002.-EN PENSAMIENTO, PALABRA, OBRA Y OMISIÓN
MUCHAS GRACIAS X LEER!
Espero que haya sido de su agrado!
Cuídense mucho para no enfermar.
CAPÍTULO 02—EN PENSAMIENTO, PALABRA, OBRA Y OMISIÓN…
Estaba en la cama que tantas veces sirvió de cómplice. Se había logrado acostumbrar al estilo tan chic del lugar. Aunque al principio le era imposible adaptarse, realmente lo hizo, se ha enamorado de esa elegancia con un toque de sobriedad.
Soltó un inesperado gruñido al sentir ser llenado, las manos fuertes sujetaron con mayor fuerza sus muslos, abriéndolas para obtener un mayor acceso, el peso extraño se arrastraba en un delirante vaivén de emociones placenteras. Abrió los ojos para toparse con el hombre que le sonríe juguetonamente mientras perpetra su interior con fuerza y sensualidad.
Segundos después del intercambio de miradas, el hombre que es mayor por un par de años que él, captura sus labios. Le besa, le saborea, sin dejar de penetrarle.
Gime el nombre ajeno con deseo, nunca antes ha permitido que otro hombre le toque de esa manera, mucho menos que estén sobre él y le posean como una chica, pero ese hombre mayor es la única excepción, Seunghyun no le molestaría que así fuera siempre.
—H-hyung… —Le llama desde el fondo de su placer.
El hombre mayor mordisquea con malicia el cuello y clavícula. Entra y sale a un ritmo que definitivamente, le hace un excelente amante, en definitiva es un maestro en el arte amatorio.
La humedad y el olor a sexo inundan la estancia, lejos de parecer desagradable, como normalmente suele ser para el menor, ésta mucho más extasiado con ello. Desliza una mano para arañar la piel intacta que muchas veces ha tocado con lujuria.
—Eres tan estrecho… —Escucha que le susurra al oído antes de morder su sensible oreja.
Seungri aprendió que eso era bueno, porque excitaba a su amante. Abre la boca para soltar algún sucio comentario, pero le es imposible porque entre jadeos y gemidos se le va la voz.
Su cuerpo es sacudido por descargas de placer, las terminales nerviosas están sumamente sensibles. Su pecho sube y baja acelerado por el esfuerzo.
El mayor suelta una de sus piernas para sujetar la cadera en busca de mayor profundidad de penetración. El húmedo sonido del miembro chocando contra la piel humectada por lubricante artificial como natural, les impide alejarse de la realidad. Están teniendo sexo.
—Voy… a…
—E-Está bien… hazlo…
Desde que empezaron hasta esos momentos, llevaban poco más de una hora intimando. El momento más intenso estaba en la cúspide, se venía la caída… la gloria de una paz.
Las embestidas fueron más violentas, pero el menor estaba adaptado a ese ritmo que no le importaba. Los gruñidos de placer eran cada vez más roncos… y entonces, su amante arremetió casi vehemente para por fin liberar su esperma. Nunca nadie ha podido realizar algo así, solo ese amante.
El solo hecho de sentir el líquido caliente llenando su interior le llevó al orgasmo. Se contrajo de manera dura, liberó su propia esencia entre sus pieles.
Las respiraciones luchaban contra la desaceleración, Seunghyun sonrió feliz y satisfecho. El mayor se desplomó sobre su cuerpo durante unos momentos, vaciando su semen en el estrecho interior. Poco después de obtener un tanto de calma, salió de aquel pasaje y se arrojó a un costado.
Seungri llevó una de sus manos a su entrada que vibraba por lo sensible y despierta, tomó un poco de aquel líquido invasor y palpó entre sus dedos… caliente, pegajoso, con un fuerte aroma masculino. Con otros le daría asco, pero con él no, por tanto, llevó los dedos bañados a sus labios para lamerlos.
—Eres un sucio… —Socarronamente el mayor que había contemplado la escena rompió el mutismo.
—No me importa. —Respondió con suficiencia. El menor giró para quedar frente al otro.
Una mano llegó a la cintura, se deslizó con seducción hasta llegar a la entrada, donde tres dedos ingresaron.
—Ahh… —El gemido mitad queja mitad placer resonó a tono medio.
Seungri se volvió por completo quedando boca abajo para facilitar esos dedos traviesos.
El amante no se mostró sorprendido, siguió jugando con ese estrecho interior que se contraía cada vez que rozaba al meter y sacar los dígitos. El semen brotaba a causa de ello, el menor gemía atrapado en la almohada.
Las caderas danzaban en sentido opuesto.
—A-Ahí… —Indicaba Seungri su dulce centro de placer.- M-Más… más…
Sin que se diera cuenta, la otra mano de su amante masturbaba de nueva cuenta el miembro.
—Eres tan excitante… —La voz ronca estremeció al más joven.
—H-Hyung… hyun…
—Qué impaciente…
Una vez erecto, el otro se levantó, elevó la pelvis e ingresó rudamente por detrás.
—¡Argg!
Seungri mordió la almohada mientras el mayor hacía su trabajo, embistiendo lleno de vigor. Sujetando el trasero, abriéndolo más para que fuera más profundo.
Largos minutos después, por segunda ocasión eyacularon en el interior. El joven chilló excitado.
Cayeron en la cama, rendidos, extenuados de tanta actividad. Se quedaron dormidos uno sobre el otro.
Al despertar, Seungri tuvo antojo de una ducha así que cuidadosamente abandonó el lecho e ingresó a ese baño lujoso.
—Buenos noches. —La ronca voz del amante le hizo sonreír al salir únicamente cubierto por una toalla.
—Buenos noches. Estuviste perfecto, hyung.
—Me alegro. —El otro se acomodó en el respaldo.
—Siempre has sido perfecto, pero definitivamente en la cama es donde mejor tienes un desempeño. —Continuó buscando su ropa en el lío de prendas esparcidas en el suelo.
—¿Cuánto tiempo ha sido desde la primera vez? —Soltó el otro.
—No lo sé… ¿Cinco años, acaso?
—Vaya, ha sido mucho tiempo desde entonces. —El tono empleado fue profundo.
—¿Qué importa?
—Cinco años de soledad… ¿No te parece demasiado?
Entonces, algo en el interior del menor se contrajo.
—¿A qué te refieres, hyung?
El menor no se detuvo en la tarea de vestirse, sabía lo que venía, tanto tiempo preparándose para el momento, no obstante, es fácil imaginar que vivirlo.
—He decidido intentarlo con Jiyong, Seungri.
No se rompió, nada… se contrajo hasta que explotó de tanta presión. Mas no dejó salir ninguna emoción.
—¿Con Ji hyung? ¿Por qué…? ¿No soy más bonito que él?
La risa divertida de su hyung le dolió no porque lastimara, sino porque le producía sensaciones cálidas y sabía que no sería correspondido.
—Oh, eres la mezcla de ternura y sexualidad… eres el pecado mismo, pequeño.
—Pero no quieres el pecado mismo… sino la gloria celestial. ¿Cierto?
—Lo que he vivido contigo, es único y especial.
—Pero no tanto en comparación con Ji hyung. —Había tantas cosas qué decirle, ¡Tantas! Fue su primer hombre, es el único. Y lo más importante, lo quiere tanto que le está doliendo demasiado saber que le dejará por ir tras GDragon.
Odiaba más a GD, siempre le quitaba todo. Siempre era comparado con él y por eso fácilmente lo desechaban. Se sentía frustrado, deprimido... por sobretodo, se sentía una mierda.
—¿Recuerdas cómo comenzamos esto?
—Sí, solo por excitación… pero, pensé que… —¡Casi lo iba a decir! Sin embargo, a último momento, se detuvo.- Yo puedo compartir, ¡No me importa!
Aquella descabellada idea le arrojó una esperanza, si Hyung andaba con Ji pero continuaba acostándose con él podría retenerlo. ¡Podría hacerle cambiar de parecer!
—No. En verdad quiero algo serio con Jiyong, y tú, pequeño demonio… mereces respeto. No digas estupideces. —Sonrió tiernamente.
—Cierto… soy mucho para compartir. Merezco todo o no nada. —Bajó la mirada, la vista se nubló y se volvió borroso, las malditas lagrimas se acumularon.
—Seunghyun… eres una persona especial en mi vida. Te quiero mucho, y siempre voy a estar para ti, en las buenas y en las malas. Pero, lo que siento por Jiyong es fuerte, es tan poderoso que no puedo controlarlo. Pensé que desaparecería pero no lo hizo en estos cinco años.
Un par de lágrimas escapó sin permiso, afortunadamente como estaba de espalda, vistiéndose, el mayor no se percató y le fue más fácil limpiarlas.
—Entonces fui tu desahogo. Como no tenías a hyung, te tirabas al maknae. —Soltó de manera mordaz, ocultando la decepción y tristeza.
—¡No digas eso! Sabes que no fue así… y esta relación que teníamos solo era de sexo ocasional.
—No tiene caso… la realidad actual es que finalmente dejas de ser el cobarde que has sido e irás tras Jiyong después de cinco años de espera, y dejaremos de acostarnos para que tengas consciencia limpia.
—Seungri…
—Dejemos de pelear, tienes toda la razón y el derecho. —Se volvió, buscando sus cosas como la billetera, el reloj, el móvil y las llaves. Una vez en su poder, fue hasta la cama donde la mirada preocupada de su hyung le provocaba doble dolor.- Yo estaré a tu lado. Cuando quieras darle celos a Jiyong, cuando te deje solo, cuando quieras follar, cuando te sea infiel, cuando te hiera… yo, estaré para ti, hyung. Recuérdalo. Fuiste el primero.
Se inclinó y lo besó con toda la pasión que pudo ofrecerle, el sentimiento que le estaba ahogando en esos momentos. Se sintió peor cuando el mayor le correspondió y sujeto posesivamente las caderas. Dolía, si no lo quería por completo, ¿Por qué ilusionarlo?
—Seungri… yo…
—Está bien, hyung. Ve tras Jiyong y sé feliz. ¿De acuerdo? Puedo stalkearlo y proporcionarte información importante para que puedas tenerlo fácilmente.
—Encontrarás a alguien más, estoy seguro que la persona que logre hacerte perder la razón y se va a enamorar locamente de ti, llegará. Solo tienes que ser paciente y perseverante.
Quiso decirle que esa persona era él, pero sabía que solo habría más drama en el asunto, lo mejor era aceptar su derrota y alejarse. Darse un tiempo para asimilar la ruptura de su ilusión para poder regresar sano. “Lo que no mata, fortalece”
—Tendría que ser el diablo, hyung. Tú lo has dicho, soy el pecado mismo.
Ni siquiera supo cómo logró salir de ahí con el orgullo intacto. El móvil sonaba en llamadas de amigos, no tenía apetito de juergas. Por alguna razón tan solo quería llegar a dormir.
En casa, lo primero que hizo debido al golpe de ansiedad fue atacar el frigorífico, sacó todo lo comestible y se dispuso a comer. Con cada bocado sentía que los ojos se le llenaban de lágrimas, pero no quería llorar. Seungri no llora. Seungri no se enamora, Seungri no sufre por algo tan cursi como un amor no correspondido.
Bebió enormes cantidades de alcohol, las latas de cerveza fueron acumulándose hasta formar una montaña irregular.
Cuando terminó los alimentos, se quedó pensando. No había nadie en casa, su apartamento estaba solitario. El silencio y la soledad… sus peores enemigos.
El móvil volvió a sonar a eso de la una de la mañana, uno de sus típicos amigos de fiesta invitándolo, como siempre a beber y conquistar mujeres. Observó su alrededor, no tenía ganas de follar con una mujer, no obstante, era mejor estar afuera que quedarse en casa lloriqueando como marica.
Fue al baño, necesitaba una ducha profunda para eliminar de su piel el olor de su hyung, además, aún podía sentir el semen en su interior. Se desnudó a paso tranquilo, una vez libre de toda prenda, abrió el grifo de la ducha y mientras esperaba que se regulara la temperatura, metió dos dedos a su boca, empujando todo lo que pudiera, al sentir la contracción de su estómago y el maldito sabor a comida, retiró los dedos, levantó la tapa del excusado, depositando lo que expulsaba su organismo. Repitió el proceso unas seis veces, el esfuerzo produjo lagrimeo, Seungri comenzó a llorar silenciosamente.
¿Por qué Hyung no lo podía amar? ¿Por qué todos elegían a GDragon? ¿Era porque es un inútil, cierto? Nadie lo quería porque es feo, ¿Verdad? Jiyong tiene la piel de bebé, la suya está maltratada por el acné, Jiyong tiene una piel blanca, él la tiene morena, ser moreno es horrible. Jiyong tiene delicadas facciones, él no, es de estructura redonda. Tiene el rostro redondo y no ovalado. Jiyong es delgado, y él… es gordo. Jiyong tiene talento para componer, y él… es solo el que rogó para quedarse con la quinta plaza. Nadie lo quiere porque no tiene una sola cualidad, no tiene talento, no tiene carisma, no tiene belleza… es un parásito.
Jaló la palanca de descarga las veces necesarias para borrar la evidencia. Apretó el botón del aromatizante de baño y para eliminar el regusto amargo de su paladar hizo gárgaras con el enjuague bucal.
Se duchó, pero el agua caliente había desaparecido, sin embargo se encontraba tan deprimido que no le importó. Salió del baño y eligió una muda de ropa decente, recordó el estilo de Jiyong para vestir y lo imitó. Se vio en el espejo, percatándose de una realidad, aunque insistiera en verse como el líder, jamás sería como el líder.
Al final, ya no salió, porque comenzó a llorar como un niño pequeño. Se quitó la ropa, la arrojó al suelo, tiró todos los productos del tocador, y se quedó en posición fetal hasta que perdió el conocimiento.
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Dejó correr el tiempo, y le dolía ver cómo los esfuerzos de su hyung brindaban frutos, Jiyong respondía favorablemente al cortejo. Lo peor de todo, es que Seungri lo admitía, hacían bonita pareja.
En ese tiempo de resignación, salió con mucha gente, y aunque volvió a tener sexo desenfrenado, no permitió que ningún hombre eyaculara dentro de él como su hyung. Estuvo muy cerca del enamoramiento un par de veces, mas, cuando decidía que sería bueno dejar entrar a las personas a su interior, éstas le terminaban.
—No necesito que me amen, mientras me deseen con locura basta para mí. —Determinó una mañana frente al espejo, agotado de sentirse miserable.
Así que se engañó así mismo en un desesperado intento de sobrevivir, sentía que debía aferrarse a algo, y eso fue su orgullo.
Cuando Taeyang ingresó sorpresivamente a la sala de entrenamiento donde ansiaba hallar un poco de paz interna bailando, estuvo a punto de perder la paciencia y gritarle que se largara de una jodida vez.
No era necesario que el señorito “Perfecto número 2” le restregara en la cara que incluso para el baile es un asco. Ya sabía que no contaba con habilidades y talento, sin embargo no era necesario destrozarle la autoestima. Por ello, aborreció la maldita intrusión, ¿Por qué le hacían eso? ¿Acaso no les bastaba con humillarlo frente a las cámaras durante los programas a los que iban?
Disimuló la rabia, y decidió jugar con él, el estúpido hyung no captaba que su presencia era molesta, pero qué se podía hacer, que fuera un idiota no tenía perdón.
Al ir transcurriendo esa pequeña contienda de baile, Seungri se percató de algo sumamente escandaloso, ¡Taeyang, el chico perfecto 2, tenía una erección frente a otro chico! Quería reír a carcajadas, claro hasta que captó que Taeyang se encontraba así debido a él. Los movimientos sensuales de su compañero poco a poco dejaron de tener un significado que denigraba su autoestima y se fueron convirtiendo en movimientos de cortejo. Taeyang estaba cortejando con ese baile tan perfecto… Le estaba bailando para captar su atención.
Las manos se acercaban demasiado a su piel que se estremecía de solo pensar cómo se sentiría estar bajo ellas. El idiota se quitó la camiseta dejando su pecho al descubierto, no iba a negar que estaba hecho una deliciosa tableta de chocolate, las abs, los brazos… era sumamente sensual, bañado en sudor.
Podía sentir rozar el miembro duro sobre él, su piel se erizaba, no precisamente de excitación… si no de algo extraño, solo no quería tenerlo cerca. Primeramente porque nunca había imaginado al chico como un prospecto, es decir, no era tan cercano, ni siquiera tenían una conversación interesante, lo regañaba por una u otra cosa, posteriormente ¿No se supone que es muy religioso? Bueno, al punto que entre ellos le apodaban “el futuro papa”. Así que las dudas, las incongruencias entre la forma de actuar versus la forma de pensar le descontrolaban. ¿No es heterosexual y MUY cristiano?
“No soy un juguete. No van a volver a jugar conmigo. No volverán a curiosear los sentimientos.”
Pensaba, intentaba mantener distancia, porque sabía perfectamente que el moreno es heterosexual ¿Qué sentido tenía su cortejo? Si quería saber qué se siente coger con un chico, que busque a otro.
Aun así… esa extraña sensación continuó perturbando el momento. Con cada paso confiado del moreno, él retrocedía. Aquello era simplemente bizarro ¿Cómo era que el gran conquistador Seungri huía de un coqueteo directo? Ni que fuera primerizo.
El olor mezcla directa de una colonia de marca con el fuerte sudor, era una droga exquisita… la mirada directa, sin vacilar que reflectaba un maldito infierno de pasión, lujuria inagotable. Un tumulto de testosterona, sexo rudo, salvaje y doloroso reprimido.
“Creo que he encontrado a mi diablo.” Pensó con sorna, intentando nuevamente evitar que sus cuerpos tuvieran demasiado contacto, algo realmente difícil si contamos con que el “santo” de Taeyang continuaba haciendo indirectas y gestos demasiado sugestivos para su mente débil.
Miedo. Eso era lo que realmente aquejaba, la razón del por qué no podía aceptar del todo al vocalista de Bigbang. El gran Seungri tenía miedo. Cuando lo supo interpuso sus manos sobre el abdomen de su compañero, no quería que invadiera más su espacio. No lo quería dentro de su vida si antes él no lo aceptaba. Solamente con ese gesto, el idiota captó un resquicio de que no le tenía permitido tanto acercamiento y el ridículo que había hecho. El ”trágame tierra” inolvidable.
Tampoco tuvo el valor de recriminarle, así que, conmovido por la gran vergüenza que tenía marcada en el rostro, parecía sufrir… decidió darle una salida digna al asunto.
Su miedo era infundado por muchas inseguridades, entre ellas, el recuerdo de ese hyung del que aún siente latir aceleradamente su corazón cuando le veía.
Salió primero de la sala de baile, directo a las duchas para terminar su rutina diaria así como su asunto peculiar con Taeyang.
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Aceptar los acercamientos del mayor con connotaciones sexuales no fue con entusiasmo, aunque supo disimular, porque los miedos e inseguridades atacaron. El mayor hacía vanos y un tanto vergonzosos intentos de acercamiento; de querer acapararle el mayor tiempo posible, se prestaba para ayudarle, le regañaba, le felicitaba, le sonreía, le regalaba cosas insulsas, se esforzaba por llevar una conversación amena, jugaba con él. Aquello estaba siendo demasiado, forzaba la entrada a su vida, ello le molesta a maknae.
Tampoco podía negarlo, la química entre ellos era fantástica debido a que en mucho tiempo había experimentado algo así, es decir, era primera vez que no se esforzaba, no se interesaba, no buscaba y éste emergía con naturalidad. ¿Por qué sería que las intenciones del moreno le eran gratas? Quizás era debido a que se trataba del sexy y recto Dong Youngbae. ¡Dong Youngbae interesado en una persona! ¡En Él!
En la mayoría de las situaciones de sexo ocasional o, relaciones sentimentales pasajeras, siempre había tenido el control, decidía cuándo y cómo, Youngbae representaba una excepción, así, como lo había sido Choi Seunghyun. Entonces, lo detenía, nadie más ocuparía el lugar que tiene su hyung en su vida, nadie llegaría a su mente ni corazón como lo fue ese hombre que luce una sonrisa radiante al tener los ojos de GDragon sobre él. Y como si se tratara de un valioso tesoro que proteger, Seungri encerró todo lo que sentía en un baúl sellado con cadenas en el fondo de un océano mental.
Al cabo de unos meses ya jugaba con las personas que aceptaban su juego, tenía sexo con ellas, las dejaba de frecuentar cuando la emoción acababa, continuaba en otra búsqueda para repetir ese círculo vicioso de sexo e indiferencia total.
Todo se fue a la mierda unos meses después, durante una fiesta del estreno del álbum del líder, todos estaban presentes, alcohol y drogas. Risas, adulaciones y tensión sexual por doquier.
Los cinco miembros de Bigbang se encontraban ahí, cumpliendo con su papel de tipos liberales y fiesteros aunque por dentro, el líder y Choi preferirían estar solos disfrutando de su intimidad, y Daesung… bueno, encerrarse a llorar por sus pecados que no eran tal sin embargo era imposible hacerle cambiar de parecer.
Él estaría feliz con beber en casa de Jonghoon o con algún otro amigo, luego caer dormido sin pensar en lo duro que resulta ser la vida de un famoso.
Se hicieron múltiples brindis en el honor a su grupo, su empresa y su éxito. La música a alto volumen, las mujeres ofreciéndose sugestivamente con la mirada, con la sonrisa coqueta, cada una de ellas, quizás impulsadas por el momento o por sus jefes invitaban un encuentro sexual que de no ser porque los cinco no se encontraban de humor hubiesen salido cada uno al hotel reservado.
Como siempre los que resaltaban era el líder GDragon, el rapero TOP… y Taeyang, este último gracias al favor que el productor Teddy Park sentía desde su primer single solista. El mayor estaba un poco perdido, no estaba habituado a demasiada atención, sobre todo por ese atuendo que revelaba parte de su esculpido físico. Seungri notó cierta incomodidad bien disimulada, le hubiera encantado ayudarle sobre los comentarios sucios, pero ese trabajo le correspondía a Jiyong.
En un momento dado, su mente se nubló, reían con las bebidas en mano. La pista de baile reventaba de tantos cuerpos frotándose de manera enferma. Seungri como pudo fue hasta ahí tomando por pareja a la primera fémina cercana. Ella sonreía coquetamente, deslizando los delgados brazos por su cuello, su nariz captó el aroma de un perfume de marca, la piel tersa… y el trasero solicitando la atención de su miembro que no demoró en responder a ls invitación. Tenía calor, estaba excitado y lleno de alcohol.
Se dejaron de juegos, se abalanzó a su boca para meterle la lengua sin pudor. Él la pegó con rudeza a su miembro y le hizo sentir sus ganas de poseerla. Su mano se coló por debajo de la minifalda, llegó a un pedazo de tela que servía de ropa interior y frotó sus dedos índice y medio… ella susurró una maldición y le llevó a un lugar más cómodo.
—¿A dónde crees que vas? —La voz de Taeyang sonaba mucho más rasposa. Estaba en un lejano sillón al final de la estancia que conecta a un par de pasillos. En su mano agita delicadamente un vaso.
—Qué te importa. —Soltó frustrado de tanta atención innecesaria.- Estás ebrio.
—No estoy ebrio. —En un movimiento salvaje se puso de pie. Dirigió la mirada a la chica.- Esta noche, no va a ser señorita.
La frase salió como una jodida amenaza. Una advertencia, el comportamiento tan inusual asustó a la conquista.
—¡Deja de molestar! ¡Qué te den! —Siseó conteniendo las ganas de golpear al idiota.
—Ahm.. yo creo… mejor me voy. —Antes de que pudiera reaccionar la chica se había largado, y él, aun tenía una erección.
—Seungri…
—¿Estás contento? ¡Déjame en paz!
—Seungri… —Fue tras él por el pasillo.
—Jódete.
—Espera… yo…
—¡Vete al maldito infierno!
—¡Cállate! —Youngbae lo azotó contra la pared.
—Imbécil… —Enfrentó mirada cargada de odio contra la otra, furiosa.
—¡Tú no sabes nada! ¡No tienes idea del infierno por el que estoy pasando!
—¡Ni me importa!
—¡Tú eres el culpable!
—¡No seas estúpido! ¡Te aseguro que jamás has te tenido intención alguna de acostarme contigo! ¡Hay miles de personas, mejores que tú! ¡Hombres que no llorar y aceptan lo que son! ¡Idiota prejuicioso! ¡Qué te excites conmigo no es asunto mío! ¡Preferiría hacerlo con Daesung antes que contigo! ¡Eres un pobr…! —Hubiera podido continuar descargando todo el rencor que inunda su interior, pero no fue posible por unos labios que atraparon a los suyos.
Seungri vibró fieramente, con solo un beso fue capaz de sentir toda frustración sexual de su hyung. Éste mordía sin piedad su boca, la abría sin permiso y metía su lengua. El sabor a vodka fue compartido. Las manos fuertes sujetaron las caderas azotándolo contra la pared, haciéndose un espacio entre sus piernas para frotar erección contra erección. Cuando los labios fueron abandonados, los de maknae picaban por la fricción. El cuello fue atacado. Sujetó con rabia los brazos para liberarse, más eso ocasionó que el otro respondiera con igual violencia.
La resistencia no duró mucho, antes del cuarto beso ya estaba correspondiendo. Movía su pelvis contra la otra y Seungri casi le grita al otro que lo tome en ese momento.
Comenzaba a creerlo… “El diablo perfecto para este pecado.”
De ahí los recuerdos son un tanto borrosos para maknae. Solo recuerda la ropa siento rota sin consideración, ser bañado con el lubricante, el mayor no era experto usándolo aún, los besos voraces en forma de mordidas salvajes, las manos apretando, sus piernas atrapando a otro. Lo caliente que fue todo el contacto de sus pieles, el olor que le enloquecía y le hacía gemir descontroladamente. Alcanza a recordar la cama reventando por las embestidas animales, el miembro sin protección tocando un punto que a muchos les había tomado más de un encuentro sexual tocar. No estaba fingiendo un orgasmo, ese maldito placer abrasador fue real. Recuerda que Taeyang en lugar de gemir, gruñía roncamente. Recuerda el siseo avisando que eyacularía.. y él… solo respondió débilmente:
“H-Hazlo…”
¡Un maldito error! ¡¿Cómo fue que perdió el sentido común?! Desde Choi, nadie más había vuelto a eyacular en su interior.
Pero definitivamente, el semen tan caliente vertiéndose fue una experiencia única. Las piernas del moreno enredadas entre las suyas, los brazos fuertes aferrados a su cintura… como si deseara protegerlo de algo que le fuese a dañar.
No fue el primero en despertar, su hyung que vestía únicamente un pantalón le miraba dormir desde el sillón a un costado de la cama.
—Solo finge que no pasó. —Soltó sin ganas de enfrentarlo ni conversar.
—¿Es una bromas, cierto?
—Está bien. Tuvimos sexo casual y ya. Supéralo. —Rezongó tomando su ropa dañada.
—¿Crees que soy la clase de persona que una noche de copas, va y se acuesta con cualquiera?
“Cualquiera” Eso dolió en el orgullo.
—Siempre hay una primera vez. —Respondió indiferente.
—No sé con qué tipo de personas estuviste antes, pero… YO NO SOY ASÍ. —Sujetó el brazo con fuerza.
—Cuanto lo siento. Pero YO SOY ASÍ.
—Entonces tendrás que cambiar de parecer.
—¿Qué demonios…? ¿Estás escuchándote? Tú de plano necesitas una terapia.
—Necesito que dejes de ser tan tú y seas más como yo.
—Claro, campeón… sigue soñando. —Liberó del agarre.
—No te lo estoy preguntando, Lee Seunghyun. Te lo estoy ordenando.
Entonces Seungri se percató de que Youngbae estaba mostrándose de manera completamente diferente a la usual.
Estaba siendo agresivo, egoísta y un verdadero bastardo.
—¿Me perdí de algo? —Frunció el ceño.- Éste no es el típico Taeyang. El romántico y “santo Taeyang.”
—A veces los chicos buenos, nos cansamos de serlo.
—Bueno, “chico malo” temo que no puedes andar ordenando a las personas tus caprichos. Debes negociar.
—Negociemos. Te quiero de manera exclusiva.
—O.K… vamos muy rápido.
—No quiero verte con otras personas.
—Alto. Eso no es negociar, es imponer tus órdenes, y Dong Youngbae, debes saber algo… NADIE RESTRINGE A LEE SEUNGRI.
—Pero…
—No tengo idea de lo que pasa por esa cabeza. No voy a negar que el sexo fue bueno. De hecho, el mejor en mucho tiempo. Así que… me agrada la idea de continuar frecuentando la cama contigo, hyung. Sin embargo, NO SOY EXCLUSIVO.
—No, yo quiero…
—¿Lo tomas o lo dejas? —Amenazó aprovechándose de la vulnerabilidad que el mayor dejó ver.
—No quiero.
—Hagamos esto… ni tú estás seguro de lo sientes, eres nuevo en esto de los chicos… yo te voy a enseñar a cambio de un poco de sexo.
—No tengo dudas.
—Por Dios, hyung. Deberías escucharte hablar, pareces aterrado.
—No comparto.
—Es lo único que puedo ofrecerte. Una relación abierta. No voy a arriesgarme a que al final me salgas con que fue un período de calentura y confusión. En nuestras circunstancias, no puede existir algo como lo que te imaginas.
Dong youngbae desvió la mirada como un niño caprichoso que se le niega un juguete. Cerró los ojos fuertemente y suspiró.
—Pero cuando estés conmigo no quiero oler en ti perfumes ajenos. —Maknae sonrió arrogante. Era la primera vez que tendría algo con una persona completamente nueva en eso. La idea le hacía feliz.
—Tenemos un trato cerrado, hyung. —En lo que estiró la mano, el mayor lo haló para atraparlo en un abrazo posesivo.
—Mhmm…. —Besó el cuello hasta dejar una marca.
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Desde entonces, así ha sido su relación. Ambos tienen libertad de follar con otras personas, aunque Seungri ha comprobado que el moreno no lo hace, esto no le detiene, cuando se encuentra con una persona que le atrae demasiado, va y se acuesta con ella o él, sin embargo, desde su desliz con su hyung, no deja que ningún otro hombre termine en su interior. Ese derecho es exclusivo de Dong Youngbae, algo que el otro lo sabe a la perfección y no duda en mostrarse triunfante.
Cuando tienen sexo, el moreno no repara en hacérselo rudamente, y sobre las marcas ajenas, tatúa las suyas con mayor ímpetu. Si un amante ocasional le marca, Taeyang se encarga ocultarlas con las suyas, más fuertes, más dolorosas y perdurables.
La relación ha funcionado bien, hasta que…
Despierta en el apartamento del mayor, éste ha marchado dejando una nota. Un pedazo de papel con palabras cursis, que enamorarían a cualquiera, pero Seungri no es cualquiera. Y…
Él le ha dicho que le quiere para algo serio, no se cansa de solicitar una oportunidad, sin embargo, a pesar de ello, Youngbae sigue sin conocerlo bien.
Deja la cama, va al baño, toma una ducha larga mientras piensa en el tiempo vivido. En lo dulce e ingenuo que sigue siendo Bae, ahora que las cosas entre ellos se van cerrando más y más, es como si se estuvieran alejando. Sale del baño y va al closet donde una parte de su guarda ropa ha terminado ahí.
Va a la cocina, y prepara algo de comer, la tristeza o vacío cada vez más le toman por sorpresa. Excepto para Homie, el pequeño perro de su amante, el canino pareciera saber su humor cambiante antes que él mismo porque se vuelve más cariñoso.
Después de mimar a la mascota, la alimenta y juntos comen.
De repente, Seungri se detiene, Youngbae es un hombre bueno, pero no es lo suficiente para él. Sale de la cocina rápidamente, entre lo que va al pasillo introduce dos dedos a su boca, presiona profundamente y justo cuando llega al toilette devuelve el poco alimento que ha consumido.
La vista se le empaña, vuelve a meter sus dedos, vomita… las lágrimas bajan por sus mejillas. Está llorando.
Desde el otro lado de la puerta, Homie rasguña y ladra alterado, como si supiera lo que ocurre adentro.
Seungri vuelve a provocarse vomito, hasta que nada sale… se deja caer sobre sus rodillas y se rompe como un niño.
Homie ladra más fuerte, alarmado.
Maknae jala la palanca de descarga hasta que la evidencia desaparece, lava sus manos frenéticamente. Enjuague bucal sustituyen el amargo sabor, y la menta de la cepillada de dientes deja impecable.
Mira su reflejo en el espejo, pero se siente insignificante.
Abre la puerta y el perro se arroja a sus piernas, lame sus jeans. Enternecido, Seungri se inclina y abrazo Homie. Por laguna razón ese dolor se aminora, lengua le da húmedas caricias, el reconforta.
—Solo tú me quieres de verdad.
Susurra limpiando su rostro del llanto.
…continuará…
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NOTA DEL AUTOR:
Espero que haya sido de su agrado!
Cuídense mucho para no enfermar.
Joder!!. Este seungri lo voy a amar, caramba q nadamas le falta jiyong y dae para hecharse a todo big bang
ResponderEliminarJoder!!. Este seungri lo voy a amar, caramba q nadamas le falta jiyong y dae para hecharse a todo big bang
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