09-ESTIGMAS
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09-ESTIGMAS
Todos los jóvenes de
su edad saben que no pueden confiar en los adultos porque éstos no saben
guardar secretos, cuanto menos lo esperes ellos ya están hablando de él porque
consideran “incorrecto” mantenerlo guardado. En cambio, los chicos de tu edad
saben guardar secretos, cuando les conviene.
Así como Souma
Michiru, a quien no le convenía guardar el secreto sobre sus preferencias… no
es que de la noche a la mañana hubiera soltado todo delante de la clase o haya ido
con los editores del periódico escolar para que fuera publicado al día
siguiente. En absoluto, en realidad fue un proceso paulatino –no por ello más
agradable-, casi se podía adivinar cómo había ocurrido; Michiru fue mal
aconsejada por una “amiga” suya, destilando su veneno al ver que Choi EunHye
fuera la única mujer con la que se podía decir que tenía contacto “íntimo” (¿Y
cómo no lo iba a ser si es casi su hermana gemela separada al nacer y es hija
del tío Jonghun?).
Desde ese momento su
vida escolar era una especie de montaña rusa… había días en que nadie le ponía
atención, y otras en las que…
--No deberían dejar a Lee seguir practicando soccer,
piénselo, seguro se toca en los vestuarios al vernos… Qué asco, no quiero estar
cerca, compartir espacio con un… MARICA.
--Ya lo pensaba yo, es tan raro… su comportamiento
durante las clases, su cara de niña… porque es uno de “ESOS”… ¡Muerde
almohadas!
--Seguro que le encantan que le den por detrás. ¿No es
así, Lee?
Cuando las ganas de
matar a alguien se elevaban a niveles sumamente peligrosos, tiende a
simplemente dar la vuelta. No sería bueno partirle la cara a esos hijos de
“papi” y menos meterse en problemas.
--Si Lee no se defiende es porque todo lo que decimos
es verdad.
No baja la mirada,
pero aprieta la mandíbula para contener la creciente rabia. El repudio total
hacia la discriminación. Ese amargo sabor que ya había sentido antes… cuando su
madre se encargaba de recordarle que era un monstruo.
A lo lejos pudo ver a
la culpable de todo, quien se mostraba un poco más arrepentida aunque realmente
no tuviera intenciones de defenderle, siempre era así, a la persona que sufre
acoso nadie la defiende.
--¿Tienes celos, Sakamoto-kun?
Y esa voz de futura
cantante de Visual Kei, era Choi EunHye quien intervenía en lo referente a su
persona.
--¡Oh! ¿No tienes las suficientes “bolas” para
defenderte que una falda tiene qué hacerlo, Lee? –Sakamoto Touya miró con desdén a la chica y soltó
mordaz su insulto.
--¿Qué dices? A Lee le encanta lamer “bolas”.
--Ay, por Dios… ustedes son tan patéticos. Por eso no
consiguen ninguna novia o se avergüenzan de ustedes, ¿No es así Oyamada-kun?
Una sonrisa se quiso
deslizar por sus labios, su “prima” definitivamente tenía una boca venenosa.
--¡Cállate, Lesbiana!
Entonces, Jaemin decidió
que había sido suficiente. Dio media vuelta y regresó hacia los tipos.
--Discúlpate con ella. –Soltó serio.
--Uy, qué miedo. La marica haciéndose el fuerte.
--¿No escuchaste? Discúlpate con ella.
--¿Y si no lo hago qué? ¿Le dirás a “papi” que me haga
tragar las palabras con su dinero?
--Soy tan capaz de partirte las “bolas” con mis propias
manos. Discúlpate con ella. AHORA.
--No, vamos, Jaeminie… no tiene caso.
Eunhye tiró de su
brazo para alejarlo de los problemas, ella conocía sus capacidades y cómo éstas
podían ser aprovechadas de manera oscura.
--Discúlpate.
--No. Ella es una lesbina por andar contigo. Los raros
como Ust…
Su puño izquierdo se
estampó en el rostro de Sakamoto Touya, hijo de uno de los presidentes de una
corporación que trabajaba con papá. Sin embargo, no lo pudo evitar… golpearlo
por ser un cobarde que insulta a mujeres.
El aludido retrocedió
mientras los amigos se pusieron en posición de combate.
--¡Maldita perra! ¿Cómo te atreviste a tocarme con tus
sucias manos?
--Sí, soy gay.
–Confrontó de manera ronca.- Pero eso no
te da derecho a insultarme.
Ni siquiera escuchó a
su prima en su vano intento por detenerle, se le fue encima al otro chico que
había dejado de ser Sakamoto Touya para volverse la única persona de la que
jamás pudo defenderse, sino que al contrario, se dejó herir a tal punto de
herir a papá. Su madre.
Estrelló los puños
con rabia. Su cuerpo se contorsionó en las técnicas de Juijitsu. Levantó y tiró
con furia muda. No fue consciente del momento en que el resto se le fue encima
a golpes para intentar hacerle soltar a su verdugo… no se dio cuenta que en ese
momento el pobre chico que apenas practicaba kendo se había vuelto un indefenso
gatito a su merced.
--¡Jae, Suéltalo! ¡Lo estás lastimando! ¡Jaemin!
Escuchaba pero no
entendía ¿Por qué lo hacía? ¿No había sido ese sujeto el que la había insultado
de manera vil? ¿No había sido un patán con la chica más dulce del instituto?
¿De qué lado estaba?
Sintió los puntapiés
a su costado, los puños en su cabeza. Pero sus ojos solamente estaban en el
objetivo.
“El rostro, no” su
mente le recordó que si llegara a casa con una pequeña lesión papá preguntaría,
y tan sobreprotector como es seguramente investigaría todo. Él no tenía por qué
lidiar con estos idiotas.
Después de
estrellarlo contra la pared, decidió encargarse de las molestias a su espalda.
Lo bueno de ser
pequeño se veía en la facilidad de evitar al oponente, de ser subestimado y utilizar
la fuerza del otro en su contra, sin embargo también era una desventaja contra
unos tipos más altos que él porque le volvía una presa fácil. Un chico lo
sujetó de la espalda, otro de su brazo izquierdo.
--La marica tiene fuerza.
Los miró forcejeando
para liberarse, los otros le sostenía mientas Sakamoto permanecía en la pared
mirándole entre el rencor y el miedo.
Un puño terminó en su
rostro, sintió el aturdimiento que deja un golpe en la cabeza y en sus labios
saboreó el sabor metálico de la sangre. Otro golpe se atestó, ésta vez contra
su estómago ahogándolo un poco.
--¡Déjenlo! ¡Váyanse! ¡Ya basta!
Eunhye empujó al
golpeador que apenas se movió. Éste se volvió a ella, y… como suele suceder en
medio de una pelea donde la testosterona corre por el flujo sanguíneo… desconoces
al enemigo, la atacó azotando una bofetada.
Su prima cayó al
suelo, asustada porque fuera la primera vez que un chico le golpeara sobretodo
en el rostro. Las lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas intentando
canalizar el miedo. Eunhye es una chica, por muy valiente que fuera… seguía
siendo una mujer que no podía compararse contra la fuerza bruta de un hombre.
Un miedo se instaló
en el fondo de su ser… por sus descuidos, Eun había salido lastimada. Si no
hubiera hecho caso a las burlas, si hubiera ignorado…
Se sintió culpable,
¿Con qué cara podría mirar a su tío y a su padre cuando vieran el rostro
lastimado de Eunhye? Tan noble y dulce. Tan gentil…
Comenzó a halar con
violencia a sus captores. Necesitaba sacar a su amiga de ahí.
A veces, el miedo es
el peor consejero.
Sintió en su pecho un
dolor muy fuerte, por el miedo que saboreó al ver siendo lastimada una persona
muy querida. Sentía los ojos húmedos por un llanto desconocido, entre terror,
impotencia y odio. Sabía que si no hacía algo pronto, ella podría ser lastimada
gravemente.
Su izquierda es muy
poderosa, sin embargo, su derecha lo es igual. Nadie lo podía adivinar más que
sus entrenadores, es ambidiestro. Esto bastó para poder soltarse del agarre en
que fue prisionero le proveería la ventaja de tomar a Eunhye buscando un lugar
seguro.
Sin embargo, no todo
sale como se espera porque antes de siquiera llegar ante su prima volvió a ser
atajado por las manos fuertes de sus contrincantes que eran una cabeza más alta
que él. Ellos quizá no eran expertos deportistas pero si eran más altos, más
fuertes, y contaban con la masa muscular de la que carecía lo suficiente para
dañarlo. De eso era consciente.
--Chicos, ¿Podrían explicarme por qué están golpeando a
mi mejor defensa?
La poderosa voz del
capitán del equipo de soccer del colegio Hatsumishi Setsuya, un sempai del
primer grupo.
Miraron al recién
llegado, el cabello negro revuelto daba un aire despreocupado aunque era un
demonio al momento de entrenar a los chicos.
--Sempai…
--Luego platicaré con ustedes, así que… largo. –La orden salió en forma de un gruñido que los
acosadores no dudaron en obedecer. No era común ver enojado al capitán y
obviamente nadie querría sentir su enojo.
Los cuatro chicos
salieron corriendo; Takeda Hiroshi, Futada Mamoru, Oyamada Tsukasa y Sakamoto
Touya.
--Sempai…
--¿Cómo fue que mi mejor defensa involucró a una
hermosa chica en una pelea callejera?
–Setsuya fue a atender a Eunhye que avergonzada por haber sido vista llorando
ocultó su rostro para limpiar su rostro.- Vas
a lastimarte más.
--Disculpe las molestias.
--Tienes que ir a denunciarlos, no dejes pasar esto.
--Gracias… si usted no hubiera llegado hubieran
lastimado más a Jae-kun. –Después de
ayudarle a ponerse de pie hizo una reverencia.
--¿Cómo es que te pones a pensar en Lee-kun cuando la
que corre más peligro eres tú?
--Es mi primo…
--Vamos, necesitan ir a la enfermería y luego a
denunciarlos.
--Sempai, yo creo que…
--No teman. Yo les acompañaré y seré su testigo.
Jaemin mordió sus
labios, impotente de no haber podido defender a Eun cuya mejilla estaba roja.
Por otra parte, tenía el rostro lastimado y, estaba en problemas porque el
sempai no dejaría pasar el suceso.
En la enfermería la
doctora les atendió, hizo muchas preguntas…
--Oyamada Tsukasa me golpeó y Jaemin me defendió. –Antes de siguiera pensar en una coartada, Eunhye puso
su rostro más indefenso para terminar diciendo aquello.
--¡¿Q-Qué…?!
--Es que me estaba molestando junto a sus amigos,
estaba sola… intenté detenerlos, pero me golpearon el rostro. –Comenzó a llorar frente a la doctora.- Ellos me molestan mucho, porque soy
surcoreana… Jaemin los descubrió y me defendió, luego llegó sempai quien
finalmente hizo que los otros se alejaran.
Si había algo que
temer de Choi Eunhye era su capacidad para actuar, no por nada era la número
uno en el club de teatro. Sus habilidades eran sorprendentes. Acaba de torcer
la historia.
Jaemin solo podía ver
aquello sin saber el momento adecuado para intervenir y desmentir, porque la
intención de su prima era protegerlo –los adultos no son confiables- y hacer
quedar mal a los abusadores.
--¡Quiero que papá venga por mí! –La forma tan desgarradora en que dijo aquello
conmovió a la profesional.- ¡No quiero
seguir más en esta escuela!
--Tranquila, no te preocupes, llamaré al director de la
escuela. Jaemin, no te muevas.
Continuó llorando.
--Lee Jaemin-kun, pensé que fuiste el que provocó la
pelea, pero veo que solo defendiste a Choi, muy bien. –Se dirigió a la puerta.- No se preocupen, yo me haré cargo que nadie les vuelva a molestar.
El consultorio se
quedó en silencio cuando la puerta fue cerrada.
--¿Qué has hecho…? Sabes que es mentira.
--Lo mínimo que merecen esos idiotas. Nadie golpea a mi
primo ni mucho menos mi hermoso rostro y vive para contarlo.
--Eunhye… mentir es malo.
--¿Qué crees que pasaría si supieran lo que realmente
ocurrió? ¿Quieres que tu padre se entere? Él enloquecería, haría un escándalo
y, bueno, todos se enterarían. Incluso te llevaría lejos.
Bajó la mirada… aun
podía recordar el sufrimiento de su padre cuando se enteró que saltó desde la
azotea del colegio… no quiere ver sufrir a su padre, pero mentir es malo.
--No es correcto.
--Tendremos a todos de nuestro lado.
--Ellos saben mi secreto.
--Sería mi palabra, la de una indefensa chica contra la
de ellos. Si tengo que mentir, llorar y gritar… lo haré.
Si al menos tuviera
amigos, si no dependiera de la amistad de una chica. Arreglaría todo como lo
hacen los chicos de su edad, no llegar a recurrir a semejantes mañas.
--Basta.
--No.
La mano de Eunhye
tomó su barbilla y la levantó para que le mirara a los ojos.
--Basta, tú. No eres Dios, no puedes con todo. Déjame
protegerte…
La abrazó sin dudar.
--Perdóname, intenté protegerte…
--Tuve miedo, no voy a mentirte. Pero finalmente pude
hacerme una idea de lo doloroso que es vivir siendo acosado. Quiero que sepas
que yo te quiero, seas como seas.
--Gracias, pero no quiero meterte en mis problemas…
--No tienes hermanos, ni novio que te proteja… así que
yo lo haré hasta que sepa que estarás en buenas manos.
--Te quiero tanto…
--Soy adorable así que ámame… si no fueras gay, ya me
las hubiera ingeniado para tenerte de prometido.
--Perdóname.
--Primero deja de disculparte. Los que te queremos, lo
hacemos aceptando lo que eres. Quiérete a ti mismo, no temas en admitirlo
porque eso no te hace mala persona.
--Soy gay.
--Y sigues siendo el chico adorable que conocí. No eres
más ni menos que los demás…
--Te quiero.
--Lo sé. Ahora deja que me encargue de esto ¿De
acuerdo? Yo sé lo que hago.
Iba contradecirle cuando
la puerta se abrió dejando pasar a la doctora y el director de la escuela.
Inmediatamente la chica comenzó a llorar, al momento en que se le preguntó
comenzó a narrar la nueva versión de la historia, agregando toques dramáticos y
siempre sollozando por la presencia de su padre de tal manera que fue imposible
calmarla hasta que la llamada fue realizada obteniendo como respuesta por parte
del tutor su presencia en minutos.
Irremediablemente el
productor y compositor Choi Jonghun endureció su rostro al ver la mejilla
marcada de su única hija. Mas no fue el único que comenzó a exigir preguntas.
--¡Jaemin! –La
mano de papá sostenía su barbilla para observar detalladamente el daño.- ¡¿Quién te hizo eso y por qué?!
Solo podía quedarse
en silencio, bajar la mirada. No pensaba defenderse, no iba a extender la
mentira. Su padre había sido llamado al colegio.
No traía buenos
recuerdos de eso… la primera vez fue cuando estaba en parvulario y luego
Youngkyu… durante unos segundos se distrajo del mundo al recordar a esa
persona; ¿Qué había sido de su mejor amigo para toda la vida? Tenía ganas de
hablar con su mayor para disculparse por todas las molestias que le hizo pasar
por su culpa.
Siempre había sido un
niño homosexual, y hyung solo había querido defenderlo de los señalamientos
sufriendo por su culpa. No era merecedor de tenerle de hyung.
--Jaemin… estoy esperando una respuesta.
--Unos chicos…
Antes de poder
continuar con un asfixiante interrogatorio prometedor, las autoridades de la
institución educativa solicitaron que ingresaran a la dirección para conversar
en privado.
Las siguientes tres
horas fueron de una conversación tensa en la que la voz de los padres se
elevaba peligrosamente mientras tenían las miradas frías, los otros, trataban
de ser persuasivos sin éxito.
Eunhye volteó toda la
historia tal como ella lo había planeado para alejarle de toda injuria que
obviamente los agresores arrojaron contra ellos. Los padres de los otros cuatro
chicos fueron citados con urgencia pero solo enviaron a tutores legales para
hacerse cargo del asunto.
Cuando el capitán del
equipo escolar de soccer fue llamado a declarar como testigo, apoyó la versión
y se emitió un castigo para los chicos inmorales. Una disculpa seria,
suspensión por dos semanas, expediente marcado y la primera advertencia.
Sus padres se
marcharon no muy contentos por la resolución, ellos apoyaban la idea de una
expulsión.
En ese colegio de
niños ricos y extranjeros no eran personalidades importantes porque la
matrícula constaba en su mayoría de descendientes de aristócratas y políticos,
un puñado de magnates, y solo unos cuantos hijos de famosos artistas. Su
posición dentro de la escala social les ubicaba en el punto alto de la clase
“baja”. El favoritismo y la corrupción estaban firmemente marcadas en el trato
estudiantil.
--¿Estás seguro que deseas continuar en este colegio?
Puedo buscar otro, no me importaría. Lo único que me preocupa es que no estés
cómodo…
--Estoy bien, papá.
Al llegar a casa, fue
a su habitación para descansar y tratar su rostro. Durante todo el camino de
regreso papá había mostrado signos de no tragarse la mentira de su prima de
pila aunque no lo hizo tan evidente, razón por la que estuvo insistiendo en un
cambio de escuela. Sentía un gran estrés por seguir la corriente, el
sentimiento de culpa acababa con su paz interior.
“EUNHYE:
08:07pm
¿Te encuentras
bien? (´_´)”
Leyó en la pantalla
de su móvil, comenzó a teclear.
“YO:
08:15pm
Sí. Sigo
diciendo que es mala idea… viste a Oyamada y Sakamoto, esto no se va a quedar ahí.”
“EUNHYE:
08:16pm
Lo sé, pero
tenemos a sempai de nuestro lado, solo debemos cuidarnos. (^u^)”
“YO:
08:20pm
No quiero que
estés envuelta en otra pelea. Yo puedo solo.”
“EUNHYE: Estaré
bien. No te preocupes... bueno, me tengo despedir, mamá está armando un
escándalo y debo calmarla. Descansa, Jaeminie. :*”
“YO:
08:21pm
Discúlpame con
ellos, por favor. Descansa.”
La semana que siguió
fue inquietantemente tranquila mas con los entrenamientos de los clubs
escolares y extra apenas tuvo tiempo para darse un respiro. Su padre se volvió
una sombra durante esos días, tío Jonghun iba constantemente a casa agradecido
por intentar defender el honor de su hija.
--Tu padre me contó todo, pero… -Tío Seunghyun estaba de visita junto con su pareja el
fin de semana.- …No lo sé, me es
sospechoso todo. ¿No hay algo de lo que quieras hablar conmigo?
La mirada profunda le
intimidó, un nudo en la garganta imposibilitó la respuesta audible, así que
negó lentamente.
--Pero tienes la mirada baja, como avergonzado de algo…
--Por favor…
--Jaemin, ¿Sabes que puedes confiar en mí, cierto?
--Lo siento, tío.
--Está bien, cuando estés listo puedes hablarlo con
quien lo desees… pero es importante que sea pronto. No queremos que sufras un
acoso mayor, tuviste suerte porque una persona salió en tu defensa. Pero, piensa
que si no tienes confianza puede ocurrir algo más grave, la única persona que
sufrirá serás tú. Ella es una chica valiente, se vio involucrada y lastimada.
--Lo sé…
-Apretó los puños, la vista se le cristalizó por el llanto impotente.
--No te estoy juzgando, Jae-ah. Entiendo lo difícil que
es para ti, en su momento lo viví. No estás solo.
--Una chica se me confesó… y cometí el error de
explicarle por qué no podía aceptar sus sentimientos. Ella…
La culpa lo había
estado consumiendo, superándole en esos momentos de intimidad. Papá había
salido con tío Jaejoong a comprar cosas para la cena.
--¿Por qué…? ¿Qué mal les hago…?
Tío Seunghyun había
hecho público su relación marital con tío Jaejoong una vez que Yeonjun salió
del servicio militar. Esos fueron tiempos difíciles para ellos tres que
tuvieron que soportar la prensa buena y mala.
Papá siempre los
defendió de los ataques que ocurrieron y en más de una ocasión les apoyó
mostrándose a su lado en alguna actividad laboral o recreativa. Tío Kwon Jiyong
también hizo lo suyo aunque fuera más sutil.
Claro que eran ellos
los que sabían más del tema del acoso que él. Pero sentía que perdía valor al
comentarlo con algo, se supone que debe ser fuerte para afrontarlo, tal como
papá lo hace.
--¿Te avergüenza lo que eres?
Aquello le tomó
desprevenido, miró al mayor que tomó una botella de la reserva y vertió un poco
de su contenido en dos copas. Una la deslizó por la mesa de caoba oscura hacia
su persona.
--Soy menor de edad, tío.
--La ocasión lo amerita. Además tienes diecisiete años.
Una copa no te hará mal. Anda, bebe.
El adulto no bebió
hasta que lo hizo él. El líquido estaba más fuerte y amargo porque era
especial, no como la sidra y el vino dulce que cada fin de año papá le daba
permiso tomar.
--¿Te avergüenza lo que eres? –Repitió la pregunta.- ¿Te gustaría ser “normal”?
--Sí… -Desvió
la mirada al admitirlo en voz alta. Era algo que desde que tuvo consciencia
suficiente daba vueltas por su cabeza. Si fuera normal no tendría que pasar por
acosos, no debería esconder lo que es, papá no tendría que discutir con nadie…
y sus padres no se habrían separado. Porque por su culpa papá dejó a mamá.
--Pero esto es lo que eres. Tu padre y nosotros te
queremos tal cual.
--Cada vez que escucho esas palabras… lo primero que
viene a mi mente es la deshonra que papá debe soportar. Lo avergonzado que debe
sentirse porque su único hijo es… ESO.
--ÉL TE AMA. NO ES BUENO QUE COMPADEZCAS SU CARIÑO. –La voz de tío Seunghyun fue dura, casi un regaño
furioso.
--Mamá… mis abuelos…
--¿No te ha bastado con lo que sufrió tu padre en ese
hospital y todavía quieres romperle el corazón?
--Si no estuviera…
--¡NO VUELVAS A DECIR ESO JAMÁS! ¡¿ENTENDISTE?! –Una serie de escalofríos recorrió su cuerpo al
escuchar el grito.- No ofendas los
sacrificios de tu padre. ¿Cómo crees que se sentiría si te escuchara?
Jaemin bebió de un
trago todo el contenido de la copa.
--Mi madre…
--Perdona por lo que voy a decir. –Fue turno de su tío de beber el contenido de su
copa.- Tu madre es una perra.
El rencor estaba en
cada palabra escupida con odio. Miró asustado a su tío, nadie, ni siquiera su
padre había dicho algo así de la mujer que le trajo al mundo.
--No, ni siquiera es una perra, porque incluso ellas
cuidan a sus cachorros con garras y colmillos. ¿Qué te hizo? Te llamó a ti, SU
hijo de las peores maneras, te lastimó, te hirió y te amenazó. Dime ¿Eso hacen
las madres? ¿Dime? ¿Te parece que eso hacen las madres?
--No, pero…
--Ella aceptó el divorcio por una exagerada cantidad de
dinero que hasta la fecha tu padre deposita mes a mes y ¿Cuántas veces te ha
visitado o intentado ver? ¿Eso hace una madre? No te estoy insinuando que la
odies pero tampoco seas injusto con tu padre al que le costó aceptarte de una
manera macabra; en un hospital; en el área de terapia intensiva… esa mujer, no
vale ni una lágrima de tu parte.
Mordió con rabia sus
labios.
--Me atraen los chicos, eso es anormal… es malo porque
se supone que a los chicos les debe gustar las chicas.
--Eso es solo una etiqueta. Porque a mí me gustan los
hombres, estoy casado con uno, y te diré… no me arrepiento de nada. Soy inmensamente
feliz, juntos criamos a un niño que ahora es todo un hombre. Todos dijeron
cosas horribles, hicieron cosas vergonzosas a Yeonjun pero no bajamos la
mirada, ni él.
--Soy un cobarde… -La primera lágrima que había contenido bajó por su mejilla, luego
secundó otra, siguió una más.
--Si miras hacia atrás. Has pasado por una infancia
difícil, y sigues aquí, de pie. Eres un chico valiente, pero habiendo
enfrentado tantas batallas, aun te ves débil… escucha, Jaemin, no tienes qué
demostrarle nada a nadie. Vive por ti y tus seres queridos.
--Es tan difícil…
--Lo sé. Pero vale la pena, hijo. –Lo abrazó.- No
estás solo, tienes a muchas personas a tu alrededor. No debes adjudicarte
tantas responsabilidades, solo eres un chico de diecisiete.
--Soy homosexual…
--Y no te hace menos. Sigues siendo el mismo hijo
perfecto, un estudiante modelo, el mejor defensa en el equipo de soccer, un
campeón regional de Juijitsu y Tae Kwon Do. Sigues siendo un ganador… y buena
persona. Si golpeas a alguien tu fuerza es la de un chico atlético de tu edad.
Jaemin se sintió tan
conmovido, liberó su llanto sobre el hombro de su tío que continuó enumerando
todas sus cualidades, sus victorias y la cantidad de personas que le aceptaban
tan cual. Siempre era reconfortante hablar con su tío porque era la persona más
indicada para tratar ese tipo de temas.
Bebieron un par de copas más hasta que su cuerpo
se sintió liviano, las extremidades se le adormecieron así como su mente que se
sentía ligera.
Entre sueños fue
capaz de notar que le llevaban a su habitación, y le pareció escuchar que tío
Jaejoong hablaba con su esposo.
--¿Es lo que sospechabas?
--Sí, pero creo que estará bien porque se liberó de un
gran peso.
--¿Le dirás a su padre?
--No. Me pidió que quedara como secreto y se lo diría
personalmente. Confiemos en el chico.
--Fue un poco complicado entretener a Seunghyun-ah, no
siente tanta pasión por la cocina.
--Gracias por el favor, cariño.
.
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Continuará.
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