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sábado, 26 de marzo de 2016

HABLEMOS DE AMOR 03

03-RUPTURA

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3-RUPTURA






Jiyong miraba jugar a su hija, era una preciosa criatura de piel de porcelana, cabello oscuro y lacio, mejillas sonrojadas y labios cereza… una belleza.

La miraba pero realmente no ponía atención a lo que hacía, sabía que cuando había cometido un error su consciencia lo torturaba hasta doblegarlo, había pasado ya una semana desde el incidente mas ninguno de los Seunghyuns parecían tener la intención de dar señales, en hacer alguna llamada ni contactar a los chicos. En su interior latía un fuerte presentimiento, si no hacían algo, casi quince años de amistad y hermandad serían tirados a la basura, más que el comeback de Bigbang, lo que le estresaba era el hecho de que la confianza junto al lazo de fraternidad quedara roto. Ellos no podían terminar así, y él, como aún líder del grupo tenía que mover las piezas para ello.

Se levantó con la mente clara, así que sacó el móvil y fue a la terraza de su casa para conversar con mayor privacidad. El tratar de unir las piezas no le resultaría fácil pero ya era momento de hacer algo.

--Hey, bro… -La voz de Youngbae respondió casi al instante de marcar el número.

--Tienes que disculparte. –Soltó sin más.

--Así que todavía no se han comunicado. –Evadió la orden.

--Bae, somos amigos desde hace casi dos décadas. Las cosas no pueden terminar de esa manera.

--Sí, hemos sido casi hermanos, pero por eso mismo tenemos que ser honestos entre nosotros. Yo no quiero que mis hijos estén cerca de ese niño.

--Se llama Jaemin, Bae. ¿Qué demonios te ocurrió?

--Éste siempre he sido yo. No sé de qué se sorprenden.

--¿Y entonces qué ha sido todo se teatro con Seunghyun?

--A él lo aprecio porque ha sido mi hyung… y porque es el que menos tiempo pasa cerca de nuestros hijos. Es cierto que ha quedado como tutor legal de su sobrino debido a la trágica muerte de su hermana, pero también confío en él porque es educado. Lo de Seungri es injustificable, no le pone ni la mínima atención a su hijo. ¿Sabes lo qué me dijo Hyerin? Jaemin ya les había leído sobre el libro a ella y a Youngkyu. Y luego Youngkyu… no había querido decirme sobre ello. Les he prohibido su amistad. Me preocupa, Youngkyu es muy cercano al hijo de Seungri, lo quería como el hermanito que no pude darle antes, estaban juntos casi todo el tiempo. Va a resentir la separación pero mientras Seungri no haga algo al respecto me temo que no puedo hacer nada.

--Bae, ¿No crees que estás exagerando? Son solo niños y no estás completamente seguro. Seunghyun tiene razón, es solo un cuento.

--Ji, tienes a Sunyoon, y Taeyong es un bebé aún. Pero cuando crezcan entenderás mi preocupación. Me importa muy poco si estoy siendo paranoico, más vale prevenir que lamentar. No quiero que Jaemin esté cerca de mis hijos, no voy a disculparme por decir la verdad.

--¿Aunque con eso, Bigbang se separe?

--No me condiciones, Ji... no lo pienso hacer, antes renuncio al grupo. Por dinero no voy a cambiar mis ideales.

--Piensa bien las cosas, Bae… porque cuando le estás dando la espalda al grupo y botando la amistad de años… me estás dando la espalda a mí también.

--Tú no eres mi amigo. Eres mi hermano y sé que no nos separaremos.

--Analiza la situación, Bae… te quiero, pero a los otros también.

--No te preocupes, Yongie… aunque esté distanciado de los demás, seguirás siendo mi hermano.

La llamada fue cortada desde el otro lado de la línea dejando un sabor amargo en Kwon que se sentía entre la espada y la pared. Conocía a Bae lo suficiente como para saber que su necedad y su paranoia iban a hacer imposible una reconciliación.

No podía obligar a su casi hermano, si no tenía la iniciativa porque creía que sus convicciones eran violentadas, debía respetarlo… y eso lo llevaba a él ¿Qué era lo que pensaba y creía el gran GDragon?

Regresó a la comodidad de su casa, la institutriz de Sunyoon había llegado ya que se dirigían a la sala de estar para comenzar las clases de etiqueta. Tendría apenas unos ocho años, pero su princesa debía estar educada bajo los protocolos de una elegante mujer coreana. Mezclaba su educación, raíces asiáticas con convicciones occidentales. Le enseñaba a ser dulce y flexible, pero no sumisa. A ser una hermosa dama, no una muñeca.

Con sumo cuidado salió, sin interrumpir las clases. Su esposa, le acompañó hasta la puerta donde con una sonrisa le despidió. Aun recordaba cómo antes de anunciar la fecha de su boda, su mujer había quedado embarazada provocando un revuelo la noticia filtrada. Su madre casi lo mata por no haber sido cuidadoso, su padre le felicitó… y los chicos siempre lo apoyaron.

Durante el camino hizo una parada a una repostería de alta categoría, para llevar un pastel y un vino. Se dirigió a la zona más costosa de Seúl, la zona más exclusiva. Las villas que pasaba pertenecían a lo mejor de la sociedad surcoreana, el lugar donde obviamente, Choi Seunghyun residiría, un lugar de la fama y prestigio, sin embargo el actor habría elegido aquel complejo debido a la fuerte seguridad.

Aparcó en el área de visitas y descendió. Se sentía nervioso, no tenía ningún discurso en la mente así que solo estaba ahí para tratar de hacer las paces con los demás, pero antes de ir con Seungri necesitaba ir con Seunghyun. Caminó por la perfectamente podada entrada y al llegar al portal, presionó el botón del interlocutor.

--Buenas tardes, soy Jiyong y busco a Seunghyun.

--Oh, Jiyong… espera, enseguida te abro. –Esa conocida voz que no le pertenecía a su amigo le recibió.

Mientras intentaba improvisar un discurso, notó que las rejas eléctricas se desplazaron para dejarle el paso libre hacía la residencia, inhaló profundamente antes de avanzar pasando por el patio de pasto siempre verde mientras se desplazaba, apenas pensaba en tocar nuevamente cuando la puerta fue abierta por una mujer del servicio que le ofreció una reverencia de noventa grados.

--Por favor, pase al comedor, ahí lo atenderán. –Repuso la postura y aunque se ofreció a llevar los paquetes que llevaba en mano, se negó.

El piso tapizado en mármol italiano, la decoración pretenciosa, el aroma a lavanda, Ji no podía dejar de sorprenderse de las remodelaciones a la villa de Seung. Ésta vez sentía que entraba a un palacio europeo o algo así, seguramente el mayor se encontraba influenciado en las corrientes artísticas de Francia.

--Buenas tardes, Jiyong-ah… realmente no esperaba tu visita. –La persona que lo recibió era un hombre hermoso que a pesar de vestir elegante el mandil de cocina en lugar de hacerlo ver fuera de lugar no opacaba su estilo pues el accesorio más impresionante que llevaba era su belleza que no se veía afectada por el tiempo.

--Hyung, lamento no haber avisado antes. Quise dar una sorpresa.

--A Seunghyun le hará bien. –Sonrió, ¿Cómo un hombre podía ser terriblemente sexy incluso con una simple sonrisa? Le vio desaparecer por una puerta que conectaba con la cocina.-- Oh, por favor toma asiento, lamento no recibirte como mereces, estoy terminando de hacer la comida, ¿Te quedas a comer, cierto?

Kwon se sentía hechizado con ese hombre, anteriormente cuando era invitado a comer, un “no” era motivo suficiente para provocar una extraña ira en ese hermoso hombre de mirada felina y sexy sonrisa, así que con el tiempo aprendió que la pregunta solo era mera cortesía porque en realidad era una orden.

--Por supuesto, hyung… traje el postre y una botella de vino dulce.

--¡Genial! –Seductora, ronca y melodiosa así era su voz, no por nada en sus tiempos era una de las voces más respetadas del medio porque aunque muy pocos supieran de su relación, la pareja de Choi es un gran cantante.-- Seung-ah fue a recoger a Yeonjun de su clase de natación, no demorarán en llegar.

--Está bien, hyung…

--Deja de decirme hyung, me siento un anciano con eso, ya sabes cómo llamarme. –El hombre regresó sin el mandil y tomó asiento a un lado, la mujer del servicio llevó un poco de té y galletas.

--Lo siento, la costumbre. –No era el único que pasaba por lo mismo, sentirse intimidado por la perfección de la pareja de Seunghyun, no era extraño que se hubieran elegido como amantes fieles, porque Choi es un admirador de la belleza y ese hombre que le sirve gentilmente es sin duda la belleza hecha humano.

--Vamos desapareciendo esa costumbre vieja. Como sea, me da gusto que nos visites. –Deslizó una taza de té humeante y un platito con galletas.

--Mhmm, el pastel y el vino necesitan refrigeración.

--Tienes razón. –Se levantó con cierta gracia, tomó los paquetes y volvió a desaparecer por la puerta de la cocina.-- Muchas gracias, no te hubieras molestado. Tomaremos esto al final de la comida.

Volvió para sentarse, Ji bebió el té para bajarse los nervios.

--¿Puedo ser indiscreto? –El hermoso hombre mordió uno de sus perfectos labios en señal de timidez.-- ¿Sucedió algo malo entre ustedes? Seung ha estado pensativo y no quise preguntarle. Lleva días que está incómodo y se encierra en la habitación que usa de taller, me preocupa.

Al escuchar eso, Ji sintió un nudo en el estómago, bajó la mirada.

--Eso significa que vienes a arreglar el asunto. –El mayor dio por entendido su reacción.-- No importa que tan grave sea, sé que lo arreglarán, son amigos de hace mucho tiempo. Necesitan hablarlo.

El optimismo de esa persona era casi inocente, en el fondo también compartía ese deseo, no quería que se dividieran y mucho menos que hubieran rencores.

--Gracias, yo también espero eso.

El sonido metálico interrumpió el ambiente.

--Oh, parece que ya llegó, verás que tu visita le pondrá contento. –El hombre se puso de pie.-- Tú espera aquí, que sea una sorpresa.

Pasaron minutos en soledad en ese majestuoso comedor, seguía estando ansioso por lo que pudiera ocurrir, era la primera vez en muchos años que se peleaban seriamente.

La vida de Seunghyun había cambiado, desde que a su vida llegó su sobrino, él y su pareja habían tenido que adaptarse a la nueva vida. El pequeño Yeonjun era consciente de su pérdida, así que al inicio fue muy difícil comprender su nueva familia, el dulce niño ahora era un adolescente un poco problemático que no sabía cómo canalizar sus emociones.


--Jiyong… -La voz de Seunghyun atrajo su atención, cuando ambos se miraron se quedaron en silencio unos momentos. Se veía ligeramente sorprendido pero no parecía molesto de algún modo.

--Hola, lamento no haber avisado…

--Descuida…

--Oh, bueno… primero comamos y después resolverán sus asuntos pendientes. –El hermoso hombre de cabellos ébano agregó antes de que el momento de silencio tenso reapareciera.

La mesa fue puesta en cuestión de tiempo, comenzaron a degustar la deliciosa comida después de que bajara el adolescente que había heredado los rasgos característicos de los Choi; la mirada profunda, los labios perfilados y la envidiable belleza. Tenía el cabello corto como cualquier escolar, pero se notaba cierta rebeldía en la forma de vestir, el negro con el rojo invitaban a la anarquía y aun así, en todo eso se podía ver un estilo elegante propio de la aristocracia.

El ambiente fue amenizado por la pareja de su hyung, Yeonjun había dejado de ser el niño travieso para volverse un joven silencioso y frío pero que no podía ser grosero con quienes forman parte ahora de su familia. El propio niño, que fue reconocido en el hospital por Seunghyun se había arrojado a los brazos de su tío para no soltarse, llorando libremente. Había presenciado el accidente automovilístico con sus padres y él fue el único sobreviviente. El niño quiso irse con su tío antes que sus demás familiares.

--Quiero ir a tu competencia.

--No creo que sea conveniente….

--No te preocupes por mí… me parece que el hijo de Yoochun estará también participando. Nadie sospechará. Además, lo importante es que Yeonjun esté acompañado, tú no podrás por tus compromisos con esa película.

--Yeon puede entender que la situación…

--Es cierto, no quiero ser una molestia.

--Molestia me van a provocar al negarme ir.

Jiyong solo observaba contemplando una escena típica. Choi no quería que se supiera aun sobre su pareja que también era una imagen pública, se empeñaba en mantener al margen toda sospecha, hasta que el otro se salía con la suya.


--Aish, has lo que quieras Jaejoong.

Suspiró derrotado a lo que el aludido sonrió triunfante.

--Ya no te enojes Hyunnie… vas a arrugarte. –Negó divertido del semblante hastiado. Tomó un poco de carne en los palillos de plata y lo ofreció al otro.-- Estaré bien, tonto.

--Hay visitas… -Siseó avergonzado el más joven de la estancia.

--Jiyong es de confianza.

Algo parecido al alivio invadió su cuerpo al ver sonreír a Seunghyun, la tensión que flotaba estaba diluyéndose.

--Por cierto, ¿Cómo está Taeyong?

--Está grande, ya le han salido todos los dientes.

--Ha pasado mucho tiempo desde que vinieron de visita a casa. –Hizo un puchero Kim.-- Deberías traer el próximo fin de semana a tu familia, haremos una parrillada para celebrar la victoria de Yeonjun.

--Todavía no sé si voy a ganar.

--No creo que te apoden “Poseidón” por nada, Jun. Eres el Dios en el agua. Ganarás… puedes tomarlo como una motivación. Tienes que ganar porque ya invité a varias personas a la fiesta. –Explicó al joven que fruncía los labios de la misma manera que Seunghyun. El adulto se volvió al productor.-- Entonces, ¿Qué dices?

--Bueno…

Realmente no estaba seguro de que se pudiera salvar la amistad. Aunque moría porque todo ese lío se arreglara, lo cierto era que sabía cuan sensible era el actor en temas como lo es la discriminación.

--Ven a casa Yongie.

La voz pacifica de su hyung le sorprendió alimentando la esperanza de una reconciliación, puesto en lugar de quedarse callado para dejarle todo el asunto en sus manos, Seung se lo pidió. Sonrió sin poder evitarlo, como quien tiene la dulce emoción de ser recibido con agrado a un hogar.

--Gracias, le diré a mi esposa. Nosotros traeremos algo.

--Descuida, tengo todo planeado. –Jaejoong sonrió.-- No olvides invitar a los chicos, claro si ellos pueden pero sería bueno.

Asintió por cortesía viendo como el semblante de Choi decaía. El banquete llegó a su fin, sin que los viejos amigos tomaran el postre, salieron a la terraza aprovechando que era un día soleado y Jae les dejó el vino con una rebanada de pastel.


--Seung, yo…

--No esperaba verte... –Soltó el otro con los ojos enfocados en el atardecer.

--Perdónanos... Nunca fue nuestra intención de lastimarte. Actuamos de manera vil, entiendo que unas simples palabras no bastan para reparar el daño que causamos, pero en verdad estamos avergonzados.

--Jiyong, no soy Yang para que tengas que usar el plural… Ji, solo estás tú. Habla solo por ti, así como lo dejó en claro Bae.

--Estoy seguro que los demás…

--Si en verdad quisieran disculparse, en este momento estarían aquí. ¿No lo crees? –Finalmente sus ojos se encontraron. Libre de todo orgullo, con el coraje completamente amansado, Choi dejó ver al otro un agotamiento mental y una profunda tristeza.

--Lo siento, de verdad. Yo debí poner un alto a las palabras groseras de mi mejor amigo y no lo hice. Debí detener la saña contra Seungri… ha sido mi culpa.

El mayor se dedicó a mirarle.

--Te fallé como amigo y como persona. Es solo que… -El escrutinio al que estaba siendo sometido le produjo una terrible sensación de asfixia.-- …Soy una asquerosa persona.

Seung desvió la mirada nuevamente contemplando los suaves rayos del sol y el crepúsculo que se avecinaba.

--¡Demonios, Seunghyun! Dime algo que estoy realmente estresado. Grítame, maldíceme, no sé… córreme de tu casa, pero… dime algo. –La desesperación le ganó.

Volvió a mirarle con esos ojos profundos que parecen atravesar todo para analizar el alma de las personas. Esa era una cualidad de Seunghyun, parecía poder ver el corazón de las personas y quizás se debía a su interpretación del arte, que es un reflejo de las emociones humanas.

--Seung…

--A mí no es quien debes pedir disculpas. –Finalmente habló.-- No, espera, sí me las deben porque fui yo quien terminó sufriendo la ira de un panda sobreprotector. Deberías besar el suelo donde piso.

--¿Q-Qué…? Espera ¿Buscaste a Seungri el mismo día? –Quedó sorprendido.-- Seung… sabes bien que no debes buscarlo cuando acaba de salir de una pelea, sabes que tiene una lengua muy suelta…

--Se me olvidó… y bueno, terminó diciendo… lo envié al infierno.

--En parte siento que esto es culpa mía.

--Al menos él tiene intenciones disculparse, satura mi bandeja con mensajes. Lo torturaré más.

--Seung…

--A todo esto ¿Qué pasa con el culpable?

--Conoces a Bae, no va a hacerlo.

--Más idiota no puede ser.

--Lo sé…

--No creo que el panda lo quiera ver en algún tiempo.

--¿Y qué hay sobre Daesung?

--Su esposa ingresó al hospital ayer… -Dijo con el semblante serio.-- …volvió a abortar…

--Tengo que ir a verlo.

--Tenemos que ir. Está pasando por momentos difíciles.

--¿Por qué no arrendan un vientre?

--Ya sabes cómo es Sora, está empeñada en engendrar o no quiere hijos.

--Lo siento por él, ha tenido mucha paciencia. ¿Cuántos van? ¿Tres bebés?

--Él está más preocupado por su salud más que tener un hijo.

--No es para menos.

El mayor entregó una copa al productor quien la aceptó, ambos dieron un generoso trago.

--Deberíamos comer el postre… Jae podría enfadarse por desperdiciar la comida.

--Lo sé. –Tomaron asiento y poco a poco, casi sin ganas fueron degustando el postre.-- ¿Eres feliz, Seung?

No necesitó que le respondiera porque la sonrisa que se dibujó en los labios fue suficiente para él.

--Yeonjun está aceptando a Jaejoong. Creo que lo comienza a querer y eso me hace un poco feliz. Mi madre está contenta con eso.

--¿Cómo está tu madre?

--Bien, un poco delicada de salud pero es toda una luchadora. No se rendirá. Jae dice que sería bueno que se mudara con nosotros, yo pienso que sería lo mejor.

--Parece ser que Kim Jaejoong resultó todo lo que necesitabas. Me siento feliz por ti.

--Tú siempre serás mi amor platónico, Ji. –Jugó el otro.-- Recuerda que el “GTOP is Real”.

--Calla, ¿Quieres morir a manos de Jae?

--Oh, “Jae”… ya tenemos confianza. No sé si preocuparme por eso.

--Sí, hyung… te lo voy a quitar. –Bromeó, recordando que en el pasado cuando solo se especulaba, Seunghyun parecía un fanboy frente al ex vocalista de JYJ. Incapaz de dar el paso para dejar de ser “un amigo más”, tuvo que pasar mucho tiempo antes de animarse a una cita, pero desde esa cita fue que la relación brotó como una pequeña flor.

--Ya veremos.

Carcajearon un poco pero en la mente de Jiyong el asunto no estaba claro, y en el fondo aunque no apetecía romper la burbuja, necesitaba aclarar los términos en que estaba su relación. ¿Existía esperanza o debía lamentarse?

--Hyung… ¿Me perdonas por ser un cobarde y un mal amigo?

Seunghyun retomó el semblante frío, la sonrisa se borró para mirarle con ojos fijos.

--Eres un cobarde vil, no tanto como tu mejor amigo pero lo eres. Y un pésimo amigo… Kwon Jiyong, soy gay, te he dejado entrar en mi vida privada porque te he considerado una persona de alta confianza.

--Lo sé y por esto me siento como una mierda. -Severa, cortante y contundente, ese fue el tono de la ronca voz que le regañó.

--He tenido suficiente con los prejuiciosos, como para ahora tener que lidiar con falsos amigos, creí que esa etapa ya la había superado. -La mirada se afiló escrutando a su viejo amigo.-- No voy a tolerar otro insulto más. Tengo derecho a exigir un trato justo, y desde este momento te lo digo, el ser mi amigo representa tener “bolas”.

--Entiendo…

--Enviarlos al puto demonio como realmente deseo hacerlo, sería comportarme como ustedes. -Siseó, no era una advertencia, era una clara promesa.-- Sin embargo, somos humanos y nos equivocamos. Kwon Jiyong, te doy una última y segunda oportunidad. Sabes bien que no soy de los que perdona fácilmente… no lo arruines. Ya no eres un crío de veinte años.

Sonrió comprendiendo claramente, atinó a asentir con la cabeza mientras sonreía aliviado. La esperanza seguía viva.

--Bien, los otros tres se ganarán mi indulgencia cuando la rueguen. -Sonrió petulante.-- Haré a un lado nuestras diferencias con Daesung porque está pasando una situación seria, no obstante no significa que está perdonado. Así que terminemos el postre mientras envías un mensaje al resto y vayamos al hospital donde está hospitalizada la esposa de Dae.

--Sí.

Mientras el mayor comía como un niño el dulce y bebía su copa, el otro deslizó rápidamente sus dígitos para escribir un mensaje cuyo destinatario era: Dong Youngbae y Lee Seunghyun.


“La esposa de Daesung ingresó al hospital ayer, es otro aborto. Hagamos a un lado nuestras diferencias y brindemos el apoyo a Dae que está viviendo un momento difícil. Los cinco tenemos una obligación moral al menos por el respeto de un colega con el que convivimos más de quince años. La dirección es…”


No recibió una respuesta, el usuario de maknae aparecía como desconectado y Bae dejó en visto.

Cuando ingresaron a la casa se despidieron y Ji se adelantó en lo que Choi se explicaba de manera breve a su pareja su salida repentina.

Estaba poniéndose el cinturón de seguridad cuando su móvil sonó, en la pantalla el contacto “Seungri Panda” resplandecía.

--¿Dónde rayos están? Me enteré sobre lo sucedido a Sora, estoy esperando desde anoche que llegaran y nada. El problema es conmigo, ¿De acuerdo? Daesung está muy mal, ella está en terapia intensiva. No puedo hacerme cargo de todo. No sean unos malditos.

No importó la voz rabiosa, ni las palabras nada gentiles que le dirigió una vez que aceptó la llamada, porque para él, lo más importante fue saber por el propio Seungri, quien debería estar fuertemente enojado, estuviera apoyando a Daesung.

--Seung y yo, vamos para allá. No seas insolente, Seungri. Deberías revisar el maldito chat grupal… acabo de enviar un mensaje.

--Bueno, pero apresúrense. Van a operar a Sora otra vez y aunque Daesung no parece importarle su presencia, sé que los necesita.

--Ya vamos.

Un suspiró agotado fue lo que ocurrió a continuación pero después el contacto terminó.

No todo estaba perdido, quizás, aunque existan trozos rasgados, su lazo fraternal aun resistía a una ruptura.
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CONTINUARÁ     

1 comentario:

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