo sus pasos por
ese corredor vacío, la sensación de un Deja Vu se apoderó momentáneamente de
sus pensamientos. Sacudió la cabeza ligeramente retomando su camino. Evadió la
pregunta abandonando a un Jungmin que rompió en llanto profundo ante la
indiferencia del mayor.
- RECUERDO –
- Demonios,
llegaré tarde a las clases nocturnas otra vez. –Kim Hyunjoong terminaba de
vestirse, recogiendo sus prendas del suelo, luego de revisar que todo estuviera
en orden, notó que le faltaba algo, se volvió hacia la cama de sabanas
revueltas donde su acompañante reposaba felinamente.- ¿No has visto mis llaves?
- Ven por
ellas. –Le ofrece un juego de llaves atrayendo la atención del otro, se acercó
el dueño para tomarlas pero justamente cuando sus manos se apoderaron de ellas
un tirón lo haló sorprendiéndolo con un beso apasionado.
- B-Basta…
-Reprendió con una sonrisa mal escondida.- Debo irme ya y tú deberías vestirte.
Su amante
lo soltó haciéndose mohín. Luego sonrió…
- Quédate
conmigo. –Rogó dulcemente, lo atrapó entre sus delgados brazos.- Solo esta
noche, total, no vas a llegar a tiempo y no te dejarán entrar a la clase. ¿Sí?
- Nada de
eso Jungmin… tengo que irme, a mí sí me importan las lecciones. No tengo la
carrera arreglada como otros… -Soltó mordaz.
- Qué
curioso… porque hasta donde sabemos el único que no tiene la carrera arreglada
es Kyujong-ah. –Respondió siguiéndole el juego.- Así que… vamos, quédate
conmigo esta noche.
- Dije, no.
Ya he jugado mucho contigo… es hora de ponernos serios. –Rompió la frágil
prisión de tez nívea.
El rostro
del menor se desfiguró, la sonrisa se borró, se enredó entre las sabanas
abandonando la cama.
- Me alegra,
porque quiero decirte algo muy importante. –Le miró firmemente.- Me gustas
mucho, me gusta hacerlo contigo, me gusta sentirte sobre mí, me gusta tu
sonrisa, me gusta estar a tu lado.
No fue
necesaria la pregunta, el mayor supo que debía responder.
- A mí me
encantas… siempre me has fascinado, ya lo sabes.
- Entonces…
si nos gustamos más de lo normal. ¿No crees que sería correcto formalizar?
–Soltó sin desviar la mirada.
- ¿Sabes lo
qué estás diciendo? –Con una ceja enarcada y sonrisa torcida contestó.- ¿Tú…?
¿Acaso olvidaste que no podemos?
- He
decidido dar el siguiente paso… total, sabemos que toda esta farsa ninguno se
la cree. Así que estoy seguro que no habrá impedimento. ¿Qué dices? Tú y Yo
juntos. –La ilusión brilló en esos ojos negros.
- No lo sé…
no estoy seguro. ¿Por qué quieres hacerlo? Digo, ¿No te diviertes de esta
manera? –El mayor se sentía abrumado por la repentina propuesta.- Es nuestra
aventura.
- No, ya no
es divertido. Yo quiero algo serio contigo. Estoy consciente de lo que quiero,
y lo que más quiero es dormir y despertar en tu cama. Quiero hacer absurdas
cursilerías contigo. Quiero que tomes mi mano, quiero aniversarios. Te amo… Kim
Hyunjoong.
Aquella declaración
causó que el mayor diera un par de pasos hacia atrás, impresionado por la
seriedad de las expresiones faciales. El menor le miraba curioso, esperando su
respuesta. Respiró hondamente mientras piensa en que decir, se da media vuelta.
- Debo
irme, tengo menos de cinco minutos para llegar a la clase. –Evadió la
propuesta.- Hablaremos después.
- Yo te
amo, ahora lo sabes. Esto que digo es serio… -Continuó con un semblante solemne.-
Pero no sé que es lo que tú sientes. Por eso dime… ¿Me amas, Kim Hyunjoong-ah…?
A través
del enorme espejo del motel, el mayor observó claramente a Jungmin, se mordió
el labio inferior sin saber que decir.
- ¿Me
amas…? –Repitió, ésta vez con un deje de tristeza. El rostro se quebró, los
ojos brillaban cristalinos pero no había atisbo alguno de llanto.
El aludido
salió de la habitación huyendo de la situación. No sabía la respuesta a esa
pregunta porque ni él mismo podía reconocer lo que sentía por su amante.
- FIN DEL RECUERDO -
El líder apresuró
los pasos intentando inútilmente que los viejos recuerdos regresaran, los alejó
como pudo. Siguió el camino mecánicamente… y cuando creía que el baúl mental
estaba cerrado… En su mente solo se escuchaba el eco quebrado, de esa persona,
que taladraba con violencia su consciencia…
“- Hyunjoong-ah… ¿Me amas…?”
:: + * & * + + * & * ++ * & * ++ * & * ++ * & * ++ *
& * ++ * & * ++ * & * ++ * & * ++ * & *
¿Qué diablos haces? Me las pagarás,
Te encontraré y esperaré hasta el fin del mundo,
¿Qué demonios haces? Incluso si muero, me las pagarás,
Espera y verás, en algún momento,
Tú, tú, tú, tú… te vendrás abajo.
WHAT THE
HELL -B.A.P
El amanecer llega lentamente sin detenerse, el
apartamento se encuentra sumergido en el más profundo silencio donde inclusive
podía respirarse la tranquilidad en el aire. Demasiado bueno para ser verdad,
demasiada perfección…
- WHAT IN HELL?!!!... ONEW!!! FUCK!!! THAT´S BULLSHIT!!! BULLSHIT!!! - Los gritos mas divanescos
llenos de amenazadora ira resonaron por la tranquila estancia.
Taemin cayó de la cama por el tremendo susto, se
levantó con los sentidos despiertos, el corazón bombeando a mil por minuto, el
instinto de supervivencia en estado de alerta y buscó la amenaza de guerra, el
incendio, o el terremoto pero al poner atención distinguió las palabras de la
diva del grupo y eso le regresó a la calma.
- Otra vez no, por favor. –Suplicó a la nada mientras
volvía a la cama con la intención de retomar su sueño interrumpido, cubriéndose
por completo con las sábanas y deseando no haber despertado.
Jonghyun también cayó de la cama por semejantes gritos
de guerra pero luego de percatarse de que solo se trataba de Kibum haciendo sus
escándalos matutinos giró los ojos fastidiado y miró el reloj de su celular;
4:30AM.
- ¡¡¡Por Cristo!!! Apenas llevamos ¡3 malditas horas
durmiendo! –Replicó para si mismo.- Acabamos de llegar… no puede ser. –Se tiró
a la cama en su posición original e ignorar los molestos chillidos de su hyung.
Por otro lado, Minho despertó perezosamente ante el
escándalo y aunque su reacción fue muy diferente a la de Taemin y Jonghyun, si
había sido sorprendido pero se recuperó pronto y se limitó a girarse en su cama
para continuar durmiendo.
Onew era el único que continuaba durmiendo
plácidamente, ni siquiera se movió ante los gritos… eso no duraría por mucho.
- WAKE UP, BASTARD!!! –Un pie aterrizó en el estomago
del líder de SHINee- WAKE UP!!! –Repitieron.
Como siempre, la sutil forma de ser de Key
Todopoderoso salió a relucir espontáneamente.
- LISTEN ME, BASTARD!... WAKE UP!!!! –Gritó a todo pulmón mientras pateaba sin piedad el
bulto en que se había convertido Onew al caer al suelo.
- ¡¿A TI QUE DEMONIOS TE PASA AHORA?! –Onew exclamó
sobresaltado y furioso mientras intentaba recuperar el aire para sus pulmones
arrastrándose por el frío piso al escapar de los ataques.
- ¡NO PUEDO CREER QUE TODAVÍA ME LO PREGUNTES! –Los
ataques se detuvieron, un Key en bata de baño color crema, el cabello húmedo y
el perfecto rostro deformado por uno peligroso, cruzaba los brazos mirando
iracundo al líder.
- No sé de que hablas… -Onew más calmado intentó
dialogar con la peligrosa diva que tenía frente a él.
- IDIOT!!! STUPID!!! BASTARD!!! SON OF A BITCH!!! –Key
era bueno enlistando insultos.- I HATE YOU. –Perdió los estribos y le arrojó al
rostro una botella de plástico que impactó dolorosamente en el blanco.- ¡¿ESO
REFRESCA TU MEMORIA, CÍNICO?!
Después de acariciar la zona atacada por la botella,
el mayor la tomó inspeccionándola: una botella mediana, de plástico, vacía;
menos mal porque de haber estado llena le habría roto la cara, con etiqueta
color lila… anteriormente había contenido un gel de baño para piel sensible.
Recordó que la evidencia que ahora tenía en manos confirmaba su delito y las
causas por las cuales la Key se había convertido en un demonio…
- Ah… esto. –Mostró la botella soltando una risa
nerviosa…- Verás, es algo curioso… -
Una patada impactó su estomago nuevamente, Kibum es de
las personas que desconoce la palabra paciencia y explota con facilidad…
- Escúchame LOOSER, VAS A COMPRARME UNO NUEVO CON TU
DINERO. –Lo tomó de la playera.- Y CUANDO DESCUBRA QUE VOLVISTE A TOCAR MIS
COSAS TE PATEARÉ Y JURO QUE TE DEJARÉ ÉSTERIL.
- Y-Ya sabes que sí… -Respondió ahogadamente.-
N-No… es… nece-saria… la v-violen-cia…
Soltó un suspiró agotador, de la nada liberó a su
presa. Las dulces facciones de su rostro se relajaron devolviendo un rostro
frío y fino. Un mechón de cabello húmedo rebeldemente bajó cubriendo un ojo de
Key que después de un par de inútiles intentos por acomodar en su
correspondiente lugar, se cansó.
- Quiero que dejes de tomar MIS COSAS SIN PERMISO. –Espetó
penetrándolo con su felina mirada.- COMPRA TUS COSAS, LOOSER. EN ESTE MALDITO
APARTAMENTO NO EXISTE EL RESPETO ¿QUÉ CLASE DE ANIMALES SALVAJES SON? ESTOY
HASTA LA JODIDA DE SU ACTITUD TAN GROSERA… MUESTRA UN POCO LA EDUCACIÓN QUE TU
MADRE EN ALGÚN MOMENTO DE TU MISERABLE VIDA INCULCÓ.
Azotó furiosamente la puerta abandonando al líder
de Shinee que después de examinar los daños regresó como si nada a la cama y se
enredó en las suaves mantas recuperando su sueño interrumpido.
Ese era el grupo Shinee, la boyband más joven de SM
Entertainment cuyo debut trajo enormes controversias al ser considerados la
versión más joven de su grupo estrella... Dong Ban Shin Ki.
Kim Kibum regresó al baño para continuar su ritual
de tratamientos y arreglo personal. Nuevamente se metió debajo de la ducha de
lluvia tibia que cálidamente cubría a la nívea piel, tomó jabón neutro que
deslizó por cada rincón de su cuerpo mientras tararea una canción. Su cabello
fue el último en ser lavado, las hebras húmedas se endulzaron por ese shampoo
frutal una vez que la espuma les envolvió. Después del meticuloso baño
prosiguió la rutina de los tratamientos capilares y faciales. La vida de una
artista sobre todo un idol resultaba más perjudicial que beneficiosa, porque
los desvelos, los ayunos, las dietas, el maquillaje, las prácticas, las luces,
el humo… en fin, todos esos ambientes así como sus agentes se encargaban de no
solo desgastar el cuerpo sino además maltratar la piel. Por eso Kim KiBum hizo
el juramento de cumplir diligentemente los sagrados rituales estéticos para su
delicada figura aunque a veces tuviera ciertos percances ahora que compartía el
dormitorio con cuatro chicos más.
La
toalla paseó la figura de manera suave, elegante. La ropa cómodamente se
ajustaba después que aquellas lociones y perfumes se mezclaran con el olor de
ese cuerpo. Tomó la secadora con la cual comenzó a peinar los finos cabellos
luchando con ellos por cierto tiempo. Finalizó de nueva cuenta con los
productos de belleza.
Se
mira al espejo con milésima vez, posa, cambia de ángulos y gestos. Sonríe
soberbio, como un gato perverso. En realidad no presta atención a su reflejo
que ofrece su apariencia final, su mente se encuentra maquinando muchas cosas
divertidas para jugar su pasatiempo preferido. Arruinar la vida a quien se
interpone en su camino.
Horas más tarde, habiendo guardado meticulosamente
sus pertenencias, se dirige a la cocina y sus ojos brillan en completa
satisfacción al ver a uno de sus compañeros levantados. Aclara la garganta
mientras toma asiento en una de las sillas del comedor.
- Buenos días. –Suelta en un presumido ronroneo.
- … -El otro no responde, tan solo se gira y
deposita frente al Kim un vaso con jugo de naranja y un plato de rollitos de
huevo acompañado de algunos encurtidos.
- Dije: Buenos días. –Casi suelta una carcajada de
desdén, pero su interlocutor inmutable bebe el poco jugo de naranja que aun
restaba en su vaso y dejándolo en el fregadero le da la espalda.
- ¡Buenos días! –Un muy animado Taemin en pijama
ingresa sin percatarse del ambiente tenso.- ¡Oh, Hyung hizo el desayuno!
- Buenos días Taeminnie… ¿Te sirvo? –El silencioso
miembro de Shinee responde al llamado del menor con una sonrisa cálida.
- Por favor… -El menor toma su vajilla para que le
sirvan.- Buenos días, Kibum hyung…
- Buenos días, Minnie… -Pica un poco del desayuno
pero no come tan solo juguetea.
- Hoy luces muy contento, hyung. –Hace la
observación el maknae antes de tomar su plato con comida y se ubica a un lado
de la Diva del grupo después de agradecerle al otro.
- Sí… hoy será un gran día. –Ronronea.
- Pero hyung... hoy tenemos muchas cosas qué hacer.
–Hizo un puchero de queja recordando el trabajo que aguardaba.
- Y aún así será genial. –Se levantó con su plato
en mano y tiró más de la mitad de su desayuno al cesto de basura.
- ¡Hyung! ¿Por qué tiras la comida, acaso no te
gustó?
- Es solo que ya no tengo apetito. Con permiso.
–Salió de la cocina con soberbia dejando al maknae confundido.
- Me da miedo cuando lo veo así… -Dijo y dio su primer
bocado.- Delicioso… eres muy bueno, Minho Hyung.
- Qué bueno
que te gustó. Procura no mancharte la ropa…
- ¡No soy una niño! –Se quejó.
- Lo que tú digas, Taemin. –Sonrió y tomó asiento
junto a su compañero.- Lo qué tú digas… -El menor de los cinco no lo notó, pero
aquella sonrisa era forzada. La rabia e impotencia palpitaba en la sangre del
rapero principal… era definitivo… odiaba a Key.
Días después, los cinco miembros de Shinee se
encontraban terminando sus prácticas de baile. El ambiente era tenso, inclusive
el propio manager se mostraba algo preocupado.
No era un secreto que los integrantes de un grupo
tuvieran riñas, al contrario, todos los tenían. De hecho, los managers tenían
un lugar privado dentro de la agencia donde conversaban con los demás colegas
sobre algunos de los percances.
Sin embargo, el representante a cargo de la boyband rookie estaba más alterado por la
“tranquilidad” de sus chicos, diariamente recibía las quejas de una pelea,
discusión o competencia… sin embargo, dichas notificaciones habían disminuido
dramáticamente de un día para otro. El manager de SUJU, le daba palmaditas y le
aconsejaba que disfrutara la “felicidad” efímera… pero no, no podía hacer eso,
algo en su interior le decía que algo sumamente serio estaba ocurriendo a sus
espaldas, y si se salía de control, podría perder su empleo… algo que no estaba
dispuesto a perder. Por ello, hizo varias pláticas con los cinco jóvenes
esperando que estos dijeran algo, pero no, ninguno dio al menos un atisbo.
Su táctica ahora consistía en hacer averiguaciones,
el personal de staff también se había percatado de la tranquilidad, preguntas
por aquí y por allá no le llevaron demasiado lejos… supo dónde podía residir el
cambio de actitud. La línea apuntaba a sus principales miembros que, debía
decirlo, eran los más problemáticos: Kim Kibum y Choi Minho.
Llegaría hasta el fondo del asunto.
Sin embargo, aquella ansiedad del manager fue
contagiada al resto de la boyband.
- ¿Soy yo, o algo está pasando? –Jonghyun le
susurró a Taemin en unos minutos de descanso.- Es decir, esta “paz” entre Kibum
y Minho es extraña…
- Mhmm… ahora que lo dices, hyung. –Taemin miró a
sus hyungs antes de responder.- Sí, están más raros de lo normal.
- Eso me da
más miedo. –El vocalista principal suspiró.- Minho… y Kibum, eso es una bomba
de tiempo. Estallará y todos moriremos, o peor aún. El grupo se irá al demonio.
Taemin asintió, ahora que recordaba… hacia unos
días algo había cambiado en sus hyungs que siempre discutían. Los gritos y
agresiones había cesado, Minho ya no reñía a su hyung… y Kibum estaba demasiado
tranquilo poniendo ansiosos a todos. Algo tramaba, eso era seguro.
Mientras, Kibum intentaba que las miradas de los
demás no le pusieran de mal humor terminó su rutina, se sentó en el suelo de
madera, delicadamente secó el sudor de su frente con una toalla limpia. Sus
felinos ojos se quedan fijos sobre el cuerpo de Minho que yace extendido, el
pecho subiendo y bajando, los parpados cerrados, el cuerpo salpicado de sudor…
sonrió malvado.
- Se me antoja un jugo de uva. –Soltó de repente,
se pone de pie.- ¿Alguien más quiere?
Los nervios se tensaron… Onew se le quedó mirando
como si hubiese dicho algo en otro idioma, Taemin se estremeció y Jonghyun le
miraba con recelo. Pero lo mejor fue ver como la apacible expresión de Choi se
frunció, un gesto de fastidio.
- ¿Nadie…? Bien. –Salió de la sala bajo la atenta
mirada de sus tres compañeros.
Caminó por el extenso pasillo, atiborrado de
personas que iban y venían, saludaba siempre manteniendo su rostro apacible.
Llegó a una de las maquinas expendedoras donde vio a Eunhyuk patear el
expendedor de golosinas que tenía atascado una bolsa de papas fritas y sería
topado por Sungmin.
- No me digas que ahora tienes antojo de frituras.
Kibum sonrió triunfante, se volvió para ver los
profundos ojos de Minho.
- Ya que tuviste la gentileza de proponer la idea…
-Ladeó esperando a que los miembros de SUJU se fuesen.- De todas maneras,
dinero es lo que te sobra ¿No es así?
Se burló…
Silencio… era tan exquisito aquello, Choi estaba
hecho una furia pero el idiota no haría nada, lo tenía en sus manos.
- Apresúrate. –Ordenó fríamente. La respuesta fue
cuando le pasó por su lado, depositó una moneda que extrajo de uno de los
bolsillos de su pantalón y presionó un botón seleccionando las frituras.-
¿Sabes? En realidad se me ha antojado las barritas rellenas de fresa.
La diversión brillaba en sus ojos cuando vio cómo
los hombros se tensaron, Minho no se volvió… con otra moneda seleccionó el
producto que a último momento se le antojó la Diva del grupo. Tomó ambos
empaques que fueron entregados a Kibum, luego con el fastidio reflejado en las
facciones, fue a la expendedora de bebidas, en cuanto tuvo el jugo de uva se
volvió y lo extendió.
- Gracias. –Dijo Kim tomando el jugo y regresando
los empaques.- Ahora recuerdo que solo quería el jugo de uva.
Entonces sí, Choi estaba con la furia centelleando
en los ojos. Apretó los dientes reprimiendo lo mejor que podía aquel coraje. Un
infierno estaba a punto de ebullición.
- No colmes mi paciencia…. –Siseó contenido.
Preferiría morir antes de aceptar que esa expresión
furiosa de Choi resultaba… excitante.
Con esa mirada penetrante nada amable como suele mostrar, con el ceño fruncido,
la mandíbula apretada, la voz ronca y cargada de amenazas. Kim Kibum no es un
idiota, sabe reconocer la belleza… y esa expresión fuera de casillas del rapero
menor es en definitiva, el rostro más bello que haya visto. ¿Lo diría? Prefería
que le arrancaran la lengua. Se trataba de un descubrimiento reciente.
- ¿Sino qué…? –Lo reto, es un instinto el responder
a las agresiones con soberbia. Su mecanismo de defensa. Relamió sus labios
antes de darle la espalda y dejar solo al menor.
El menor se quedó observando el camino que tomó su
hyung, todo era tan frustrante, tan confuso y tan exasperante. ¡Tenía que hacer
algo esa Diva!
Con pesadumbre imitó al otro de vuelta a la sala de
entrenamiento. Regaló las frituras a Taemin y regaló a Onew la barrita rellena.
Estos aceptaron sus presentes con una alegre sonrisa. Al menos logró que su
humor cambiara un poco.
Sin embargo, esas miradas llenas de expectativa
comenzaban a molestarle. No era tan ingenuo, se había percatado que desde el
manager, hasta su personal de seguridad le miraban curiosos y al hilar las
cosas no sabía si reír o preocuparse.
El resto del día fue tranquilo, por decirlo así.
Sin mencionar esa fijación de Kibum hacia él, todo era rutinario.
Ese día no tenían actividades qué hacer como grupo,
pero sí individuales.
Taemin debía ir con su tutor para ponerse al
corriente con la escuela, JJong tocaba clases con Kangta, Onew debía ir a una
estación de radio junto con algunos miembros de SUJU, Minho tenía lecciones…
pero a último momento las clases de baile de Key fueron suspendidas.
- ¿Seguro qué podrás con todo, tú solo…? –Jinki
pregunta por enésima vez mientras revisa que lleve todo en su mochila. Dejar al
segundo rapero solo no es fácil y más desde que ha estado sospechosamente
tranquilo.
- Sí… -La respuesta de Kim fue acortándose conforme
a las veces escuchaba la cuestión con tono preocupado.
- No es necesario que lo hagas. Es un deber de los
cinco. –Inisistió.
- Ya vete… -Kibum ojeaba una reconocida revista de
moda.
- Si no puedes terminarlo, no te preocupes… el
resto lo haremos juntos.
- Cuando lleguen… la casa estará reluciente.
–Sonrió de esa manera que todos temían.
- ¿Seguro? Es mucho trabajo, tenemos semanas sin
limpiar. –Volvió a puntualizar el líder de SHINee.
- ¡Ya vete! –Prácticamente perdió la poca paciencia
que tenía y lo corrió del apartamento.
- Si tienes problemas… me llamas.
- No será necesario.
Suspiró aliviado cuando la puerta fue cerrada, el
escándalo había cesado… se tiró a su cama para continuar leyendo la revista qué
tenía un interesante artículo sobre las tendencias de alta costura en Europa.
El aseo del apartamento no le preocupaba en lo más mínimo.
Media hora después, Kibum estaba aburrido, había
dejado tirada la revista, había escuchado música y nada de nada le entretenía,
se sentía muy solo… hasta que comenzó a escuchar la puerta abrirse. Por el silencio de esa persona supo de quién
se trataba el recién llegado. Estiró el
cuerpo, rodó un poco antes de decidirse en abandonar el cómodo lecho y
dirigirse al recibidor a tomarle por sorpresa.
Su sonrisa se ensanchó cuando comprobó al recién
llegado.
- ¿No se supone que tienes clases, está siendo
chico malo, ah? –Soltó venenoso.
- Mhmm… -Minho le miró con fastidio. Había dejado
su bolso en el sofá y tenía un vaso de jugo de frutas en mano.
- Como sea… te toca hacer el aseo del apartamento.
Los chicos llegan a eso de las 8:00pm. Creo… -Tomó su móvil y las llaves.- No
olvides lavar la ropa y hacer la cena.
- ¡¿Qué?! –Gritó por primera vez.- ¡De ninguna
manera!
- Cuida tu tono de voz. –Recomendó tranquilamente.-
Yo voy de compras, así que tienes toda la tarde para ti solo.
- ¡KIBUM!
No dio tiempo
réplicas, simplemente se fue como si nada… lo último que escuchó antes
de cerrar la puerta es el rugido furioso. Soltó una risita divertida.
Se perdió en el centro comercial, compró algunas
cosas… fue con Amber a comer. Aunque tuvo que esperar para que estuviera libre,
a la primera oportunidad se la llevó.
- Últimamente estás más raro… -Comentó la rapera
mientras toma su café helado.- Tienes con los nervios de punta a tu grupo. ¿Se
puede saber qué planeas?
- Son unos llorones, si me enojo porque me enojo… y
si estoy tranquilo también. ¿Quién los entiende?
- Bueno, Kibum… el problema es que cuando estás
así, es porque planeas algo grande.
Una sonrisita maliciosa se asomó en sus labios.
- Te conozco lo suficiente para creer que te traes
algo entre manos.
- Mhmm.. sí, tengo “algo” entre manos, pero no
planeo la conquista del mundo ni la ruina de mi grupo. Puedes decirles eso… -De
repente guardó silencio debatiendo en decirlo o no.- Es solo que he encontrado
algo muy divertido y eso me distrae mucho.
- Ahh… -Fue lo único que dijo dando otro sorbo a su
café helado. Prefirió no indagar más, total eran asuntos de Kim.
- Te he comprado algo. –Cambió rápidamente de
conversación dejando sobre la mesa de esa cafetería una bolsa de una tienda
departamental reconocida.- Espero que te guste.
Una sonrisa infantil adornó el rostro de la chica
de cabello corto. Tomó la bolsa y sin perder tiempo la abrió, una gorra de
diseño exclusivo salió.
- ¡Shit! –Sonrió feliz y le miró entusiasmada.
- ¿Te gustó?
- Damnit ¡Me encantó! –Se lo puso.- ¡Gracias! ¿Qué
tal, ah?
- Creado para ti. –Sonrió sinceramente, había muy
pocas personas con las cuales dejaba ver un pedacito de su sensible corazón. Y
ella era una de esas personas.
- Me has tomado por sorpresa... no tengo nada que
darte ahora. –Un poco avergonzada la rapera expresó, un lindo rubor coloreteó
las mejillas.
- Ese es la finalidad. Qué sea sorpresa… descuida.
Además hoy que te puedo dar algo… ya mañana se verá.
Sin embargo la linda expresión de timidez se negó a
abandonar el rostro de la chica por el resto de la cita. Conversaron
largamente, poniéndose al día sobre los chismes de la agencia. Cuando miró su
reloj, Kim supo que era el momento de volver a casa. No fue necesario decir
nada, justo en ese momento el móvil de Amber timbró resultando ser Victoria que
le pedía que fuera a los dormitorios.
Dieron una corta despedida y tomaron el camino de
regreso, pero en un punto Key se desvió… pasó a un restaurante.
Realmente la había pasado genial con su amiga, no
quería reñir con nadie… se quedó pensando unos momentos frente a la puerta con
bolsas en la mano. Suspiró largamente hasta que se decidió por hacer abrir esa
puerta y solucionar lo que haya o no haya pasado.
Al entrar
fue sigiloso, dejó el calzado en la entrada. Avanzó topándose con orden,
pulcritud e inclusive un olor a lavanda. Parpadeó un par de veces intentado
creer lo que veía... ¡Choi Minho le había obedecido! ¡Increíble! No había
señales de la presencia del rapero a simple vista, todo era silencio. En la
cocina dejó los paquetes con la cena.
¿Debería ser un poco más condescendiente? Se preguntaba
recorriendo la estancia cual felino que irrumpe en un dominio ajeno.
La consciencia se apagó al llegar a su habitación
compartida con Jonghyun… pues encontró a Choi sumergido en sus cosas, hurgando
entre los cajones.
- ¿En verdad crees sería estúpido? No ofendas tú
inteligencia Choi. –Dijo repentinamente sorprendiendo al menor, se quedó en el
marco de la puerta, tomando una pose soberbia. Cuando el otro le miró el brillo
de una oscura furia se reflejaba como luceros.
- ¿Dónde está...? –La supuesta sumisión desapareció
como si de un fantasma se tratara. Ahora veía una bomba que peligrosamente
podría explotar, muy pronto.
- Ni que te fuera a decir. –Sonrió burlón.
- Devuélvemelo… -Exigió volviéndose hacia el mayor.
- No lo haré. –Contra atacó, avanzando un par de
pasos al interior de la habitación en forma de marcar territorio.
- No estoy jugando. –La voz rasposa advertía que de
no hacerlo se vería en problemas.
- Yo tampoco. –Nadie le amedrenta. Minho estaba
húmedo, por lo que era fácil deducir que no tenía mucho de haber tomado una
ducha.
El más alto también avanzó, estaba fastidiado por
el chantaje del que era preso. Del temor había pasado al modo defensivo, y sí
Kim se ponía difícil, pasaría al ofensivo. Si quería guerra, guerra iba a tener.
- Mi paciencia llegó a su límite, Kim.
¿Cómo negar qué aquella expresión salvaje no
resultaba excitante? Era tan divertido ver al comportado Choi salirse de su
cuidada imagen de madurez.
- Jódete.
De repente, un golpe violento lo estampó contra la
pared… la espalda chocó brutalmente contra el concreto y un gemido de dolor
escapó de sus labios. Tenía sobre él al menor como un muro aplastante. La
mirada filosa estaba clavada en su rostro.
- Devuélvemelo…
- Quítate. –Siseó Key sintiendo el enojo florecer
en su pecho. Ningún dongsaeng se le pondría.
- Devuélvemelo. –Repitió.
- Sabes que puedo patearte el trasero si me lo
propongo. Quítate, Choi. –Amenazó.
El cuerpo de Minho en cambio hizo lo contrario,
ejerció mayor presión dejándole sentir su fuerza.
- ¿Dónde está…?
- Quítate. –Ignoró la pregunta.
- No.
- Dije qué te quites. –De manera ágil, Key enterró
sus filosas uñas cortas en la piel descubierta de Chio y cual gato limando sus
garras, rasgó profundamente provocando heridas leves.- AHORA.
Los cuerpos fueron uniéndose más… dolor por el peso
extra estaba comenzando a incomodar a Kim pero se aferró al cuerpo musculoso.
- Devuélvemelo. –El ronco susurró llegó a sus
sensibles oídos que se estremecieron sin explicación alguna.
- ¿O sino qué…? –Respondió con suficiencia.
El más alto perdió la paciencia, estaba realmente
desesperado por recuperar aquello que le arrebataron. Así que pensó que un poco
de violencia le haría entender a su hyung que con él no se jugaba. Lo tomó por
los hombros y lo volvió a azotar contra pared… intimidación. Si necesitaba
recurrir a la violencia, no tendría problemas en ello.
Kibum soltó un jadeo por el dolor a su espalda.
Pero no se dejó de su dongsaeng. Acercó el rostro al contrario, mirándolo
burlesco, se acercó hasta que solo unos insulsos centímetros los separaran del
otro, lo hizo para susurrarle en un ronroneo.
- Estás en mis manos, Choi. Te tendré todo lo que
quiera hasta que me aburra de ti. No puedes tocarme… porque de lo contrario,
todo el mundo sabrá que…
- ¡¿QUÉ ESTÁ PASANDO AQUÍ?! ¡CHOI MINHO! ¡KIM KIBUM!
–Los gritos de Jinki interrumpieron el momento.
- Mhmm… -Kibum rodó los ojos molesto por la
interrupción.
- ¡OH, POR DIOS! ¡¿QUÉ PRETENDÍAN HACER?! –La
chillante voz de Jonghyun resonó por todo el apartamento.
- ¡Hyungs! –Taemin también se escandalizó.- ¡YO NO
VI NADA! ¡YO NO VI NADA! ¡LO JURO! –El maknae estaba rojo. Fue el primero en
abandonar la habitación.
- ¡¿Por qué no nos dijeron de su relación?!
3…
2..
1.
Choi fue el primero en comprender todo, así que se alejó
del mayor hasta dar al otro lado de la habitación.
- Pero ¿Qué demonios…? –Kibum agradeció
internamente aquello, pues será el mayor pero Minho era más grande, fuerte y
pesado. Estaba asfixiándose y enterrar las uñas estaba volviéndose molesto.
- Por eso andaban raros. –Taemin desde afuera
explicó.- Ustedes están juntos… así como Siwon hyung está con Heechul hyung,
así como Yoochun hyung con Junsu hyung. ¡Son pareja! ¡Y no nos dijeron nada!
- ¿Era eso Kibum… Minho? –El líder no sabía
realmente cómo tomar aquella noticia.- Responde.
- Babos… ¿Saben que nosotros nunca los juzgaríamos,
cierto? Pero al menos debieron avisarnos, para estar prevenidos. Aunque eso sí…
es extraño. ¿No se suponía que se odiaban?
- Ustedes y yo tenemos que hablar seriamente. –Onew
rápidamente tomó el papel del líder.- Hay reglas de convivencia que deben
respetar. Hay un menor de edad aquí y no van a estar dando “shows” como el que
presenciamos.
- Kibum hyung… ¿Desde cuándo están juntos? ¿Por eso
dejaron de discutir? –El menor del grupo parecía realmente sorprendido.
- Será mejor que digan la verdad. Ya no pueden
continuar ocultándonos esto.
Entonces Key finalmente procesó todo. Dio una
rápida mirada al otro que tenía la más divertida expresión de horror por el
malentendido que estaba suscitándose.
Cualquier persona en su sano juicio hubiera
aclarado todo. Sin embargo, Kibum lejos de ser una persona de sano juicio, es
de mente maquiavélica… acababa de hallar la manera más estúpida para arruinar a
Choi y divertirse como nunca.
- Bueno… nosotros… -Comenzó a decir Kim con tono
serio. Manteniendo una expresión cautelosa.
Las palabras “nosotros” Despertó un mal
presentimiento en el rapero. Un escalofrío recorrió toda su espina dorsal
advirtiendo algo no agradable. Esa sonrisa mal escondida…
- ¡No es lo que están pensando! ¡Esto es un
error!
- Cierto, es un error… -Kibum pareció un momento
apoyarlo.- Pensamos que llegarían hasta más tarde.
Choi Minho miró incredulidad a su hyung. ¡¿Qué
estaba diciendo?! ¡Oh, no! ¡No podía ser verdad! ¡¿Acaso…Acaso planeaba…?!
- Realmente no queremos alarmarlos. El grupo apenas
acaba de debutar, yo no quería esto pasara… pero sucedió, así que lo sentimos
mucho.
- Ciertamente esto es malo, imagínense si se
llegase a saber. ¡Sería el fin de nosotros, pero sobre todo de ustedes dos!
–Jinki reflexionó.- Debemos tomar medidas, y poner reglas, pues somos figuras
públicas…
- ¡Rayos! ¡Jamás lo hubiese pensado! –Jonghyun agregó,
no podía entender cómo es que los raperos habían terminado juntos.- Juro que
creí que todo este tiempo se odiaban a muerte, pero me equivoqué, es todo lo
contrario.
- No, no es lo que piensan, esto está mal. –Minho
rogaba, esto le sobre pasaba por mucho.- Es en serio…
- Calma, cariño. –Key le tomó la mano de una manera
tan dulce que Choi pensaría que estaba siendo sincero pero el brillo burlón de
los ojos de gato le decían que todo era un maldito juego.- Ya nos han
descubierto ¿Para qué seguir negando lo obvio?
- Realmente no sé si felicitarlos o matarlos. –El
vocalista reveló.- ¿Saben el gran problema en que nos acaban de meter a los
cinco?
Para Kibum era la situación más bizarra y divertida
de toda su vida. Pero para el resto, se trataba de un secreto realmente
peligroso. Estaban tensos, estaban más ansiosos que antes… se reiría un poco a
espaldas de sus compañeros.
- Primero vayamos a cenar, seguro que están
hambrientos. –Restó importancia a la tensión que estaba formándose en el ambiente.-
Después les contamos todo.
Uno a uno en
silencio se dirigieron al comedor, necesitaban pensar bien las cosas para tomar
las decisiones correctas, había más dudas que explicaciones… y todo estaba
volviéndose más retorcido.
Cuando solo quedaron Kibum y Minho.
- ¿Ves qué estás en mis manos, Choi? –El tono de
niño jubiloso se mezclaba en la voz ronroneante.- Tú te atreves a traicionarme
y yo me encargo de que todos sepan tu sucio secreto… arruinaré tu carrera y te
juro que jamás olvidarás mi nombre.
Una sonrisa, la más cruel se dibujó en los labios
finos. Soltó la mano y se adelantó
caminando con ese aire de diva.
El rapero soltó un gruñido de impotencia, sus puños
se fueron apretando hasta que los nudillos se blanquearon. Eso no podía
quedarse así, tenía que encontrar aquello que le robaron y vengarse de Key por
todas las humillaciones que le estaba haciendo pasar. Por el momento no haría
nada, lo dejaría creer que tenía el control, tan solo ser paciente…
Soltó una maldición, el odio recorría cada uno de
sus rincones. Los dientes rechinaron… había perdido la batalla, pero no la
guerra.
Kim Kibum no conocía a Choi Minho.
Esto apenas comenzaba.
FIN DE CAPÍTULO.
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Me encanto
ResponderEliminarConti...
Me encanta como escribes
gracias unnie por continuarlo!!! yo solo kiero saber algo....... kim hyun joong ama a jung min???? asi para salir de duda no mas.....
ResponderEliminaroooh pobre Jung Min llore T.T
ResponderEliminartonto Hyun!!! porque lo haces sufrir!!!