POLARIDADES
N/A: Este
pequeño fic fue creado para celebrar el cumpleaños de una personita especial.
Demoré mucho en pensar qué escribir, que no fuera angst y aunque intenté algo
bonito (cursi) no lo logré, pero entonces mi mente recortó y pegó algunas
cosas, así que salió esta cosa rara.
¡Por favor
acepta este humilde presente!
Happpy Birthday
Diana! *w*
Tú y yo
empezamos un poco como nuestros bias, espero que nuestra naciente amistad se
fortalezca, no solo para shippear y eso, sino una verdadera amistad.
¡Feliz Cumpleaños
a ti! :3
Espero que
te guste.
::&::
POLARIDADES
La fuerte explosión resonó en todo el edificio, las
luces parpadearon de manera preocupante y las paredes ejecutaron una sutil
danza que amenazaba con derribar la estructura de aquel fuerte que había sido
erigido por ingenieros altamente calificados y dueños que no escatimaron
recursos con tal de contener a los habitantes que serían arrojados sin
miramientos.
Pero mientras todo el personal se movilizaba
presionando botones que habían estado sin estrenar desde que iniciaron
operaciones, las alarmas entonaron una melodía siniestra que apenas logró
endurecer las facciones del director de aquel peculiar lugar que enfrentaba su
primera contingencia.
--Envíen a
los equipos Alfa 1, 2 y Beta 1, 4, 7. –Ordenó sin despegar la mirada de la
pantalla gigante que mostraba los diversos ángulos del lugar, deteniéndose en dos
piezas.- Disparen a discreción.
Sabía que vendrían, pero no esperó que fuera tan
rápido, estaba seguro de haber visto mermado a ese pequeño grupo de rebeldes.
Recordaba haber visto en el video cómo dejaron moribundo a T.O.P (un mutante
del que poco sabía) cuando se llevaron a Dragón Rojo. Recordaba perfectamente
la lluvia de tiros así como el río de sangre que emergió en el peligroso Se7en (un
mutante asiático americano, ex militar) antes de que tomaran a su preciado SOL.
No conocía del todo las habilidades de cada uno de
esos monstruos, mas, las armas empleadas no solo estaban diseñadas para
debilitarlos, eran de última generación, lo cual aseguraba estar a la altura de
lo que se enfrentaran. ¿Cómo habían podido encontrar la prisión si los
capturados fueron embarcados desde Corea del Sur hasta Estados Unidos?
Con la Décima Revolución Científica se vinieron
drásticos cambios no solo en la medicina y tecnología industrial, sino en lo
relacionado a la manufactura armamentista; países como Alemania, Japón y Corea
del Sur, fueron los pioneros en desarrollar proyectos que implicaban la
manipulación de genes para crear “Súper Humanos” que pudieran defender sus
naciones, sin embargo, fue Estados Unidos, Finlandia y Canadá los
desarrolladores que engendraron a la nueva generación de Súper Soldados. Estos
hombres contaban con habilidades y talentos que antes solo podían ser soñados o
plasmados en papel… Pero olvidaron el detalle del Mercado Negro, así como las
asociaciones terroristas que ansiaban proporcionar a los enemigos del Capitalismo
el mismo nivel de armas. En menos de lo que pensaron, por todo el globo se
fueron filtrando las fórmulas y comenzaron a abundar por todos lados
“fenómenos”.
No obstante, subestimaron el débil control que
poseían hacia los experimentos, y éstos al considerarse superiores, se negaron
a morir por criaturas inferiores y entonces se dio inicio la Guerra de los Mutantes;
mutantes veteranos, mutantes criminales iniciaron una revuelta en la que el
enemigo común se volvió el humano promedio.
El derramamiento de sangre de muchos bandos se
extendió en los cuatro puntos cardinales. La necesidad de defenderse provocó la
innovación de armas, siendo la única manera de supervivencia, y aun así,
líderes de todo el mundo se negaban a matar a mutantes porque continuaban
encontrando valor en ellos como herramientas vivientes, por eso se crearon
“albergues especiales”.
La prisión que en esos momentos estaba siendo
atacada, era la décima más fuerte del mundo. Ahí iban a parar rebeldes y
psicópatas que atentaban contra la vida de los civiles. Dicho fuerte estaba
diseñado para enfrentar motines así como invasiones, pero…
Gracias a los intrusos, las celdas eran dañadas
creando así entre los prisioneros, una revuelta. El distractor ideal para una
fuga.
--Equipo
Delta A, B, D y F, deben proteger a toda costa el TANQUE. El prisionero DR1 no
debe ser liberado. –Volvió a ordenar.
Los primeros cinco equipos terminaron eliminados
por esos monstruos que intentaban recuperar a los suyos, irónicamente creados
por el gobierno asiático.
DR1- Comandante de brigada, Kwon Jiyong.
SOL-Brigadier de fuerzas especiales, Dong Youngbae.
Formaban parte de la quinta generación de Súper
Soldados. Hombres honestos, fuertes, jóvenes y estúpidamente idealistas que
terminaron siendo las perfectas ratas de laboratorios.
Las naciones jugaron ajedrez empleando como piezas
de tablero a la nueva raza, ahí estaban las consecuencias. Grupos rebeldes,
odio profundo y muertes sin fin.
--¡Perdimos
a los equipos Alfa y Beta, señor!
La presión estaba creciendo con el tiempo. Debían
detener el motín y a esos criminales, o habría una elevada cantidad de
fugitivos.
--Comuníquenme
con el Pentágono.
Las explosiones continuaron escuchándose, generando
mayor tensión en el personal que nunca había luchado contra tanto poder mutante.
Generalmente, la prisión más fuerte “FONTANA” era la que recibía ataques del
presente calibre.
DR1 y SOL debían estar en la cárcel de máxima
seguridad en donde prácticamente, prisionero que llegaba a sus lustrosos pisos,
era “neutralizado”.
Ellos albergaban a mutantes con habilidades que no
se consideraban altamente peligrosos. El director comenzaba a sospechar que el
paquete que enviaron los coreanos no era cualquier cosa y el gobierno americano
había sido demasiado ingenuo en subestimar su contenido clasificándolos como
nivel 3.
Por medio del teléfono informó la terrible
situación. Muchos guardias estaban muriendo. Ellos no eran totalmente militares,
más de la mitad eran empleados civiles. La nueva prioridad del director era la
seguridad de su personal, y con las mentiras de los papeles, el Pentágono debía
hacerse responsable.
--Enviaremos
refuerzos, mientras, resistan el ataque.
--Con todo
respeto, señor. La situación es grave, no podemos soportar más.
--Esperar,
eso es todo. Su única misión es evitar que lleguen a los prisioneros
surcoreanos.
La comunicación fue cortada. El ejército del país
más poderoso del mundo les abandonó a su suerte.
--¡Señor! ¡Se
están acercando al área de prisioneros de nivel 3!
Arrojando el teléfono, comenzó a abrir los archivos
de todos los prisioneros, intentando encontrar información que fuera de
utilidad pero en el fondo intuía que solo eran falsas descripciones. Estaba
ante un panorama sádico. Desconocía las habilidades del enemigo y las de los
capturados.
--¡Llegaron
al TANQUE!
Por medio de la pantalla, vio todo. La antecámara
donde se encontraba el TANQUE que retenía a DR1.
Un hombre asiático de cabello
azabache, vestido en gabardina se encaminaba al pasillo de cinco metros que
daba a la compuerta, T.O.P.
Entonces, su cabello negro se volvió platinado para
después tomar el color menta y los ojos oscuros se volvieron amarillos. Sacó un
cigarrillo que lentamente comenzó a fumar ante la lluvia de balas que no lo
alcanzaron porque un escudo de hielo se levantó en cuestión de segundos.
--¡NO!
–Gritó a la pantalla. Lo peor que pudo haberle pasado… un mutante que controla
el agua del ambiente para convertirlo en hielo.
En la zona de DR1 predominaba la humedad, y el
TANQUE… su interior albergaba abundante agua fría.
Pequeños fragmentos de hielo aparecieron de la nada
y cayeron con furia descontrolada contra los hombres a su cargo.
T.O.P avanzó con pasos elegantes hacia la
compuerta. Un hombre intentó detenerlo y al mirarlo, quedó paralizado; la
sangre comenzó a salir desde la boca como si hubiese sido llamada.
Todo el líquido rojizo y gris quedó suspendido en
el aire… el golpe sordo de un cadáver seco confirmó la muerte del guardia.
En un intento inútil de auxiliar, dos hombres más
trataron de retener al intruso pero entonces el líquido extraído se convirtió
en flechas de hielo que atravesaron los cuerpos, empalándolos.
Libre de molestias, el mutante T.O.P continuó hasta
posar las manos sobre la gran palanca con tablero electrónico que cedía ante un
password y escaneo de ADN, sin embargo dichas molestias no fueron necesarias
porque comenzó a congelar toda la compuerta hasta que una gruesa capa de hielo
la cubrió por completo.
Colocó un pequeño dispositivo, retrocedió…
--¡ABORTEN
LA MISIÓN!
Ordenó por su micrófono al detectar una bomba. Pero
sirvió de nada porque el explosivo estalló en cuestión de segundos.
Un tsunami emergió como la desgracia hacia la
humanidad. Sin embargo, ni una sola gota tocó al mutante que continuó fumando
su cigarrillo. Los empleados de la prisión habían sido ahogados.
El peli azul comenzó a caminar dentro del TANQUE,
el agua le abría paso como si fuera su Dios, desapareció del alcance de la
cámara hasta que le volvió a ver cuando salía, y en brazos llevaba un joven
inconsciente.
Completamente desnudo, el cabello rojo encendido,
“INHALE” “EXHALE” se leían en las piernas tatuadas.
Se arrodilló para inhalar lo último de su cigarrillo
y besar al mutante. No, no era un beso… le estaba proporcionando aire,
intentaba despertarlo. El pelirrojo reaccionó, tosiendo agresivamente hasta que
sus ojos amatistas miraron al peli azul.
Un equipo llegó a auxiliar a los guardias abriendo
la tormenta de disparos, fueron incinerados por la lengua de fuego que gracias
al cigarrillo de TOP fue capaz de crear Dragón Rojo una vez que lo llevó a sus
labios. Con ello, las cámaras de seguridad también fueron alcanzadas.
DR1 había sido liberado. Piroquinesia, nivel 7
quizá, o más. En la documentación leyó que era nivel 3.
--¡Señor!
¡LLEGARON ANTE SOL!
En una de las torres, su interior protegía a un
prisionero suspendido en el aire. El mutante que manipulaba la naturaleza.
Atado de manos y pies por cables del metal más fuerte. La habitación
completamente cromática. Solían doparlo porque cuando llegó intentó liberarse.
No solo dominaba la naturaleza, poseía tremenda resistencia que rompió las
camisas de fuerza así como los barrotes de la jaula. No era cuidado por ningún
humano, usaban robots porque tenía otra peculiaridad… todo cuerpo es veneno.
Incluso, exhala por la boca aire tóxico, por lo que fue amordazado.
Vio a Se7en llegando a la entrada. En el brazo era
evidente la marca que delataba su identidad; el tatuaje de clave de sol.
El súper humano era conocido no solo porque alguna
vez sirvió con gran honor a Estados Unidos (pero que desertó a medio combate cuatro
años atrás) también por correrse la noticia de ser pareja de SOL (justo al
hacerse el tatuaje) desde antes de la transmutación, y ser el único que
sobrevive al veneno que transpira.
Aplicaba sus conocimientos en
pelea de cuerpo a cuerpo, justo como se esperaría de uno de los mejores
soldados de fuerzas especiales, así que durante todo el pasillo dejó guardias
inconscientes o muertos.
Tres balas lograron alcanzar a Se7en; pecho, frente
y abdomen. Fue derribado, la sangre comenzó a derramarse.
“Neutralizado” Uno de los hombres comunicó
al director quien suspiró un tanto aliviado.
--Bien.
Debemos encerrarlo. Procedan cuidadosamente.
Palideció al ver cómo el intruso se puso de pie…
las heridas sanaban. Ese debía ser el secreto del por qué era el único que
podía tocar a SOL. Algo peor, las balas salían del cuerpo como si retrocedieran
apenadas de tocar algo sagrado, éstas se transformaron en largas barras de
metal.
Un mutante que se manipula las moléculas de los metales.
La celda de SOL… prácticamente había dejado al prisionero en bandeja de plata.
De haber tenido la información correcta hubieran estado mejor preparados para
el arribo de los criminales.
--¡SALGAN
AHORA MISMO!
La única respuesta que obtuvo fue los gritos de
dolor de los hombres que fueron atravesados por las barras creadas a partir de
la balas de las armas que poseía la guardia asignada al prisionero.
Se7en miró a la cámara.
“Venimos por
lo que es nuestro, así que no interfieran o morirán”
Habló fríamente antes de perder la conexión con la
cámara de seguridad.
--EVACUEN LA
PRISIÓN.
Sentenció el director del penal. No iba a esperar
más, su gente estaba siendo aniquilada de manera brutal, y no solo eso… estaba
la tercera prisión que gracias a la invasión se encontraba vulnerable. CAJA DE
LUZ.
Si no podía lidiar con todos esos súper humanos,
menos con el arma que Japón había obsequiado a los Estados Unidos a cambio de
ser aliados. En el área restringida, en la zona más alta, apartada; con pasillos
siempre iluminados, en la CAJA DE LUZ… el mutante que fue olvidado por el Pentágono,
otra negligencia del Estado.
Lo llamaban “Akuma” que en el idioma nipón
significa Demonio. Solo llegó a la prisión, sin explicaciones ni papeles ni
archivo e inclusive poseía un personal especializado encargado de su cuidado.
Probablemente había más sorpresas desagradables.
--P-Pero…
señor.
--AHORA
MISMO. SALGAN DEL COMPLEJO.
Exasperado, ordenó a todos los que fueran capaces
de escucharlo. Admitía que la situación había escapado de sus manos por
completo. Solo quedaba una opción.
--¡Señor!
--Volaré
todo.
Se hizo un silencio sepulcral, la última opción que
se había estudiado en los ensayos de protocolos y que nunca creyeron que
llegaría el día, finalmente sería aplicada. Comenzaron a borrar las bases de
datos, cerraban sistemas y apagaban las computadoras.
El director ingresó a una pequeña habitación para
presionar tres botones. El primero, sellaba las prisiones sin importar quien se
encontrara. El segundo, activaba el sistema de gas mortal que llegaría a las
celdas selladas a través de los ductos de aire, y el tercero, accionaba el
sistema de autodestrucción de la prisión.
El reloj marcó como límite 30 minutos con 10
segundos. Tiempo suficiente para abordar las naves de emergencia y salvar la
vida. Los prisioneros amotinados no habían logrado escapar del área restringida
por lo que era mejor destruir el complejo que arriesgarse a que huyeran y
causaran daño a los civiles.
Salió de la torre de control con cierta
intranquilidad, encargándose de que el personal fuera a la zona secreta de
despegue. Informáticos, ingenieros, inclusive guardias acudieron al llamado del
director.
Tuvo que contener el horror al encontrarse con los cadáveres
de sus buenos trabajadores. Seguido de los subordinados que aun sobrevivían se
dirigió al zona de despegue.
Había sido relativamente fácil alcanzar el puerto
aéreo, el único obstáculo con el que se toparon eran explosiones e incendios.
Caminaron por malos terrenos, entonces, el sonido de aviones atrajo su
atención. Finalmente llegaba la ayuda. Comunicó a toda prisa lo que había
hecho. El hombre a cargo de la misión era un asiático, se presentó como un
sargento de la armada comisionado a solventar la insurrección, envió a un grupo
de soldados para encargarse de la desactivación del sistema explosivo.
--¿Cuántos
intrusos hay?
--Fueron
siete, sobreviven dos. TOP, SE7EN. Tomaron a DR1 y a SOL.
--¿LUNATIC
no venía con ellos?
--¿LUNATIC?
El sargento mostró la pantalla electrónica
mostrando a un hombre joven, complexión corpulenta, vestido de negro y cabello
verde, cuya máscara de cuero con pedrería y hierro llamaba mucho la atención al
ocultar su rostro.
--No, estoy
seguro de que no sé encuentra en el grupo.
--Esta es su
forma normal. –Inmediatamente, la imagen arrojó a un joven asiático de
cabello castaño cuyo flequillo cubría los ojos.
--Estoy
seguro de que no está aquí. ¿Es demasiado fuerte? –Su sistema de seguridad
no había visualizado ningún enemigo que compartiera dichas características, de
eso estaba más que seguro porque era imposible pasar desapercibido un color de
cabello tan intenso.
--LUNATIC es
un psicópata mutante altamente peligroso.
--No está en
la prisión. –Reafirmó con seguridad.
--Bien, nos
encargaremos del resto. Usted váyase con su gente.
--Gracias,
por cierto… -El director del penal privado recordó algo importante, así que
antes de ir al helicóptero se volvió hacia el militar.- En la zona restringida del Norte, se encuentra una prisión que llamamos
CAJA DE LUZ. Ahí está “Akuma”.
--¿Qué eso,
otro prisionero chino? –Sonrió arrogante el hombre de uniforme.- Ustedes parecen ser imanes de súper humanos
chinos.
--Es un
regalo de parte del ministro japonés. Un mutante que ustedes dejaron olvidado,
y del que desconocemos todo, llegó en su caja que no hemos siquiera tocado
desde su instalación. –Soltó fríamente.
El hombre miró pensativamente al tipo.
--De
acuerdo. Cuidaremos de la CAJA DE LUZ.
--No,
llévensela. Es su carga. Sospecho que contiene un prisionero “especial” del que
no nos han dicho.
--Ustedes,
los civiles, poseen los recursos más avanzados para crear grandes prisiones,
pero no pueden hacer el trabajo de un militar.
--Intentamos
hacer lo que ustedes son incapaces de contener.
--Me pondría
a conversar con usted sobre política pero hay mutantes destruyendo, prisioneros
fugitivos y una bomba de tiempo. Ya lárguese.
Enojado, el director ingresó a la cabina. Por eso
no confiaba en los militares, se comportaban como un montón de brutos primates
que preferían disparar a todo lo que sus ojos captaran y luego hacer preguntas.
El piloto no perdió más tiempo
emprendiendo el vuelo. Una vez en el aire, el CEO suspiró aliviado mientras la
distancia crecía y la zona de pesadilla iba reduciéndose, añadiendo que expertos
militares se harían cargo de los monstruos.
Estaba intrigado, por la manera en que los súper humanos
surcoreanos habían logrado obtener tanta información detallada. Se infiltraron de
manera única; conocían bien los sistemas para ser un pequeño grupo de siete.
“Venimos por
lo que es nuestro, así que no intervengan o morirán”
Recordaba las palabras de Se7en.
Comenzó a hacer conjeturas, si el ex militar era
pareja de SOL, quizá Dragón Rojo lo era de T.O.P, o estaban estrechamente
relacionados. Eso tendría sentido, pero por increíblemente descabellado que
pareciera al analizar sus habilidades, las parejas se complementaban; metal con
naturaleza (si fuera tierra encajaría mejor). Fuego con hielo.
La naturaleza no tiene efecto contra el metal
porque no es ser vivo, pero con la tierra comparte propiedades; de la tierra
nacen los metales.
El fuego perece ante el hielo que finalmente es agua
en estado sólido que cambia su forma ante el ardiente calor.
Los gobiernos asiáticos parecían interesados en
capturar súper humanos que tuvieran parejas o con algún tipo de relación. Una
estrategia de doble filo; si tienes a uno, el otro estará en tus manos, al
menos eso concluyó ya que Dragón Rojo y SOL poseían compañeros que se
atrevieron a ir por ellos sin importar que aquella empresa significara suicidio.
Lo que lo llevó a otra intriga, si era un grupo de Siete, ¿Eso significaba que
los otros cinco que mataron intentaban recuperar a sus amantes? Pero el fuerte
no tenía más prisioneros de Corea de Sur más que DR1 y SOL. El otro que podría
entrar era AKUMA pero lo excluyó por ser japonés así por el tiempo en que
llevaba en el complejo sin que despertase interés alguno. Quizá, los otros
cinco solo fueron aliados de T.O.P y Se7en; la carnada.
De cualquier forma ese ya no era su problema.
Agotado, pidió ser comunicado con su jefe para notificar lo ocurrido en la
prisión.
“El Pentágono
se comunicó, pagarán los daños. En seis meses tendremos un nuevo complejo; más
fuerte y mejor equipado.”
El dueño del complejo que era socio del ejército
respondió después del largo relato. El viaje duró aproximadamente dos horas.
Llegó a la base militar donde paramédicos
atendieron a los heridos, ya que los aviones de la prisión con todos los
empleados sobrevivientes les siguieron pensando en que viajar al mismo tiempo
sería más seguro.
--La prisión
estalló. Todos murieron.
Informó un capitán que a pesar de mostrar un
semblante duro, en los ojos se reflejaba la tristeza del acontecimiento.
--¿Están
seguros?
--Veinte
minutos antes de que usted aterrizara aquí, el satélite informó de la
explosión. Se hizo un escaneo con láser y detector de calor, nadie sobrevivió.
La isla artificial finalmente se hundió en el mar.
--¿Pero… la
bomba…?
--Lograron
desactivarla, queremos creer que fue el último recurso de nuestros hombres contra
los mutantes; descargaron una gran cantidad de energía al dispositivo de la
bomba y por ello estalló.
--Entiendo.
–Una parte de él pensaba en lo afortunado que era de encontrarse vivo, la otra
se sentía frustrada ante el terrible incidente. Era la primera vez que sufría
semejante contingencia, el sentimiento de impotencia ante el poder de aquellos
seres le ardía como quemadura.
--Esta lucha
con monstruos se está llevando la vida de nuestros jóvenes. –Expresó
acongojado el militar que en sus sienes se podían ver las raíces canas.
--Siento
mucho por los soldados que perecieron. –Ese era el precio de jugar con la
ciencia, poco a poco los humanos estaban siendo acabados con tanta guerra.
--Los
recordaremos como héroes que dieron su vida por la paz mundial.
El capitán estaba por marcharse, recordó su
conversación con el sargento a cargo de la misión.
--Disculpe,
¿Quién es LUNATIC? Su subalterno lo mencionó.
--Un Súper
soldado surcoreano desertor.
--¿Fue
soldado como DR1 y SOL?
--Así es. Formó
parte del proyecto militar pero desertó en una misión.
--¿En Corea
del Norte, cómo SOL? ¿Desertó desde el inicio como DR1?
--No,
dirigía la misión de neutralizar a un Súper humano pero anteriormente dio
muestras de ser inestable. Al parecer conocía al mutante así que cambió por
completo los planes. Antes de desertar, mató a todos los miembros de su misión
dejando con sangre un mensaje dirigido a sus superiores; “Sin la oscuridad, la
luz no puede brillar”.
--¿La
oscuridad y la luz?
--Extraño.
Supongo que se refería todo lo que hace su gobierno.
--¿Entonces,
escapó?
--Eliminó a
sus enemigos y se apoderó de la organización criminal más poderosa dirigiéndola
de manera calculadora. Empleó al mutante que conocía como su arma especial.
Tras muchos sacrificios del trabajo en equipo de las milicias asiáticas,
derrotaron al desertor en Tokio y capturaron a su arma, se dice que fue enviada
a Occidente.
--¿Y qué
poder tenía ese Mutante que debía matar?
Un muy mal presentimiento aquejó al director de la
prisión mientras analizaba la historia.
--Esa es
información clasificada. Lo siento. Pero si le sirve de algo, no representaba
un gran talento.
--¿Y qué
pasó con el soldado…?
--Durante la
pelea, murió al querer proteger a su arma. –Finalizó.- Si me permite…
En toda esa historia, algo le molestaba y era el
hecho de que quizás, piezas mentales comenzaban a encajar a base de una hipótesis
descabellada.
--¿Cuál…
cuál era la habilidad del soldado?
--Manipulaba
la energía eléctrica y los rayos.
Solo podía pensar en una cosa al momento de escuchar
las habilidades del exmilitar.
--¿Están
seguros de que LUNATIC está muerto y el mutante está bien resguardado?
--¿Duda de
mis palabras? Estoy tomándome demasiado tiempo para explicarle algo que es clasificado.
–Replicó el hombre militar.- Aunque no
se encontró el cadáver, se hicieron revisiones exhaustivas en la zona del
desastre sin rastro alguno de vida.
--Hace tres
años llegó a nuestra prisión un paquete enviado al Presidente de los Estados
Unidos, venido desde Asia. La orden de alojamiento lo llamaba AKUMA. Pero
nosotros lo bautizamos CAJA DE LUZ, ¿No es quizá el mutante que usaba LUNATIC del
que estaba hablando? Quizá deba llamar a sus superiores…
--¡¿POR QUÉ
DEMONIOS NO DIJO ESO ANTES?! –El grito alteró el sistema nervioso, el
uniformado le miró furioso. Como si hubiera cometido un error demasiado obvio.
--¡¿Qué
pasa?!
--VENDRÁ
CONMIGO. –Mezquinamente llamó a un soldado de rango menor.- ORDENA PREPARAR LAS NAVES DE DEFENSA.
El director sintió escalofríos que viejas creencias
aluden a malas noticias. Por un momento deseó no tener razón y que le dijeran
que estaba afectado por el suceso. Pero cuando escuchó la única noticia que dio
el capitán a sus superiores, sintió que se le congeló el alma porque la
realidad resultaba mucho peor.
--LUNATIC
regresó por su amante.
.
.
.
. = DOS HORAS
ANTES, EN LA PRISIÓN DE MUTANTES EN ESTADOS UNIDOS =
El helicóptero militar despareció de la vista del
sargento. Los demás soldados conocían ya el protocolo a seguir, por lo que al
ver a su alrededor estos ya no estaban porque cada uno sabía qué hacer.
El nervioso director de la prisión le había dejado
a su responsabilidad la CAJA DE LUZ, donde contenían a AKUMA. Sentía una
pérdida de tiempo, sin embargo, ya estaba caminando en aquella dirección.
--¿AKUMA?
¿Qué clase de nombre es ese? ¿Los japoneses no tienen más imaginación?
–Pensaba a voz alta.
El sonido de alarmas y disparos no le intimidaron
en nada porque estaba familiarizado; la guerra era parte de su existencia. No
recurrió al plano del lugar porque antes de la misión había estudiado las
áreas. Le tomó un tiempo llegar a un edificio de piedra que en primera vista lucía
abandonado aunque ahora sabía que era habitado con la tecnología de punta.
Antes de llegar a la vieja y casi oxidada puerta,
de la vegetación salieron varios guardias asiáticos.
--Soy un
sargento enviado por el Pentágono. Ustedes no deberían estar aquí, su director
se ha ido en uno de nuestros helicópteros, vayan a la base, repórtense y salgan
de aquí. –Mostró el collar con la placa que lo identificaba como miembro
del ejército.
--No
podemos, hay un prisionero que cuidar. –Habló un guardia con fuerte acento
japonés.
--Lo sé, ahora
es mi problema. No se preocupen. Los mutantes pronto dejarán de molestar.
--Queremos
ayudar. –Inseguros, los guardias armados se ofrecieron.
--Hijos,
tienen familia a la cual cuidar. Váyanse ya. –Alzó un cuarto de tono la
voz.
--P-Pero…
--No
subestimes a este Sargento. Puedo perfectamente con esa criatura.
Una mirada fría y los pobres guardias bajaron sus
armas para obedecer las órdenes del militar pues todo lo dicho era verdad. Eran
guardias privados, no militares, mucho de la prisión era desconocido, llegaron
junto a ese extraño paquete con órdenes de mantenerlo vivo y salvo.
El sargento abrió la puerta al no tener mayor
impedimento, ingresó a paso seguro dejando que su mano izquierda rozara con su
arma larga, chasqueó.
--Genial, oscuridad.
Estaba a punto de activar la visión nocturna de su
casco pero al dar el segundo paso dentro, el suelo se iluminó al igual que las
paredes. Eran paneles de luz.
--¿Escaleras
de cristal? –Sonrió arrogante al darse cuenta de los escalones brillantes.-
Espero que seas una hermosa bruja.
Comenzó a subir uno a uno los peldaños de
apariencia fina.
--¿Qué clase
de monstruo serás, AKUMA?
Cada vez más interesado notó que el camino se
tornaba curvo. Nunca había escuchado de AKUMA ni nada parecido. Quizá solo era
una criatura frágil pero poderosa…
No podía negar que algunos mutantes eran realmente
hermosos, especialmente los femeninos.
--¿Qué
demonios es esto?
Desabrochó el casco y se lo quitó para despejar el
peso de su cabeza así pudiendo contemplar con mayor comodidad. Una sonrisa se
dibujó como resultado de lo que sus ojos veían.
Una caja blanca resplandeciente flotaba en medio
del vacío de la torre –seguramente sostenido por la tecnología de punta-, entre
siete metros separaban el último escalón de la caja. Sus dimensiones coincidían
con una pequeña habitación.
--Veamos qué
hay detrás… –Tomó su arma larga que colgaba de su hombro, apuntando al blanco
que era aquella puerta, y disparó una corta ráfaga de proyectiles.-- ¡QUÉ HAY DETRÁS DE LA PUERTA NÚMERO UNO!
Se hizo una explosión que sacudió a la torre por
completo, se resquebrajó la piedra vieja creando una cortina de polvo, arrojó
el arma por el vacío. Finalmente vería al extraño súper humano escondido en la
caja de luz.
Dio un salto e ingresó sin medir consecuencias, sin
nada más en la mente que conocer al inquilino o inquilina. Así como es su
verdadera personalidad, problemática; impulsiva… lunática.
En una esquina del reducido espacio, sobre el suelo
iluminado yacía un pequeño cuerpo, aquello deshizo las ilusiones de encontrar a
una bella mujer, pero no por ello se sintió decepcionado.
La estructura de la prisión resultaba curiosa porque
sus paredes, techo y el suelo estaban iluminados. Ni siquiera había una sombra,
había sido acondicionada para eliminar cualquier rastro de oscuridad, parecía
que todo el tiempo estaba iluminada.
Se acercó al prisionero recostado, hipnotizado por
la acompasada respiración, completamente revestido en telas blancas, los
pantalones de manta blanca que le lucían grandes, pero debido a la posición,
los pequeños dedos de pies menudos se asomaron a sus ojos, esto le hacía lucir
como un niño de quince o diecisiete años.
La camisa de fuerza inmovilizaba los brazos, una
pequeña máscara mantenía amordazada la boca, y cómo ignorar el antifaz blanco, que
cubrían los ojos, resaltaba entre los cabellos negros ligeramente ondulados…
Tomó con algo de brusquedad al dichoso mutante para
incorporarlo a su altura. Era más bajo de estatura que él, quizá le llegaba al
mentón. Este reaccionó al contacto estremeciéndose ya sea de miedo o algo más.
Alzó un poco la barbilla sintiendo la suavidad de
la piel con la intención de contemplar las facciones del casi infante.
--¿Sabes que
los japoneses te llaman AKUMA?
Habló en inglés pero no obtuvo respuesta.
Desabrochó la mascarilla arrojándola al suelo, permitiéndose
contemplar una preciosa boca de gatito. Labios perfilados en tono cereza,
sumamente atractivos.
--Ahh…
-Un suave gemido escapó de la dulce boca.- Tú…
No se resistió más al hechizo que emitía aquella
criatura y lo besó. Los dientes defendieron la violación de la que la boca era
víctima, mordiendo su lengua con fuerza, mas, en lugar de amedrentarlo,
despertó en su interior una incontrolable ansiedad.
Tiró violentamente de los cabellos, rompiendo el
beso agresivo con el menor. La otra mano forcejeó contra el antifaz para
arrancarlo, cuando lo logró vio su rostro.
Y esos ojos negros bordeados de suaves manchas
violáceas le contemplaron con pánico.
--Tú no eres
AKUMA. –Soltó al chico para admirarlo de pies a cabeza, todo interés se
transformó en una euforia aterradora.
--¿C-Cómo…?
-Los preciosos ojos negros que hipnotizaban a quien los viera y que resultaban
peligrosos hasta para él, vibraban en estupefacción. El militar podía sentir el
aura casi magnética que le llamaba inconscientemente. Y la voz sedosa (quebrada
en esos instantes), dulce veneno auditivo que destruía cualquier barrera
mental, porque una maldad se podía vislumbrar, negra, maliciosa y al mismo
tiempo, cautivadora. Por algo lo mantenían cegado y amordazado.
Sintió la excitación subiendo por su cuerpo, la
adrenalina corriendo por su sistema y un hambre sádica. No notó cómo sus
cabellos se fueron decolorando de negro a castaño claro, a rubio platinado.
Para sus ojos no había cosa más importante: la criatura más perfecta yacía a su
merced.
--¿Sabes?
Esto me trae recuerdos. -Giró al hermoso prisionero, bajó con desesperación
los anchos pantalones blancos para tener acceso a su níveo trasero, masajeó con
brusquedad, golpeó las mejillas hasta que éstas adquirieron la tonalidad roja.--
¿Recuerdas, Seung-chan? Tus gritos, tu
horror, tu sangre con mi semen.
--¡No te
atrev…! –No dejó terminar la amenaza, dos dedos ingresaron al cálido
interior.
--Estás tan
estrecho. –Susurró, acomodó el agarre para paralizar el cuerpo que se
retorcía negándose a ser mancillado.- ¿Me
extrañaste? ¿Fueron buenas pesadillas? Yo en ningún momento dejé pensar en ti.
Mientras sanaba, el recuerdo de tu sabor y el de tu calor me brindó fuerzas
para continuar. Gracias a mi dulce conejo, sigo vivo.
--¡Bastard..!
–Rabia de odio y lágrimas de sufrimiento. La mayor obsesión, apresuró la dilatación.
--Mi dulce
conejo, son mis dedos o la navaja de mis bolsillos. –Susurró antes de
mordisquear el lóbulo de la víctima maniatada.— La próxima vez… asegúrate de hacerlo bien.
Sacó los dedos, abrió los pantalones y de una dura
estocada, su palpitante miembro ingresó al interior de la víctima que gritó en
respuesta ante la agresiva invasión.
--Grita más
fuerte, bebé. –Eufórico hizo todo por controlarse, permaneció unos momentos
para deleitarse de las húmedas carnes.-- Llega
al límite y entrégate a mí. Hazme tu dueño.
Las paredes aislaban los sonidos de una voz rota en
gemidos agonizantes cuando empezó a moverse frenéticamente lastimando la piel.
El cuerpo del menor comenzó a cambiar los ruegos
por gimoteos. El sargento sentía que llegaría a su límite. Amaba al diabólico
conejo desde que lo vio por primera vez. El mismo conejo al que desvirgó entre
descargas y el húmedo concreto de aquella prisión, el mismo hombre que le
disparó y abandonó con el deseo de que muriese. El mismo conejo que poseía con
violencia en esos momentos.
Cuando las manos alcanzaron el delgado cuello
comenzó a presionar cortando el oxígeno, el pequeño pelinegro se agitó violentamente.
Poco a poco una fuerza emergía.
--¡Gime para
mí! ¡Dime que quieres más! ¡Pide más dolor! ¡Sé mío! –De la nada, la camisa
de fuerza cedió ante el desesperado intento del menor por liberarse, las manos
intentaban apartar las otras. Los gritos ahogados y gruñidos se mezclaban como
la prueba real de que se negaba a sus deseos.
Eyaculó en el interior palpitante. Reforzó el
agarre del cuello, el niño había dejado de moverse después de ello.
--Entrégate
a mí y yo te dejaré verlo otra vez. Fue él quien planeó todo, bebé. Él se
infiltró en la milicia, se hizo pasar por un oficial, manipuló… buscó a los
otros. Por ti… El sargento Kang Daesung y yo organizamos esto. Te hemos buscado
estos años. –Susurró al oído depositando un beso en la nuca.- Yo moriré por ti si tú vives por mí.
Siguió penetrándolo por el simple placer de sentir
la carne rozando su piel, una adicción que estaba siendo colmada después de
varios años de ausencia. Salió lentamente para contemplar fascinado su esencia
mezclada con sangre se deslizaba lentamente entre las piernas.
El sargento no había notado que sus platinados
cabellos habían adquirido el tono verde intenso. Porque solo podía ver
extasiado ondas electromagnéticas oscuras saliendo del inerte cuerpo, éste
comenzó a levitar. La piel se volvió más blanca aún, y los cabellos del todavía
niño se volvieron platinados, al abrir los ojos estos habían dejado de ser
oscuros para colorearse de un precioso azul zafiro.
--Mi pequeño
conejo… hemos venido por ti.
El súper humano le miraba fríamente.
--Maldito
hijo de perra. –Expulsó una potente onda oscura que fue disuelta al
contacto de otra, pero blanca.
--Adoro esa
boquita sucia. –Sonrió el exmilitar acomodándose la ropa.- Sobre todo cuando la follo.
--¡TE
ADVERTÍ SOBRE ATREVERTE A TOCARME!
--No pude
resistirme, eres tan violable. –Alzó
los hombros tanteando el terreno para alcanzar a su amante renegado.- Tu plan no resultó como querías ¿Cierto,
conejo?
--…
--No estés
triste, conejo… Quizá pronto tendrás la oportunidad de matarme definitivamente.
También a mi estúpido otro yo.
--El
sargento es sin dudas, mucho más hombre. Tiene las bolas suficientes…
Lunatic envió una fuerte descarga de energía que
fue absorbida por la oscuridad del peli platinado. Se hizo un choque de
energías.
Ellos eran tan enfermizos, tan diferentes y al
mismo tiempo, tan parecidos. La luz incandescente y la tenebrosa oscuridad.
Cuando se conocieron, uno era inestable pero la
atracción que inspiró fue demasiado obsesiva, inclusive sus personalidades se
sentían atrapadas en un magnetismo hasta que despertaron sus talentos. Desconocían
el alcance de sus habilidades. Nadie había visto realmente interesante la luz
ni la oscuridad… hasta que ellos le encontraron el provecho.
--¡Maldito
Conejo! –Furioso, el peli verde se abalanzó contra su amante.- ¡Te he buscado tres jodidos años! ¡He
esperado tanto por tenerte otra vez soportando tanta mierda ¿Y me vienes con
esto?!
Sujetó las manos, las largas mangas de la camisa
facilitaron la inmovilización. Forcejearon hasta que el mayor pudo volver a
imponerse.
--¡Suéltame,
maldito…! -El rubio sintió cuando sus piernas eran separadas, y el deseoso
cuerpo del psicópata ingresó nuevamente a su lastimado interior.- ¡Argg!
Salvaje, duro. Lo sintió buscando con desespero una
respuesta de su parte.
--¡Eres mío!
¡Yo te vi primero! ¡Yo te salvé la vida! –Escupió celoso impulsando sus
caderas contra las otras. Enardeciéndose por las lágrimas de la mirada de odio
puro.-- ¡Acéptalo de una vez! ¡De nada
te sirvió dispararme a la cabeza, sigo vivo! ¡No vas a deshacerte de mí!
El rubio comenzó a emitir un aura oscura para
liberarse, pero el otro comenzó a resplandecer como una criatura celestial
aunque estaba más cerca de ser un demonio.
--… -El
mutante cerró los ojos, mordiendo los labios para negarle toda reacción al
lunático que le violaba por centésima ocasión. El cuerpo comenzó a rebotar como
muñeco de trapo. Una habilidad de la oscuridad consistía en apagar todo
sentido.
--¡Ni
siquiera me importó que me utilizaras para matar a tus enemigos! –Reclamó
como si hablara con un esposo infiel que paga mal su lealtad. Continuó
poseyendo el cuerpo, mordiendo para marcar su territorio, lamiendo las lágrimas
silenciosas…
El peli plata se dejó hacer, no respondería a algo
tan obvio. El único lugar al que podía huir de ese psicópata era el interior de
su mente, el inhóspito espacio mental al que no tendría acceso. Solamente ahí,
quizá encontrará paz y descubriría una manera para librarse del verdugo.
--Morir por
ti, vivir por mí. –La promesa torcida llevó a las grietas del muro mental
provocando que los ojos azules se abrieran para admirar los ámbar que en medio
de mirada obsesiva-iracunda se reflejó una tristeza; el lunático por alguna
extraña razón se empeña en mantenerlo vivo.
Entonces, a su mente agotada llegaron los recuerdos
que habían estado bloqueados. Él había pactado con el diablo para vivir aunque
en las entrañas llevaba el enigma más grande, ¿Por qué ese despreciable ser ha
aferrado toda su Fe en que siga vivo? Siempre evitando sus intentos de
suicidios, protegiéndole inclusive de su propio odio. Le tortura al mismo
tiempo que procura su existencia. Ellos se habían prometido algo…
Recuerda el beso… y el juramento de pertenencia
mutua. Inclusive el soldado arrepentido suplicando algo imposible; su perdón. La
expresión de odio se fue suavizando.
Ante el reproche de aquella retorcida promesa sus
manos atrapadas fueron liberadas, porque a bestia psicópata enredó los
poderosos brazos entorno a su espalda negándose a dejarle ir. Cuando decía que
era suyo, en verdad lo creía.
--¿Hasta
cuándo seguirás negándome…? –La nota agotada se coló a través del susurro.-
Es el destino, porque…
--Sin la
luz, no puede existir la oscuridad. –Lunatic detuvo todo movimiento durante
unos instantes para asimilar lo escuchado. Al volverse para mirarle, se
encontró con el otro ofreciendo los labios al frotarlos contra los suyos.
Rindiéndose totalmente, imposible seguir negándose a lo inevitable; desde que
se conocieron sus vidas quedaron marcadas.
La oscuridad fue colmada de luz, concediendo una pequeña
muerte que le llenó de dicha al par de almas rotas.
El peli verde maravillado por aquella entrega total
continuó moviéndose en ese cálido interior que palpitaba rítmicamente, las
piernas totalmente enroscadas a su cadera persiguiendo el furioso vaivén. Los
labios gimiendo su nombre a escalas cada vez más agudas… no lágrimas, no
rechazo por el contacto, no odio ni desprecio… en esos momentos, las
penetraciones eran recibidas con ahínco así como las mordidas entre bocas.
En un movimiento, el peli plata quedó sobre su
cadera cabalgándole con una arrolladora pasión. Las miradas conectadas,
sonriendo de manera presuntuosa; un maldito conejo de la luna roja. La
oscuridad seducía a la luz para venirse en su interior, lo sabía por las
contracciones que envolvían su miembro. La magia de esas caderas, la voz
corrompida… No se resistió a los encantos y derramó su cáliz. El níveo cuerpo
se dejó caer mientras recuperaban el aliento después del orgasmo.
--Tenemos
que irnos de aquí, Conejo. –Susurró mientras continuaba mordiendo la piel
del cuello y sus manos trabajaban en hacer ronronear al otro.
--Bien, “gatito”.
–Al parecer había encontrado su apodo que compensaría el “conejo” que usaba
desde que los poderes emergieron. Las hermosas hebras plateadas se adherían a
las finas facciones producto del sudor.-- Llévame
al jodido infierno.
Lunatic lo sabía, su conejo dejaba creerle que
tenía el control cuando en realidad era quien mandaba y él solo obedecía como
un estúpido. Porque no podía vivir sin las sombras, porque necesitaba ser
absorbido por la locura, la malicia, el dolor.
Con devoción deslizó las prendas blancas ocultando
la evidencia del acto de amor enfermizo. Ayudó a ponerse de pie, el menor lucía
débil.
Una nube de niebla negra emergió del peli plata que
envolvió a ambos. La oscuridad no era tan tenebrosa ni fría, más bien era
tibia. Él en su estado psicópata no temía a la negra noche.
Al parpadear estaban en medio de lo que fue un
patio de presos tapizado de cuerpos inertes, identificó a sus peones.
T.O.P abrigaba a Dragón Rojo con su gabardina quien
se aferraba a su pecho. Se7en sostenía la mano de SOL que lucía anestesiado.
--¿Me
trajiste comida? –Conejo se emocionó al ver a los otros súper humanos. Una
peculiaridad de la oscuridad era que consumía los talentos de mutantes.
Antes de que la bruma envolviera a los aliados, el
peli verde los encerró en una capa de energía pura.
--¡¿Por
qué?! –Hizo un puchero. La personalidad fresca hacía acto de presencia.- Tengo hambre.
Ante el despegue de energía, los otros se pusieron
a la defensiva.
--Ellos son
amigos, no comida. –Explicó.
--¿Amigos…?
--Idea del militar.
--Hmm… -Se
cruzó de brazos.
--Ellos
ayudaron, ahora debemos salir de aquí antes de que recuerden que te dejaron.
Transpórtalos fuera.
--Siento el
miedo en ellos. Quizá no me controle y los devore. –Presumió haciéndose
rogar sin despegar la mirada arrogante del grupo. La misma mirada hambrienta
que empleaba al liderar a su grupo mafioso.
--Si los
devoras, no te dará tiempo de venir por mí y quizá muera.
--¿Qué
demonios…? –Frunció el ceño despegando la mirada para encararlo.
--Haré
estallar el lugar usando mi energía. Así que si te entretienes con ellos no
podrás sacarme y finalmente tu sueño de que muera se cumplirá.
--Idiota.
--¿No es lo
que deseabas…? Toma la decisión. –Caminó en dirección lejana de los otros.
Deshizo el escudo de energía desprotegiendo a las parejas de mutantes.
--¿Gatito?
--Vive por
mí.
.
.
.
Una vez que terminó de asesinar a toda molestia,
llegó al edificio donde estaba el sistema central que controlaba la prisión y empleó
gran parte de su energía para activar todos los explosivos de la isla dado que
la planta había sido averiada. Uno a uno fueron estallando y la tierra comenzó
a temblar vigorosa, se abría. Pronto destruiría la prisión, la hundiría en el
mar.
Lo último que vio antes de perder la consciencia
fue caer al mar, el agua ingresó a sus pulmones. Y lo último que sintió fue
unas manos que lo envolvieron. Las manos que una parte de él no deseaban
sentir.
No podían coexistir, para que uno tuviera una vida
más digna, el otro debía morir.
Cuando despertó notó la áspera arena de la playa, lentamente
fue incorporándose, un cuerpo inerte yacía a lado del suyo. Se sentía
diferente…
Al acercarse identificó a su salvador; la única persona
a la que ha querido proteger. Los cabellos ébanos en conjunto a la delgada
silueta revelaban una criatura tan frágil, tan aterrada a la oscuridad. El
mutante de la oscuridad le teme a su propio talento, esa era la verdad.
El mayor daño se lo habría provocado él cuando su
lado mutante activó al del menor. Los daños menores fueron esos años de
encierro…
--¿Sargento…?
Una preciosa voz, suave y embriagadora le llamaba
con cierta duda. Una necesidad de protegerlo brotó del pecho… tan pequeño, tan frágil.
Lo mejor sería separarse, de esa manera romperían el lazo de su magnetismo. La
oscuridad sería sellada, dormiría esperando los rayos de luz.
--Estarás
bien si me voy. –Estaba agotado de tanto horror. Hastiado de su propia
crueldad. Sus cansados pies serían las herramientas que dibujarían distancias e
inclusive barreras que separaran tanto poder destructivo. Porque entre más
espesa la oscuridad más incandescente es la luz. La locura crece… su lado
psicópata está tan obsesionado con el mutante a tal punto de suicidarse por
verlo sonreír y tenerlo a su lado.
--¡No! -Rugió
la voz del pelinegro.- ¡Tu existencia me
pertenece!
Aquel reclamo detuvo sus pasos en dirección
contraria a la de ese joven.
--Si me
quedo, él regresará y te lastimará como ya lo hizo.
--Yo puedo
soportarlo. –Los remordimientos atacaban su consciencia al escuchar aquel
juramento. Tenía que haber sido un hijo de puta para torcer de manera
masoquista a esa persona que le era importante.
--Una vez
intentaste matarme y no fue posible. Mientras está débil es mejor poner
distancias. –El sargento continuó explicando.-- Es mejor que me vaya. –Continuó su camino. Entre mayor la distancia
el poder oscuro dormiría.
Escuchó zancadas hacia su persona y unas manos
apretaron rudamente sus brazos para volverlo.
--¡NO PUEDES
HACERME ESTO BASTARDO! ¡¿PARA QUÉ DEMONIOS ME BUSCASTE?! ¡ME HUBIERAS DEJADO
PODRIRME EN ESA MALDITA CAJA! ¡YO QUERÍA MORIR! ¡¿PARA QUÉ ME LIBERASTE SI NO
TE HARÁS RESPONSABLE?!
--Quería…No tiene
importancia. Ahora estarás bien.
--¡Podría
morir por Daesung-san y no me importaría! –Gritó a todo pulmón cuando el
exmilitar se deshizo del agarre.- ¡Pero
no sabría vivir por ti si no estás conmigo!
El otro se volvió, Seungri estaba de rodillas en el
suelo. Apenas tenía veinticinco años. Tres años encerrado como si fuera la peor
escoria; tres años de agonía en una prisión federal a base de las peores
estrategias para hacerle despertar los poderes… el horror, la desesperación,
los gritos, el dolor…
--Sin la
oscuridad… la luz no podría existir. –Se acercó, se arrodilló a su altura,
elevó un poco el mentón para limpiar las mejillas. Era él quien debía
arrodillarse y besar los pies de ese chico que sufrió debido a su causa, porque
si le hubiese dejado morir… hubiera ahorrado tanto padecimiento.- Yo no existo sin ti.
Tomó las manos para besarlas castamente; tantos
pecados que cometió, tanto por lo cual rogar perdón.
--Juntos. Vivir
por ti, morir por mí.
--Está bien.
–Acarició la espalda. No tenía el corazón para dejarlo a su suerte. No podría
vivir en paz preguntándose si Seung-chan estará a salvo. No obstante, quedarse
a su lado representaba que Lunatic regresara para atormentar al chico. Y aun
así tomó la decisión; quedarse. Cerró los ojos resignado por convicción.- Soy tu esclavo en compensación de las
lágrimas.
Era una locura, era la peor decisión… sin embargo,
estaba cansado de engañarse, sentía su deber velar a ese hijo de la mafia para
ofrecerle todo lo bueno que estuviera a su alcance, compensando los años horror
y el padecimiento.
Un intenso calor los enredó sofocándolos poco a
poco. Ambos inconscientemente expandían sus poderes. La luz que emitía ingresó
a la oscuridad que en lugar de tragarlo, le cuidó. Penetró al interior oscuro hasta
alcanzar el fondo, porque todo tiene un límite… como si la luz hubiera
encontrado un diamante, se reflectó iluminando la oscuridad para crear una
lluvia de colores. Un aura tornasol.
--¿Escuchaste,
mi dulce conejo? Finalmente el soldadito de plomo confesó su dependencia por ti.
–El cabello verde, los ojos amarillos. El impulsivo, el lunático. El enfermo
que no concebía la existencia después de haber probado el dulce sabor de
aquella piel nívea.-- No nos iremos,
tendrás que complacernos a ambos. Pero tú eres mío, recuérdalo.
--Y ustedes
me pertenecen. –Permitió ser mordido en los labios.
Lunatic había impulsado a Daesung para romper con
las reglas al empeñar su vida en cuidar de ese futuro líder de una de las
organizaciones criminales más poderosas que fue torturado para poder despertar
sus habilidades… cuando la luz se mostró, la oscuridad se hizo evidente; sus
habilidades emergieron como si estuvieran en sincronía, una dependía de la
otra.
Daesung temía en herir a Seung-chan, y Seungri no
estaba dispuesto a dejar ir la oportunidad de tener a su lado a una mente tan
torcida como la suya, que en medio de tanta locura, brota la entrega absoluta
desinteresada. Ambos fueron cerrando su necesidad de ver al otro, que crecía
con cada momento de separación premiado con reencuentros dolorosos.
Nunca fue un arma… Seungri era la mente detrás de
la organización criminal imperante en Asia, Lunatic solo es el perro fiel.
El tiempo se encargó de hacerle entender al menor que
no había escapatoria alguna del psicópata mutante pero cabía la posibilidad de
tenerlo en sus manos.
--Quiero a
mis pies a los bastardos que me encerraron, gatito. Fueron tres años de
encierro, me molestaron mucho…
--Por
supuesto. –El peli verde deslizaba las manos por las suaves piernas,
masajeándolas pervertidamente.
--Se
atrevieron a tocarme… -Sonrió malicioso al verle cambiar el semblante a uno
frío refulgiendo en los ojos ámbar.
--La familia
de cada hijo de puta pagará la ofensa y verán con sus propios ojos cómo les
arrancó el último suspiro. Llenaré una piscina con sangre.
Seungri conocía su lado posesivo, y se atrevía a
tirar de ellas como un titiritero. Porque en el fondo sus personalidades
separadas eran el resultado de un intento por escapar del dolor. El horror del que
fue testigo el sargento le llenó de impotencia enloquecedora… y las ganas de
vengarse de Seung-chan ante sus agresores.
Arrojó al suelo arenoso al amante, desnudó con euforia
abriéndose paso entre las piernas, lo dejó llegar a su centro descubriendo el
placer de su vaivén profundo, casi rabioso. Su dulce conejo se dejó llevar por
el placer gimiendo, arañando, mordiendo… besando.
--Ahh…
ga-tito… nghh…
--Shhhh…
-Los ásperos dedos cubrieron la boca que fue irresistible para la lengua del
ojiazul no humedecer.- Todo está
arreglado ¿Por qué crees que demoramos tres años? Tenemos nombres, direcciones…
--Genial.
Disfrútame, luego a trabajar.
El peli verde sonrió sádicamente regresando su
atención por hacer llegar un doloroso orgasmo.
Seungri, el hijo de la mafia y el súper soldado
desertor; Lunatic, estaban finalmente juntos para volver a ejercer su reinado
de caos, porque la luz no puede brillar sin la oscuridad así como la noche
necesita de la brillante luna.
.
.
.
FIN.
.
.
.
.
“No sabes lo
difícil que es una vida como la mía. Ni siquiera he tenido el valor de decirle
a Jiyong lo que soy, por vergüenza. ¿Cómo crees que reaccionará cuando le diga
que soy un monstruo, ah? Piensa que tú en el futuro querrás familia y no podrás
tenerla. El ejército puede arrebatártelos. Un niño jamás le da sus mejores
dulces a otro niño.”
.
.
.
“No quiero
ser una carga para él, por eso lo hago. Ha renunciado a su país, a su familia,
a su pasado… lo ha dejado todo por mí. ¿No debería yo hacer el mismo
sacrificio? Dolerá al principio pero si permanecemos juntos, podré soportar lo
que sea.”
.
.
.
“Algún día,
saldré de aquí y voy a matarlos de la forma más dolorosa posible, sargento.
–Tomó la charola entre las manos níveas marcadas por cicatrices.- ¡Y TÚ SERÁS
EL POSTRE QUE DEJARÉ PARA EL FINAL!”
.
.
.
“Si tengo que
elegir entre mi país y la persona que amo… te elijo mil veces a ti. No quiero
honores, quiero tu calor. Así que no tengo miedo. Vámonos, comencemos una vida
juntos”.
.
.
.
“Ya no somos
pareja. El cobarde terminó nuestra relación y me abandonó. Quiero tener frente
a mí a ese hijo de puta, nadie se burla de Kwon Jiyong y vive para contarlo”.
.
XXXXXXXXXXXXXXXX
oo XXXXXXXXXXXXXX
NOTA DEL
AUTOR:
Muchas
gracias por leer! >.< Espero que no les haya parecido algo tan terrible.
Si me llenan de amor, quizás haya otras partes~~~
¿A poco no
quieren saber cómo fue lo del GTOP?
¿No les da
curiosidad lo del Se7yang?
¿Cómo habrá
comenzado el DaeRi?
¡Entonces denos
su amortz!
¡Feliz
cumpleaños a Dianita! *u*v
.
.
OJO: Les he
soltado SPOILERS…
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Muchas Gracias por visitarme, y Vuelve Pronto!!!
^n^v