My Tweet

domingo, 18 de agosto de 2013

CARAS VEMOS... INTENCIONES QUE DESCONOCEMOS 04

CARAS VEMOS... INTENCIONES QUE DESCONOCEMOS 04




CAPÍTULO 04- EN LA GUERRA Y EN EL AMOR TODO SE VALE. TODO.



Entre el ruido circundante
Y un suave beso,
Nosotros dos seguramente podemos
Encontrar nuestra felicidad, juntos…
Nunca voy a dejar que alguien
Quite tus sueños,
Así que por favor confía en mí
Para proteger todo lo que tienes.
GIVE ME YOUR HEART- PARK JUNG MIN (ROMEO)






Eran poco más de las 3:30 de la tarde de ese domingo, La Línea Yamanote es una de las líneas urbanas de tren de Tokio más importantes y con mayor tráfico de la ciudad. Su recorrido es circular, abarcando el perímetro de los 23 Barrios Especiales.


Jungmin veía con una mirada perdida a través del cristal de esa cafetería, a las masas ir y venir incansablemente, presurosas por llegar a sus destinos. Chasqueó la lengua, los envidiaba… ellos ya tenían un punto al cual llegar, mientras que él estaba varado en la estación, con su planeado destino yéndose al infierno. Miró su taza de cappuccino, estaba frío. Tembló ligeramente, pero no era por ese clima pre-invernal. En realidad…

Era la quinta vez que le dejaban plantado en esa semana. Lo habían dejado nuevamente con las ilusiones destrozadas, con las lágrimas acumulándose poco a poco en sus ojos. Se borró su mueca tensa de enojo inicial de cuando dejan plantada a una persona, ahora solo había….

Su mirada se elevó siguiendo la dirección que tomó una pareja de adolescentes. En ese momento el chico se quitaba los guantes y se los ponía a las delgadas manos de su novia. Ella, por su parte se ruborizaba y le regalaba un fugaz beso en los labios. Él sonreía feliz, tomó su mano.

Sonrió melancólicamente, envidiándolos. Una traicionera lágrima se deslizó a paso veloz por su mejilla hasta que inmediatamente la borró de su rostro con soberbia, como si fuera un insulto. Park Jungmin no iba a dejarse llevar por las emociones del momento.


- Seguro surgió un asunto muy importante. –Aunque lo pensó, lo dijo en voz alta para convencerse, pero tan solo logró hacer que ese agujero negro tragara parte de sus esperanzas.- Por eso te dejó aquí esperando. No pudo comunicarse contigo y apagó su móvil. Por eso, no respondió tus mensajes…


Suspiró en un poderoso intento por suprimir aquella horrible sensación de tristeza, frustración y decepción. Hyunjoong se esforzó mucho, después de aquella ocasión en la que se la pasó conversando con el rapero de Bigbang, para ganar indulgencia aunque tuvieran muy mala suerte. Le había dado un pequeño pero lindo obsequio, y también programó innumerables “citas compensatorias” que una a una fueron masacradas. Si no eran los permisos, eran sus actividades en Japón ó inclusive el reciente proyecto de “Boys Before Flowers” en Seúl y en el que el líder de SS501 se vio obligado a viajar constantemente para las grabaciones.

Lo comprendía, o al menos eso intentaba hacer. Eran tiempos realmente difíciles. Cargados de trabajo, pero también no era como si fuese la primera vez, no. Su relación no llevaba meses de haber comenzado, llevaban en realidad tres años, desde sus días de debut hasta en esos momentos, Otoño 2008. Y anteriormente siempre obtuvieron momentos para solo ellos dos. ¿Cómo es que llegaron hasta esa situación?
No quería admitirlo, no iba admitirlo… aquel pensamiento que estaba resurgiendo de las entrañas del pasado. “Tu relación está destinada al fracaso.”



~ RECUERDO DE HACE UN DÍA ~

- De verdad Jungminnie… mañana será el día para nosotros. Lo juro. Sé que no hemos tenido una buena racha, recuerda que nuestro trabajo así lo exige. Pero hoy lo he planeado todo, todo un día de shopping para ti. Nada de celulares, ningún miembro a la vista. Será un Tú y Yo. –El entusiasmo no solo se delataba en esa voz animada, sino también en la brillante sonrisa y esos ojos enamorados. El líder estaba muy ansioso.- ¡Iremos  a Shibuya! Podrás sobre girar una o dos tarjetas de crédito. Comeremos en el parque Yoyogi, iremos a donde tú desees ir, te consentiré todo lo que quieras. Ya le advertí al manager e inclusive a los chicos.


Jungmin sonrió feliz, por fin tendrían un día para ellos solos. Era lo que había estando necesitando. Lo abrazó con fuerzas, estaba muy animado, contagiado de esa energía desbordante. Todo iba a estar bien.

Luego el mayor lo besó, al principio era un gesto tierno. Pronto aquellos brazos se deslizaron hasta la estrecha cintura, sujetándola con cierto recelo. Un gruñido hambriento escapó de los labios del líder, mientras que un jadeo escapó de la garganta de Jungmin. El menor se dejó hacer, cerró los ojos disfrutando del momento tan íntimo que tenían. Suavemente le recostó en la cama, hundiéndolo cuando su cuerpo gentilmente se sobrepuso al otro. Por su parte, el menor enredó sus dedos en el cabello del otro, incitándolo a continuar. Disfrutando indescriptiblemente del combate que sus húmedas lenguas llevaban a cabo.

Ansioso por más, el mayor abandonó la boca para comenzar el recorrido hasta perderse entre la piel y la tela estorbosa. Un sonido insatisfecho salió al no tener más acceso a la tez de terciopelo que adoraba con locura.

Casi pierde los estribos cuando sus caderas fueron apresadas por las piernas largas de su dongsaeng, obligando que su pelvis rozara tentadoramente con la otra, generando un vaivén lujurioso. Jungmin le sonrió ladinamente cuando se encontraron, rápidamente Hyunjoong lo besó con urgencia, juguetonamente. Lamiendo y mordisqueando, para despertar aquel fuego que les parecía consumir cada vez que sus pieles se fundían en un solo ser. Impaciente, deslizó las manos debajo de la ropa, sintiendo como el menor se erizaba fuertemente a su reconocimiento. Aquella tibia piel… esos jadeos cada vez más  dificultosos, el mayor no iba a dejar escapar a su novio. Lo haría suyo.


- ¡HYUNGS, HYUNGS, HYUNGS! Ya está la cena… -El maknae llegó justo en el momento en que el líder levantó la ropa para lamer un poco el pecho níveo. La pareja quedó petrificada al verse descubierta, Jungmin ruborizado lo primero que hizo fue aventar descuidadamente al mayor y acomodarse las prendas. Por su parte el más pequeño del grupo también enrojeció al comprender la escena, bajó la mirada avergonzada, tartamudeó.- L-Lo sie-nto… n-no pensé… q-que… e-estuvieran… o-cupados. Youngsaenghyung mepidióque lesdijeraquelacenayaestáservidaparaquepuedaniracomer. –Terminó atropelladamente.- Y-Ya… me voy.


Salió disparado, azotando la puerta de la habitación dejando un silencio tenso.


- Ah… ¿Qué le vamos a hacer? A cenar. –Hyunjoong se levantó y esperó al menor.

- ¡¿Q-Qué?! ¡Nos acaba de descubrir baby Joon! Y tú solo dices: “¿Qué le vamos a hacer? A cenar”. ¿Es enserio? Tú no tienes vergüenza.

- Yah, que nuestro baby tuvo la culpa. ¿No sabe qué se debe tocar antes de entrar? Y tampoco tiene caso pensar mucho en el asunto. Lo hecho, hecho está. Vamos cariño, a cenar, una ducha y a dormir que mañana temprano saldremos todo el día. Necesitamos estar con energías renovadas. –Sonrió con suficiencia.


El menor giró los ojos, era el colmo. Acababan de ser descubiertos y al líder no le podía importar menos. Tomó la mano que se ofrecía, pero tan pronto se entrelazaron, una fuerza le haló elevándolo con rapidez, su espalda tocó duramente la pared y un cuerpo se sobrepuso soberbiamente. Sus labios fueron tomados con hambre, besos profundos que robaban su oxígeno. El poder sobre su muñeca se hizo más intenso, sintió la otra mano ascendiendo debajo de la ropa tocando con pleno descaro su espalda sensible, y una cadera rozaba pervertidamente la suya.

Un gemido ahogado y un par de jadeos escaparon. El líder sonrió orgulloso de ver ese sonrojo y esa respiración agitada. Jungmin era suyo. Lamió los labios antes de volver a besarlos, su lengua se abrió paso a la otra húmeda cavidad sin siquiera pedir permiso. El menor se percató del estado excitado de su pareja al sentir su hombría sobre la suya. Intentó alejarse, tan solo para calmar las ansias del otro, se encontraban en el apartamento del grupo, con los miembros del otro lado… no podían intimar con gente cerca, al menos, el vocalista no iba a hacerlo. Bastante tenía con la escena bochornosa en la que involucraba al maknae como para anexar a los demás chicos.


- Mhmm… H-Hyun… e-espe… mmhmm… ra… H-H…yun… -Se esforzó por decir algo coherente, pero las atenciones que recibía nublaban su juicio.- D-De-tente… ahhh.

- Ruégame… -Hyunjoong susurró sobre los labios del otro con una sonrisa presumida, sin dejar de adueñarse de aquella suave espalda.- Si quieres que pare… ruégame, Jungminnie.

- Ahh.. mmhmm… e-eres… un… -Se mordió los labios para suprimir un sonoro gemido que intentó escapar, cuando el mayor llevó sus caricias maliciosas por su espalda baja mientras lamía su cuello desatando las sensaciones placenteras.

- No escucho nada, Jungminnie… ruégame. –Sonrió mordisqueando el área preparada por su lengua dispuesto a dejar una marca vistosa que sirviera para dejar en claro a todos que era suyo.

- D-De…ja, de… j-jugarr… ahhh…


Un portazo rompió el momento en que Youngsaeng entró a la habitación. Se quedó en la entrada con los brazos cruzados y el ceño fruncido. El líder no se molestó en prestarle demasiada atención.


- ¡Eres un depravado Kim Hyunjoong! ¡Estás en un departamento que compartes con 3 personas más! ¡Ten un poco de respeto hacia nosotros! Y por lo que más quieras ¡Deja en paz a Jungmin! –Regañó el otro.


El segundo maknae de SS501 sintió sus mejillas arder. El líder chasqueó la lengua molesto por la interrupción, apenas se movió para mirar a su interlocutor.


- ¿Estás consciente de que acabas de arruinar un momento muy importante de pareja?

- ¡No te quieras pasar de listo! Joon-ah, ya me dijo todo.

- Bueno, ¿Es que no puedo tener intimidad con mi novio?  Además debió tocar la puerta antes de entrar.

- A cenar, los dos. Ahora. –Amenazó dando media vuelta.- Tienen cinco minutos, de lo contrario se quedarán sin comer.


Abandonó el lugar, el mayor rió divertido mientras liberaba al otro. Jungmin le miró enojado con las mejillas rojas.


- ¡Otra vez! Ya son dos veces que nos descubren… oh, por Dios. Tú no tienes nada de vergüenza. –Dijo desesperado, no le gustaba estar involucrado de esa clase de escenitas.

- Yah, perdón. Pero es que yo… -Acarició el rostro y sonrió suavemente.- Te deseo tanto.


No lo dijo, pero el menor esperaba un… “Te amo”. Se mordió el labio inferior, pensaba que tal vez estaba poniéndose demasiado exigente.


- Vamos, antes que se enojé más… -Le ayudó a acomodar su ropa, tomó la mano gentilmente y juntos salieron en dirección al comedor.- Mañana es nuestro día… ¿No estás contento?


Por respuesta Jungmin sonrió tímidamente. En realidad moría por gritar de alegría. Solo ellos dos. Como pareja, como esos cursis adolescentes enamorados… como antes.

~ FIN DEL RECUERDO ~




Desde muy temprano dejó la cama, se arregló para la ocasión e inclusive hizo el desayuno para todos, Youngsaeng se llevaría a Kyujong de compras al super, una vana excusa para tener tiempo con él. Llevaba ya un par de años intentando llamar la atención del menor pero desafortunadamente el otro ó era demasiado despistado, ó no estaba interesado en el mayor. Pero era inspirador como lejos de rendirse, Youngsaeng continuaba “luchando”.

El maknae se quedaría en el apartamento haciendo nada. Tan solo dormir, comer, jugar, comer y dormir. Era su sábado libre debido a los movimientos de su agenda, así que podían hacer cualquier cosa que les apeteciera. Eso lo dispuso el manager.

Sin embargo… no contó que apenas iba a despertar a Hyunjoong este se levantó para acudir al llamado del manager en su agencia japonesa. Aparte de un fugaz “Buenos días” de despedida, pocos minutos después le envió un mensaje citándolo en la estación de Tokio, en la línea Yamanote. Por lo que tuvo un desayuno triste a pesar de los buenos deseos de los demás miembros. Animado, se apresuró para llegar al lugar del encuentro, aun guardaba las esperanzas de un grandioso día, ya había sacado de internet un montón de lugares a los cuales visitar, e inclusive se permitió hacer un itinerario…


Llegó a la atiborrada estación, al principio se perdió entre el mar de personas, hubo momentos en los que se desesperó al no poderlo divisar, demasiada gente. Marcó al número de su móvil cuando se cansó de buscarlo, pero tan solo envió a buzón, dejó mensajes de voz, se ubicó en una cafetería. Esperó, primero fueron las 10:00am, luego las 10:30am, volvió a llamarle pero una vez más fue a buzón y dejó un mensaje de voz;  las 11:00am, envió un mensaje de texto pero no hubo respuesta; 11:30am, llamó a los demás miembros pero estos no sabían nada del líder; angustiado comenzó a llamarle dejando dos mensajes de voz, para su alivio Youngsaeng le llamó pasando largos minutos diciéndole que el líder había estado con el manager y como su cita no estaba cancelada continuó esperando; y así se hicieron 12:00pm,; 12:30pm, 01:00pm, 01:30pm; 02:00pm, 02:30pm… 03:00pm… 03:30pm.


03: 31pm, 03:34pm, 03:40pm… 03:45pm. La temperatura había descendido y parecía que todavía iba a hacerlo más. Se arropó con su abrigo. Frotó las manos congeladas, esperaba, esperaría… él creía en Hyunjoong y si no le había dicho que su cita estaba cancelada, entonces era porque la tendrían. Así que lo esperaría… seguro que él no tardaba en llegar.
             
Comenzó a adormilarse, tenía frío y hambre. Estaba cansado, pero lo que más necesitaba en esos momentos, eran los brazos acogedores y protectores del líder de SS501.


- ¿Cómo te hago entender que te necesito? ¿Cómo decirte que deseo besos, caricias, abrazos y citas románticas? ¿Ya no me amas…? –Susurró para sí mismo. Decidió levantarse de su cómodo asiento, salió del establecimiento y se recargó en una pared con la expresión de desilusión más grande que podría tener. Soltó un largo suspiro conteniendo lo mejor que podía sus lágrimas acumuladas, finalmente se cansó... regresaría al apartamento. Caminó por inercia.

- ¡Hey! ¡Jungmin! –La potente voz de Younsaeng captó su atención, se volvió confundido sin poder distinguir a nadie conocido, así que continuó su camino lentamente.

- ¡Jungmin, espera! –Ahora fue la voz de Kyujong la que se distinguió entre el gentío, pero una vez más por más que buscó con la mirada, no encontró a quien lo llamaba. Creyó que estaba pensando demasiado, se volvió y siguió su andar lento. 

- ¡Hyung! ¡Hyung! ¡Aquí, aquí! –La voz del maknae se escuchó más cerca.


Ahora estaba seguro que lo buscaban los miembros del grupo, se detuvo en una esquina, se giró intentando distinguir las siluetas de sus amigos. Entonces, los encontró… del otro lado, hacían sus mayores esfuerzos por llegar a él pero las olas interminables de personas dificultaban la tarea. Cuando sus ojos se encontraron, Jungmin elevó su mano agitándola de un lado al otro y sonrió, poniendo todo su empeño en ocultar su tristeza.


- ¿Q-Qué hacen aquí…? –Cuestionó ligeramente sorprendido.

- Esa es la misma pregunta que deberíamos hacerte, ¿Por qué sigues aquí? ¿Lo estás esperando? Pero si saliste desde las 10:00am… -Kyujong respondió preocupado, miró el reloj de pulsera.- Son las 03:55pm, ¿Has estado aquí por seis horas?

- Hyung… -Baby Joon sintió pena, lo abrazó sintiéndolo temblar.- Estás muy frío, te puedes enfermar.

- ¿Si sabes que las personas normales, tan solo llegan a esperar quince minutos para comprender que les dejaron plantados, y luego se van, verdad? No esperan seis horas… -Youngsaeng reprendió ligeramente molesto.

- Él dijo que debía esperar… -No supo por qué de repente se sintió como un niño que acababa de hacer algo indebido.- Y-Yo…

- Hyung es realmente un tonto. Debió suponer que estarías esperándolo hace muchas horas y no demorar tanto para enviarnos. Es un desconsiderado… -Kyujong desvió la mirada enojado.

- ¿Eh…? ¿Hyunjoong les envió? ¿Por qué? ¿Ocurrió algo malo? ¿Dónde está?

- Al maldito nada. Sigue ocupado. Apenas terminamos las compras me envió un mensaje pidiéndome que te buscáramos en caso de que no hubieses llegado al apartamento. –Youngsaeng chasqueó la lengua molesto.- La verdad, no esperé que siguieras aquí, considerando lo orgulloso que eres, pero veo que… me equivoqué.

- Hyung dijo que te dijéramos que lo sentía mucho, pero no venir para su cita… dijo que lo perdonaras, y le dijo a Youngsaeng hyung que usara su tarjeta de crédito para que la sobregiraras comprando lo que desees, él se hará cargo de los gastos. ¡Ah! Y que no le esperes despierto, llegará tarde… muy tarde. –El maknae continuó.

- Ah… ¿Y no dijo porqué no se comunicó conmigo?

- Supuso que estarías furioso para responder sus llamadas. Al menos eso quiero creer. –Youngsaeng vio como el semblante del segundo maknae se tornó peor de lo que ya estaba, era muy visible el dolor en su mirada que comenzaba a cristalizarse.- Como sea, vamos que ya es tarde.

- No se preocupen, me duele un poco la cabeza y tengo frío. Mejor vayamos al apartamento. –Fingió malestar y masajeó sus sienes intentando ocultar las lágrimas que se asomaban por sus ojos.

- Ya no pueden seguir así. –Rompió el silencio incomodo instalado, Kyujong miraba serio a Jungmin.

- Déjalo así. Será para otro…

- Sí, ya sé lo que dirás, otro día… luego otro día, luego otro, otro y uno más. ¿Cuánto tiempo tienen así? Él disculpándose y tú perdonando sus faltas. ¿Cuándo reclamarás? ¿Hasta cuándo piensas detener esto, ah? No es sano para ninguno. -Jungmin era su mejor amigo, le conocía lo suficiente como para saber que debajo de aquella máscara de arrogancia y presunción existe un alma sensible y noble, fácil de herir y romper. Además, por alguna razón sabía que había “algo” más entre el HyunMin, pero tampoco quería involucrarse demasiado. Bueno, eso pensaba hasta hace unos días… Kyujong no sabía cuál sería el momento adecuado para abordar el tema que le escondían.- ¿Hasta cuándo Jungmin?

- No pasa nada. Te lo he dicho antes. Todo está bien ¿No lo entiendes? Deja de hacerte ideas extrañas. Entre Hyunjoong y yo todo está bien. –Defendió indignado, estaban rozando un punto sensible de su corazón. Una letanía que insistía en abrir viejas heridas del alma.- No digas nada.

- Hyung… -El maknae lo sujetó con fuerza al percatarse de la alteración y la voz quebrándose.

- Me parece que Hyungjoon quería un nuevo videojuego que salió en la TV. ¿Y si mejor vamos a Akihabara? Queda a cinco minutos ¿No? Además quiero ir a esos famosos Maid Café. ¿Qué dicen? El que tiene la tarjeta en su poder soy yo, así que síganme o quédense aquí con el peligro que los descubran. –Interrumpió Youngsaeng con voz seria, tenía frío y ciertamente le molestaba el “exceso” de preocupación de Kyujong para con Jungmin.


Ambos amigos le miraron sorprendidos por su comentario fuera de lugar, pero el mayor tenía el ceño fruncido. Estaba hablando en serio… y aun esperaba una respuesta.


- ¡Sí! ¡Siiií! ¡Akihabara Electronic Town! ¡Vamos, vamos! ¿Sííííí, hyungs…? –Con ojitos de cachorrito, les miró suplicándoles.- Me he portado bien… ¿Sí?



Ante esa mirada y expresión de entusiasmo, Jungmin olvidó momentáneamente su enojo y tristeza, suspiró, sonrió poniendo mejor cara.


- Está bien, vayamos a desquitar este mal momento endeudando monumentalmente al líder. –Correspondió al abrazo.

- Perfecto, ahora vayamos a comprar un billete de tren y en marcha. –Youngsaeng sonrió victorioso, por fin se había acabado la discusión incomoda. Luego hablaría seriamente con Hyunjoong, ciertamente esto comenzaba a ponerse grave por situaciones tontas.
  

Caminaron hasta una máquina electrónica en la que una vez que marcaron su destino y pagaron, fue impreso su billete para abordar. No debieron esperar mucho ya que las masas les obligaron a ingresar al vagón que en menos de lo que pensaron se atiborró sin que pudiera caber un alma más. Las puertas se cerraron dejando sentir una suave sacudida antes de ponerse en marcha. Youngsaeng miraba muy entretenido el suelo tratando de ocultar las mejillas ruborizadas al estar siendo prácticamente aplastado por el cuerpo de Kyujong que inútilmente intentaba alejarse apoyando su mano en la pared, Jungmin sonrió divertido por la escena, el vocalista del grupo podía ser un tanto alborotado con Hyunjoong debido a la gran confianza de su amistad sin embargo cuando se trataba de Kyu simplemente se volvía extremadamente tímido.

El tren se detuvo minutos después, una voz artificial avisaba que habían llegado a su destino; Estación Akihabara. Las puertas finalmente se abrieron para dejar salir al flujo de personas… salieron sin problemas, bajaron escaleras de acuerdo a las indicaciones hasta llegar a la salida con ese gran letrero: “Akihabara Electronic Town”.
Con un par de indicaciones llegaron a la calle principal Chuodori donde se vislumbraba extensas líneas de tiendas electrónicas, manga y videojuegos. Los ojos del maknae brillaron de emoción, era como un niño en medio de la tienda de juguetes más grande del mundo. Jungmin tomó el brazo de menor para no perderlo de vista entre tantas personas. Sacó de su abrigo el móvil esperando encontrar un mensaje, pero el buzón no marcaba nada.

Baby Joon apenas eligió un establecimiento se adelantó con ojos brillantes. Rápidamente fue a los aparadores donde mostraban una increíblemente extensa legión de videojuegos. Entre tantos aparadores se sintieron abrumados. Kyu apenas se quedó en el primer mostrador al que se acercó curioso, Youngsaeng siguió al maknae para luego después dirigirse al área de CD´s de Soundtracks de anime. Jungmin negó suavemente cuando el menor de todos llevaba en sus brazos cerca de docenas de estuches entre videojuegos y series de anime. Luego de razonar logró que se decidiera por cinco. ¿Un capricho de vez en cuando no hacía mal, cierto?

Kyu tomó un DVD de serie de anime de género shonen y otro DVD de OVA´s de la misma serie que encontró en una sección al fondo. Youngsaeng tomó un par de CD´s de música y un Videojuego. Por su parte encontró entre los DVD´s doramas, revisó las portadas descuidadamente tomando dos series completas. Al pagar con la tarjeta de crédito regalaba una sonrisa brillante, casi podían jurar que en cualquier momento daría saltos de felicidad.



- ¡Ah! ¡Miren! ¡Miren! –Mientras daban un último recorrido en busca del “Maid Café Perfecto”, según Youngsaeng que se quejaba de tanto caminar y que decía estar agotado, habían ingresado a una pequeña plaza comercial. El maknae señaló un curioso local lleno de maquinitas cubiertas de un extremo por una lona de estampados llamativos donde adolescentes entraban y al salir compartían sonrisas cómplices. A veces en grupos, otras en parejas acarameladas inconscientemente movidos por la intriga se acercaron por el interés que despertaba en los jóvenes y otros no tan jóvenes pero que de igual manera salían con una sonrisa de oreja a oreja.


El misterio quedó develado al cabo de unos minutos de observación… la identidad de esas extrañas máquinas no era otra que la de un expendedor automático de fotos. Pero no se trataba de cualquier expendedor sino uno que pueden hacer 100% fotos personalizadas al completo gusto del cliente.


- ¿P-PURI…KURA? ¿Purikura? –El maknae leyó confundido las letras del nombre del lugar.

- Creo haber leído de estos locales en internet. Son muy populares entre los adolescentes. Muchos vienen a tomarse fotos y las personalizan con todo lo que el fabricante les permita hacer. Inclusive puedes elegir el tipo de impresión entre el formato normal, stickers auto adheribles ó simplemente enviarlo vía WIFI ó Bluetooh a tu celular ó cualquier dispositivo tecnológico. –Explicó Youngsaeng.

- Ahhh… -El menor no disimulaba su asombro como sus otros compañeros, luego se giró para verlos con una enorme sonrisa.- ¡Yo quiero tomarme fotos! ¿Podemos ir hyungs…? ¿Podemos? ¡Yo quiero! ¿Siií?


Los mayores intercambiaron miradas…


- P-Pero… no sabemos cómo funcionan. –Kyujong se excusó.

- No creo que sea tan difícil. –Hyungjoon desvió la mirada percatándose de un grupito de niñas que intercambiaban sus stickers personalizadas entre risitas triunfantes.- Si ellas pueden… nosotros también.

- Hemm… bueno… si tanto lo deseas… -Jungmin miró al mayor de todos.

- Yah… vamos… -Youngsaeng accedió y así los cuatro miembros de SS501 entraron al lugar.


Esperaron pacientemente a que las multitudes se marcharan, veían fijamente cada movimiento que las personas hacían tanto para personalizar como para imprimir esas dichosas purikuras.

Apenas se desocupó una maquina el maknae les señaló impaciente. Inseguros entraron a la pequeña cabina… un tablero electrónico de la pantalla plasma llamó su atención ¿Cómo demonios funcionaban esas cosas? Cada uno tenía la interrogante. Jungmin al ver la carita ilusionada del menor suspiró y fue quien se atrevió a presionar los controles. El menú desplegable le confundió mucho, al ir haciendo clic otra ventana emergente aparecía preguntando otra elección que no lograba comprender del todo. Finalmente logró activar la dichosa maquina iniciando el temporizador.


- Ok. Creo que ya está.

- ¿De verdad?

- Sí… he programado en diez segundos. –Miró la cámara del frente.- Supongo que solo resta esperar y ¿posar?


Kyu le dio una mirada comprensiva, todo lo que hacían por complacer al maknae.


- Bien… entonces… ¿Nos tomaremos todos juntos las fotos? -Era una buena pregunta.

- Yo paso… -Kyu salió.

- ¿Eh…? No…

- Y-Yo… tampoco. -El mayor imitó al otro saliendo de la cabina.- Haces lindos aegyos, ¿de acuerdo?

- E-Esperen…

- Mhmm… tú querías tomarte la foto solo ¿No es así Joonie?

- ¡¿Qué…?! No, esperen…

- No te molestará si espero afuera ¿verdad?

- ¡Alto! Yo dije que quería tomarme fotos con USTEDES. Así que regresen aquí y sean buenos hyungs. –El menor reaccionó a tiempo y los empujó de vuelta a la cabina, pero justo en ese momento una corta lluvia de flashes cayeron sobre ellos cegando sus vistas.

- ¡Nooo! ¡Suéltame!

- Joonie-ah… creo que no deberías…

- Hyungjoon-ah… por favor.

- ¿Ya ven…? –El menor los soltó cuando terminó aquello, tallando sus ojos. Una pequeña alarma indicaba que las fotos estaban siendo procesadas.- Es su culpa. –Señaló con su dedo índice cuando recuperado recogió las fotos que salieron minutos después, por una rendija.- Aunque… captaron la esencia.


Youngsaeng le arrebató las fotos inspeccionándolas detalladamente y frunciendo cada vez más el ceño.


- ¡¿Esencia?! ¡¿Cuál esencia?! –Mostró las imágenes.- ¡Salí horrible! –Kyu tomó las impresiones mostrándolas a Jungmin que pasaron de la molestia inicial a la sonrisa divertida, se trataba de una secuencia del maknae con cara triste, luego enojada, entonces en otra ellos abandonaban la cabina, posteriormente Baby Joon se levantaban, los halaba enojado del brazo… entonces las expresiones extrañas de los mayores al ser obligados a regresar y cuando discuten forcejeando.

- Cierto… desde un punto de vista “artístico” captaron el “alma” de la escena. ¿Cómo deberíamos llamarlo? ¿“Obligados al primer purikura”? ¿”Baby Joon en su momento de rebeldía”? –La risa divertida de Park fue un alivio para los otros tres que tenían mucho que no escuchaban aquel sonido risueño, salido con honestidad. En los programas las sonrisas y risas de Jungmin habían sido forzadas ó fingidas.

- Humm… -Youngsaeng fingió enojo, se cruzó de brazos.

- Vamos, hyung… en verdad la cámara captó tus mejores ángulos. –Kyu dijo diplomáticamente obteniendo un leve sonrojo por parte del otro.- El príncipe salió igual de encantador.


Aquella sonrisa amable tuvo un efecto devastador en el interior del vocalista, el corazón dio un salto doloroso y comenzó a palpitar aceleradamente. Rompió su imagen caprichosa bajando la mirada avergonzado.


- Tengo sed. –Desvió su rostro para ocultar sus mejillas ruborizadas.- Si gustan continúen jugando con esas maquinas, yo esperaré en esa fuente de sodas. Denme las compras para que puedan estar más cómodos. –Estiró la mano esperando que las bolsas le fueran entregadas.

- Te acompaño. –Kyu se ofreció gentilmente.

- ¿S-Seguro…? N-no te p-preocupes por mí. Y-yo… les esperaré. Estoy un poco cansado… n-no he dormido bien. –Se excusó.

- ¿Qué? ¿Por qué no decirlo antes? –La honesta preocupación estremeció a Heo que comenzó a incomodarse, el menor se acercó tocando la frente sin notar el temblor que provocó.- ¿Te sientes mal hyung?

- N-No… solo… solo un poco de insomnio. –Se alejó lentamente.

- Mejor regresemos. –Jungmin rompió el silencio también alarmado por la salud del mayor.

- ¡N-No! Estoy bien… solo voy a tomar algo dulce y descansar. Ustedes no se preocupen, vayan, vayan. –Sonrió lo mejor que pudo.

- ¿Seguro…? –Dudoso preguntó el maknae.

- Seguro… ahora, continúen. –Caminó hasta el otro local seguido por Kyujong que le liberó de la carga de las compras, aquel simple gesto hizo muy feliz al mayor.

- No tardaremos. –Prometió Jungmin viendo como Kyujong obligaba a sentar al vocalista colocando cuidadosamente las bolsas para ir a comprar bebidas.


Batallaron unos minutos más, antes de rendirse… Jungmin no podía con toda la gama de opciones y controles, algunos menús estaban en inglés. Se había cansado de buscar la manera de personalizar las tomas. Regresaron con emociones diferentes, por una parte estaba Park que ya estaba fastidiado por no poder haber logrado funcionar la máquina, y por la otra se encontraba el maknae con su carita triste por el fracaso.


- Argggh…. Esas cosas son imposibles de manejar, al menos para mí. Lo siento mucho Joonie-ah. –Jungmin se disculpó con el menor mientras tomaban asiento en la mesa de la fuente de sodas junto a los mayores que parecían haber entablado una conversación, pero luego se percataron de que se trataba de un interrogatorio por parte de Kyujong y que Youngsaeng respondía tímidamente.- Nunca pude encontrar el tipo de impresión de stickers… me enredé con tantas opciones.

- No te preocupes hyung. Hiciste lo que pudiste… -Dio su mejor sonrisa.- Me hubiera gustado poder habernos tomado algunas fotos con ustedes, pero bueno… al menos tenemos la primera que nos tomamos.


Agitó las fotos con gesto triunfante.


- Será para la otra, lo prometo. –Youngsaeng recuperó el valor con su llegada.- ¿Y ahora qué? ¿Regresamos…? Todavía podemos ir a un karaoke.


Los chicos que ocupaban la mesa rectangular ignoraron su alrededor mientras pensaban y tomaban una decisión.


- Cierto. ¿No quieren ir al karaoke…? -El maknae cuestionó aun todavía muy frustrado Jungmin que de mala gana bebía su café.

- Argggh… esas maquinas del demonio… no comprendo ¿Qué hice mal? Seguí las instrucciones… es realmente molesto, unas chiquillas pueden ¿Por qué yo no? Tal vez… -El mencionado tan solo hablaba en voz alta para desahogar su molestia ignorando lo dicho por su compañero. Los mayores tan solo negaban por su terquedad.

- Hyung… -Intentó llamar su atención.- De verdad no te preocupes tanto.

- Es que, sí puedo. Solo necesito un poco de práctica y asesoría. Sí, eso… -Miró a su interlocutor con una sonrisa animada.- Pero ahora, ¿A quién le puedo pedir ayuda, a la dependiente…? 



- Si me permiten yo puedo ayudarles. Podría decirse que soy un experto. –Una desconocida voz en perfecto coreano llamó la atención de los chicos que dirigieron su atención justo detrás de donde estaba Jungmin. Lo contemplaron intrigados por la repentina intromisión.

- Lo siento, pero… -Youngsaeng iba a responder para alejar al extraño de buena voluntad, era suficiente con Park, debía olvidar ese asunto, se lo iba a llevar lejos de esos aparatejos.

- Para mí sería un verdadero placer… -Continuó con esa gentileza.

- Gracias… Disculpe ¿Es usted coreano? –Kyu interrumpió mirándolo fijamente y ante el asentimiento del desconocido el otro permaneció pensativo, posteriormente soltó lleno de duda.- Perdone mi imprudencia… Pero, ¿Nos conocemos de alguna parte?

- Por supuesto, hace años… puedo decirles que fuimos grandes amigos. -El susodicho volvió a asentir sonriendo cálidamente.- Vivimos grandes momentos en nuestra etapa de formación.

- ¿Usted… de casualidad se llama Lee Dongbae…? -Un escalofrío recorrió la espina dorsal de Jungmin que de inmediato comenzó a observarle detenidamente.

- Tiene tanto tiempo que no escuchaba ese nombre que ahora me suena extraño. -El origen de la voz era un joven alto, atractivo, con una gentil sonrisa de brillante dentadura, sus cabellos oscuros caían graciosamente enmarcando sus facciones de suaves líneas varoniles, vestía en todos cafés y beige, esa gabardina de piel le regalaba un aire de elegancia.-  Hola, tanto tiempo sin vernos…


Kyujong dejó la curiosidad para mostrar sorpresa, se levantó de inmediato y fue hasta ese joven estrechando la mano extendida.


- ¡Hyung¡ ¡Lo sabía! ¡Lo  sabía! Desde que lo vi supuse que era usted, pero tenía miedo de confundirme. ¿Cómo ha estado? ¿Qué hace aquí? ¿Viene solo? Lo hemos extrañado. –La voz aunque atropellada no ocultó su entusiasmo creciente.- Chicos, es Dongbae hyung… ¿Recuerdan? Tú si debes recordarlo Jungmin-ah, vamos,  desde antes de formarse el grupo… en la etapa de entrenamiento.


Un asombrado Park abrió los ojos producto del shock del que era preso. Barría de arriba hacia abajo a la persona frente a él, aunque había cambiado su apariencia era él. Era él… su voz, sus ojos… su sonrisa.


- Perdón por la intromisión, la verdad... –Cerró un ojo como un niño a punto de confesar una travesura.- Les vengo siguiendo desde hace minutos, les vi saliendo de una boutique y me emocioné porque los extrañaba mucho… pero tampoco estaba seguro, es decir… han sido como 3 años desde la última vez que nos vimos ¿Cierto? y los seguí para asegurarme que fueran ustedes. Fue una buena decisión porque tengo la oportunidad de verlos de nuevo. Han crecido y cambiado…


Youngsaeng y Hyungjoon pronto encajaron el nombre con los recuerdos de su período de traineers, se levantaron para saludar a ese viejo amigo que una vez que fue expulsado del proyecto de SS501, abandonó la agencia perdiéndole contacto desde entonces. Jungmin los imitó torpemente, correspondió a la sonrisa, no podía dejar de verle. Como queriendo asegurarse de que esa persona estuviera bien, una preocupación mezclada con cariño invadió su cuerpo. Tanto tiempo… sin verle, ni escucharle… era su hyung.


- ¡Lo siento tanto, hyung! –Youngsaeng se ruborizó avergonzado por no haber reaccionado antes.- Y-Yo… me alegro de verle.

- El tímido Youngsaengie-ah… sigue siendo igual de encantador. –Respondió restándole importancia a la disculpa.

- ¡Dongbae hyung! Dongbae hyung… se ve muy bien. –El maknae no conteniendo sus emociones terminó por abrazar al mayor que soltó una carcajada correspondiendo al gesto.

- Baby Joonie-ah… el dulce maknae… también se ven muy bien. He escuchado cosas muy buenas de ustedes. –Le soltó para verle mejor, el otro sonrió contento.

- Jungmin. –Dongbae se quedó mirando al menor esperando su reacción, pero el entusiasmo le ganó, haló esa mano que tímidamente iba a su encuentro y lo abrazó.- Jungminie-ah… les extrañé tanto… te extrañé más.


Aquel simple abrazo abrió las compuertas a un tumulto de emociones olvidadas en el fondo de su ser, temerosamente sus extremidades se cerraron en esa espalda. La colonia de caballero inundó su olfato, el calor reconfortó de alguna manera la soledad. Él había sido muy cercano en el pasado, su hyung que siempre le escuchaba cuando tenía problemas, que sin importar la hora ni el día siempre le tenía tiempo para compartir con él. Junto a Kyu fueron los dongsaengs más allegados al mayor, que por ser un traineer veterano les cuidó y aconsejó sabiamente. Lee Dongbae... había sido uno de los mejores traineers, casi toda la agencia lo conocía, le estimaba por su personalidad tan amable y entusiasta.

  
- H-hyung… -Solo esa persona le hacía sentirse como un maknae, tan pequeño.

- ¿Y Hyunjoong-ah? ¿No vino con ustedes? –En cuanto se separó preguntó por el faltante.- Dicen que es un buen líder y al verlos buen cuidados lo creo así.

- Hyunjoong no pudo venir, hyung. Ahora tiene muchas responsabilidades pero nos dio día libre para salir a divertirnos.

- Ahh… ya veo. Espero que lo saluden de mi parte. –Contempló a sus dongsaengs, cuatro de cinco. De repente sintió nostalgia, añoró volver a esos días en que los seis entrenaban arduamente para cumplir sus sueños.

- Dongbae hyung… ¿Qué ha sido de usted? ¿Viene solo? ¿Cuánto tiempo se quedará? –Kyujong miraba a su alrededor para encontrar a algún acompañante.

- ¿Dongbae…ah? Woho… -Esbozó una sonrisa torcida.- Siento como si estuvieran llamado a otra persona. Es extraño, hasta ahora nadie había utilizado mi nombre real. Creo que ya lo había olvidado.

- ¿En serio…?

- Así es… todos me llaman César. –Contestó al grupo de chicos que le miraban desconcertados al escuchar la última palabra, sonaba tan exótica, extranjera.- ¿No quieren algo de comer? Yo invito.

- ¡Ah! No se preocupe hyung… nosotros acabamos de almorzar. De verdad. –Se excusó Youngsaeng en nombre de todos que asintieron a lo dicho.

- ¿Seguros…? no tengan pena, soy yo.

- De verdad, no se moleste hyung… -Jungmin replicó tímidamente.- Ya nos íbamos.

- Mhmm…. Está bien. Pero deben dejarme invitarles otro día. ¿De acuerdo? –Sonrió cuando los menores sintieron esbozando esas sonrisas juguetonas.

- ¿Cesare? –Baby Joon no estaba seguro de haber escuchado bien.

- ¿Eh…? No, César. Cé-Sar. –Deletreó.- Repítelo con calma.

- Cé-Sar… -Repetía el menor, esa palabra tan extraña. La pronunciación era complicada para él.

- Cé-Sar… -Kyujong se unió a la clase de lenguas seguido de un Youngsaeng que fruncía el ceño confundido.

- César. –Como era de esperarse de Jungmin, fue el primero en dominar aquella palabra.- César.

- Así es…César. Ese es mi nuevo nombre. Desde que entré a Blarkrose Ent., al principio resulta un poco raro pero después te acostumbras. CEO Park HyeMin-sshi fue quien así me bautizó, dijo que ese nombre me quedaba porque se trataba del primer solista de la compañía, sobre mis hombros descansa la responsabilidad de guiar y cuidar a mis demás compañeros. Ah, y también porque soy yo quien debe crear el imperio de la Rosa Negra. –Explicó divertido mientras recordaba ese episodio.- Y bueno… desde entonces dejé de ser Lee Dongbae y me convertí en César. 

- ¿Blackrose Ent.? Eso quiere decir que…

- Así es, también soy cantante. Mi nuevo hogar es Blackrose… aunque la agencia coreana es muy pequeña en América y Europa somos una enorme familia. Algún día los presentaré, hay chicos de su edad que son muy divertidos, estoy seguro que se harán amigos.

- ¡Felicidades hyung! ¡Está cumpliendo su sueño!

- Esto fue gracias a ustedes… especialmente a Jungmin-ah que sin consejo yo no estaría aquí.

- ¿Tiene mucho tiempo en el medio?

- Soy generación 2004-2005. Debuté poco antes que ustedes.

- Ahh… entonces si usted está aquí es… ¿Trabajo?

- Ajá, es por trabajo, estoy haciendo una gira en Japón. De hecho todavía debo recorrer Okinawa y Osaka antes de culminar. ¿Y ustedes? Ya sé que debutaron como SS501 y están promocionando aquí, pero ¿Se quedarán mucho? Para planear una reunión… yo quiero frecuentarlos, claro, si ustedes gustan.

- Qué cosas dice hyung… ¿Por qué no nos gustaría, ah?

- No lo sé… quizás no soy aceptado. –Por un momento la mirada se volvió seria.

- Para nada, estaremos encantados de recuperar nuestra amistad. ¿Verdad Jungmin-ah? –El aludido estaba perdido en sus pensamientos que cuando escuchó su nombre tembló asustado. Sin poder evitarlo un sonrojo ocupó lugar en sus mejillas al verse descubierto por la mirada de César.

- C-claro… -Atinó a decir no muy seguro de lo que habían estado hablando.

- Eso sería fantástico. –Sonrió al ver aquella expresión de su dongsaeng.- Bueno… regresando a lo inicial. ¿Quieren que les enseñe a manejar la máquina de purikuras? No es difícil… creo que puedo decir que tengo doctorado en eso. Cada vez que venimos a Tokio es una regla obligada tomarnos muchas fotos.

- ¿Venimos…? –Preguntó curioso Youngsaeng.   

- Me refiero a mi familia de Blackrose que me acompaña. –Confesó tranquilamente mientras se ponía de pie.- ¿Entonces…?

- ¡Siiií! –Baby Joon imitó entusiasmado al mayor, halando el brazo de Jungmin para que le siguiese.- Hyung intentó dominar los controles pero creo que se confundió… podría enseñarnos.


Youngsaeng y Kyujong les siguieron de vuelta al local, donde pacientemente César les enseñó a dominar la consola y tras un par de repeticiones los cuatro miembros de SS501 aprendieron a utilizar la expendedora de purikuras. Emocionado el maknae se tomó muchas fotos con los cuatro, estaba divirtiéndose de lo lindo personalizando las tomas, usando las plantillas predeterminadas, poniendo y quitando toda clase de figuras, sus blancos predilectos fueron Heo y el mayor de los Kim que no tuvieron opción más que cumplir el capricho del menor.


César y Jungmin por su parte regresaron a la mesa de la fuente de sodas una vez terminada su sesión de fotos, se habían puesto de acuerdo que debían turnarse debido a las bolsas de las compras. El ambiente había cambiado por completo ahora que no estaban los miembros de SS501. Jungmin lucía tan incomodo como el mayor estaba serio admirando concentradamente la tira de fotografías resultado de sus clases intensivas, no habían articulado palabra alguna desde que tomaron asiento. De repente todo era tenso y silencioso, no había atisbo alguno de simpatía a comparación de la conversación amena de minutos atrás, pero ese juego de mutismo que parecía extenderse todo lo que durara el juego de Baby Joon fue roto por la voz profunda de César después de despegar sus ojos de los purikuras.


- Veo que has estado muy bien y eso me alegra mucho. -Aquello logró que Jungmin le mirara extrañado, sigue sin entender ese extraño sentimiento de añoranza que domina su pecho y pensamientos ahora que está con él, quizás porque fue un hyung muy bueno.- ¿Sabes?… si estuviéramos en otra situación, pediría tu número telefónico para poder llamarte más adelante pero, creo que no sería correcto… ¿Ni siquiera amigos, verdad? –Continuó al ver que el menor le miraba apenado.

- Y-Yo… n-no… no sería correcto. Lo siento. -Respondió finalmente desviando la mirada producto de la ansiedad que le producía estar a solas con él.

- No te disculpes, aun así… soy muy feliz por esta oportunidad de verte. -Miró directamente los ojos que le rehuyeron, Jungmin sujetó con fuerza el vaso de té en señal de nerviosismo e incomodidad.

- ¿En dónde estará… digo… después de promocionar…? -Intentó cambiar el tema y el chico al notarlo accedió.

- Tomaré un periodo vacacional, iré a ver a mis padres y luego iré a Europa con unos amigos…

- Ah… eso es bueno… espero que se divierta. –Tímidamente susurró, de repente no sabía cómo actuar con él. Tanto tiempo de sin verlo, la última vez que fue cuando se despidieron.

- Gracias… -Sonrió dulcemente sabiendo que eso era lo más lejos que podía llegar con Jungmin, no era tonto, sabía que su presencia incomodaba, pero le era imposible evitarlo. Había añorado tanto tenerle nuevamente de frente. Aunque lo correcto dictara que debía alejarse, levantar murallas de distancia y no buscarle como lo estaba haciendo… ya no podía frenarse.



- Así que es aquí donde estás perdiendo el tiempo que no tienes. -Una voz ronca, profunda y fría interrumpió en perfecto inglés al momento en que César quiso decir algo.- ¿Estás consciente de la niñería que has hecho? ¿Se puede saber por qué huiste sin decir nada abandonando a tu staff?


Al voltear Jungmin vio a un hombre alto, vestido con gabardina negra y bufanda gris… por su tono de voz no se le hizo difícil comprender, a pesar de no saber el idioma, que reprendió a César, éste sonrió apenado.


- Lo sé, pero era algo que debía hacer solo. Perdón. –Dejó el asiento y fue al encuentro de ese hombre de mirada cortante contestando en el mismo idioma.- No te enojes Ti-San… envejecerás pronto.


El sujeto tomó del brazo a César, Jungmin se puso de pie. Parecía que ese hombre golpearía a su hyung… tenía que hacer algo.


- Deja de jugar y… -El sonido de un móvil interrumpió al agresor que sin soltarle sacó el aparato, ver la pantalla del Smartphone hizo que frunciera el ceño.- Escúchame bien… se han preocupado mucho por ti y te buscan desesperados. Me han tenido que sacar de la agencia para buscarte porque no llevaste celular. Todavía tengo que forzar a Ori para que salga de la tienda de mascotas ya que sufre un ataque protectora de animales… así como a Lyra y a Alan que han encontrado su paraíso en una boutique. –El móvil volvió a sonar y una ceja se enarcó pronunciando más una peligrosidad digna de escapar.- Y por si fuera poco Asha no para de llamar como psicópata ya que a última hora se le ocurrió hacer cambio de trajes y le urge hacer las pruebas de vestuario. Es muy tarde, aun tienes un ensayo general antes de la presentación pero a ti se te ocurrió jugar a las escondidas ¿Y quieres que no me enoje?

- Todo va a salir bien. –Respondió tranquilo a pesar de la expresión terrorífica del otro dando suaves palmaditas.- Por cierto, quiero presentarte a alguien… -Se volvió hacia Jungmin que no escuchaba los susurros.- No te preocupes, él no muerde. –César contestó en coreano sonriendo.


Caminó llevando al adulto frente al miembro de SS501.


- Jungminie-chan… te presento a Rarti-san. Él es un gran apoyo, es la persona que ha cuidado de mí, siempre ayudándome. –Señaló con un tono diplomático.- Rarti-san, te presento a Park Jungmin-chan es una de mis personas especiales de cuando era traineer.

- Así que es él, la persona de la que siempre me hablas. -La respuesta en coreano fue fría y cortante, semejante a una queja, que congeló a Jungmin y se sintió desarmado ante el más alto.- Sí… Park Jungmin, fecha de nacimiento 03 de Abril 1987, signo zodiacal Aries y signo chino Liebre. Segundo maknae de SS501 Vocalista y Bailarín. “Sexy Carisma”, amante de la zanahorias y los malvaviscos…   


Un muy ligero sonrojo adornó el rostro de César ante la revelación de Rarti que a modo de desquite soltó como si nada. El móvil continuó sonando de manera insistente rompiendo con el silencioso intercambio de miradas. Park también se ruborizó, luego se sintió intimidado por ese par de ojos fríos que escrutaban de manera arrogante. Hizo una reverencia intentando sobreponerse a ese extraño terror.


- Un placer conocerle… -Se levantó temeroso.

- Igualmente… -Soltó de manera rígida.- Lamento interrumpir pero debo llevarme a César ya que tiene muchos asuntos que atender.


Sin dejar tiempo a réplicas el mayor hizo una reverencia, dio media vuelta con su dongsaeng y se puso en marcha.


- ¡E-Espera un momento! Por favor… Ti-san… por favor, haré todo lo que quieras pero déjame despedirme de los demás chicos, Ti-san… –Rogó intentando convencerlo.- L-lo siento mucho Jungmin-chan… me despides de los demás. ¡Cuídate! –Dijo apresuradamente sin oponerse a la voluntad de Rarti que lo halaba del brazo para evitar que escapara mientras con la otra mano finalmente respondía aquella llamada.


Jungmin se quedó sin palabras al no comprender lo que realmente había pasado. Se percató de la relación cercana de su hyung con ese hombre aterrador, porque no le temía y mostraba simpatía por él. Nunca se lo hubiera imaginado, eran como el agua y el aceite.   



- ¡Hyunggggs! –Baby Joon lo sacó de sus pensamientos llegando hasta él con cinco tiras de fotos-stickers, pero al ver que solo estaba Park su rostro se volvió preocupado.- ¿Y Dongbae hyung?

- Ahh… bueno, tuvo que irse porque tuvo un asunto de emergencia. –Contestó.- Su personal lo encontró y se lo llevaron, creo que por seguirnos se escapó de ellos. Quería despedirse de todos ustedes pero no pudo. Tú sabes, trabajo. Así que me pidió que lo despidiera de ustedes.

- Yo quería despedirme en persona. –Hizo un adorable puchero.- Ni siquiera intercambiamos números telefónicos ni emails para comunicarnos. Es una lástima. ¿Cuándo lo volveremos a ver?

- Ya, seguro… seguro que después lo encontramos. –Respondió dudoso pero creía que necesitaba decirlo para calmar al menor.- Bueno ¿Y los demás?

- Están esperando la última tira. –Sonrió.- ¡Sacamos muchas fotos divertidas! ¡A unas apliqué el fondo de Naruto y Bleach! Deberías verlas, Hyungs se ven tan graciosos. –Entregó el producto de su juego.


El mayor veía las fotos sin realmente ponerle atención. Aquel encuentro definitivamente era una mala broma del destino. Intentaba asimilar lo ocurrido… Dongbae había llegado a su vida repentinamente, justo como lo había hecho antes. Pero ahora era diferente, ahora era conocido como César… ahora, él lucía más extrovertido que antes y parecía haber encontrado a alguien.


- Hyung… -La dulce voz de su dongsaeng le extrajo de sus cavilaciones.

- ¿Sí…?

- Tu móvil, hyung… está sonando ¿Acaso no escuchas? ¿Pues en qué piensas, hyung? –Entre risas divertidas tomaba las fotos.- Deberías contestar.
       
- ¡Ah! Cierto. –Rebuscó entre los bolsillos de su abrigo hasta encontrar el celular que vibraba, resplandecía y sonaba al mismo tiempo, prestó atención al remitente, tan solo presionó el botón verde.- Moshi moshi.


“¿Por qué no contestabas? Estaba preocupándome” –La voz profunda de Hyunjoong paralizó a Jungmin. “¿Jungminie...? ¿Me escuchas? ¿Estás ahí? Responde. No tengo tiempo para escenitas… ¿Dónde se encuentran? Ya rebusqué todo Shibuya y no los encuentro.”


Una balde de agua fría bañó su cuerpo, aunque su mente indicara que reaccionara no parecía controlar sus movimientos. Porque simplemente estaba helado. Después de seis horas de espera más cuatro de shopping por fin el líder de SS501 se dignaba en llamarle y por su tono nada amable supo que no estaba de humor. Pero su corazón se estrujó añorando un dulce cumplido, no un regaño. Tembló ligeramente y justo antes de que el celular escapara de sus manos reaccionó.


“Jungmin… no estoy jugando. ¿Dónde están? Responde, ahora.”

- Te estuve esperando, pero no llegaste. ¿Qué sucedió? ¿Por qué no me llamaste antes? –No era una queja ni reclamo, más bien era la ansiedad reprimida que necesitaba de una explicación para morir.

“Eso no responde mi pregunta. ¿Dónde están?”

- Me preocupé mucho por ti.

“Hablamos más tarde de eso. Ahora dime, por favor. ¿Dónde están?”

- Akibahara. –Soltó mecánicamente.

“¿Akibahara…? ¿Y qué hacen allá? Dije claramente que te llevaran a Shibuya.”

- Fue mi idea, quise compensar a los chicos porque fueron a buscarme.

“Los quiero en la estación de Tokio, pasaremos por ustedes. El manager acaba de recibir órdenes de un evento que debemos cubrir. La invitación llegó a la agencia y nosotros asistiremos en representación. Comienza a las 9:00pm y ya son las 7:45pm. Reúne a los chicos y regresen, a la salida la minivan les esperará. Yo voy de regreso al apartamento, el staff está arreglando el vestuario.”  Dio por terminada la llamada dejando al menor con un nudo en la garganta.

- ¿Hyung…? ¿Qué pasa? –La expresión seria del menor le indicó que su rostro debía lucir deplorable, forzó una sonrisa.

- Era Hyunjoong… dice que tenemos trabajo. Nos quiere de regreso porque el evento comienza en unas horas.

- ¿Vamos a cantar ó a una entrevista?

- Nada de eso, tan solo asistiremos como invitados. Él va al apartamento. –Suspiró.- Bueno, ayúdame con las bolsas y vayamos por los demás. La minivan nos recogerá a la salida de la estación.


El menor asintió, le miró como queriendo decir algo, pero entonces cerró la boca y le siguió en silencio.

Apenas avanzaron unos pasos cuando vieron a los mayores acercarse a ellos. Mecánicamente repitió todo lo anterior, desde la inesperada despedida de César hasta las instrucciones del líder. Kyu borró su sonrisa y se puso serio mientras que Youngsaeng ocultó un ronroneo molesto. Otra vez Jungmin tenía esa expresión… a punto de llorar.

Toda la alegría que hasta esos momentos había brillado en los ojos oscuros de Park murió, nadie dijo nada más y en silencio se dirigieron de vuelta a la estación. Pagaron el billete y abordaron. El segundo maknae no se percató de las miradas de sus compañeros cuando suspiraba. Miraba desinteresadamente por la ventana que regalaba una borrosa vista de la ciudad.


Tal y como les habían dicho, la minivan esperaba impaciente cuando salieron de la estación. Fueron apresurados por el manager que se sumergió en una llamada telefónica. Youngsaeng y Hyungjoon conversaban mientras que Kyu le miraba acusadoramente.
 Llegaron al departamento invadido por estilistas y vestuaristas que les arrebataron lo que llevaban en mano guiándolos al baño. El líder estaba siendo peinado al mismo tiempo que recibía instrucciones del manager, esa fue la causa por la que no intercambiaron palabras ni de saludo. Todo era confuso, las personas entraban y salían de las habitaciones llevando o trayendo cosas. El vestuario dispuesto era casual pero elegante, chic y divertido. Uno a uno pasaron de mano en mano para su arreglo respectivo. El manager les contó que a su agencia japonesa le había llegado una invitación por parte de representantes de otra para asistir a un evento, y ellos fueron asignados como asistentes. De camino al lugar por fin conversaron, gran parte de la agenda de Japón quedaba aplazada para primavera ó verano del 2009, les dieron la noticia que regresaban a Seúl ¿Las razones? Kim Hyunjoong estaría grabando el drama, Jungmin tenía propuestas para un musical y al parecer el trío restante sería parte de un proyecto nuevo. Las actividades grupales de SS501 quedaban temporalmente suspendidas en Japón. Hubo protestas así como diversos ánimos debido a esas decisiones, pero la conversación cambió de giro concentrándose en el día libre que los cuatro miembros habían tenido, cada uno narró sus partes cortándose, poco antes de llegar al encuentro de César, debido a que habían llegado a su destino.



Se trataba del famosísimo Tokyo Dome. La codosal estructura soberbiamente les dio la bienvenida bañada en las luces de enormes reflectores. La curiosidad hizo mella en sus rostros conforme fueron conducidos por la típica entrada VIP, escoltados por personal de seguridad se percataron del movimiento que se llevaba a cabo. El sonido de una multitud sincronizada en un solo grito de furor llamó su atención, no se distinguía qué era lo que decían gracias a la fuerte música que retumbaba. El manager nervioso con los pases en mano buscaba con la mirada dentro de la gran sala de espera.


- Hyung… -A pesar de ser un susurro los cuatro restantes miraron donde el maknae señalaba asombrándolos todavía más. Pues ignorando a la prensa que impaciente se ubicaba, entraron un grupo de personas de extranjeros; entre altos, bajitos, delgados y rellenitos. Entre blancos, morenos y negros. Entre rubios, castaños, pelirojos, pelinegros… occidentales y asiáticos. Compartían dos cosas entre tanta mezcla intercultural… hablaban inglés y vestían el mismo uniforme. Jeans y playeras blancas con un el logo tipo frontal de lado izquierdo estampado a escala de gris y negro, portando en la espalda una figura diferente. Un escudo en color negro y un deslavado púrpura dos laureles cruzados debajo de aquella extraña figura curva.

- No se queden ahí, debemos movernos. –El manager replicó cuando se dio cuenta que su grupo no seguía sus pasos. El poco staff que llevaron les empujó gentilmente alejándolos de la escena.

- ¿Son muchos extranjeros, cierto? –El maknae susurró.

- Es extraño. –Youngsaeng respondió.

- ¿Qué clase de evento es este? –Jungmin preguntó al aire.

- Un recital. –El manager dijo perdiéndose entre pasillos.- El anfitrión es una celebridad muy querida pero que había estado en el extranjero últimamente, con motivo de su regreso al mercado japonés ha hecho esto. Tan solo se tratan de unas cuantas presentaciones, al parecer hará un gran comeback en el 2009.

- Déjeme ver si entendí. Esto es solo una presentación cualquiera porque su Grandioso Comeback será hasta 2009… -Hyunjoong comenzó a hablar ácidamente.- Así que… ¿Lo hace aquí? ¿En el Tokyo Dome? Es un chiste ¿Cierto? ¿Qué clase de persona es? ¿Y dónde piensa hacer su Comeback? ¿Acaso hay un lugar todavía más opulento?

- Y eso que todavía no les he dicho una curiosidad de esta celebridad.

- ¿Qué es…?

- Como vieron, hay mucho movimiento. Hasta la prensa está muy emocionada. Debieron esperar largamente hasta que decidiera volver a presentarse. Pero hay una pequeña curiosidad… él no es japonés. Sino un extranjero.

- ¡¿Es Madona?! ¡¿Michael Jackson?!

- No es americano ni europeo… sino coreano.


Los cinco miembros se quedaron de pie.


- ¿DBSK? –Hyunjoong contestó ilusionado, si eso era cierto vería a Jaejoong.

- Pero… no es AVEX.

- Así es Jungmin. Esta celebridad es solista.

- ¿Bi Rain hyung? ¿Se7en hyung?

- No… nada de eso chicos. –Se detuvo en una puerta.- Bien, hemos llegado a la sala de Backstage. Ahora que entren compórtense como las estrellas coreanas que son, se trata de un sumbae así que espero que lo traten respeto. ¿De acuerdo?


Los chicos asintieron movidos por la curiosidad. ¿De quién se trataría para tanto alboroto?


- Hyung… dinos al menos su nombre…

- Yo tampoco lo sé Hyunjoong ¿Por qué crees que estoy nervioso? No sé quién es así que no puedo darme una idea de cómo deberán actuar. Por eso les pido que cuiden sus palabras para no ofenderle.


Contuvieron la respiración durante unos momentos cuando la puerta fue abierta después del toque suave, una chica rubia de ojos azules uniformada como las personas de la entrada les saludó con una amable sonrisa después de mostrar la invitación VIP.


- Bienvenidos sean –Una reverencia de 90 grados.- Llegan a tiempo, el concierto pronto comenzará. Pero pasen para saludarle. –Se asombraron al escuchar esa dulce voz en perfecto acento japonés, les dejó pasar.

- Enviamos el arreglo floral temprano ¿Lo recibieron?

- Por supuesto, muchas gracias por su gesto. –Les guió al interior.


La sala estaba llena de personas, distinguieron entonces dos uniformes que se diferenciaban por el logotipo de la espalda. Estaba el deslavado púrpura… y luego uno con la misma base negra pero con relleno rojo sangre con contorno blanco. El nuevo escudo estaba representado con una enorme cruz que separaba dos letras “M” una mayúscula y otra minúscula. Al fondo se escuchaban las instrucciones en inglés de una mujer, todos prestaban atención. El equipo de logo rojo rodeaba a un conjunto de personas de vestuario llamativo pero de diseño soberbio. El maquillaje de sombras oscuras y brillos plateados no escondieron los rostros occidentales, eran los bailarines.


- Están por terminar, no se preocupen. Le diré que llegaron. –La chica se alejó abandonándolos en la entrada. SS501 se sitió intimidado por esas personas.

- ¡Hwaiting! –El grito tan conocido en corea que rompió con tanto inglés fue seguido por un coro lleno de júbilo dividiendo la reunión grupal para formar diversos equipos que murmuraban en diferentes idiomas.


Miraban llenos de asombro y curiosidad. Nunca antes habían visto tantos extranjeros. Los bailarines hicieron pequeños ejercicios de estiramiento. El cuerpo técnico compartía opiniones y daban órdenes por radios, distinguieron a los representantes de la celebridad gracias a los trajes sastres elegantes. Pero Jungmin casi sufre un paro cardíaco cuando entre el equipo de los bailarines distinguió a esa aterradora figura alta. Acomodaba el apuntador y el micrófono, seguía vistiendo esa gabardina negra, miraba a dos chicos en particular asiáticos, uno que podría pasar por primo lejano de Baby Joon; tenía una sonrisa dulce y mirada risueña que contrastaba con su otro compañero que fácilmente podría pasar por una versión más joven de T.O.P de Bigbang solo que más salvaje y violenta adornada con una amenazante mirada, era mucho peor que Rarti. Estos escuchaban atentos.


- No puede ser… -Park retrocedió al hacer sus conjeturas. Rarti era conocido de…

- ¡Qué agradable sorpresa! –La voz rompió el momento.- ¡No sabía que vendrían!

- ¡Hyung! ¡No sabíamos que este evento es por usted! –Kyujong sonrió entusiasmado cuando llegó hasta ellos.

- ¡Hyung! Tanto tiempo sin verlo. –Se dirigió al manager haciendo una reverencia a sus invitados.- Hyunjoong-sshi… -Se dirigió al líder tranquilamente.


Aquella especie de gabardina blanca sin mangas dejaba al descubierto unos brazos torneados y la ropa que le envolvía como segunda piel mostraba un cuerpo duramente trabajado. César acomodó su micrófono adherido a su mejilla gracias a trozo de cinta del mismo tono de su piel.


- ¿No me reconoce? Yo soy… Lee Dongbae… -Una tímida sonrisa adornó su rostro.


Jungmin se puso nervioso al ver como la mirada de Hyunjoong se volvió cortante y el ceño se fruncía ligeramente en un vano intento por controlar la furia. Ya lo había recordado…


- ¿Lee Dongbae…? –El hombre se puso tenso al no poder hacer memoria.

- Sí, hyung… él fue traineer de la agencia. ¿Lo recuerda? El tutor de baile y canto que Jungmin y yo tuvimos. –Kyu tomó la palabra.

- ¡Ahhh! ¡Dongie-ah! –Recordó el apodo cariñoso que en aquellos tiempos llamaban a César. La sonrisa de felicidad junto a vergüenza se mezclaron cuando después de hacer la reverencia estrechó la mano con unos de los mejores estudiantes de la DSP Media Ent.- ¿Eres tú la celebridad que tiene a medio Japón agitado?

- Así es hyung… ¿Estoy llenándolo de orgullo? Ustedes me formaron. –Dijo lleno de gratitud.

- Seguro que cuando lo sepan tus profesores estarán felices de verte triunfar.

- Muchas gracias. ¿Se quedarán al concierto?

- Por supuesto. Tenemos que ver a la gran estrella en acción.

- Espero que sea de su agrado. –Un hombre trajeado se acercó a César.- Hyung… ellos fueron mi primera familia. Vivimos muchos momentos juntos durante la dura etapa de entrenamiento. Antes éramos compañeros de clases, ahora somos colegas… y espero que pronto amigos. Le presento a SS501.

- Muchas gracias por la cortés invitación, es un honor. –El manager el grupo dio la reverencia seguido de los chicos que repitieron las mismas palabras.

- Al contrario, es un honor que estén presentes. Ya que ustedes fueron quienes educaron a nuestro César. Es un gusto conocerles. Nuestro joven siempre cuenta agradables anécdotas que nos han permitido conocerle mejor. Blackrose lo ama profundamente y estamos realmente orgullosos que sea nuestro emperador. Por favor pasen a los palcos VIP y disfruten del recital que con mucho empeño César ha preparado. –El manager del solista regresó el gesto.

- Lo siento… debo irme. –César se despidió cuando un técnico le llamó percatándose que la sala estaba casi vacía.- Debo hacer una pequeña rueda de prensa. Nos vemos al término del concierto.


Acompañado de su manager y representantes de la agencia salió en dirección donde esperaban los reporteros.


- Por favor, sean amables de seguirme, les llevaremos a los palcos. –La chica rubia que les abrió la puerta les esperó y comenzó a caminar.- Esperamos que disfruten del concierto. Gracias por venir.


Una reverencia y se marchó. Los lugares estaban alejados de los demás invitados que eran extranjeros. Pasando largos minutos que se hicieron eternos esperaron. En las pantallas gigantes de alta resolución emitieron videos musicales de César así como una pequeña reseña de lo que era Blackrose Ent., de un momento a otro transmitieron en vivo la corta entrevista del solista. Los fans jubilosos repetían el nombre de su estrella.

Una mujer de belleza exquisita así como de porte imponente ingresó para ocupar el mejor asiento, estaba rodeada de varios representantes. Mientras, los miembros de SS501 miraban azorados por la estructura del escenario que emplearon diseños que desafiaban todo concepto, giraban ansiosos sus miradas, excepto el líder que se sumió en sus pensamientos. Las luces se apagaron dejando todo en una oscuridad temporal. La voz del presentador anunciaba el inicio de lo que sería un grandioso concierto. Luces, fuegos y lásers se fijaron cuando César ingresó de manera llamativa al escenario.


Emperador. Así lo llamaban y tal parecía que su compañía lo creía ya que no escatimaron recursos en ese concierto elaborado por una producción de gastos estratosféricos. En los intermedios se hicieron un bloques de bailes, donde aquellos chicos que Jungmin vio con Rarti resaltaban por sus habilidades, César se unió a ellos para una Battle Dance y posterior Battle Rap con Beatboxing, los presentó como sus hermanos menores Lord G y JJ… el público estaba vuelto loco de emoción que no se notaron las dos horas que llevaba ya el recital. El repertorio de baladas fue para el final y el último número estaba por presentarse.


- Quiero agradecer la presencia de todos ustedes. Muchas gracias por darme tanto cariño y apoyo. Sin ustedes no sería nada. Es triste tener que culminar esta reunión, pero no es una despedida definitiva porque sé que he pasado mucho tiempo fuera de Japón por eso el próximo año estaré de vuelta. Sin embargo tampoco me voy triste porque me han recibido con muchos regalos, como si se tratara del regreso de un familiar. –Se desplazó por todo el escenario dando la mano de sus fans.- Por eso como último número, voy a cantar aquella canción que recibió mucho amor. –Los gritos de la multitud aumentaron.- ¿La recuerdan? Lideró las listas por tres meses consecutivos. “Dime ¿Por qué es azul el cielo? Dime ¿Cómo he de llegar hacia ti?”


La multitud coreó aquellas notas… los lighsticks en tono morado se movieron lentamente como dulces movimientos de un océano calmado.


- ¿La recuerdan? Mi primera canción japonesa… “Esperando por ti escribo letras al viento, Y la brisa las arrastra lejos…”  -Los acordes de la banda no se hicieron esperar, mientras de fondo en las pantallas fragmentos de un video musical captaron la atención de todos, lo que llamó la atención fueron las gigantes letras en inglés del título de la canción… WAITING 4 U.


“Nuestras miradas se encuentran, Una vez más te digo, Te amo. Una vez más me dices, Adiós… Déjame estar a tu lado. Porque… yo te seguiré esperando.” -El coro fue en conjunto, la mitad fue cantada por César y el resto por el público. La música recordaba una triste melodía que compaginaba con aquella profunda voz que transportaba a un mundo diferente gracias la carga de emoción que transmitía la interpretación.


“Tic, tac, marca el reloj mientras vivo, Distintos mundos he caminado. Tic, tac, pasa el tiempo y sigo aguardando.


Hay un espacio por ti. Duermo sin soñar… Vivo sin vivir, Esta agonía me está matando, Muero porque no estás a mi lado. Escucha mi dolor, baby… Escucha esta canción de amor…” -La segunda estrofa fue cubierta en su totalidad por el vocalista que no dudaba en reflejar el dolor de un amante que sufre por una persona que le rechaza. Las siguientes estrofas coincidieron con una repentina llovizna fría que con su delicadeza cubría todo. Los fans armados con sus impermeables es inmutaron ante la mala jugada del clima. Habían venido por su emperador y no se moverían. 


Justamente se dirigió a donde estaban los invitados especiales, cuando mirando profundamente a los palcos VIP cantó en una maravillosa nota de tristeza…


“Aquí estoy… donde siempre he estado. Aquí estoy… donde me has olvidado.”


Fue tal el impacto de sentimientos que aquellas dos líneas tomaron que conmovió a muchos, excepto a Hyunjoong cuyos ojos brillaban en odio puro.

César continuó desplazándose en curva por el escenario húmedo impregnando el mismo sentimiento en el coro.


“Con esta melodía escribo letras al viento, Permitiendo que la brisa se las lleve lejos…
Por favor escucha mi dolor,… Escucha esta canción de amor…
Te prometo que he de vivir… Por siempre esperando por ti.”



El líder de SS501 no soportó aquello, se levantó ignorando al manager que le cuestionaba y salió con los puños apretados. Jungmin fue casi corriendo detrás de él, para evitar preguntas tan solo dijo que iban al baño. No necesitaba de más gente, cómo pudo se deshizo del staff. A sus espaldas una lluvia de aplausos e elogios fue quedando atrás conforme luchaba por llegar a su lado, el concierto había terminado. Pero Hyunjoong tan solo quería golpear algo para disminuir la ira que le quemaba el pecho.


- Hyunjoong-ah… ¡Espera! –Aquella voz preocupada calmó sus demonios internos, solo necesitaba escuchar su nombre para saber que Jungmin era suyo. Disminuyó la velocidad de sus pasos permitiendo que el menor le diera alcance, pero no se volvió para verlo… tenía miedo.

- Me largo. –Soltó conteniéndose.- No pienso seguir esta estupidez.

- Hyun… Joong. -¿Cómo decirle? ¿Cómo convencerlo?- Es solo una canción.


Park se arrepintió de haber hablado cuando el líder le dio la cara mirándolo con resentimiento.


- ¡¿Una canción?! ¡¿Una canción?! ¡¿Por qué lo defiendes, ah?! –Comenzó a gritarle.- ¡Te dedicó una canción! ¡Te la dedicó solo a ti! ¡Delante de mis ojos! No le importó que estuviera ahí… ¡Dijo que te esperará! ¡Qué Te Ama! ¡¿Cómo quieres  que lo tome, dímelo?!

- E-Es solo una canción… un performance… yo te amo a ti. –Susurró quebrado.- Solo a ti. Estoy contigo ¿Ó no?


Levantó la mano izquierda mostrando su primer anillo de 100 días, alargó la mano para acariciarle la mejilla. Hyunjoong se alejó. 


- Necesito tomar aire. Este lugar me asfixia. –Se volvió.- Dile al manager que regreso en unos minutos. Quiero estar solo.


Abandonó al menor con un sentimiento de dolor rompiendo su pecho. Si se quedaba más tiempo terminaría por decir cosas horribles.


- Hyun… -Lo llamó, pero este lo ignoró, se alejó perdiéndose en los pasillos. Entonces las primeras lágrimas contenidas se deslizaron por sus mejillas. Ya no podía seguir fingiendo, aquella frialdad le lastimaba mucho, necesitaba con urgencia esos brazos, un beso y un “Te Amo". Se recargó en una pared intentando ahogar un sollozo, cubrió sus labios con la mano.


Por varios minutos intentó detener su llanto, respiró profundamente y con mucho cuidado limpiaba su rostro, nadie debía enterarse.  


- ¿Qué ocurre Jungminie? Estás llorando. –El vocalista le miró preocupado, venía acompañado de Rarti que justamente le ponía una toalla absorbiendo el sudor de su cuello y extendía una botella de agua.

- ¡A-Ahh! H-Hyung… y-yo… -Estaba aterrado por verle así, sentía vergüenza. No pudo siquiera mirarlo.

- Tranquilo… todo está bien. –Una mano cálida se posó sobre su espalda reconfortando el dolor.- Ven, pasemos a mi camerino. Rarti logró sacarme antes de que los demás vengan. Vamos. –Dulcemente levantó el mentón y sonrió.

- Yo... no… -Quiso negarse pero de hecho ya estaban caminando hacia la puerta del camerino.

- No te preocupes… vamos. –Repitió. Luego miró al mayor.- ¿No te molestará dejarnos solos un momento, verdad Ti-san?

- No, de todas maneras debo comprobar que Lord-G no escape otra vez. –Respondió al detenerse frente a la puerta.- Tendrán unos minutos a solas, me encargaré de que nadie se acerque pero no demoren mucho.

- Gracias. –Sonrió aliviado.- Te prometo una cena… Cocinaré para ti.

- Que sea pasta. –Dijo suspirando. Giró el picaporte dejándoles pasar.

- Eso será… –Se despidió mientras el mayor se retiraba. Quedando solamente él y Jungmin.

- No me gusta verte llorar de dolor… -La voz seria en nada se comparaba con el tono de minutos atrás. Tomó un pañuelo de entre la atiborrada mesa del peinador y gentilmente limpió las lágrimas.- Tú solo deberías sonreír… 

- N-No d-debería tomarse tantas molestias conmigo. –Finalmente pudo responder pero sin hacer contacto visual.

- Eres especial para mí, lo sabes… siempre quiero que mis personas especiales, sobretodo tú, sean felices. –Continuó dulcemente pasando el pañuelo.- Ahora, ¿Me vas a decir porque estabas llorando?


Jungmin se estremeció de solo recordar el motivo de su llanto. Negó lentamente…


- Minnie… -En el más amable regaño insistió.- Peleaste con él, ¿Verdad? -Abrió sus ojos sorprendido, Dongbae siempre había  tenido la capacidad de leer sus gestos. Le enfrentó lo más valiente que pudo, su primer impulso era negarlo.

 - No… -Negación.

- No sabes mentir. Al menos no para mí. –Sonrió y luego su expresión fue de amargura.- Porque con él derramas más lágrimas, sufres más…


El menor no respondió, porque por mucho que fueran unidos, su vida privada era su vida privada.


- ¿Qué fue? –Indagó curioso y preocupado.

- … -Jungmin permanecía reacio a responder.

- Vamos, somos cercanos. Tenme confianza. –Insistió. El otro negó suavemente, pero nada podía hacer con su expresión facial, ya no le quedaban fuerzas para enmascararse.

- Déjame adivinar… ¿Fue la canción,  Waiting 4 U… cierto?

- N-no…

- Por supuesto que debió serlo, ya que cuando canté un fragmento delante de los palcos VIP´s, él no dejaba de fulminarme con la mirada, si las miradas mataran yo debía estar más que muerto en el escenario. –Aunque no bajó la mirada Park descubrió un atisbo de arrepentimiento envuelto en timidez.- Si quieres yo hablo con él para explicarle.

- ¡No! –Jungmin exclamó revelando sus problemas privados, se controló e hizo una reverencia.- Por favor no haga nada. No quiero problemas con él. Yo lo amo. Comprenda. –Fue la primera vez que lo miró sin sentirse vulnerable.- Por favor.

- Está bien… si eso te hará feliz, lo haré.  –Respondió seriamente sosteniéndole la mirada.- Pero ya no llores más, me duele verte sufrir por su causa…

-  Gracias comprender.

- ¿Te gustó el concierto? –Desvió el tema.

- Por supuesto que me gustó. Tiene mucho talento.  –Sonrió aliviado.- Le deseo lo mejor, hyung. Ahora, con permiso debo volver con los chicos. -Se volvió dispuesto a salir del camerino, tenía que encontrar al líder.  

- Espera. –César lo tomó de la mano entregándole las tiras de purikuras.- Con las prisas de Rarti no pude dártelas.

- Ah, cierto. –Sonrió al ver esas poses y plantillas personalizadas.- Hyung es fotogénico.

- Mhmm… la práctica. –Respondió César acercándose para contemplarlas juntos.- Créeme que cuando pasas mucho tiempo con extranjeros fanáticos de los purikuras te vuelves un profesional. –Soltó una carcajada.- Rarti si es fotogénico, pero tiende sonreír mentalmente, aunque cuando lo veas sonreír te sorprendes por lo cálido que puede ser. –Dijo.- Es una buena persona. Así que no le temas… se preocupa mucho, por eso se altera. Y si tienes algún problema no dudes en ir con él, ya sabe que debe hacerlo por mí.

- Se nota que le estima mucho.

- Por supuesto… él… -Pensó un momento.- Él y yo tenemos historia. Cuando ingresé a la compañía fue duro adaptarme, Rarti fue la única persona que me ayudó y entonces nos volvimos muy unidos. Él lo sabe todo de mí.


La última oración horrorizó al más joven, abriendo los ojos sorprendido… ¿Qué era “todo”?


- Sí, Jungminie… él lo sabe todo. Lo siento, pero entre nosotros no hay secretos ya que él es muy honesto. Aunque habla poco, es muy serio y duro consigo mismo. Sin embargo, Youngkyu me confía sus pensamientos, es amable; siempre está dispuesto a ayudarme. Yo quiero corresponderle... él también es una persona especial.


El segundo maknae de SS501 se sorprendió ante esa revelación. César no estaba jugando, sus ojos brillaban y su sonrisa cálida no mentía cuando decía que ese hombre aterrador representaba algo muy importante en su vida. Quiso decirle entonces que se alegraba por ello, que hubiese encontrado a la persona correcta y que luchara por ella.    

En ese momento la puerta se abre dejando en shock al menor. Kim Hyunjoong les mira serio, al instante Jungmin se leja rápidamente de César que lentamente toma su distancia.


- Lo siento, no quise interrumpir pero tenemos que irnos. –Se acercó con suspicacia, sin pedir permiso se apoderó de la muñeca del menor y lo haló con cierta brusquedad.

- No es lo que parece Hyunjoong-ah… solo estábamos conversando. –Lo detuvo rompiendo el silencio.- Le entregué algo que le pertenecía. Eso es todo.

- Y tú, muy amablemente te tomaste la molestia de devolverlo. -Sin volverse respondió.

- Lo encontré en el pasillo, estaba llorando… –César no pudo reprimir su coraje ante ese hombre que había arrebatado la sonrisa brillante del segundo maknae de SS501.- Por tu culpa.

- Aléjate de él. -Advirtió saliendo del camerino sin esperar respuesta.



El líder había regresado desde hacía no mucho tiempo, arrepentido por su actitud tan déspota. Apenas iba a buscar a Jungmin cuando el manager le encontró y molesto le exigió ir por el menor para hacer una despedida. Comenzó a buscarle con ayuda del resto del grupo aunque estos pronto estaban enojados con él, entonces se topó con un hombre alto al que recordaba vagamente, se acercó preguntando serio por Park y este señaló el camerino del solista de Blackrose. Aquello tan solo incrementó el torbellino de emociones en su pecho, luchó enormemente para controlarse pero resultó imposible y fue directamente al camerino.

Definitivamente cuando les vio muy cerca y sonriéndose dolió tanto como un puñetazo limpio en el rostro. No podía explicar ese odio tan oscuro que surcó su figura hasta volverla tangible, no obstante al escuchar los ¿Reclamos? ¿Jungmin llorando? Su ira tan solo empeoró. Entró por lo que considera suyo y tras dejar una última advertencia, salió enfurecido. Jungmin no decía palabra alguna, dócilmente se dejaba llevar, por ese solitario pasillo, y esa expresión atormentada del menor le ablandó un poco el corazón.


- No quiero que estés a solas con él… nunca más. –Susurró.- Eres mi pareja, ¿De acuerdo? No me gusta verte con él.


Se detuvo para acariciar el rostro pálido y vislumbró rastros de lágrimas. Frunció el ceño, no le gustaba ver llorar a Park.


- Yo te amo a ti, solo a ti. No hay nadie más… te elegí ¿Recuerdas? –Un murmullo casi inaudible salió de esos labios cereza.- Te elegí.


Avergonzado desvió la mirada, era una bestia. Se maldecía por ser incapaz de controlar sus impulsos, odiaba tener las emociones a flor de piel, antes le gustaba por lo que Jungmin le producía al tenerle cerca, pero… cuando se trataba de amenazas, simplemente se perdía asi mismo. Soltó un suspiro y bajó la mirada captando su atención un pequeño rollito en la mano del otro. Intrigado no pidió permiso, tan solo lo arrebató y se alejó considerando las posibilidades de que le fueran a quitar lo robado.


- ¿Qué es esto…? –Agitó el papel victoriosamente pero cuando se dio cuenta que el menor no siguió su juego y en cambio su expresión de angustia se dibujó, supo que era algo que NO debía ver, no obstante ya quería hacerlo.

- E-espera… -Demasiado tarde reaccionó Park, Kim Hyunjoong desenrolló las tiras de purikura, y fue testigo como su pareja pasó de la curiosidad a la extrañez para terminar en la furia. Cuando esos ojos filosos le miraron con una ceja levantada se sintió diminuto.

- ¿Qué significa esto? –Exigió rabioso.

- Y-Yo… los chicos… bueno. –Intentó calmarse, tomó aire y le enfrentó sabiendo que nada malo había hecho.- Baby Joon se obsesionó con esas maquinas expendedoras de fotos llamadas Purikuras, intenté hacer funcionarla pero no pude, entonces decidimos tomar algo en una cafetería, fue cuando Dongbae-sshi nos encontró, él se ofreció a enseñarnos como usarlas. Estábamos los cuatro, hicimos varias pruebas… luego él se tuvo que ir, vinieron por él.

- ¡¿Estuviste toda la tarde con él…?! ¡¿Y cuándo pensaban decírmelo?! –Cada vez más furioso por cada palabra que decía el menor.

- N-No pasamos la tarde, tan solo unos minutos. Te digo que después se fue ¿No me escuchaste? –La desesperación se apoderaba de Park, la desconfianza del mayor despertó sus heridas.- Y te lo iba a decir, claro ¡Cuándo finalmente tuvieras el tiempo para hacerme caso y escucharme por una maldita vez¡ ¡Cuándo te acordaras de mi existencia! ¡Cuándo te pusieras a pensar un maldito segundo y supieras que tienes pareja! –Terminó por explotar.

- No intentes cambiarme la conversación, esto es entre Lee y tú. No sobre idioteces.

- ¡¿Idioteces…?! –Aquello fue una puñalada directa.- ¡¿Idioteces?! ¡¿Eso es lo que piensas?! ¡¿Te parece idioteces cuando hice todo porque el manager nos diera un día libre y tú le largas a telefonear con Choi Seunghyun sin importarte en lo que YO sentía?! ¡Te diré lo que es ODIOTEZ! ¡Idiotez es creer que todo se soluciona con un maldito regaño! ¡Idiotez es no saber cómo me siento si llevamos tres años juntos! ¡¿Te parece Idiotez dejarme plantado y no tener la decencia de llamarme un estúpido momento para disculparte?! ¡La idiotez la cometí yo al esperarte como imbécil 6 HORAS, ¿Escuchaste, 6 HORAS?! ¡Idiotez al preocuparme pensando en mil cosas que te pudieron haber pasado, sintiéndome ansioso y agobiado, te llamé, te dejé mensajes de voz, te envíe mensajes de texto… tenía miedo! ¡¿Acaso viste alguno de ellos, ah?! –Los ojos se acumularon en lágrimas que comenzaron a fluir una tras otra, Jungmin estaba en su límite.- Idiotez… ¿Eso es lo que piensas de mis sentimientos, de nosotros, de nuestra relación…? ¿Entonces qué…? ¿Ahora qué sigue?

- Aléjate de él. Eso fue lo que dije claramente. –Respondió dolido por los reclamos mientras rompe sin piedad las fotos arrojándolas en un cesto de basura.- Ya lo sabías. Te quiero lejos de Lee Dongbae…


Dio media vuelta apoyado de su orgullo herido. El no podía ignorar la existencia de César y el peligro que representaba ahora que regresaba a sus vidas, aquello era tan desesperante…


- Hyunjoong-ah… ¿Me amas…? –Un quebrado Jungmin soltó repentinamente.


El líder sintió un escalofrío recorriéndole de pies a cabeza que detuvo sus pasos por ese corredor vacío, la sensación de un Deja Vu se apoderó momentáneamente de sus pensamientos. Sacudió la cabeza ligeramente retomando su camino. Evadió la pregunta abandonando a un Jungmin que rompió en llanto profundo ante la indiferencia del mayor.



- RECUERDO –

- Demonios, llegaré tarde a las clases nocturnas otra vez. –Kim Hyunjoong terminaba de vestirse, recogiendo sus prendas del suelo, luego de revisar que todo estuviera en orden, notó que le faltaba algo, se volvió hacia la cama de sabanas revueltas donde su acompañante reposaba felinamente.- ¿No has visto mis llaves?

- Ven por ellas. –Le ofrece un juego de llaves atrayendo la atención del otro, se acercó el dueño para tomarlas pero justamente cuando sus manos se apoderaron de ellas un tirón lo haló sorprendiéndolo con un beso apasionado.

- B-Basta… -Reprendió con una sonrisa mal escondida.- Debo irme ya y tú deberías vestirte.


Su amante lo soltó haciéndose mohín. Luego sonrió…


- Quédate conmigo. –Rogó dulcemente, lo atrapó entre sus delgados brazos.- Solo esta noche, total, no vas a llegar a tiempo y no te dejarán entrar a la clase. ¿Sí?

- Nada de eso Jungmin… tengo que irme, a mí sí me importan las lecciones. No tengo la carrera arreglada como otros… -Soltó mordaz.

- Qué curioso… porque hasta donde sabemos el único que no tiene la carrera arreglada es Kyujong-ah. –Respondió siguiéndole el juego.- Así que… vamos, quédate conmigo esta noche.

- Dije, no. Ya he jugado mucho contigo… es hora de ponernos serios. –Rompió la frágil prisión de tez nívea.


El rostro del menor se desfiguró, la sonrisa se borró, se enredó entre las sabanas abandonando la cama.


- Me alegra, porque quiero decirte algo muy importante. –Le miró firmemente.- Me gustas mucho, me gusta hacerlo contigo, me gusta sentirte sobre mí, me gusta tu sonrisa, me gusta estar a tu lado.


No fue necesaria la pregunta, el mayor supo que debía responder.


- A mí me encantas… siempre me has fascinado, ya lo sabes.

- Entonces… si nos gustamos más de lo normal. ¿No crees que sería correcto formalizar? –Soltó sin desviar la mirada.

- ¿Sabes lo qué estás diciendo? –Con una ceja enarcada y sonrisa torcida contestó.- ¿Tú…? ¿Acaso olvidaste que no podemos?

- He decidido dar el siguiente paso… total, sabemos que toda esta farsa ninguno se la cree. Así que estoy seguro que no habrá impedimento. ¿Qué dices? Tú y Yo juntos. –La ilusión brilló en esos ojos negros.

- No lo sé… no estoy seguro. ¿Por qué quieres hacerlo? Digo, ¿No te diviertes de esta manera? –El mayor se sentía abrumado por la repentina propuesta.- Es nuestra aventura.

- No, ya no es divertido. Yo quiero algo serio contigo. Estoy consciente de lo que quiero, y lo que más quiero es dormir y despertar en tu cama. Quiero hacer absurdas cursilerías contigo. Quiero que tomes mi mano, quiero aniversarios. Te amo… Kim Hyunjoong.


Aquella declaración causó que el mayor diera un par de pasos hacia atrás, impresionado por la seriedad de las expresiones faciales. El menor le miraba curioso, esperando su respuesta. Respiró hondamente mientras piensa en que decir, se da media vuelta.


- Debo irme, tengo menos de cinco minutos para llegar a la clase. –Evadió la propuesta.- Hablaremos después.

- Yo te amo, ahora lo sabes. Esto que digo es serio… -Continuó con un semblante solemne.- Pero no sé que es lo que tú sientes. Por eso dime… ¿Me amas, Kim Hyunjoong-ah…?


A través del enorme espejo del motel, el mayor observó claramente a Jungmin, se mordió el labio inferior sin saber que decir.


- ¿Me amas…? –Repitió, ésta vez con un deje de tristeza. El rostro se quebró, los ojos brillaban cristalinos pero no había atisbo alguno de llanto.


El aludido salió de la habitación huyendo de la situación. No sabía la respuesta a esa pregunta porque ni él mismo podía reconocer lo que sentía por su amante.

- FIN DEL RECUERDO -


El líder apresuró los pasos intentando inútilmente que los viejos recuerdos regresaran, los alejó como pudo. Siguió el camino mecánicamente… y cuando creía que el baúl mental estaba cerrado… En su mente solo se escuchaba el eco quebrado, de esa persona, que taladraba con violencia su consciencia…


“- Hyunjoong-ah… ¿Me amas…?”




:: + * & * + + * & * ++ * & * ++ * & * ++ * & * ++ * & * ++ * & * ++ * & * ++ * & * ++ * & *



¿Qué diablos haces? Me las pagarás,
Te encontraré y esperaré hasta el fin del mundo,
¿Qué demonios haces? Incluso si muero, me las pagarás,
Espera y verás, en algún momento,
Tú, tú, tú, tú… te vendrás abajo.
WHAT THE HELL -B.A.P




El amanecer llega lentamente sin detenerse, el apartamento se encuentra sumergido en el más profundo silencio donde inclusive podía respirarse la tranquilidad en el aire. Demasiado bueno para ser verdad, demasiada perfección…


- WHAT IN HELL?!!!... ONEW!!! FUCK!!! THAT´S BULLSHIT!!! BULLSHIT!!! - Los gritos mas divanescos llenos de amenazadora ira resonaron por la tranquila estancia.    


Taemin cayó de la cama por el tremendo susto, se levantó con los sentidos despiertos, el corazón bombeando a mil por minuto, el instinto de supervivencia en estado de alerta y buscó la amenaza de guerra, el incendio, o el terremoto pero al poner atención distinguió las palabras de la diva del grupo y eso le regresó a la calma.


- Otra vez no, por favor. –Suplicó a la nada mientras volvía a la cama con la intención de retomar su sueño interrumpido, cubriéndose por completo con las sábanas y deseando no haber despertado.


Jonghyun también cayó de la cama por semejantes gritos de guerra pero luego de percatarse de que solo se trataba de Kibum haciendo sus escándalos matutinos giró los ojos fastidiado y miró el reloj de su celular; 4:30AM.


- ¡¡¡Por Cristo!!! Apenas llevamos ¡3 malditas horas durmiendo! –Replicó para si mismo.- Acabamos de llegar… no puede ser. –Se tiró a la cama en su posición original e ignorar los molestos chillidos de su hyung.


Por otro lado, Minho despertó perezosamente ante el escándalo y aunque su reacción fue muy diferente a la de Taemin y Jonghyun, si había sido sorprendido pero se recuperó pronto y se limitó a girarse en su cama para continuar durmiendo.

Onew era el único que continuaba durmiendo plácidamente, ni siquiera se movió ante los gritos… eso no duraría por mucho.


- WAKE UP, BASTARD!!! –Un pie aterrizó en el estomago del líder de SHINee- WAKE UP!!! –Repitieron.


Como siempre, la sutil forma de ser de Key Todopoderoso salió a relucir espontáneamente.


- LISTEN ME, BASTARD!... WAKE UP!!!! –Gritó  a todo pulmón mientras pateaba sin piedad el bulto en que se había convertido Onew al caer al suelo.

- ¡¿A TI QUE DEMONIOS TE PASA AHORA?! –Onew exclamó sobresaltado y furioso mientras intentaba recuperar el aire para sus pulmones arrastrándose por el frío piso al escapar de los ataques.

- ¡NO PUEDO CREER QUE TODAVÍA ME LO PREGUNTES! –Los ataques se detuvieron, un Key en bata de baño color crema, el cabello húmedo y el perfecto rostro deformado por uno peligroso, cruzaba los brazos mirando iracundo al líder.

- No sé de que hablas… -Onew más calmado intentó dialogar con la peligrosa diva que tenía frente a él.

- IDIOT!!! STUPID!!! BASTARD!!! SON OF A BITCH!!! –Key era bueno enlistando insultos.- I HATE YOU. –Perdió los estribos y le arrojó al rostro una botella de plástico que impactó dolorosamente en el blanco.- ¡¿ESO REFRESCA TU MEMORIA, CÍNICO?!


Después de acariciar la zona atacada por la botella, el mayor la tomó inspeccionándola: una botella mediana, de plástico, vacía; menos mal porque de haber estado llena le habría roto la cara, con etiqueta color lila… anteriormente había contenido un gel de baño para piel sensible. Recordó que la evidencia que ahora tenía en manos confirmaba su delito y las causas por las cuales la Key se había convertido en un demonio…


- Ah… esto. –Mostró la botella soltando una risa nerviosa…- Verás, es algo curioso… -


Una patada impactó su estomago nuevamente, Kibum es de las personas que desconoce la palabra paciencia y explota con facilidad…


- Escúchame LOOSER, VAS A COMPRARME UNO NUEVO CON TU DINERO. –Lo tomó de la playera.- Y CUANDO DESCUBRA QUE VOLVISTE A TOCAR MIS COSAS TE PATEARÉ Y JURO QUE TE DEJARÉ ÉSTERIL.

- Y-Ya sabes que sí… -Respondió ahogadamente.- N-No… es… nece-saria… la v-violen-cia…


Soltó un suspiró agotador, de la nada liberó a su presa. Las dulces facciones de su rostro se relajaron devolviendo un rostro frío y fino. Un mechón de cabello húmedo rebeldemente bajó cubriendo un ojo de Key que después de un par de inútiles intentos por acomodar en su correspondiente lugar, se cansó.


- Quiero que dejes de tomar MIS COSAS SIN PERMISO. –Espetó penetrándolo con su felina mirada.- COMPRA TUS COSAS, LOOSER. EN ESTE MALDITO APARTAMENTO NO EXISTE EL RESPETO ¿QUÉ CLASE DE ANIMALES SALVAJES SON? ESTOY HASTA LA JODIDA DE SU ACTITUD TAN GROSERA… MUESTRA UN POCO LA EDUCACIÓN QUE TU MADRE EN ALGÚN MOMENTO DE TU MISERABLE VIDA INCULCÓ.


Azotó furiosamente la puerta abandonando al líder de Shinee que después de examinar los daños regresó como si nada a la cama y se enredó en las suaves mantas recuperando su sueño interrumpido.


Ese era el grupo Shinee, la boyband más joven de SM Entertainment cuyo debut trajo enormes controversias al ser considerados la versión más joven de su grupo estrella... Dong Ban Shin Ki.



Kim Kibum regresó al baño para continuar su ritual de tratamientos y arreglo personal. Nuevamente se metió debajo de la ducha de lluvia tibia que cálidamente cubría a la nívea piel, tomó jabón neutro que deslizó por cada rincón de su cuerpo mientras tararea una canción. Su cabello fue el último en ser lavado, las hebras húmedas se endulzaron por ese shampoo frutal una vez que la espuma les envolvió. Después del meticuloso baño prosiguió la rutina de los tratamientos capilares y faciales. La vida de una artista sobre todo un idol resultaba más perjudicial que beneficiosa, porque los desvelos, los ayunos, las dietas, el maquillaje, las prácticas, las luces, el humo… en fin, todos esos ambientes así como sus agentes se encargaban de no solo desgastar el cuerpo sino además maltratar la piel. Por eso Kim KiBum hizo el juramento de cumplir diligentemente los sagrados rituales estéticos para su delicada figura aunque a veces tuviera ciertos percances ahora que compartía el dormitorio con cuatro chicos más.


La toalla paseó la figura de manera suave, elegante. La ropa cómodamente se ajustaba después que aquellas lociones y perfumes se mezclaran con el olor de ese cuerpo. Tomó la secadora con la cual comenzó a peinar los finos cabellos luchando con ellos por cierto tiempo. Finalizó de nueva cuenta con los productos de belleza.
Se mira al espejo con milésima vez, posa, cambia de ángulos y gestos. Sonríe soberbio, como un gato perverso. En realidad no presta atención a su reflejo que ofrece su apariencia final, su mente se encuentra maquinando muchas cosas divertidas para jugar su pasatiempo preferido. Arruinar la vida a quien se interpone en su camino.




Horas más tarde, habiendo guardado meticulosamente sus pertenencias, se dirige a la cocina y sus ojos brillan en completa satisfacción al ver a uno de sus compañeros levantados. Aclara la garganta mientras toma asiento en una de las sillas del comedor.


- Buenos días. –Suelta en un presumido ronroneo.

- … -El otro no responde, tan solo se gira y deposita frente al Kim un vaso con jugo de naranja y un plato de rollitos de huevo acompañado de algunos encurtidos.

- Dije: Buenos días. –Casi suelta una carcajada de desdén, pero su interlocutor inmutable bebe el poco jugo de naranja que aun restaba en su vaso y dejándolo en el fregadero le da la espalda.

- ¡Buenos días! –Un muy animado Taemin en pijama ingresa sin percatarse del ambiente tenso.- ¡Oh, Hyung hizo el desayuno!

- Buenos días Taeminnie… ¿Te sirvo? –El silencioso miembro de Shinee responde al llamado del menor con una sonrisa cálida.

- Por favor… -El menor toma su vajilla para que le sirvan.- Buenos días, Kibum hyung…

- Buenos días, Minnie… -Pica un poco del desayuno pero no come tan solo juguetea.

- Hoy luces muy contento, hyung. –Hace la observación el maknae antes de tomar su plato con comida y se ubica a un lado de la Diva del grupo después de agradecerle al otro.

- Sí… hoy será un gran día. –Ronronea.

- Pero hyung... hoy tenemos muchas cosas qué hacer. –Hizo un puchero de queja recordando el trabajo que aguardaba. 

- Y aún así será genial. –Se levantó con su plato en mano y tiró más de la mitad de su desayuno al cesto de basura.

- ¡Hyung! ¿Por qué tiras la comida, acaso no te gustó?

- Es solo que ya no tengo apetito. Con permiso. –Salió de la cocina con soberbia dejando al maknae confundido.

- Me da miedo cuando lo veo así… -Dijo y dio su primer bocado.- Delicioso… eres muy bueno, Minho Hyung.

-  Qué bueno que te gustó. Procura no mancharte la ropa…

- ¡No soy una niño! –Se quejó.

- Lo que tú digas, Taemin. –Sonrió y tomó asiento junto a su compañero.- Lo qué tú digas… -El menor de los cinco no lo notó, pero aquella sonrisa era forzada. La rabia e impotencia palpitaba en la sangre del rapero principal… era definitivo… odiaba a Key.




Días después, los cinco miembros de Shinee se encontraban terminando sus prácticas de baile. El ambiente era tenso, inclusive el propio manager se mostraba algo preocupado.

No era un secreto que los integrantes de un grupo tuvieran riñas, al contrario, todos los tenían. De hecho, los managers tenían un lugar privado dentro de la agencia donde conversaban con los demás colegas sobre algunos de los percances.

Sin embargo, el representante a cargo de  la boyband rookie estaba más alterado por la “tranquilidad” de sus chicos, diariamente recibía las quejas de una pelea, discusión o competencia… sin embargo, dichas notificaciones habían disminuido dramáticamente de un día para otro. El manager de SUJU, le daba palmaditas y le aconsejaba que disfrutara la “felicidad” efímera… pero no, no podía hacer eso, algo en su interior le decía que algo sumamente serio estaba ocurriendo a sus espaldas, y si se salía de control, podría perder su empleo… algo que no estaba dispuesto a perder. Por ello, hizo varias pláticas con los cinco jóvenes esperando que estos dijeran algo, pero no, ninguno dio al menos un atisbo.

Su táctica ahora consistía en hacer averiguaciones, el personal de staff también se había percatado de la tranquilidad, preguntas por aquí y por allá no le llevaron demasiado lejos… supo dónde podía residir el cambio de actitud. La línea apuntaba a sus principales miembros que, debía decirlo, eran los más problemáticos: Kim Kibum y Choi Minho.

Llegaría hasta el fondo del asunto.   


Sin embargo, aquella ansiedad del manager fue contagiada al resto de la boyband.


- ¿Soy yo, o algo está pasando? –Jonghyun le susurró a Taemin en unos minutos de descanso.- Es decir, esta “paz” entre Kibum y Minho es extraña…

- Mhmm… ahora que lo dices, hyung. –Taemin miró a sus hyungs antes de responder.- Sí, están más raros de lo normal.

 - Eso me da más miedo. –El vocalista principal suspiró.- Minho… y Kibum, eso es una bomba de tiempo. Estallará y todos moriremos, o peor aún. El grupo se irá al demonio.


Taemin asintió, ahora que recordaba… hacia unos días algo había cambiado en sus hyungs que siempre discutían. Los gritos y agresiones había cesado, Minho ya no reñía a su hyung… y Kibum estaba demasiado tranquilo poniendo ansiosos a todos. Algo tramaba, eso era seguro.

Mientras, Kibum intentaba que las miradas de los demás no le pusieran de mal humor terminó su rutina, se sentó en el suelo de madera, delicadamente secó el sudor de su frente con una toalla limpia. Sus felinos ojos se quedan fijos sobre el cuerpo de Minho que yace extendido, el pecho subiendo y bajando, los parpados cerrados, el cuerpo salpicado de sudor… sonrió malvado.


- Se me antoja un jugo de uva. –Soltó de repente, se pone de pie.- ¿Alguien más quiere?


Los nervios se tensaron… Onew se le quedó mirando como si hubiese dicho algo en otro idioma, Taemin se estremeció y Jonghyun le miraba con recelo. Pero lo mejor fue ver como la apacible expresión de Choi se frunció, un gesto de fastidio.


- ¿Nadie…? Bien. –Salió de la sala bajo la atenta mirada de sus tres compañeros.


Caminó por el extenso pasillo, atiborrado de personas que iban y venían, saludaba siempre manteniendo su rostro apacible. Llegó a una de las maquinas expendedoras donde vio a Eunhyuk patear el expendedor de golosinas que tenía atascado una bolsa de papas fritas y sería topado por Sungmin.


- No me digas que ahora tienes antojo de frituras.


Kibum sonrió triunfante, se volvió para ver los profundos ojos de Minho.


- Ya que tuviste la gentileza de proponer la idea… -Ladeó esperando a que los miembros de SUJU se fuesen.- De todas maneras, dinero es lo que te sobra ¿No es así?


Se burló…

Silencio… era tan exquisito aquello, Choi estaba hecho una furia pero el idiota no haría nada, lo tenía en sus manos.


- Apresúrate. –Ordenó fríamente. La respuesta fue cuando le pasó por su lado, depositó una moneda que extrajo de uno de los bolsillos de su pantalón y presionó un botón seleccionando las frituras.- ¿Sabes? En realidad se me ha antojado las barritas rellenas de fresa.


La diversión brillaba en sus ojos cuando vio cómo los hombros se tensaron, Minho no se volvió… con otra moneda seleccionó el producto que a último momento se le antojó la Diva del grupo. Tomó ambos empaques que fueron entregados a Kibum, luego con el fastidio reflejado en las facciones, fue a la expendedora de bebidas, en cuanto tuvo el jugo de uva se volvió y lo extendió.


- Gracias. –Dijo Kim tomando el jugo y regresando los empaques.- Ahora recuerdo que solo quería el jugo de uva.


Entonces sí, Choi estaba con la furia centelleando en los ojos. Apretó los dientes reprimiendo lo mejor que podía aquel coraje. Un infierno estaba a punto de ebullición.


- No colmes mi paciencia…. –Siseó contenido.


Preferiría morir antes de aceptar que esa expresión furiosa de Choi resultaba…  excitante. Con esa mirada penetrante nada amable como suele mostrar, con el ceño fruncido, la mandíbula apretada, la voz ronca y cargada de amenazas. Kim Kibum no es un idiota, sabe reconocer la belleza… y esa expresión fuera de casillas del rapero menor es en definitiva, el rostro más bello que haya visto. ¿Lo diría? Prefería que le arrancaran la lengua. Se trataba de un descubrimiento reciente. 


- ¿Sino qué…? –Lo reto, es un instinto el responder a las agresiones con soberbia. Su mecanismo de defensa. Relamió sus labios antes de darle la espalda y dejar solo al menor.


El menor se quedó observando el camino que tomó su hyung, todo era tan frustrante, tan confuso y tan exasperante. ¡Tenía que hacer algo esa Diva!

Con pesadumbre imitó al otro de vuelta a la sala de entrenamiento. Regaló las frituras a Taemin y regaló a Onew la barrita rellena. Estos aceptaron sus presentes con una alegre sonrisa. Al menos logró que su humor cambiara un poco.

Sin embargo, esas miradas llenas de expectativa comenzaban a molestarle. No era tan ingenuo, se había percatado que desde el manager, hasta su personal de seguridad le miraban curiosos y al hilar las cosas no sabía si reír o preocuparse.
El resto del día fue tranquilo, por decirlo así. Sin mencionar esa fijación de Kibum hacia él, todo era rutinario. 



Ese día no tenían actividades qué hacer como grupo, pero sí individuales.

Taemin debía ir con su tutor para ponerse al corriente con la escuela, JJong tocaba clases con Kangta, Onew debía ir a una estación de radio junto con algunos miembros de SUJU, Minho tenía lecciones… pero a último momento las clases de baile de Key fueron suspendidas.


- ¿Seguro qué podrás con todo, tú solo…? –Jinki pregunta por enésima vez mientras revisa que lleve todo en su mochila. Dejar al segundo rapero solo no es fácil y más desde que ha estado sospechosamente tranquilo. 

- Sí… -La respuesta de Kim fue acortándose conforme a las veces escuchaba la cuestión con tono preocupado.

- No es necesario que lo hagas. Es un deber de los cinco. –Inisistió.

- Ya vete… -Kibum ojeaba una reconocida revista de moda.

- Si no puedes terminarlo, no te preocupes… el resto lo haremos juntos.

- Cuando lleguen… la casa estará reluciente. –Sonrió de esa manera que todos temían.

- ¿Seguro? Es mucho trabajo, tenemos semanas sin limpiar. –Volvió a puntualizar el líder de SHINee.

- ¡Ya vete! –Prácticamente perdió la poca paciencia que tenía y lo corrió del apartamento.

- Si tienes problemas… me llamas.

- No será necesario.


Suspiró aliviado cuando la puerta fue cerrada, el escándalo había cesado… se tiró a su cama para continuar leyendo la revista qué tenía un interesante artículo sobre las tendencias de alta costura en Europa. El aseo del apartamento no le preocupaba en lo más mínimo.



Media hora después, Kibum estaba aburrido, había dejado tirada la revista, había escuchado música y nada de nada le entretenía, se sentía muy solo… hasta que comenzó a escuchar la puerta abrirse.  Por el silencio de esa persona supo de quién se trataba el recién llegado. Estiró  el cuerpo, rodó un poco antes de decidirse en abandonar el cómodo lecho y dirigirse al recibidor a tomarle por sorpresa.

Su sonrisa se ensanchó cuando comprobó al recién llegado.


- ¿No se supone que tienes clases, está siendo chico malo, ah? –Soltó venenoso.

- Mhmm… -Minho le miró con fastidio. Había dejado su bolso en el sofá y tenía un vaso de jugo de frutas en mano.

- Como sea… te toca hacer el aseo del apartamento. Los chicos llegan a eso de las 8:00pm. Creo… -Tomó su móvil y las llaves.- No olvides lavar la ropa y hacer la cena.

- ¡¿Qué?! –Gritó por primera vez.- ¡De ninguna manera!

- Cuida tu tono de voz. –Recomendó tranquilamente.- Yo voy de compras, así que tienes toda la tarde para ti solo.

- ¡KIBUM!


No dio tiempo  réplicas, simplemente se fue como si nada… lo último que escuchó antes de cerrar la puerta es el rugido furioso. Soltó una risita divertida. 



Se perdió en el centro comercial, compró algunas cosas… fue con Amber a comer. Aunque tuvo que esperar para que estuviera libre, a la primera oportunidad se la llevó.


- Últimamente estás más raro… -Comentó la rapera mientras toma su café helado.- Tienes con los nervios de punta a tu grupo. ¿Se puede saber qué planeas?

- Son unos llorones, si me enojo porque me enojo… y si estoy tranquilo también. ¿Quién los entiende?

- Bueno, Kibum… el problema es que cuando estás así, es porque planeas algo grande.


Una sonrisita maliciosa se asomó en sus labios.
 

- Te conozco lo suficiente para creer que te traes algo entre manos.

- Mhmm.. sí, tengo “algo” entre manos, pero no planeo la conquista del mundo ni la ruina de mi grupo. Puedes decirles eso… -De repente guardó silencio debatiendo en decirlo o no.- Es solo que he encontrado algo muy divertido y eso me distrae mucho.

- Ahh… -Fue lo único que dijo dando otro sorbo a su café helado. Prefirió no indagar más, total eran asuntos de Kim.

- Te he comprado algo. –Cambió rápidamente de conversación dejando sobre la mesa de esa cafetería una bolsa de una tienda departamental reconocida.- Espero que te guste.

Una sonrisa infantil adornó el rostro de la chica de cabello corto. Tomó la bolsa y sin perder tiempo la abrió, una gorra de diseño exclusivo salió.

- ¡Shit! –Sonrió feliz y le miró entusiasmada.

- ¿Te gustó?

- Damnit ¡Me encantó! –Se lo puso.- ¡Gracias! ¿Qué tal, ah?

- Creado para ti. –Sonrió sinceramente, había muy pocas personas con las cuales dejaba ver un pedacito de su sensible corazón. Y ella era una de esas personas.

- Me has tomado por sorpresa... no tengo nada que darte ahora. –Un poco avergonzada la rapera expresó, un lindo rubor coloreteó las mejillas.

- Ese es la finalidad. Qué sea sorpresa… descuida. Además hoy que te puedo dar algo… ya mañana se verá.


Sin embargo la linda expresión de timidez se negó a abandonar el rostro de la chica por el resto de la cita. Conversaron largamente, poniéndose al día sobre los chismes de la agencia. Cuando miró su reloj, Kim supo que era el momento de volver a casa. No fue necesario decir nada, justo en ese momento el móvil de Amber timbró resultando ser Victoria que le pedía que fuera a los dormitorios.

Dieron una corta despedida y tomaron el camino de regreso, pero en un punto Key se desvió… pasó a un restaurante.



Realmente la había pasado genial con su amiga, no quería reñir con nadie… se quedó pensando unos momentos frente a la puerta con bolsas en la mano. Suspiró largamente hasta que se decidió por hacer abrir esa puerta y solucionar lo que haya o no haya pasado.

 Al entrar fue sigiloso, dejó el calzado en la entrada. Avanzó topándose con orden, pulcritud e inclusive un olor a lavanda. Parpadeó un par de veces intentado creer lo que veía... ¡Choi Minho le había obedecido! ¡Increíble! No había señales de la presencia del rapero a simple vista, todo era silencio. En la cocina  dejó los paquetes con la cena.


¿Debería ser un poco más condescendiente? Se preguntaba recorriendo la estancia cual felino que irrumpe en un dominio ajeno.

La consciencia se apagó al llegar a su habitación compartida con Jonghyun… pues encontró a Choi sumergido en sus cosas, hurgando entre los cajones.


- ¿En verdad crees sería estúpido? No ofendas tú inteligencia Choi. –Dijo repentinamente sorprendiendo al menor, se quedó en el marco de la puerta, tomando una pose soberbia. Cuando el otro le miró el brillo de una oscura furia se reflejaba como luceros.

- ¿Dónde está...? –La supuesta sumisión desapareció como si de un fantasma se tratara. Ahora veía una bomba que peligrosamente podría explotar, muy pronto.

- Ni que te fuera a decir. –Sonrió burlón.

- Devuélvemelo… -Exigió volviéndose hacia el mayor.

- No lo haré. –Contra atacó, avanzando un par de pasos al interior de la habitación en forma de marcar territorio.

- No estoy jugando. –La voz rasposa advertía que de no hacerlo se vería en problemas.

- Yo tampoco. –Nadie le amedrenta. Minho estaba húmedo, por lo que era fácil deducir que no tenía mucho de haber tomado una ducha.


El más alto también avanzó, estaba fastidiado por el chantaje del que era preso. Del temor había pasado al modo defensivo, y sí Kim se ponía difícil, pasaría al ofensivo. Si quería guerra, guerra iba a tener.


- Mi paciencia llegó a su límite, Kim.


¿Cómo negar qué aquella expresión salvaje no resultaba excitante? Era tan divertido ver al comportado Choi salirse de su cuidada imagen de madurez.


- Jódete.


De repente, un golpe violento lo estampó contra la pared… la espalda chocó brutalmente contra el concreto y un gemido de dolor escapó de sus labios. Tenía sobre él al menor como un muro aplastante. La mirada filosa estaba clavada en su rostro.


- Devuélvemelo…

- Quítate. –Siseó Key sintiendo el enojo florecer en su pecho. Ningún dongsaeng se le pondría.

- Devuélvemelo. –Repitió.

- Sabes que puedo patearte el trasero si me lo propongo. Quítate, Choi. –Amenazó.


El cuerpo de Minho en cambio hizo lo contrario, ejerció mayor presión dejándole sentir su fuerza.


- ¿Dónde está…?

- Quítate. –Ignoró la pregunta.

- No.

- Dije qué te quites. –De manera ágil, Key enterró sus filosas uñas cortas en la piel descubierta de Chio y cual gato limando sus garras, rasgó profundamente provocando heridas leves.- AHORA.


Los cuerpos fueron uniéndose más… dolor por el peso extra estaba comenzando a incomodar a Kim pero se aferró al cuerpo musculoso.


- Devuélvemelo. –El ronco susurró llegó a sus sensibles oídos que se estremecieron sin explicación alguna.

- ¿O sino qué…? –Respondió con suficiencia.


El más alto perdió la paciencia, estaba realmente desesperado por recuperar aquello que le arrebataron. Así que pensó que un poco de violencia le haría entender a su hyung que con él no se jugaba. Lo tomó por los hombros y lo volvió a azotar contra pared… intimidación. Si necesitaba recurrir a la violencia, no tendría problemas en ello.

Kibum soltó un jadeo por el dolor a su espalda. Pero no se dejó de su dongsaeng. Acercó el rostro al contrario, mirándolo burlesco, se acercó hasta que solo unos insulsos centímetros los separaran del otro, lo hizo para susurrarle en un ronroneo.


- Estás en mis manos, Choi. Te tendré todo lo que quiera hasta que me aburra de ti. No puedes tocarme… porque de lo contrario, todo el mundo sabrá que…

- ¡¿QUÉ ESTÁ PASANDO AQUÍ?! ¡CHOI MINHO! ¡KIM KIBUM! –Los gritos de Jinki interrumpieron el momento.

- Mhmm… -Kibum rodó los ojos molesto por la interrupción.

- ¡OH, POR DIOS! ¡¿QUÉ PRETENDÍAN HACER?! –La chillante voz de Jonghyun resonó por todo el apartamento.

- ¡Hyungs! –Taemin también se escandalizó.- ¡YO NO VI NADA! ¡YO NO VI NADA! ¡LO JURO! –El maknae estaba rojo. Fue el primero en abandonar la habitación.

- ¡¿Por qué no nos dijeron de su relación?!


3…


2..


1.


Choi fue el primero en comprender todo, así que se alejó del mayor hasta dar al otro lado de la habitación.


- Pero ¿Qué demonios…? –Kibum agradeció internamente aquello, pues será el mayor pero Minho era más grande, fuerte y pesado. Estaba asfixiándose y enterrar las uñas estaba volviéndose molesto.

- Por eso andaban raros. –Taemin desde afuera explicó.- Ustedes están juntos… así como Siwon hyung está con Heechul hyung, así como Yoochun hyung con Junsu hyung. ¡Son pareja! ¡Y no nos dijeron nada!

- ¿Era eso Kibum… Minho? –El líder no sabía realmente cómo tomar aquella noticia.- Responde.

- Babos… ¿Saben que nosotros nunca los juzgaríamos, cierto? Pero al menos debieron avisarnos, para estar prevenidos. Aunque eso sí… es extraño. ¿No se suponía que se odiaban?

- Ustedes y yo tenemos que hablar seriamente. –Onew rápidamente tomó el papel del líder.- Hay reglas de convivencia que deben respetar. Hay un menor de edad aquí y no van a estar dando “shows” como el que presenciamos.

- Kibum hyung… ¿Desde cuándo están juntos? ¿Por eso dejaron de discutir? –El menor del grupo parecía realmente sorprendido.

- Será mejor que digan la verdad. Ya no pueden continuar ocultándonos esto.


Entonces Key finalmente procesó todo. Dio una rápida mirada al otro que tenía la más divertida expresión de horror por el malentendido que estaba suscitándose.

Cualquier persona en su sano juicio hubiera aclarado todo. Sin embargo, Kibum lejos de ser una persona de sano juicio, es de mente maquiavélica… acababa de hallar la manera más estúpida para arruinar a Choi y divertirse como nunca.


- Bueno… nosotros… -Comenzó a decir Kim con tono serio. Manteniendo una expresión cautelosa.


Las palabras “nosotros” Despertó un mal presentimiento en el rapero. Un escalofrío recorrió toda su espina dorsal advirtiendo algo no agradable. Esa sonrisa mal escondida…


- ¡No es lo que están pensando! ¡Esto es un error! 

- Cierto, es un error… -Kibum pareció un momento apoyarlo.- Pensamos que llegarían hasta más tarde.


Choi Minho miró incredulidad a su hyung. ¡¿Qué estaba diciendo?! ¡Oh, no! ¡No podía ser verdad! ¡¿Acaso…Acaso planeaba…?!


- Realmente no queremos alarmarlos. El grupo apenas acaba de debutar, yo no quería esto pasara… pero sucedió, así que lo sentimos mucho.

- Ciertamente esto es malo, imagínense si se llegase a saber. ¡Sería el fin de nosotros, pero sobre todo de ustedes dos! –Jinki reflexionó.- Debemos tomar medidas, y poner reglas, pues somos figuras públicas…

- ¡Rayos! ¡Jamás lo hubiese pensado! –Jonghyun agregó, no podía entender cómo es que los raperos habían terminado juntos.- Juro que creí que todo este tiempo se odiaban a muerte, pero me equivoqué, es todo lo contrario.


- No, no es lo que piensan, esto está mal. –Minho rogaba, esto le sobre pasaba por mucho.- Es en serio…

- Calma, cariño. –Key le tomó la mano de una manera tan dulce que Choi pensaría que estaba siendo sincero pero el brillo burlón de los ojos de gato le decían que todo era un maldito juego.- Ya nos han descubierto ¿Para qué seguir negando lo obvio?

- Realmente no sé si felicitarlos o matarlos. –El vocalista reveló.- ¿Saben el gran problema en que nos acaban de meter a los cinco?


Para Kibum era la situación más bizarra y divertida de toda su vida. Pero para el resto, se trataba de un secreto realmente peligroso. Estaban tensos, estaban más ansiosos que antes… se reiría un poco a espaldas de sus compañeros.


- Primero vayamos a cenar, seguro que están hambrientos. –Restó importancia a la tensión que estaba formándose en el ambiente.- Después les contamos todo.

 Uno a uno en silencio se dirigieron al comedor, necesitaban pensar bien las cosas para tomar las decisiones correctas, había más dudas que explicaciones… y todo estaba volviéndose más retorcido.

Cuando solo quedaron Kibum y Minho.


- ¿Ves qué estás en mis manos, Choi? –El tono de niño jubiloso se mezclaba en la voz ronroneante.- Tú te atreves a traicionarme y yo me encargo de que todos sepan tu sucio secreto… arruinaré tu carrera y te juro que jamás olvidarás mi nombre.


Una sonrisa, la más cruel se dibujó en los labios finos.  Soltó la mano y se adelantó caminando con ese aire de diva.

El rapero soltó un gruñido de impotencia, sus puños se fueron apretando hasta que los nudillos se blanquearon. Eso no podía quedarse así, tenía que encontrar aquello que le robaron y vengarse de Key por todas las humillaciones que le estaba haciendo pasar. Por el momento no haría nada, lo dejaría creer que tenía el control, tan solo ser paciente…


Soltó una maldición, el odio recorría cada uno de sus rincones. Los dientes rechinaron… había perdido la batalla, pero no la guerra.


Kim Kibum no conocía a Choi Minho.


Esto apenas comenzaba.
  


FIN DE CAPÍTULO.

0000 + + + 0000 + + + 0000 + + + 0000 + + + 0000 + + + +

3 comentarios:

  1. Me encanto
    Conti...
    Me encanta como escribes

    ResponderEliminar
  2. gracias unnie por continuarlo!!! yo solo kiero saber algo....... kim hyun joong ama a jung min???? asi para salir de duda no mas.....

    ResponderEliminar
  3. oooh pobre Jung Min llore T.T
    tonto Hyun!!! porque lo haces sufrir!!!

    ResponderEliminar

Muchas Gracias por visitarme, y Vuelve Pronto!!!
^n^v