003.-MI CULPA...
No olviden dejar un lindo comentario para que no muera este fic, si ustedes comentan y lo piden más, llegará a su final.
Ya saben, hagan sus apuestas:
¿Quién es el Fallen Angel?
Cuídense mucho para no enfermar!
:*
CAPÍTULO 3-MI CULPA…
Intentó disimular que la ansiedad podía más que su temple, por ello, hizo un esfuerzo para que una vez terminada la sesión de baile no fuese notable su emoción por ir a esa sala de canto.
Homie terminó en brazos de varias chicas de staff, su staff, que estaban encariñadas por su mascota y su peculiar personalidad. Youngbae nunca había batallado tanto con Boss como estaba sufriendo ahora con el nuevo perro. Su personalidad un tanto revoltosa, le recordaba a Seunghyun menor.
Se deslizó lentamente por la puerta entre abierta, su imagen mental sobre cómo se llevaba a cabo la sesión de maknaes con el instructor de canto no estaba tan diferente, salvo por un pequeño e importante detalle.
Daesung mantenía presionado a maknae del abdomen y éste intentaba que su voz emitiera una nota que era obvio, no iba a salir bien. ¿Qué clase de idiota contrató a semejante instructor?
Las manos de su mejor amigo sujetaban la cintura con fuerza. Aquel gesto, aunque inofensivo, en nada le pareció, sus ojos buscaron el rostro ajeno, en busca de algún atisbo de reacción. Se decepcionó al percatarse que Seungri solo miraba al profesor con ojos rabiosos.
¿Qué esperaba encontrar? Quizás alguna reacción negativa. Un inminente rechazo hacia su mejor amigo, no obstante, a sus ojos, hasta parecía disfrutar la cercanía porque no replicaba de las manos morenas sujetando su abdomen, manos que no eran las suyas.
¡Cómo odiaba que el menor fuera el centro de atención! ¡Cómo detestaba que atrajera la atención de las personas! Cómo sufría sabiendo que Daesung tenía sentimientos e intenciones de cortejo hacia la misma persona que él siente todo ello. La persona por la que debe morder los labios antes de que salga la frase prohibida: “Te amo”.
Una voz mental, con intenciones venenosas le advertían que seguramente, llegaría un punto en que Lee Seunghyun fijara sus ojos en Daesung. Aquella descabellada idea le fue intolerable. Mientras estuviera a su alcance, nada de eso pasaría. Mientras él viviera, no permitiría que tocaran esos cabellos que suelen oler a cítricos después de la ducha, nadie mancillaría esa piel que él lame y muerde con pasión. Sería sobre su cadáver que dejaría que le tomaran ventaja.
Mas la voz mental le recordó que el menor es indomable, como el viento, no lo puedes retener. Por mucho que le ame, por mucho que se esfuerce, aunque resultará el vencedor sobre sus rivales… si el propio Seungri decide abandonarle, se marcharía sin remordimientos. Dejándole atrás.
Esa maldita relación abierta le estaba causando estragos mentales y dudas existenciales. No hay paz en ningún momento, siempre teme que el menor irá tras los brazos de quien le parezca lo suficientemente atractivo o se encuentre lo suficientemente frustrado sexualmente. Porque se debía admitir, Seungri es demasiado sexual. Ellos lo hacen casi todo el tiempo que disponen, por tanto, le pidió que se mudara de apartamento. Aquella propuesta soltada durante el goce del orgasmo en un viernes por la madrugada fue bien recibida, analizando ese hecho, el menor no puso objeción alguna, al contrario, le parecía agradar.
Su intención era bien egoísta, monopolizarlo. Si maknae vivía a su lado las veinticuatro-siete, le sería más sencillo vigilarlo y percatarse si buscaba algo que él no podía ofrecerle, sin embargo, salvo salidas esporádicas, su objeto de adoración suele decirle ya sea en un rápida nota o en un tardío mensaje de texto que sale a beber con Choi Jonghun (un rival a derrotar), o con sus amigas (mujeres del tipo “divertidas”), y tiene la gentileza de confiar el nombre del establecimiento en el que se embriagará. Para evitar que éste terminara en cama de desconocidos o peor aún, conocidos, movía agendas para estar ahí antes, terminaba en el lugar de manera “casual” y facilitaba el regreso a casa del menor. Obviamente, llegando, rebusca marca alguna, solo en esos momentos suspira aliviado, donde a veces el labial rojo ha arruinado el cuello de la ropa de marca, pero sobre la piel, más allá de dichas manchas, no hay marcas más que las propias. Entonces, ya el demonio más calmado, el menor se burla entre la poca lucidez y el alcohol dentro del organismo, tienen relaciones sexuales lenta y calientemente.
Adora los despertares, siempre es el primero y ello le permite admirarle a su lado, durmiendo cual niño pequeño. Le acaricia el rostro conteniendo sus ganas de besarle, vuelve a contemplarle largos minutos hasta que de mala gana reactiva su rutina diaria. Hasta que él mismo sale de su estupor.
—Presione más fuerte. —La orden del ignorante “profesor” de canto, le alejan del mar de pensamientos.
Ve, como una sonrisa divertida se apodera de los labios de Daesung mientras obedece. Él parece gozar de la posición que posee.
¿Por qué será que de todas las personas del mundo entero, Kan Daesung, su mejor amigo debía enamorarse de la persona que a él también ama?
No quiere empezar una disputa con un amigo fiel por maknae, pero, su lado posesivo no permitirá que le sea arrebatado tan fácilmente frente a sus narices.
—Apoye el diafragma para emitir la nota. —La dichosa técnica era absurda ¿Y si Seungri, en un milagro, llegara a emitir la nota, cómo podría seguir cantándola? ¿En cada oportunidad, Daesung tendría que sujetar a Seungri?
Una carcajada rompió el ambiente, maknae se dobló y llevándose consigo a Kang, terminaron en el suelo. La risa escandalosa retumbaba entre las paredes.
—Joven, Lee… por favor, regrese a la postura inicial.
—No… -Seunghyun manoteaba y pataleaba.- ¡Él me hace cosquillas a propósito! —Acusó al mayor que apenas sonreía.
Era tan extraño ver sonreír a Daesung después del accidente. Pero, ¡De verdad estaba sonriendo por la situación!
Debía sentirse realmente atraído para ser capaz de querer esbozar una sonrisa. Desde el accidente, su amigo se había vuelto una criatura estoica, un hombre preso de la culpabilidad y el rencor. Aquél simpático chico había desaparecido, era como si le hubieran arrancado las alas.
—Yo no te hago nada más que lo que el profesor indicó. —Respondió alejándose de maknae e incorporándose.
—¡Mentiroso! ¡Tú estabas haciendo cosquillas! ¡Lo sentí!
Seungri no reía así con él. No pasaba de la sonrisa pervertida o macabra (cuando planea una maldad), también eran insultos fraternales. Pero, así, tan divertido y suelto… a su lado, Seunghyun no había hecho algo como tal. Si no era sexo, su relación era tensa. Tan hermoso, tan diferente. ¿Por qué? ¿Por qué no podía lograr aquello?
—No es cierto. —La sonrisa del “ángel” se fue ensanchando hasta formarse pronto el atisbo de una carcajada.
—¡Eres un mal hyung!
Daesung se movió hasta la pobre víctima, las intenciones de atacarlo con cosquillas fueron muy obvias, por tanto, Youngbae consideró momento de intervenir. Internamente se sentía miserable.
—Buenas. —Saludó fingiendo ser casual.-- Esta clase es más divertida que la mía. ¿Puedo unirme a ella?
—¡Hyung! –Seungri dejó el suelo para ir hacia él.-- ¡Daesung-ah me hace cosquillas a propósito y no me deja practicar más!
Casi jura que maknae está realmente feliz de su presencia. No quiere ilusionarse de más, no pretende quererle más de lo que ya lo hace. Ellos, no están en una relación formal, están apenas en ello. Debe estar preparado para cuando Seungri se aburra de él y se vaya con otra persona.
Aunque por dentro, muera de celos, no podrá interponerse entre la felicidad del otro. Lo ha aceptado, Seungri es tan genuino y libre como el viento.
—Seungri, no seas escandaloso. —Regañó sin intenciones de serlo. Se inclinó ante el nefasto profesor de canto, éste frunció más el ceño, disgustado porque la planeación se fue a la mierda.- Siento mucho que mi compañero le cause problemas. Yo podría ayudarlo con las notas.
Se ofreció sonriendo, eso, fingiendo ser amable. El tipo suspiró agotado y asintió.
—Le enseñaré mi técnica. —Determinó el desconocido, señaló un espacio alejado de aquel par de maknaes.
Obedeció más por cortesía que por gusto, realmente lo importante era que Daesung no estuviera cerca de Seungri.
No despegó la mirada de Kang ni de Lee mientras memorizaba la dichosa técnica que le pareció una patraña. Su lado egoísta sonreía satisfecho porque pasando los juegos, maknae mantuvo su distancia del mayor, como si no quisiera tenerle cerca.
Daesung no hizo algo más, dio espacio suficiente para que el menor no repeliera su presencia. Acción inteligente.
—¿Ha entendido mi técnica? —El sujeto cuestionó interfiriendo con su campo de visión. Hizo un esfuerzo por no ser grosero, fue respetuoso. Asintió seriamente, haciendo suponer que se tomaba aquello con gran respeto.— Bien, ahora ya puede trabajar con Seungri-sshi.
Casi suspira de felicidad, si hubiera estado un minuto más con esa persona, ya no hubiera sido capaz de morderse la lengua para corregir muchas de las fallas de esa técnica vocal. Supuso que YG estaba interesado en mantener a los maknaes en la agencia para tenerle la mirada encima. Daesung para sacarlo de su aislamiento del mundo real, y Seungri, para no meterse en problemas.
—Daesung-sshi, dado que usted trabajó de manera impecable, doy por terminada nuestra sesión. Ya puede descansar. Agradezco su esfuerzo y empeño. —Anunció el profesor para agrado de Taeyang que casi sonríe del dulce sabor de la victoria.
—Gracias. —Kang se inclinó mostrando sus respetos.- He aprendido mucho con usted.
—Es un buen alumno. Continúe esforzándose más.
—Gracias por los consejos.
—Su CEO recibirá mis referencias hacia usted. No puedo decir lo mismo de su compañero. Hace mucha falta compromiso, seriedad y trabajo duro. No dudo de sus capacidades, pero tiene demasiadas carencias, debe hacer algo con su actitud presuntuosa, el grupo tiene buenos vocales, pero, Lee Seungri es el eslabón más débil. —Soltó con soberbia, el susodicho afiló la mirada, no la bajó, estaba siendo descortés y si no intervenía pronto, podría sacar la artillería pesada.
—Seungri canta bien. —No pudo continuar mordiéndose la lengua. ¡Ese idiota se había atrevido a referirse desdeñosamente de maknae! Su trabajo era mierda.
—¿Disculpe?
—Seungri puede cantar bien. Es capaz de lograr notas que inclusive para mí son difíciles. —Frunció el ceño.— Todo depende del profesor que le entrene. Wheesung hyung entrenó a Daesung de acuerdo a su rango vocal y porque sabía lo que podía lograr… makanae ha trabajado bajo la mano de hierro de Jiyong, que todos sabemos que es un maniaco perfeccionista.
—Hyung… —Daesung le advirtió con la voz que debía medir las palabras.
—¿Está usted desmereciendo mi trabajo?
—No, estoy puntualizando las cualidades de la suave voz de mi compañero.
—Definitivamente en YG han mimado a BIGBANG. Ahora, un cantante que no figura en las listas de los críticos se atreve a juzgar a un entrenador vocal.
La paciencia ya se había agotado para Taeyang, sentía estrés acumulado, había sido un día largo… y todavía un entrenador novato estaba insultándolos. Eso sí que no.
—Taeyang y Daesung hyungs han sido entrenados por expertos en la industria. Creo que subestima el talento de BIGBANG. ¿Qué clase de persona lo contrató? YG CEO seguramente lo hizo para fastidiarnos. Cuando se propone a mejorar nuestras habilidades, contrata a personas con prestigio y gran experiencia… nos da un informe detallado del proceso de entrenamiento. Yo, de lo único que he escuchado es que es egresado de una universidad de música, siendo éste su primer contrato. Usted es quién no sabe lo que hace. —Seungri intervino petulante, con la sonrisa arrogante que revelaba la intención de hacerle reventar los nervios.-- ¿Quiere lograr un avance en su currículum y decide insultar a los artistas con los que trabaja? Es realmente ingenuo de su parte creer que después de esto alguien piense en contratarlo.
—¿Me está amenazando?
—Seungri… —Daesung nombró al otro para que se calmara.
—No, está diciendo la verdad. —La aterradoramente conocida voz resonó por la estancia.
Yang CEO ingresó a la sala con aquella expresión indescifrable. Los tres miembros se sorprendieron de aquella intromisión.
—Me imagino que no le contaron que estaba a prueba, ¿Cierto? —Continuó mientras era el centro de atención. Sin dejar de observar al entrenado vocal.
—Yo… —Bajó el rostro avergonzado por ser descubierto en una situación tensa.
—Entrenadores vocales de gran talla han venido a YG, y desde la primera clase, han logrado que el “eslabón más débil” alcance notas admirables. Algunos, han aceptado de buena manera las observaciones de MIS artistas. Aprenden que es un trabajo en equipo, especialistas-artistas… si MIS artistas dicen que aquella técnica o movimiento les lastima o no les va a servir en un concierto, no se quejan y cambian sus planeaciones. MIS artistas no son robots que harán todo de manera mecánica. BIGBANG no es la mejor boyband de baile sincronizado, pero tiene a uno de los mejores Bailarines del medio. No tiene al mejor rapero, pero tiene a uno de los más importantes jóvenes productores. ¿Qué son las listas de los críticos? Ellos hablan bien de las técnicas de IU y aun así preferirán escuchar a MIS artistas.
—Señor… yo…
—¿YG mima a BIGBANG? Por supuesto, ¿Usted no premiaría a su hijo por sus victorias? —Desvió la mirada.— Fue contratado para hacer volver la pasión del canto en nuestro Daesung-ah… y en ganarse el respeto de mi “supervisor”. ¿Sabe acaso de que ese chico logró por su propia cuenta un contrato publicitario para BIGBANG? ¿Sabe acaso que los traineers le temen más que a mí por bajarles la presunción? ¿Sabe acaso que tiene un talento para encontrar buenos talentos? No lo juzgue por su apariencia desaliñada y sus aires de soberbia, sabe lo que hace.
—Señor…
—Está usted despedido. —Sentenció.— Pase con recursos humanos para que le den su paga.
El entrenador vocal, apretó los puños, preso de la impotencia. Hizo una reverencia y salió después de tomar sus cosas. Cuando se hubo retirado, YG dio media vuelta con intenciones de retirase del lugar.
—Taeyang, debes moderar ese espíritu apasionado. —El aludido prestó atención.— Suficiente tengo con el terror que provoca Jiyong y el de Seungri. A este paso, se harán de una fama de artistas exigentes.
—Yang-sshi.
—Retírense. Suficiente por hoy. Mañana quiero que los maknaes se presenten a la agencia a la misma hora. Su nuevo entrenador vocal llegará de USA exclusivamente para trabajar con ellos.
—Entendido. —Seungri respondió por ambos.
—Bien.
El temible hombre abandonó la sala.
—Eso fue aterrador. —Maknae rompió el silencio.— Como sea, pensé que me libraría del acondicionamiento vocal, lo de practicar va enserio.
El puchero que hizo no pasó desapercibido para Kang y Dong. ¿Cómo es que era encantador aquello?
—Bueno… me marcho. —Daesung avisó tomando sus cosas.— Iré a las duchas. ¿Se quedan?
—Yo voy a comer. —Seungri dijo buscando su botella de agua.
—Yo debo recoger a Homie. —Taeyang captó la indirecta del menor que le pedía deshacerse de su mejor amigo.
—¿Homie?
—Ah, bueno… sí… —Recordó que Kang no sabía que su mascota estaba en YG.
—¿Cuándo lo trajiste?
—Yo lo traje, me lo pidió. —Ambos miraron al otro que encogió indiferente los hombros.
—Oh, ya veo… bueno. Hoy no iré al apartamento, pasaré la noche con mis padres.
—De acuerdo, Dae.
El segundo maknae fue el primero en abandonar la sala, mientras la pareja intercambió sonrisas cómplices.
—Voy por Homie.
—Iré a la cafetería, si quieres, puedes dejar a nuestro hijo conmigo en lo que te duchas.
—De acuerdo.
.
.
.
Seungri tenía a Homie en su regazo mientras se ocupa de su móvil en la espera de Taeyang que estaba en las duchas. Le hubiera encantado que fuera, pero lo menos que apetecía era tener jugar a los amantes.
Frunció el ceño al recordar como ese sujeto le insultó… aunque, en parte, dijera una verdad. Así que estaba deprimido, pensando en cosas patéticas, imaginando escenarios macabros sin embargo, se detuvo, suficiente había tenido con esa mañana, en que devolvió el desayuno. Necesitaba distraerse.
En su móvil revisó la galería de imágenes y aparecieron fotos secretas de Youngbae, habían sido capturadas en momentos en que el mayor no prestaba atención. Su favorita era la toma del moreno con camiseta recargado en la pared con los audífonos puestos en una sala de espera. Le gustaba ver los fuertes brazos, esos a los que ahora se ha acostumbrado tenerlos enredados en su cuerpo, esas manos fuertes que suelen ser suaves sobre su piel. Una expresión relajada, sin malicia, sin la mirada depredadora que posee durante la intimidad, ni esa hiriente mirada de desconfianza hacia él.
Suspiró, ¿Quién lo diría? Había jurado que no iba volver a prenderse de otra persona, juraba que nadie más ocuparía el lugar de Choi Seunghyun… y éste tipo llega para imponerse en su vida. Porque esa es la realidad. Se impuso sin importarle su situación, no se detuvo a pensar siquiera que estaba intentando sanar del fuego de un amor marchito. Simplemente llegó y lo tomó sin miramientos, como si poco importara lo que sintiera o decidiera que lo conoce totalmente. Era cierto que ello era chocante, pero al mismo tiempo ayudaba al proceso de cicatrización.
No hay punto de comparación entre Choi y Youngbae, de ninguna manera.
El primero se acercó con el fin de huir de sus propios sentimientos. Seunghyun mayor tenía un interés amoroso hacia Jiyong, pero era tal el respeto que intentó ahogar los sentimientos con él, tomándolo… seguramente, muchas veces, mientras le penetraba, Seung hyung pensaba que lo estaba haciendo con Jiyong. Ese pensamiento en lugar de lacerarle el alma, tan solo le provocó indignación. ¿Cómo era posible que hubiera permito tal bajeza? Definitivamente debió causar lástima. Mirando las cosas desde otra perspectiva, aquello había demasiado patético, aun estando enamorando o algo parecido. Porque tal vez, enamorado, realmente enamorado, no estaba. Fuera que tener la atención de uno de sus hyungs, un falso pilar al cual se aferró. Tal vez fue la lógica engañosa ¡Despertaba interés en Choi Seunghyun!
Youngbae, por otra parte, fue claro desde el inicio; “me gustas”. Y cuando lo hacen le exige que le mire a los ojos, le exige que gima su nombre… para asegurarse de que es consciente que con quien lo está haciendo es con él. No obstante, eso duele mucho. La falta de confianza, intentó ignorar el malestar que producía aquella actitud celosa, al pasar el tiempo se volvió en una herida. ¿Cómo se puede confiar en una persona así? Tampoco podía alejarse ya, era demasiado tarde, demasiado. El vínculo entre ellos dos afianzó el agarre arrojando una relación extraña y retorcida, casi enferma, en que los malos pensamientos, la inseguridad y la suspicacia espinaban el alma. Pudiera ser que estaba equivocado con el moreno, pero lo cierto era que, ya había comenzado a caminar por esa vereda espinosa, regresar no es lo suyo, no quedaba más remedio que continuar hasta el final.
Incluso, mientras piensa en él, su cuerpo comienza a reclamarlo, le pide emparejarse. Mordió sus labios, no era muy sano para Homie sentir su erección.
—¿No has comido aún? —La voz susurrante llegó cerca, muy cerca de su oído. Estuvo a casi nada de soltar un gemido, bajó el móvil apresuradamente para ocultar su galería de fotos secretas.
—Estamos esperándote.
—Es tarde, debes comer. —Se sentó frente a él, con esa mirada oscura escrutando cada uno de sus movimientos. Podría tomar eso como una provocación.
—Sí, resulta que estoy hambriento. —Sonrió coquetamente.
El mayor enarcó una ceja, recargando sus brazos sobre la mesa, inclinándose como queriendo alcanzar sus labios.
—Yo también estoy hambriento.
—Qué coincidencia.
—¿Verdad?
Youngbae se puso de pie, esperando que le imitara. Salieron de la agencia, y en autos separados, se dirigieron al apartamento de Dong, donde suelen tener sexo hasta el cansancio.
Apenas soportaron las ganas hasta cerrar el lujoso apartamento. El mayor atrapó entre sus poderosos brazos al otro, lo llevó consigo hasta la recamara, azotó la puerta para que Homie no irrumpiera.
—Estás muy ansioso. —Dijo Seungri sintiendo como las manos fueron directo a su trasero que fue apretado.
—Tú tienes una erección. —Demonios, cuando era tan directo sonaba tan jodidamente sexy. Al menos eso creía maknae.
—Ya sabes qué hacer, así que deja de jugar…
Las palabras se convirtieron en jadeos incoherentes, en gemidos lujuriosos y sonidos entrecortados. Los besos mordían presos de una febril furia de pasión, las manos arañaban buscando desesperadas obtener mayor esencia de su amante.
En una cama, intercambiaban posiciones no por luchar por la supremacía, si no por hacer divertido aquel encuentro.
Finalmente, el menor quedó arriba haciendo gruñir en satisfacción al otro por verle y sentirle empalarse. Las manos terminaron en los hombros morenos mientras intenta marcar un ritmo cadencioso. No puede dejar de verle, esos ojos oscuros, las manos fuertes que se deslizan por su cuerpo dejando estelas de escalofríos, elevando su temperatura, porque lo que más adora es su tacto, la calidez recorriendo su figura.
Pronto los movimientos se van acelerando, inevitablemente sus labios se buscan y encuentran, se sellan para impedir lejanía, gime dentro de la boca contraria, cierra los ojos experimentando el mayor placer de tener profundamente en sus entrañas a Youngbae, deleitarse mutuamente con el roce de sus pieles sudadas, con el líquido pre-seminal que su entrepierna libera.
Las manos sujetan con fuerza su trasero, masajean rudamente ambas caras, las abren más para intensificar las sensaciones de penetración, y él, solo puede aferrarse para no deshacerse sobre el moreno.
No sabía cómo, pero él tenía la magia de provocarle deliciosos espasmos de electricidad, el dolor y el placer se mezclaban, pero en un punto se fundían. No importaba cuan dolorido se hallara después, las ganas de continuar emparejándose con él seguían tan intensas, sofocantes y dejaban destellando en su pecho, una chispa de algo desconocido.
—¡Youngbae~! —Gimió al alcanzar el orgasmo. Su cuerpo se contrajo y en poco, percibió la eyaculación del mayor en su interior. Caliente, pegajoso y con el fuerte olor masculino.
Era realmente reconfortante ver la expresión de éxtasis total en su amante. Él le miró con gratitud por la pasión ofrecida. Ésta vez los ojos demoraron más en romper el magnetismo, descubriendo que no le era más incómodo. Considerando la posibilidad de que quizás, no podría vivir sin esos ojos oscuros llenos de ansias de cariño, justo como él.
Le ayudó para acomodarse a su lado. Desvió la mirada preocupado de que se notara lo idiota que se veía, no dijeron nada, el sueño se apoderó de su ser, resultado del esfuerzo ejercido.
Suaves golpes y ruidos desconocidos le despertaron, estaba arropado por las sábanas, pudo distinguir la silueta de Youngbae.
—¿Qué hora es…?
—Las cinco de la mañana.
—Es temprano… ¿Qué tanto haces? —Se giró para enredarse en la cama.
—Lo siento, pronto terminaré de hacer las maletas.
Aquello espabiló el sueño y poco a poco se incorporó curioso.
—¿Maletas?
—Sí, mi vuelo a Estados Unidos es en unas horas. Pronto vendrán por mí.
—¿Estados Unidos?
—Sí… —El mayor detuvo sus movimientos para disipar la sorpresa de la noticia.— Tengo agenda en el extranjero.
Escuchar esa noticia dejó un amargo sabor, no era tanto el hecho de que fuera al extranjero, sino que no le hubiera avisado antes.
—¿Cuántos días?
—Cinco.
Mordió sus labios, enojado porque apenas le estuviera dando la noticia, justo antes de que se marchara. Aquello le despertó incomodidad e hizo que su orgullo saliera en defensa de esa pequeña chispa que sufría la amenaza de quedar extinta.
—Oh, está bien. Ya buscaré con quien pasar el tiempo. —Soltó mordaz.
—No me cabe la menor duda.
La indiferencia del moreno tan solo alimentó la furia muda. Las ganas de desquitarse porque su orgullo, demasiado grande, le impedía olvidar los desplantes. No, en realidad, no eran esas nimiedades las que despertaban las emociones rabiosas… era el hecho de que Bae tuviera una doble actitud con él, primero le daba todo; le llenaba de detalles pero luego terminaba hiriéndole de alguna manera. Justo como el resto de la mierda del mundo que solo se acercaban para obtener un provecho acosta de él.
Tal como un día Choi lo hizo, al usarlo como escape, tal como cada maldita persona que conocía… Youngbae solo jugaba con él, aunque el muy cínico le mentía como si fuera una estúpida colegiala.
—Ya me conoces, yo no pierdo el tiempo.
Le dio la espalda, siendo la única respuesta el sonido de la puerta siendo cerrada.
—Idiota.
.
.
.
.
La vida en Estados Unidos no es tan diferente a la de Corea, quizás en Asia eran figuras públicas, importantes, pero en América, con las personas correctas, podías llegar muy lejos.
Así que la estancia de Taeyang no fue del todo como esperaba que fuera, iba a decadentes fiestas con productores, conoció a compositores, a bailarines y artistas.
Le ofrecieron alcohol, drogas, mujeres y hombres… sin embargo, lo que el más deseaba en esos momentos es a cierto hombre de piel blanca con ojeras, un hombre que por mucho que se esforzaran los extranjeros, no llegarían a su altura; Su seungri.
Bebió y consumió esas pequeñas pastillas, movido más por el coraje de imaginar a su amante en brazos de alguien. Entregando sus gemidos, y su cuerpo tibio a otras personas que no lo merecían.
Su orgullo le impidió realizar contacto alguno con maknae, no quería demostrarle que podía controlarlo a su antojo, que tenía pleno dominio de sus instintos y que dejaba de ser él mismo cuando su nombre era liberado en el aire.
Apretó las ganas de una llamada y borró cada mensaje no enviado. Tenía que ser fuerte y no dejarse llevar por las provocaciones.
Su móvil sonó, al ver la pantalla, el nombre de Seungri resplandecía, sin dudar presionó el botón de aceptar llamada.
“Y-Youngbae…” El sonido perturbador que le saludó fue un gemido.
—Seunghyun… —¡¿Qué demonios estaba haciendo?! Era oficial, estaba encabronándose
“ngh… ahh…”
—¿Se puede saber qué demonios estás haciendo? —Rezaba porque lo que estaba pensando no fuera verdad.
“D-Divirtiéndome… ngh… ahh” Si continuaba gimiendo él... su cuerpo comenzó a calentarse.
—¿Tenías que llamarme precisamente a mí? —Rabia, celos y deseo.
“Sí…ahhh…” El sonido de movimientos bruscos en la cama llegaron hasta su lado del teléfono.
—¿Quién es? ¿Mujer o… hombre? —Debería colgar, pero antes tenía que saber quién era. Qué zorra o hijo de puta se atrevió a tocar lo suyo.
“mhmm… ahhh…”
—Responde. —Estaba desesperándose al escuchar más gemidos por parte del menor que no provocaba él.
“A-Adivina…ngh…ahhh” Gemía pecaminosamente.
—Seunghyun…
“Ahhh… ahh… ngh…” Los sonidos continuaron, y parecían ir aumentando gradualmente.
—¿Acaso tu amante en turno no puede hacértelo bien que por eso me llamas? —¡Tenía que hacerlo hablar! ¿Quién mierda era el que tocaba en esos momentos a maknae?
“P-Puede ser… o q-quizás… des-eo… pre-sumir… ahmhmn…”
—¿Sabe que te gusta ser mordido? ¿Acaso sabe dónde tocarte? ¿Sabe dónde pasear la lengua para hacerte gemir?
“Youngbae…” Gimió su nombre.
—Yo sí sé lo que te gusta. Golpearía tu trasero, tomaría tu miembro y lo llevaría a la boca. —Decidió que haría correrse a Seungri, jugaría sucio, le haría saber al otro que maknae está tan acostumbrado a su manera de sexo que solo es el único para satisfacerlo.
“Ahmhnm… ahh…”
—Pasearía mi lengua sobre tu glande, te estimularía hasta que te corrieras. —Soltó mientras él mismo comienza a tocarse.
“D-Demo…nios… tu len-gua es tann genial…”
—Mordería tu cadera, tomaría un poco de tu esperma y te metería un dedo a tu interior. —Metió su mano dentro de los pantalones para dar inicio a su masturbación.
“Ahhh~ ahh~ ¿Q-Qué más…?”
—Cuando te hayas acostumbrado, te metería de golpe dos dedos más. Los movería de tal manera que gemirías de placer. —Comenzaba a disfrutar de esa llamada HOT.
“Oh… sí… ahhh”
—Dime su nombre. —Solicitó más calmo.
“S-sigue… ahh..ngh…”
—Te besaría profundamente. Mientras saco los dedos para penetrarte de una vez. —Su miembro apretaba y palpitaba recordando cómo se siente estar dentro de ese pasaje. Bombeó reviviendo las sensaciones húmedas y calientes.
El sonido de más movimientos en una cama, indicaban lo ruidosos que eran, seguramente el tipo no sabía darle el placer debidamente a Seungri.
“M-más…”
—Te lo haría rudo de principio a fin, como a ti te gusta. Te pondría de espaldas y darte por detrás también sería buena idea… eres tan estrecho, tan caliente. —Su mano se movió rápidamente, dejando sentir placer culposo.— Tomaría su miembro y lo masturbaría hasta que volvieras a correrte y gimieras mi nombre.
“Y-Youngbaee~~”
El gemido rasposo aunque corto, definitivamente reveló un orgasmo en Seungri. Dong también se corrió debido a su estimulación, aunque escuchar esa voz aportó mucho para alcanzar su éxtasis.
—Seunghyun… —Su ropa de marca estaba echa un lío, esos pantalones no los iba a volver a usar. Estaba caliente y necesitaba de más. No solo la voz, le urgía sentir el cuerpo, el aroma, la tibieza y el sabor.
“Ahh… tengo… que colgar… ahhh”
La llamada terminó súbitamente. Se dio el lujo de disfrutar todo el placer de esa retorcida experiencia. Le urgía llegar ya a Seúl, lo primero que haría sería hacerle el amor a Seungri hasta que olvidara su nombre… lo haría gemir, lo marcaría con sus dientes, lo iba a poseer hasta dejarle sin voz de tantos gemidos. Su propio nombre sería liberado a diversas escalas de sonido, y mientras duerme, se dará la tarea de descubrir qué maldito bastardo se atrevió a tocarlo.
Continuará..
----
NOTA DEL AUTOR:
MUCHAS GRACIAS X LEER!No olviden dejar un lindo comentario para que no muera este fic, si ustedes comentan y lo piden más, llegará a su final.
Ya saben, hagan sus apuestas:
¿Quién es el Fallen Angel?
Cuídense mucho para no enfermar!
:*
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Muchas Gracias por visitarme, y Vuelve Pronto!!!
^n^v