05-AMIGOS PARA TODA LA VIDA
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5-AMIGOS PARA TODA LA
VIDA
Estaba disfrutando de
un merecido descanso. No es que odiara el TAE KWON DO, porque de hecho era una
disciplina favorita y finalmente estaba siendo muy bueno, solo que entre sus
deberes, el soccer, las clases de piano, las de baile y dicho deporte, a veces
es muy agotador. Veía la TV como cualquier otro niño de su edad que no son hijos
de una persona importante que debía ser tan bueno como se hablaba de su
familia.
Le gustaba las
caricaturas de acción, cuando vio ingresar muy enojado padre de inmediato apagó
la pantalla y cuadró su postura.
--Buenas tardes, padre.
Él tomó asiento en el
gran sillón. Demoró antes de hablar.
--¿Dónde está Hyerin?
--Jugando en su habitación.
--Ve por ella, quiero hablar seriamente con ustedes.
De inmediato salió de
la sala con muchas dudas en la mente. Padre lucía muy molesto, lo cual
significaba que los iba a regañar, o peor aun, castigarlos.
Sin embargo ¿Qué
había hecho mal? Sus notas eran buenas. Su desempeño en las clases de deportes
y artes figuraba entre los más altos. No recordaba haber hecho una rabieta, ese
mes no había gritado ni se había quejado cuando lo obligaron a ir a los cursos
bíblicos que impartían los sábados a las ocho de la mañana.
En la segunda planta
estaban sus habitaciones, fue directo a la de su hermana menor. Tocó la puerta
antes de abrir.
--Padre quiere que bajemos a la sala de
estar porque va a hablar con nosotros.
La niña dejó las
muñecas a las que cepillaba la larga cabellera con ayuda de una diminuta
peineta. Ambos hermanos habían sido instruidos para ser niños obedientes y bien
portados. Caminó hacia su hermano.
--Parece muy enojado. -Advirtió, pero su hermana se detuvo y le tomó la mano sintiendo miedo.
Su padre nunca les había gritado mas bastaba una mirada aterradora y una frase
dura para hacerles entender que molestarlo más sería peligroso.
Llegaron donde padre
se descansaba, silenciosamente pasaron por su lado y cada uno tomó asiento en
el sofá del majestuoso juego de muebles. Padre tenía los ojos cerrados al
notarlos los abrió mirándolos sin una sonrisa.
--Desde hoy les digo que no se junten con Lee Jaemin.
--¡¿Q-Qué..?!
-No pudo evitarlo, se puso de pie y alzó la voz exactamente como madre le había
prohibido que lo hiciera.
--Bajo el tono de voz, Youngkyu.
--P-Pero Padre… ¿Por qué?
--¿Ya no podemos hablar con Jaemin?
--Así es hija. -Padre aclaró a su hermana.-- Ya no pueden hablar con él, no pueden jugar, no
deben escucharlo. Ni verlo.
--Padre… -Mantuvo
la mirada.-- ¡Jaemin es mi mejor amigo!
¡No puedes pedirme que deje de verlo!
--Pues yo te digo que no puedes volver a verlo más. -Usó la voz ronca y aunque le tuvo miedo, Jaemin es su
mejor amigo para la toda la vida.
--No.
Aunque era cuatro
años menor que él, y estaba en parvulario aún, Jae es su mejor amigo para toda
la vida, casi su hermano, lo era antes de que Hengwook naciera.
--Jaemin es un niño malo, ha aprendido cosas indebidas.
No quiero que sean más amigos porque les hará daño.
--No es cierto.
-¡¿Cómo podía haber alguien que dijera que Jaeminnie era malo?! ¡Era el más
bueno!-- Yo lo conozco mejor que nadie
porque soy su amigo. Él es bueno, padre.
--Yo digo que no lo es y no me discutas, Youngkyu.
Serás un buen chico y harás lo que tu padre te dice.
--Él ha sido mi amigo…
--Ya no lo será más.
--No es justo.
--No me retes, Dong Youngkyu.
El tono que utilizó
fue más alto de lo normal y le asustó no obstante se trataba de Jaemin. Bajó la
mirada al suelo, soportando las ganas de gritar hasta hacerle entender a padre
que se equivocaba.
--¿Eso es todo lo que tiene que decir, padre?
--Sí… así que ya saben. No quiero enterarme de que me
desobedecieron.
No dijo nada, no
asintió porque no iba a cumplir esa promesa hasta descubrir todo. Salió a su
habitación, cerró la puerta y se dejó caer al suelo. Apretó los puños…
--No quiero…
--Aun recordaba cómo lo había conocido hace dos años en una fiesta con los
demás “tíos”. Llegó a su vida como el primer niño pequeño que cuidaría, y se
volvió su mejor amigo para toda la vida.
-RECUERDO-
Desde muy temprano madre les había levantado ese
domingo a su hermana y a él. Vistió la ropa y los zapatos nuevos porque según
ella iban a una fiesta muy especial.
Se sentía muy solo porque no tenía un hermano con quien
jugar, Hyerin era muy pequeña, lloraba por todo lo cual no la hacía perfecta
para jugar a los exploradores, ni hablar del soccer. Odiaba las fiestas a la
que tenía que ir con sus padres porque había muchos adultos que les decían que
no hacer, les jalaban las mejillas de manera molesta o se la pasaban tomando
fotos, entonces se sentaba para quedarse quieto y aburrido.
Tío Jiyong tenía una niña llamada Sunyoon, pero una
niña no juega al soccer y padre le ha dicho que las niñas no pueden jugar lo
mismo que los niños porque se lastiman.
Así que realmente estaba fastidiado de ir a la dichosa
fiesta.
Acostumbrado a la misma rutina, madre presumió lo
talentoso que eran sus niños en el arte y el deporte. Medio mundo los toqueteó
y fotografiaron, se cansó así que después de tomar un pastelillo se fue a
sentar a distancia prudente para que sea fácil escuchar si lo llamaban.
Contaba el número de personas, lamentando no haber
cargado su tableta electrónica para traerla consigo. La vida un niño de cinco
años es demasiado dura si eres el único varón. Los adultos hablaban sobre temas
que no comprendía además, nadie parecía importarle lo que tenía que decir.
--Youngkyu. -Padre lo
llamó y casi de mala gana fue imaginando qué clase de “tío” iba a revolver su
cabello perfectamente peinado.-- Te voy
presentar a alguien. Es nuevo y creo que se van a agradar…
No quería ilusionarse, los adultos tienen una
definición diferente sobre lo “agradable” y “divertido”. Asintió sin decir
nada. Sostuvieron sus hombros guiándolo en medio de las personas, vio que Sunyoon
también era llevaba de la mano por su padre, una chispa de curiosidad se
encendió dentro de su pecho.
Viendo a sus “tíos” porque sabía perfectamente que no
era un tío de sangre, pero debía llamar así por alguna extraña razón, la
emoción había descendido justo cuando descubres que madre dice que van a salir
a comer pizza y resulta que van con el dentista, hasta que miró hacia su
altura, y ahí vio a un niño pequeño que no conocía.
¡¿Un niño?! ¡Un niño de verdad! Ya no se sentía tan decepcionado.
Kwon Sunyoon arregló su vestido rojo y su cabello largo
antes de presentarse, tenía seis años, su padre era el grandioso GDragon, entre
otras cosas más que repetía a todos para presumir que era muy famosa. Gracias a
esa palabrería supo que después de ella seguiría su turno para hablar con el
niño.
Padre le empujó suavemente para estar a la distancia que
Sunyoon, madre también llegó tomando la mano de Hyerin. Cuando llegó su momento
de hablar, sintió un apretón sobre sus hombros.
--Buenas
tardes, mi nombre es Dong Youngkyu. Tengo siete años de edad, curso el segundo
grado. Mi deporte favorito es el Tae Kwon Do. Mucho gusto. -Realizó una
reverencia como padre le había enseñado a hacer, luego tomó la mano de su
hermana.-- Ella es mi hermana menor,
Hyerin, tiene tres años.
Como Hyerin era miedosa, no dijo nada, solo se soltó
para tratar de esconderse con madre.
Mirando bien al niño, era pequeño… muy pequeño. Su piel
parecía a la de Hyerin; blanca y suavecita. Parecía que estaba un poco enfermo
por las machas moradas chiquititas debajo de esos ojos grandes. El cabello
parecía ondas ligeras y era oscuro. Tenía miedo, miraba todo con cierto temor,
por un momento creyó que rompería en llanto.
--Lee Jaemin… --Dijo
lentamente cuando Tío Seungri le dijo que hablara.-- …Tres años. -Levantó su mano que era pequeña y dejó tres dedos
estirados pero pronto los quitó e hizo una torpe reverencia.
Aquello le pareció gracioso. Jaemin era un niño
pequeño.
--Oh, tu hijo
es tan adorable. -Madre revolvió acarició la cara del niño nuevo.
--¿Tienes
hermanos? -Sunyoon preguntó.
Jaemin movió su cabeza para decir que “no”.
--Yo tampoco. –Animó ella.
--Parece que
se llevarán bien. -Tío Daesung sonrió.
--Si hubiera
venido Yeonjun estoy seguro que estaría encantado de conocer a un niño tan
bonito. -Tío Seunghyun sacó paletas y entregó a todos.
Jaemin miró a su padre antes de sujetar el dulce, al
parecer no sabía que tío Choi Seunghyun es muy divertido.
--Youngkyu,
¿Por qué no juegas con Jaemin? -Padre le otorgó la responsabilidad.-- Cuídalo, y no se metan en problemas.
Tuvo que aceptar que era lo que estaba esperando. ¡Un
niño! Ya podría jugar con alguien. Sunyoon no estaba contenta con la idea que
tuvieran que llevarse al niño nuevo y quedarse sola.
Estiró la mano y cuando tío Seungri le volvió a pedir
que se cuidaran, Jaemin le sujetó para ir a jugar.
En el edificio que tantas veces recorrió cuando padre
lo llevaba, sabía que había un salón con videojuegos, quizás iba a ser algo
difícil de enseñar, pero ¿Quién sabe? A lo mejor era divertido.
--Jaemin,
tienes que llamarme “Youngkyu hyung” o “hyung” ¿Sabes lo que significa?
--¡Hyung! –El niño no
parecía entender mucho, pero al menos había dicho la palabra “hyung”.
--Soy tu hyung
porque soy mayor que tú. “hyung” significa hermano mayor.
Jaemin se detuvo, giró un poco su cabeza hacia un lado
y sonrió contento.
--¡Hyung! -Repitió.
Había algo en Jaemin que le daba curiosidad. Se veía
tan… como si se fuera a lastimarse con cualquier cosa y como el chico más
grande, debía cuidarlo mucho. Llegaron al salón y lo primero que hizo fue
sentar a su nuevo dongsaeng sobre el enorme sofá.
--¿Sabes que
es un video juego?
Le miró serio antes volver a sonreír y él no lo pudo
evitar, también lo hizo. No sabía por qué, pero sonrió.
--Hyung te
enseñará a jugarlos. ¡Son muy divertidos!
Con solo un botón, la gran pantalla se encendió,
seleccionó un juego muy sencillo para que Jaemin lo pudiera entender luego fue
a buscar los controles, los conectó.
--Esto se
llama control. -Puso en sus manos el aparato.-- Sirve para muchas cosas.
Y comenzó a explicar todo. Cuando hizo una prueba,
Jaemin miraba sorprendido por lo que ocurría en la pantalla, aplaudía
emocionado pidiendo que repitiera aquella acción. Necesitó mucha paciencia para
que el pequeño comprendiera cómo se debía jugar. Fueron varias las veces que
tuvo que corregir la secuencia en lo que se acostumbraba al nuevo objeto, sin
embargo supo que era mucho más inteligente que su hermana porque tan pronto
comenzó a entender, era más fácil continuar explicando.
El juego de juntar esferas de los mismos colores para
poder subir, antes le había parecido sumamente aburrido y para bebés. Ahora,
debía admitir que jugarlo con Jae era divertido, cada vez que estallaban el
grupo de esferas, dejando estrellas brillantes, aplaudía emocionado. La risa
del pequeño resultaba contagiosa.
Jugaron tanto, sin importarles nada. Sunyoong fue a
verlos y aunque quiso convencer al otro de ir con ella, él respondía con
negativas.
--No. Hyung es
divertido.
Sunnie se quedó con ellos, aunque se notaba molesta
porque no tenía con quien jugar. Haru noona no había asistido a la fiesta
porque estaba un poco enferma, así que la niña no tenía con quien jugar.
Él estaba feliz, porque finalmente jugaba con otro
niño, aunque fuera menor que él.
--Se nota que
te gusta mucho Jaemin… hasta sonríes. -Sunyoon soltó antes de irse porque se
aburrió al no ser tomada en cuenta en el videojuego, si estuvo hablando ambos
la ignoraron porque interrumpía.
Se le quedó mirando a la niña. ¡Claro que le gustaba!
Podía jugar con un niño a los videojuegos y luego le enseñaría soccer ¡Ya no
tendría que jugar al té con niñas! Haru noona ya no lo obligaría a jugar con
ellas. Sunyoon estaba celosa de su nuevo amigo. ¡Era suyo!
-¡Es
divertido! -Jaemin ajeno a todo, gritaba emocionado.
--Sí,
Jae-ah... es divertido. ¿Te gusta jugar conmigo?
--¡Me gusta
hyung!
Le sonrió antes de continuar jugando olvidando por
completo el mal humor que tenía la hija de tío Jiyong.
--Youngkyu… -Tío Seungri.--
Jaemin
ya se tiene que ir. Es tarde.
Se sorprendió de aquello, al mirar un poco notó que ya
no había tantas personas. No se había dado cuenta del tiempo.
--¡No quiero! -Dongsaeng
gritó enojado cuando su padre le quitó el control y lo bajó del asiento.
--Ya lo sé…
pero es tarde, campeón… nos vamos a casa.
--Papá… -Mostró una
carita triste, lentamente las lágrimas salieron de esos ojos grandes.-- …Quiero jugar con hyung…
--Otro día,
será. ¿Sí? Te lo prometo. -Tío Seungri hizo algo que le sorprendió, besó a
Jaemin a los labios; apenas se tocaron, pero fue un beso.
--Está bien… -Talló sus
ojos con las mangas de su camisa mientras asentía.
--Bueno,
despídete.
--Adiós,
hyung. Jaemin se divirtió mucho. Juguemos mañana ¿Sí?
Sonrió agitando su mano en señal de despedida. Sin
poder decir algo, imitó el movimiento de sus manos.
-FIN DEL RECUERDO-
Y desde ese día de
hace dos largos años cada tarde que se podía, eran reunidos para jugar. A veces
a Minnie le tocaba ir a su casa o a él tenía que ir a la suya. También se veían
en YG, o… como después sabría, irían al mismo club donde enseñan Tae Kwon Do y
soccer.
--No voy a dejar de verlo, padre. -Murmuró para él mismo tocando sus labios.
Su primer beso había
sido con él, cuando se prometieron ser mejores amigos para toda la vida.
-RECUERDO-
--¡HYUNG NO
PUEDE TENER OTROS MEJORES AMIGOS! -Jaemin tenía un carácter un tanto
difícil, eso lo aprendió con el paso del tiempo, podía ser la persona más obediente
pero también la más chillona e insoportable.
--¡Ya me
tienes harto! Eres una molestia. Yo puedo tener todos los amigos que quiera,
los tendré.
El niño le seguía a donde quiera que iba. Exigía hacer
lo mismo que él y a sus ocho años con siete meses le era cansado tener a un
dongsaeng imitándole, Jae comenzó a fastidiarlo. Solo quería jugar siendo dos,
no permitía que nadie más se metiera, trataba mal a los otros niños que se le
acercaban.
Jaemin tendría cuatro años pero era tan caprichoso como
Hengwook con madre. Su hermanito era apenas un bebé.
-¡NO ME
IMPORTA! HYUNG NO PUEDE TENER AMIGOS… -Gritó muy enojado.-- YO NO TENGO OTRO MEJOR AMIGO PORQUE SOLO SOY
AMIGO DE HYUNG.
--¡Tonto! Ese
no es mi problema. -Lo empujó haciendo que se cayera.-- ¡Me molestas! ¡No soporto estar contigo!
Minnie le miró sorprendido, incluso él mismo se
sorprendió de lo que había hecho. Se levantó rápidamente, para ir contra él en
pequeño golpes furiosos.
--¡HYUNG ES
MALO! -Lo volvió a empujar para quitárselo de encima. Cayó
dolorosamente al suelo, en ese momento se arrepintió de sus actos, intentó
ayudarlo a levantarse pero el otro le dio un manotazo.-- ¡TE ODIO! ¡TE ODIO!
Vio ese rostro enojado roto en uno muy triste, las
lágrimas caían una tras otra mojando su rostro, salió corriendo lejos de él.
Los días que siguieron, el pequeño lo evitaba, si se
veían no lo miraba fingiendo que no existía. Debía admitirlo, aunque al inicio
fue un alivio, pronto comenzó a doler.
En YG prefería irse con Sunyoon a jugar al té, aunque
se aburriera. O jugaba solo con el balón de soccer.
Si le hablaba no le escuchaba.
Youngkyu no sabía si se sentía arrepentido porque era
ignorado por ese niño que lo veía el amigo más genial del universo o porque
había causado que Jaemin se aislara de todos. No era un pequeño tan sociable,
prefería la presencia de los que conocía.
Todo cambió cuando Yeonjun hyung simpatizó con Jae y se
volvieron inseparables. Hyung era mayor que él, trataba con mayor paciencia al
menor de todos, no dudaba en llevarlo a su lado. Entones, sintió un profundo
coraje que la persona que jugaba con el balón fuera otra y no él; le enojaba
que jugaran juntos los videojuegos.
--Parece que
Jaemin te cambió, Youngie. -Haru noona se burlaba de la situación.
--No me
importa. Mejor, era empalagoso y molesto.
--Ja. -Noona
peinaba a Sunyoon.-- Estás rojo de
coraje, dongsaeng… estás muriendo de celos. El adorable Minnie te cambió por
alguien mejor.
Ignoró a la mayor y se fue lejos de las niñas que reían
por su problema. Haru noona decía cosas raras de ellos.
Caminó por los pasillos hasta que en una sala estaba su
ex amigo y hyung, éste último entregaba una tarjeta.
--¡Gracias,
hyung! La cuidaré mucho. ¡Es mi tesoro! -Jae hablaba muy feliz por tener ese
pedazo de papel.
--No te
preocupes, yo tengo muchas más. Mi tío me las regala. -Bufó cuando
hyung acarició la cabeza del otro. Y sí, en el fondo estaba celoso de que otra
persona estuviera cerca de maknae.
Decidió que tenía suficiente con la ridícula pelea. Iba
a disculparse para arreglar las cosas así que esperó a que Yeonjun se marchara
para hablar con calma.
--Jae-ah… -Llamó su
atención.
--¿Qué
quieres?
El tono arrogante comenzó a incomodarlo.
--Quiero
hablar contigo.
--Yo no
quiero.
--Por favor, Minnie…
--No me llames
así. -Eso fue grosero.
--Está bien,
Jaemin.
--No quiero
hablar. Tú ya no eres mi amigo.
--Sobre eso…
--Voy a buscar
a Yeon hyung…
Así, grosero caminó hacia la salida, perdió la
paciencia que planeaba tener.
--¡Te estoy
hablando! -Sujetó del brazo.
--¡No me
importa! -Logró zafarse del agarre.
--Intento
disculparme y tú…
--¡No me
importa! ¡No eres mi amigo! ¡Te odio! ¡Yeonjun es mi mejor amigo!
Apretó los puños, la rabia aumentó junto a los celos.
Arrebató la tarjeta que llevaba en sus manos.
--¡Nooo!
¡Dámela!
--¿Qué tan
genial es esta cosa? -Era la figura de un dragón blanco…-- Es basura. -La tiró al suelo y la pisó.
--¡Noo! -Gritó
enojado.-- ¡Eres malo! Por esto TE ODIO.
Intentó derribarlo pero Jae seguía siendo pequeño
mientras él había crecido más. Era más fuerte así que los pequeños puñetazos no
le dolieron nada.
--¡TE ODIO!
¡TE ODIO! -Luego, el niño se dejó caer al suelo, sabiendo que nunca
le ganaría. Comenzó a llorar.
Los lamentos y gemidos no eran ruidosos, sino queditos.
--Tienes otros
mejores amigos, y me empujas. Ahora me quitas algo preciado para mí. Eres muy
malo conmigo ¿Por qué me lastimas?
Las manos cubrieron el rostro, el cuerpo de maknae se
estremecía.
--Yo te quería
mucho hyung… ¿Por qué no me quieres?
Se sintió realmente mal, había vuelto a hacer llorar a
la persona que tanto apreciaba. Eso no hacían los mejores amigos.
Recogió la tarjeta tirada, limpiándola en su ropa.
--Yo quiero
ser tu mejor amigo. –Sacó una servilleta de papel entre la envoltura
exagerada de varios caramelos escondidos en su bolsillo de pantalón.-- Toma tu tarjeta. Te la devuelvo… nunca te
he regalado un tesoro.
El pequeño detuvo sus lágrimas, una mano sujetó la
tarjeta y la otra la servilleta para limpiar su nariz.
--Huele a
sandía.
--Lo sé…
guardé unos dulces. ¿Quieres?
El pequeño negó.
--Son tuyos.
--Los puedo
compartir.
Extendió las servilletas y repartió en cantidad las
golosinas. La parte más generosa fue hacia Jaemin.
--¿Me
perdonas? Fui muy malo contigo.
Maknae asintió.
--Quiero que
entiendas algo… yo puedo tener muchos amigos. Pero tú siempre serás especial.
Serás mi mejor amigo para toda la vida.
--Quiero ser
un amigo especial.
--Todo lo que
tengo es esto. -Sacó un pequeño carro HOTWHEELS en color rojo.-- No creo que sea tan genial como una
tarjeta, pero es mi tesoro. Padre me lo regaló cuando era más pequeño. Te regalo,
como muestra sincera de que seremos mejores amigos para toda la vida.
La sonrisa regresó y sin poder evitarlo sonrió
igualmente.
--¿Seremos
mejores amigos para toda la vida?
--Si tú
quieres…
--Yo quiero. -Aceptó el
pequeño juguete que le fue entregado.-- ¿Entonces
somos mejores amigos?
--Para toda la
vida.
--¿Lo
prometes?
--Lo prometo.
Jaemin se acercó rápidamente, poniendo sus labios sobre
los suyos. Un beso… le había besado en la boca. Se sintió mareado, sentía
cosquillas. Nunca antes había hecho algo como eso. Sus dedos tocaron los
labios.
--Papá y mamá
siempre besan cuando prometen algo. -Minnie sonrió inocentemente.
Con las mejillas calientes, asintió avergonzado por el
peculiar ritual.
--Te prometo
que serás mi mejor amigo para toda la vida, así tengamos muchos amigos más. -Sujetó las
húmedas mejillas, elevó un poco el rostro del menor y lentamente unió sus
labios con los ajenos. La sensación era tibia, esponjosa y un poquito húmeda,
pero de ningún modo desagradable.
--Te quiero,
hyung. -Jaemin en verdad era su mejor amigo. También lo
quería y no deseaba compartirlo.
-FIN DEL RECUERDO-
Es su mejor amigo
para toda la vida. Un amigo que siempre será tu compañero de aventuras, tu
camarada, tu cómplice. Él había hecho una promesa, no pensaba romperla, así que
por mucho que padre ordenara, ellos seguirían siendo amigos.
Lo más importante en
esos momentos era averiguar ¿Por qué había salido la descabellada idea de que
Jaemin era malo? Y como no querían decirle nada, investigaría.
¿Tío Seungri también
le habría dicho algo a Jaemin? De cualquier modo no importaba, cuando un hombre
hace una promesa. Se cumple.
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Continuará…
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