03-RUPTURA
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3-RUPTURA
Jiyong miraba jugar a
su hija, era una preciosa criatura de piel de porcelana, cabello oscuro y
lacio, mejillas sonrojadas y labios cereza… una belleza.
La miraba pero
realmente no ponía atención a lo que hacía, sabía que cuando había cometido un error
su consciencia lo torturaba hasta doblegarlo, había pasado ya una semana desde
el incidente mas ninguno de los Seunghyuns parecían tener la intención de dar
señales, en hacer alguna llamada ni contactar a los chicos. En su interior
latía un fuerte presentimiento, si no hacían algo, casi quince años de amistad
y hermandad serían tirados a la basura, más que el comeback de Bigbang, lo que
le estresaba era el hecho de que la confianza junto al lazo de fraternidad
quedara roto. Ellos no podían terminar así, y él, como aún líder del grupo
tenía que mover las piezas para ello.
Se levantó con la
mente clara, así que sacó el móvil y fue a la terraza de su casa para conversar
con mayor privacidad. El tratar de unir las piezas no le resultaría fácil pero ya
era momento de hacer algo.
--Hey, bro…
-La voz de Youngbae respondió casi al instante de marcar el número.
--Tienes que disculparte. –Soltó sin más.
--Así que todavía no se han comunicado. –Evadió la orden.
--Bae, somos amigos desde hace casi dos décadas. Las
cosas no pueden terminar de esa manera.
--Sí, hemos sido casi hermanos, pero por eso mismo
tenemos que ser honestos entre nosotros. Yo no quiero que mis hijos estén cerca
de ese niño.
--Se llama Jaemin, Bae. ¿Qué demonios te ocurrió?
--Éste siempre he sido yo. No sé de qué se sorprenden.
--¿Y entonces qué ha sido todo se teatro con Seunghyun?
--A él lo aprecio porque ha sido mi hyung… y porque es
el que menos tiempo pasa cerca de nuestros hijos. Es cierto que ha quedado como
tutor legal de su sobrino debido a la trágica muerte de su hermana, pero
también confío en él porque es educado. Lo de Seungri es injustificable, no le
pone ni la mínima atención a su hijo. ¿Sabes lo qué me dijo Hyerin? Jaemin ya
les había leído sobre el libro a ella y a Youngkyu. Y luego Youngkyu… no había
querido decirme sobre ello. Les he prohibido su amistad. Me preocupa, Youngkyu
es muy cercano al hijo de Seungri, lo quería como el hermanito que no pude
darle antes, estaban juntos casi todo el tiempo. Va a resentir la separación
pero mientras Seungri no haga algo al respecto me temo que no puedo hacer nada.
--Bae, ¿No crees que estás exagerando? Son solo niños y
no estás completamente seguro. Seunghyun tiene razón, es solo un cuento.
--Ji, tienes a Sunyoon, y Taeyong es un bebé aún. Pero
cuando crezcan entenderás mi preocupación. Me importa muy poco si estoy siendo
paranoico, más vale prevenir que lamentar. No quiero que Jaemin esté cerca de
mis hijos, no voy a disculparme por decir la verdad.
--¿Aunque con eso, Bigbang se separe?
--No me condiciones, Ji... no lo pienso hacer, antes
renuncio al grupo. Por dinero no voy a cambiar mis ideales.
--Piensa bien las cosas, Bae… porque cuando le estás
dando la espalda al grupo y botando la amistad de años… me estás dando la
espalda a mí también.
--Tú no eres mi amigo. Eres mi hermano y sé que no nos
separaremos.
--Analiza la situación, Bae… te quiero, pero a los
otros también.
--No te preocupes, Yongie… aunque esté distanciado de
los demás, seguirás siendo mi hermano.
La llamada fue
cortada desde el otro lado de la línea dejando un sabor amargo en Kwon que se
sentía entre la espada y la pared. Conocía a Bae lo suficiente como para saber que
su necedad y su paranoia iban a hacer imposible una reconciliación.
No podía obligar a su
casi hermano, si no tenía la iniciativa porque creía que sus convicciones eran
violentadas, debía respetarlo… y eso lo llevaba a él ¿Qué era lo que pensaba y
creía el gran GDragon?
Regresó a la
comodidad de su casa, la institutriz de Sunyoon había llegado ya que se
dirigían a la sala de estar para comenzar las clases de etiqueta. Tendría
apenas unos ocho años, pero su princesa debía estar educada bajo los protocolos
de una elegante mujer coreana. Mezclaba su educación, raíces asiáticas con
convicciones occidentales. Le enseñaba a ser dulce y flexible, pero no sumisa.
A ser una hermosa dama, no una muñeca.
Con sumo cuidado
salió, sin interrumpir las clases. Su esposa, le acompañó hasta la puerta donde
con una sonrisa le despidió. Aun recordaba cómo antes de anunciar la fecha de
su boda, su mujer había quedado embarazada provocando un revuelo la noticia
filtrada. Su madre casi lo mata por no haber sido cuidadoso, su padre le
felicitó… y los chicos siempre lo apoyaron.
Durante el camino
hizo una parada a una repostería de alta categoría, para llevar un pastel y un
vino. Se dirigió a la zona más costosa de Seúl, la zona más exclusiva. Las
villas que pasaba pertenecían a lo mejor de la sociedad surcoreana, el lugar
donde obviamente, Choi Seunghyun residiría, un lugar de la fama y prestigio,
sin embargo el actor habría elegido aquel complejo debido a la fuerte
seguridad.
Aparcó en el área de
visitas y descendió. Se sentía nervioso, no tenía ningún discurso en la mente
así que solo estaba ahí para tratar de hacer las paces con los demás, pero
antes de ir con Seungri necesitaba ir con Seunghyun. Caminó por la
perfectamente podada entrada y al llegar al portal, presionó el botón del
interlocutor.
--Buenas tardes, soy Jiyong y busco a Seunghyun.
--Oh, Jiyong… espera, enseguida te abro. –Esa conocida voz que no le pertenecía a su amigo le
recibió.
Mientras intentaba
improvisar un discurso, notó que las rejas eléctricas se desplazaron para
dejarle el paso libre hacía la residencia, inhaló profundamente antes de
avanzar pasando por el patio de pasto siempre verde mientras se desplazaba,
apenas pensaba en tocar nuevamente cuando la puerta fue abierta por una mujer
del servicio que le ofreció una reverencia de noventa grados.
--Por favor, pase al comedor, ahí lo atenderán. –Repuso la postura y aunque se ofreció a llevar los
paquetes que llevaba en mano, se negó.
El piso tapizado en mármol
italiano, la decoración pretenciosa, el aroma a lavanda, Ji no podía dejar de
sorprenderse de las remodelaciones a la villa de Seung. Ésta vez sentía que
entraba a un palacio europeo o algo así, seguramente el mayor se encontraba
influenciado en las corrientes artísticas de Francia.
--Buenas tardes, Jiyong-ah… realmente no esperaba tu
visita. –La persona que lo recibió era
un hombre hermoso que a pesar de vestir elegante el mandil de cocina en lugar
de hacerlo ver fuera de lugar no opacaba su estilo pues el accesorio más
impresionante que llevaba era su belleza que no se veía afectada por el tiempo.
--Hyung, lamento no haber avisado antes. Quise dar una
sorpresa.
--A Seunghyun le hará bien. –Sonrió, ¿Cómo un hombre podía ser terriblemente sexy
incluso con una simple sonrisa? Le vio desaparecer por una puerta que conectaba
con la cocina.-- Oh, por favor toma
asiento, lamento no recibirte como mereces, estoy terminando de hacer la
comida, ¿Te quedas a comer, cierto?
Kwon se sentía
hechizado con ese hombre, anteriormente cuando era invitado a comer, un “no”
era motivo suficiente para provocar una extraña ira en ese hermoso hombre de
mirada felina y sexy sonrisa, así que con el tiempo aprendió que la pregunta
solo era mera cortesía porque en realidad era una orden.
--Por supuesto, hyung… traje el postre y una botella de
vino dulce.
--¡Genial!
–Seductora, ronca y melodiosa así era su voz, no por nada en sus tiempos era
una de las voces más respetadas del medio porque aunque muy pocos supieran de
su relación, la pareja de Choi es un gran cantante.-- Seung-ah fue a recoger a Yeonjun de su clase de natación, no demorarán
en llegar.
--Está bien, hyung…
--Deja de decirme hyung, me siento un anciano con eso,
ya sabes cómo llamarme. –El hombre
regresó sin el mandil y tomó asiento a un lado, la mujer del servicio llevó un
poco de té y galletas.
--Lo siento, la costumbre. –No era el único que pasaba por lo mismo, sentirse
intimidado por la perfección de la pareja de Seunghyun, no era extraño que se
hubieran elegido como amantes fieles, porque Choi es un admirador de la belleza
y ese hombre que le sirve gentilmente es sin duda la belleza hecha humano.
--Vamos desapareciendo esa costumbre vieja. Como sea,
me da gusto que nos visites. –Deslizó
una taza de té humeante y un platito con galletas.
--Mhmm, el pastel y el vino necesitan refrigeración.
--Tienes razón.
–Se levantó con cierta gracia, tomó los paquetes y volvió a desaparecer por la
puerta de la cocina.-- Muchas gracias,
no te hubieras molestado. Tomaremos esto al final de la comida.
Volvió para sentarse,
Ji bebió el té para bajarse los nervios.
--¿Puedo ser indiscreto? –El hermoso hombre mordió uno de sus perfectos labios
en señal de timidez.-- ¿Sucedió algo
malo entre ustedes? Seung ha estado pensativo y no quise preguntarle. Lleva
días que está incómodo y se encierra en la habitación que usa de taller, me
preocupa.
Al escuchar eso, Ji
sintió un nudo en el estómago, bajó la mirada.
--Eso significa que vienes a arreglar el asunto. –El mayor dio por entendido su reacción.-- No importa que tan grave sea, sé que lo
arreglarán, son amigos de hace mucho tiempo. Necesitan hablarlo.
El optimismo de esa
persona era casi inocente, en el fondo también compartía ese deseo, no quería
que se dividieran y mucho menos que hubieran rencores.
--Gracias, yo también espero eso.
El sonido metálico
interrumpió el ambiente.
--Oh, parece que ya llegó, verás que tu visita le
pondrá contento. –El hombre se puso de
pie.-- Tú espera aquí, que sea una
sorpresa.
Pasaron minutos en
soledad en ese majestuoso comedor, seguía estando ansioso por lo que pudiera
ocurrir, era la primera vez en muchos años que se peleaban seriamente.
La vida de Seunghyun
había cambiado, desde que a su vida llegó su sobrino, él y su pareja habían
tenido que adaptarse a la nueva vida. El pequeño Yeonjun era consciente de su
pérdida, así que al inicio fue muy difícil comprender su nueva familia, el dulce
niño ahora era un adolescente un poco problemático que no sabía cómo canalizar
sus emociones.
--Jiyong… -La
voz de Seunghyun atrajo su atención, cuando ambos se miraron se quedaron en
silencio unos momentos. Se veía ligeramente sorprendido pero no parecía molesto
de algún modo.
--Hola, lamento no haber avisado…
--Descuida…
--Oh, bueno… primero comamos y después resolverán sus
asuntos pendientes. –El hermoso hombre
de cabellos ébano agregó antes de que el momento de silencio tenso
reapareciera.
La mesa fue puesta en
cuestión de tiempo, comenzaron a degustar la deliciosa comida después de que
bajara el adolescente que había heredado los rasgos característicos de los
Choi; la mirada profunda, los labios perfilados y la envidiable belleza. Tenía
el cabello corto como cualquier escolar, pero se notaba cierta rebeldía en la forma
de vestir, el negro con el rojo invitaban a la anarquía y aun así, en todo eso
se podía ver un estilo elegante propio de la aristocracia.
El ambiente fue
amenizado por la pareja de su hyung, Yeonjun había dejado de ser el niño
travieso para volverse un joven silencioso y frío pero que no podía ser grosero
con quienes forman parte ahora de su familia. El propio niño, que fue reconocido
en el hospital por Seunghyun se había arrojado a los brazos de su tío para no
soltarse, llorando libremente. Había presenciado el accidente automovilístico
con sus padres y él fue el único sobreviviente. El niño quiso irse con su tío
antes que sus demás familiares.
--Quiero ir a tu competencia.
--No creo que sea conveniente….
--No te preocupes por mí… me parece que el hijo de
Yoochun estará también participando. Nadie sospechará. Además, lo importante es
que Yeonjun esté acompañado, tú no podrás por tus compromisos con esa película.
--Yeon puede entender que la situación…
--Es cierto, no quiero ser una molestia.
--Molestia me van a provocar al negarme ir.
Jiyong solo observaba
contemplando una escena típica. Choi no quería que se supiera aun sobre su
pareja que también era una imagen pública, se empeñaba en mantener al margen
toda sospecha, hasta que el otro se salía con la suya.
--Aish, has lo que quieras Jaejoong.
Suspiró derrotado a
lo que el aludido sonrió triunfante.
--Ya no te enojes Hyunnie… vas a arrugarte. –Negó divertido del semblante hastiado. Tomó un poco
de carne en los palillos de plata y lo ofreció al otro.-- Estaré bien, tonto.
--Hay visitas…
-Siseó avergonzado el más joven de la estancia.
--Jiyong es de confianza.
Algo parecido al
alivio invadió su cuerpo al ver sonreír a Seunghyun, la tensión que flotaba
estaba diluyéndose.
--Por cierto, ¿Cómo está Taeyong?
--Está grande, ya le han salido todos los dientes.
--Ha pasado mucho tiempo desde que vinieron de visita a
casa. –Hizo un puchero Kim.-- Deberías traer el próximo fin de semana
a tu familia, haremos una parrillada para celebrar la victoria de Yeonjun.
--Todavía no sé si voy a ganar.
--No creo que te apoden “Poseidón” por nada, Jun. Eres
el Dios en el agua. Ganarás… puedes tomarlo como una motivación. Tienes que ganar
porque ya invité a varias personas a la fiesta. –Explicó al joven que fruncía los labios de la misma
manera que Seunghyun. El adulto se volvió al productor.-- Entonces, ¿Qué dices?
--Bueno…
Realmente no estaba
seguro de que se pudiera salvar la amistad. Aunque moría porque todo ese lío se
arreglara, lo cierto era que sabía cuan sensible era el actor en temas como lo
es la discriminación.
--Ven a casa Yongie.
La voz pacifica de su
hyung le sorprendió alimentando la esperanza de una reconciliación, puesto en
lugar de quedarse callado para dejarle todo el asunto en sus manos, Seung se lo
pidió. Sonrió sin poder evitarlo, como quien tiene la dulce emoción de ser
recibido con agrado a un hogar.
--Gracias, le diré a mi esposa. Nosotros traeremos
algo.
--Descuida, tengo todo planeado. –Jaejoong sonrió.-- No olvides invitar a los chicos, claro si ellos pueden pero sería
bueno.
Asintió por cortesía
viendo como el semblante de Choi decaía. El banquete llegó a su fin, sin que
los viejos amigos tomaran el postre, salieron a la terraza aprovechando que era
un día soleado y Jae les dejó el vino con una rebanada de pastel.
--Seung, yo…
--No esperaba verte... –Soltó el otro con los ojos enfocados en el atardecer.
--Perdónanos... Nunca fue nuestra intención de lastimarte.
Actuamos de manera vil, entiendo que unas simples palabras no bastan para
reparar el daño que causamos, pero en verdad estamos avergonzados.
--Jiyong, no soy Yang para que tengas que usar el
plural… Ji, solo estás tú. Habla solo por ti, así como lo dejó en claro Bae.
--Estoy seguro que los demás…
--Si en verdad quisieran disculparse, en este momento
estarían aquí. ¿No lo crees? –Finalmente
sus ojos se encontraron. Libre de todo orgullo, con el coraje completamente
amansado, Choi dejó ver al otro un agotamiento mental y una profunda tristeza.
--Lo siento, de verdad. Yo debí poner un alto a las
palabras groseras de mi mejor amigo y no lo hice. Debí detener la saña contra
Seungri… ha sido mi culpa.
El mayor se dedicó a
mirarle.
--Te fallé como amigo y como persona. Es solo que… -El escrutinio al que estaba siendo sometido le
produjo una terrible sensación de asfixia.-- …Soy una asquerosa persona.
Seung desvió la
mirada nuevamente contemplando los suaves rayos del sol y el crepúsculo que se
avecinaba.
--¡Demonios, Seunghyun! Dime algo que estoy realmente
estresado. Grítame, maldíceme, no sé… córreme de tu casa, pero… dime algo. –La desesperación le ganó.
Volvió a mirarle con
esos ojos profundos que parecen atravesar todo para analizar el alma de las
personas. Esa era una cualidad de Seunghyun, parecía poder ver el corazón de
las personas y quizás se debía a su interpretación del arte, que es un reflejo
de las emociones humanas.
--Seung…
--A mí no es quien debes pedir disculpas. –Finalmente habló.-- No, espera, sí me las deben porque fui yo quien terminó sufriendo la
ira de un panda sobreprotector. Deberías besar el suelo donde piso.
--¿Q-Qué…? Espera ¿Buscaste a Seungri el mismo día? –Quedó sorprendido.--
Seung… sabes bien que no debes buscarlo cuando acaba de salir de una pelea,
sabes que tiene una lengua muy suelta…
--Se me olvidó… y bueno, terminó diciendo… lo envié al
infierno.
--En parte siento que esto es culpa mía.
--Al menos él tiene intenciones disculparse, satura mi
bandeja con mensajes. Lo torturaré más.
--Seung…
--A todo esto ¿Qué pasa con el culpable?
--Conoces a Bae, no va a hacerlo.
--Más idiota no puede ser.
--Lo sé…
--No creo que el panda lo quiera ver en algún tiempo.
--¿Y qué hay sobre Daesung?
--Su esposa ingresó al hospital ayer… -Dijo con el semblante serio.-- …volvió a abortar…
--Tengo que ir a verlo.
--Tenemos que ir. Está pasando por momentos difíciles.
--¿Por qué no arrendan un vientre?
--Ya sabes cómo es Sora, está empeñada en engendrar o
no quiere hijos.
--Lo siento por él, ha tenido mucha paciencia. ¿Cuántos
van? ¿Tres bebés?
--Él está más preocupado por su salud más que tener un
hijo.
--No es para menos.
El mayor entregó una
copa al productor quien la aceptó, ambos dieron un generoso trago.
--Deberíamos comer el postre… Jae podría enfadarse por
desperdiciar la comida.
--Lo sé.
–Tomaron asiento y poco a poco, casi sin ganas fueron degustando el postre.-- ¿Eres feliz, Seung?
No necesitó que le
respondiera porque la sonrisa que se dibujó en los labios fue suficiente para
él.
--Yeonjun está aceptando a Jaejoong. Creo que lo
comienza a querer y eso me hace un poco feliz. Mi madre está contenta con eso.
--¿Cómo está tu madre?
--Bien, un poco delicada de salud pero es toda una
luchadora. No se rendirá. Jae dice que sería bueno que se mudara con nosotros,
yo pienso que sería lo mejor.
--Parece ser que Kim Jaejoong resultó todo lo que
necesitabas. Me siento feliz por ti.
--Tú siempre serás mi amor platónico, Ji. –Jugó el otro.-- Recuerda
que el “GTOP is Real”.
--Calla, ¿Quieres morir a manos de Jae?
--Oh, “Jae”… ya tenemos confianza. No sé si preocuparme
por eso.
--Sí, hyung… te lo voy a quitar. –Bromeó, recordando que en el pasado cuando solo se
especulaba, Seunghyun parecía un fanboy frente al ex vocalista de JYJ. Incapaz
de dar el paso para dejar de ser “un amigo más”, tuvo que pasar mucho tiempo
antes de animarse a una cita, pero desde esa cita fue que la relación brotó como
una pequeña flor.
--Ya veremos.
Carcajearon un poco
pero en la mente de Jiyong el asunto no estaba claro, y en el fondo aunque no
apetecía romper la burbuja, necesitaba aclarar los términos en que estaba su
relación. ¿Existía esperanza o debía lamentarse?
--Hyung… ¿Me perdonas por ser un cobarde y un mal
amigo?
Seunghyun retomó el
semblante frío, la sonrisa se borró para mirarle con ojos fijos.
--Eres un cobarde vil, no tanto como tu mejor amigo
pero lo eres. Y un pésimo amigo… Kwon Jiyong, soy gay, te he dejado entrar en
mi vida privada porque te he considerado una persona de alta confianza.
--Lo sé y por esto me siento como una mierda. -Severa, cortante y contundente, ese fue el tono de la
ronca voz que le regañó.
--He tenido suficiente con los prejuiciosos, como para
ahora tener que lidiar con falsos amigos, creí que esa etapa ya la había
superado. -La mirada se afiló
escrutando a su viejo amigo.-- No voy a
tolerar otro insulto más. Tengo derecho a exigir un trato justo, y desde este
momento te lo digo, el ser mi amigo representa tener “bolas”.
--Entiendo…
--Enviarlos al puto demonio como realmente deseo
hacerlo, sería comportarme como ustedes.
-Siseó, no era una advertencia, era una clara promesa.-- Sin embargo, somos humanos y nos equivocamos. Kwon Jiyong, te doy una
última y segunda oportunidad. Sabes bien que no soy de los que perdona
fácilmente… no lo arruines. Ya no eres un crío de veinte años.
Sonrió comprendiendo
claramente, atinó a asentir con la cabeza mientras sonreía aliviado. La
esperanza seguía viva.
--Bien, los otros tres se ganarán mi indulgencia cuando
la rueguen. -Sonrió petulante.-- Haré a un lado nuestras diferencias con
Daesung porque está pasando una situación seria, no obstante no significa que
está perdonado. Así que terminemos el postre mientras envías un mensaje al
resto y vayamos al hospital donde está hospitalizada la esposa de Dae.
--Sí.
Mientras el mayor
comía como un niño el dulce y bebía su copa, el otro deslizó rápidamente sus
dígitos para escribir un mensaje cuyo destinatario era: Dong Youngbae y Lee
Seunghyun.
“La esposa de Daesung ingresó al hospital ayer, es otro
aborto. Hagamos a un lado nuestras diferencias y brindemos el apoyo a Dae que
está viviendo un momento difícil. Los cinco tenemos una obligación moral al
menos por el respeto de un colega con el que convivimos más de quince años. La
dirección es…”
No recibió una
respuesta, el usuario de maknae aparecía como desconectado y Bae dejó en visto.
Cuando ingresaron a
la casa se despidieron y Ji se adelantó en lo que Choi se explicaba de manera
breve a su pareja su salida repentina.
Estaba poniéndose el
cinturón de seguridad cuando su móvil sonó, en la pantalla el contacto “Seungri
Panda” resplandecía.
--¿Dónde rayos
están? Me enteré sobre lo sucedido a Sora, estoy esperando desde anoche que
llegaran y nada. El problema es conmigo, ¿De acuerdo? Daesung está muy mal,
ella está en terapia intensiva. No puedo hacerme cargo de todo. No sean unos
malditos.
No importó la voz rabiosa,
ni las palabras nada gentiles que le dirigió una vez que aceptó la llamada,
porque para él, lo más importante fue saber por el propio Seungri, quien
debería estar fuertemente enojado, estuviera apoyando a Daesung.
--Seung y yo, vamos para allá. No seas insolente,
Seungri. Deberías revisar el maldito chat grupal… acabo de enviar un mensaje.
--Bueno, pero
apresúrense. Van a operar a Sora otra vez y aunque Daesung no parece importarle
su presencia, sé que los necesita.
--Ya vamos.
Un suspiró agotado
fue lo que ocurrió a continuación pero después el contacto terminó.
No todo estaba
perdido, quizás, aunque existan trozos rasgados, su lazo fraternal aun resistía
a una ruptura.
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CONTINUARÁ
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