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lunes, 4 de abril de 2016

HABLEMOS DE AMOR 05

05-AMIGOS PARA TODA LA VIDA


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5-AMIGOS PARA TODA LA VIDA





Estaba disfrutando de un merecido descanso. No es que odiara el TAE KWON DO, porque de hecho era una disciplina favorita y finalmente estaba siendo muy bueno, solo que entre sus deberes, el soccer, las clases de piano, las de baile y dicho deporte, a veces es muy agotador. Veía la TV como cualquier otro niño de su edad que no son hijos de una persona importante que debía ser tan bueno como se hablaba de su familia.

Le gustaba las caricaturas de acción, cuando vio ingresar muy enojado padre de inmediato apagó la pantalla y cuadró su postura.

--Buenas tardes, padre.

Él tomó asiento en el gran sillón. Demoró antes de hablar.

--¿Dónde está Hyerin?

--Jugando en su habitación.

--Ve por ella, quiero hablar seriamente con ustedes.

De inmediato salió de la sala con muchas dudas en la mente. Padre lucía muy molesto, lo cual significaba que los iba a regañar, o peor aun, castigarlos.

Sin embargo ¿Qué había hecho mal? Sus notas eran buenas. Su desempeño en las clases de deportes y artes figuraba entre los más altos. No recordaba haber hecho una rabieta, ese mes no había gritado ni se había quejado cuando lo obligaron a ir a los cursos bíblicos que impartían los sábados a las ocho de la mañana.

En la segunda planta estaban sus habitaciones, fue directo a la de su hermana menor. Tocó la puerta antes de abrir.

--Padre quiere que bajemos a la sala de estar porque va a hablar con nosotros.        

La niña dejó las muñecas a las que cepillaba la larga cabellera con ayuda de una diminuta peineta. Ambos hermanos habían sido instruidos para ser niños obedientes y bien portados. Caminó hacia su hermano.

--Parece muy enojado. -Advirtió, pero su hermana se detuvo y le tomó la mano sintiendo miedo. Su padre nunca les había gritado mas bastaba una mirada aterradora y una frase dura para hacerles entender que molestarlo más sería peligroso.

Llegaron donde padre se descansaba, silenciosamente pasaron por su lado y cada uno tomó asiento en el sofá del majestuoso juego de muebles. Padre tenía los ojos cerrados al notarlos los abrió mirándolos sin una sonrisa.

--Desde hoy les digo que no se junten con Lee Jaemin.

--¡¿Q-Qué..?! -No pudo evitarlo, se puso de pie y alzó la voz exactamente como madre le había prohibido que lo hiciera.

--Bajo el tono de voz, Youngkyu.

--P-Pero Padre… ¿Por qué?

--¿Ya no podemos hablar con Jaemin?

--Así es hija. -Padre aclaró a su hermana.-- Ya no pueden hablar con él, no pueden jugar, no deben escucharlo. Ni verlo.

--Padre… -Mantuvo la mirada.-- ¡Jaemin es mi mejor amigo! ¡No puedes pedirme que deje de verlo!

--Pues yo te digo que no puedes volver a verlo más. -Usó la voz ronca y aunque le tuvo miedo, Jaemin es su mejor amigo para la toda la vida.

--No.

Aunque era cuatro años menor que él, y estaba en parvulario aún, Jae es su mejor amigo para toda la vida, casi su hermano, lo era antes de que Hengwook naciera.

--Jaemin es un niño malo, ha aprendido cosas indebidas. No quiero que sean más amigos porque les hará daño.

--No es cierto. -¡¿Cómo podía haber alguien que dijera que Jaeminnie era malo?! ¡Era el más bueno!-- Yo lo conozco mejor que nadie porque soy su amigo. Él es bueno, padre.

--Yo digo que no lo es y no me discutas, Youngkyu. Serás un buen chico y harás lo que tu padre te dice.

--Él ha sido mi amigo…

--Ya no lo será más.

--No es justo.

--No me retes, Dong Youngkyu.

El tono que utilizó fue más alto de lo normal y le asustó no obstante se trataba de Jaemin. Bajó la mirada al suelo, soportando las ganas de gritar hasta hacerle entender a padre que se equivocaba.

--¿Eso es todo lo que tiene que decir, padre?

--Sí… así que ya saben. No quiero enterarme de que me desobedecieron.

No dijo nada, no asintió porque no iba a cumplir esa promesa hasta descubrir todo. Salió a su habitación, cerró la puerta y se dejó caer al suelo. Apretó los puños…

--No quiero… --Aun recordaba cómo lo había conocido hace dos años en una fiesta con los demás “tíos”. Llegó a su vida como el primer niño pequeño que cuidaría, y se volvió su mejor amigo para toda la vida.


-RECUERDO-
Desde muy temprano madre les había levantado ese domingo a su hermana y a él. Vistió la ropa y los zapatos nuevos porque según ella iban a una fiesta muy especial.

Se sentía muy solo porque no tenía un hermano con quien jugar, Hyerin era muy pequeña, lloraba por todo lo cual no la hacía perfecta para jugar a los exploradores, ni hablar del soccer. Odiaba las fiestas a la que tenía que ir con sus padres porque había muchos adultos que les decían que no hacer, les jalaban las mejillas de manera molesta o se la pasaban tomando fotos, entonces se sentaba para quedarse quieto y aburrido.

Tío Jiyong tenía una niña llamada Sunyoon, pero una niña no juega al soccer y padre le ha dicho que las niñas no pueden jugar lo mismo que los niños porque se lastiman.

Así que realmente estaba fastidiado de ir a la dichosa fiesta.

Acostumbrado a la misma rutina, madre presumió lo talentoso que eran sus niños en el arte y el deporte. Medio mundo los toqueteó y fotografiaron, se cansó así que después de tomar un pastelillo se fue a sentar a distancia prudente para que sea fácil escuchar si lo llamaban.

Contaba el número de personas, lamentando no haber cargado su tableta electrónica para traerla consigo. La vida un niño de cinco años es demasiado dura si eres el único varón. Los adultos hablaban sobre temas que no comprendía además, nadie parecía importarle lo que tenía que decir.

--Youngkyu. -Padre lo llamó y casi de mala gana fue imaginando qué clase de “tío” iba a revolver su cabello perfectamente peinado.-- Te voy presentar a alguien. Es nuevo y creo que se van a agradar…

No quería ilusionarse, los adultos tienen una definición diferente sobre lo “agradable” y “divertido”. Asintió sin decir nada. Sostuvieron sus hombros guiándolo en medio de las personas, vio que Sunyoon también era llevaba de la mano por su padre, una chispa de curiosidad se encendió dentro de su pecho.   

Viendo a sus “tíos” porque sabía perfectamente que no era un tío de sangre, pero debía llamar así por alguna extraña razón, la emoción había descendido justo cuando descubres que madre dice que van a salir a comer pizza y resulta que van con el dentista, hasta que miró hacia su altura, y ahí vio a un niño pequeño que no conocía.

¡¿Un niño?! ¡Un niño de verdad! Ya no se sentía tan decepcionado.

Kwon Sunyoon arregló su vestido rojo y su cabello largo antes de presentarse, tenía seis años, su padre era el grandioso GDragon, entre otras cosas más que repetía a todos para presumir que era muy famosa. Gracias a esa palabrería supo que después de ella seguiría su turno para hablar con el niño.
Padre le empujó suavemente para estar a la distancia que Sunyoon, madre también llegó tomando la mano de Hyerin. Cuando llegó su momento de hablar, sintió un apretón sobre sus hombros.

--Buenas tardes, mi nombre es Dong Youngkyu. Tengo siete años de edad, curso el segundo grado. Mi deporte favorito es el Tae Kwon Do. Mucho gusto. -Realizó una reverencia como padre le había enseñado a hacer, luego tomó la mano de su hermana.-- Ella es mi hermana menor, Hyerin, tiene tres años.

Como Hyerin era miedosa, no dijo nada, solo se soltó para tratar de esconderse con madre.

Mirando bien al niño, era pequeño… muy pequeño. Su piel parecía a la de Hyerin; blanca y suavecita. Parecía que estaba un poco enfermo por las machas moradas chiquititas debajo de esos ojos grandes. El cabello parecía ondas ligeras y era oscuro. Tenía miedo, miraba todo con cierto temor, por un momento creyó que rompería en llanto.

--Lee Jaemin… --Dijo lentamente cuando Tío Seungri le dijo que hablara.-- …Tres años. -Levantó su mano que era pequeña y dejó tres dedos estirados pero pronto los quitó e hizo una torpe reverencia.

Aquello le pareció gracioso. Jaemin era un niño pequeño.

--Oh, tu hijo es tan adorable. -Madre revolvió acarició la cara del niño nuevo.

--¿Tienes hermanos? -Sunyoon preguntó.

Jaemin movió su cabeza para decir que “no”.

--Yo tampoco. –Animó ella.

--Parece que se llevarán bien. -Tío Daesung sonrió.

--Si hubiera venido Yeonjun estoy seguro que estaría encantado de conocer a un niño tan bonito. -Tío Seunghyun sacó paletas y entregó a todos.

Jaemin miró a su padre antes de sujetar el dulce, al parecer no sabía que tío Choi Seunghyun es muy divertido.

--Youngkyu, ¿Por qué no juegas con Jaemin? -Padre le otorgó la responsabilidad.-- Cuídalo, y no se metan en problemas.

Tuvo que aceptar que era lo que estaba esperando. ¡Un niño! Ya podría jugar con alguien. Sunyoon no estaba contenta con la idea que tuvieran que llevarse al niño nuevo y quedarse sola.

Estiró la mano y cuando tío Seungri le volvió a pedir que se cuidaran, Jaemin le sujetó para ir a jugar.

En el edificio que tantas veces recorrió cuando padre lo llevaba, sabía que había un salón con videojuegos, quizás iba a ser algo difícil de enseñar, pero ¿Quién sabe? A lo mejor era divertido.

--Jaemin, tienes que llamarme “Youngkyu hyung” o “hyung” ¿Sabes lo que significa?

--¡Hyung! –El niño no parecía entender mucho, pero al menos había dicho la palabra “hyung”.
                                                                                                                             
--Soy tu hyung porque soy mayor que tú. “hyung” significa hermano mayor.

Jaemin se detuvo, giró un poco su cabeza hacia un lado y sonrió contento.

--¡Hyung! -Repitió.

Había algo en Jaemin que le daba curiosidad. Se veía tan… como si se fuera a lastimarse con cualquier cosa y como el chico más grande, debía cuidarlo mucho. Llegaron al salón y lo primero que hizo fue sentar a su nuevo dongsaeng sobre el enorme sofá.

--¿Sabes que es un video juego?

Le miró serio antes volver a sonreír y él no lo pudo evitar, también lo hizo. No sabía por qué, pero sonrió.

--Hyung te enseñará a jugarlos. ¡Son muy divertidos!

Con solo un botón, la gran pantalla se encendió, seleccionó un juego muy sencillo para que Jaemin lo pudiera entender luego fue a buscar los controles, los conectó.

--Esto se llama control. -Puso en sus manos el aparato.-- Sirve para muchas cosas.

Y comenzó a explicar todo. Cuando hizo una prueba, Jaemin miraba sorprendido por lo que ocurría en la pantalla, aplaudía emocionado pidiendo que repitiera aquella acción. Necesitó mucha paciencia para que el pequeño comprendiera cómo se debía jugar. Fueron varias las veces que tuvo que corregir la secuencia en lo que se acostumbraba al nuevo objeto, sin embargo supo que era mucho más inteligente que su hermana porque tan pronto comenzó a entender, era más fácil continuar explicando.

El juego de juntar esferas de los mismos colores para poder subir, antes le había parecido sumamente aburrido y para bebés. Ahora, debía admitir que jugarlo con Jae era divertido, cada vez que estallaban el grupo de esferas, dejando estrellas brillantes, aplaudía emocionado. La risa del pequeño resultaba contagiosa.

Jugaron tanto, sin importarles nada. Sunyoong fue a verlos y aunque quiso convencer al otro de ir con ella, él respondía con negativas.

--No. Hyung es divertido.

Sunnie se quedó con ellos, aunque se notaba molesta porque no tenía con quien jugar. Haru noona no había asistido a la fiesta porque estaba un poco enferma, así que la niña no tenía con quien jugar.

Él estaba feliz, porque finalmente jugaba con otro niño, aunque fuera menor que él.

--Se nota que te gusta mucho Jaemin… hasta sonríes. -Sunyoon soltó antes de irse porque se aburrió al no ser tomada en cuenta en el videojuego, si estuvo hablando ambos la ignoraron porque interrumpía.

Se le quedó mirando a la niña. ¡Claro que le gustaba! Podía jugar con un niño a los videojuegos y luego le enseñaría soccer ¡Ya no tendría que jugar al té con niñas! Haru noona ya no lo obligaría a jugar con ellas. Sunyoon estaba celosa de su nuevo amigo. ¡Era suyo!

-¡Es divertido! -Jaemin ajeno a todo, gritaba emocionado.

--Sí, Jae-ah... es divertido. ¿Te gusta jugar conmigo?

--¡Me gusta hyung!

Le sonrió antes de continuar jugando olvidando por completo el mal humor que tenía la hija de tío Jiyong.

--Youngkyu… -Tío Seungri.--  Jaemin ya se tiene que ir. Es tarde.

Se sorprendió de aquello, al mirar un poco notó que ya no había tantas personas. No se había dado cuenta del tiempo.


--¡No quiero! -Dongsaeng gritó enojado cuando su padre le quitó el control y lo bajó del asiento.

--Ya lo sé… pero es tarde, campeón… nos vamos a casa.

--Papá… -Mostró una carita triste, lentamente las lágrimas salieron de esos ojos grandes.-- …Quiero jugar con hyung…

--Otro día, será. ¿Sí? Te lo prometo. -Tío Seungri hizo algo que le sorprendió, besó a Jaemin a los labios; apenas se tocaron, pero fue un beso.

--Está bien… -Talló sus ojos con las mangas de su camisa mientras asentía.

--Bueno, despídete.

--Adiós, hyung. Jaemin se divirtió mucho. Juguemos mañana ¿Sí?

Sonrió agitando su mano en señal de despedida. Sin poder decir algo, imitó el movimiento de sus manos.

-FIN DEL RECUERDO-

Y desde ese día de hace dos largos años cada tarde que se podía, eran reunidos para jugar. A veces a Minnie le tocaba ir a su casa o a él tenía que ir a la suya. También se veían en YG, o… como después sabría, irían al mismo club donde enseñan Tae Kwon Do y soccer.

--No voy a dejar de verlo, padre. -Murmuró para él mismo tocando sus labios.

Su primer beso había sido con él, cuando se prometieron ser mejores amigos para toda la vida.


-RECUERDO-

--¡HYUNG NO PUEDE TENER OTROS MEJORES AMIGOS! -Jaemin tenía un carácter un tanto difícil, eso lo aprendió con el paso del tiempo, podía ser la persona más obediente pero también la más chillona e insoportable.

--¡Ya me tienes harto! Eres una molestia. Yo puedo tener todos los amigos que quiera, los tendré.

El niño le seguía a donde quiera que iba. Exigía hacer lo mismo que él y a sus ocho años con siete meses le era cansado tener a un dongsaeng imitándole, Jae comenzó a fastidiarlo. Solo quería jugar siendo dos, no permitía que nadie más se metiera, trataba mal a los otros niños que se le acercaban.

Jaemin tendría cuatro años pero era tan caprichoso como Hengwook con madre. Su hermanito era apenas un bebé.

-¡NO ME IMPORTA! HYUNG NO PUEDE TENER AMIGOS… -Gritó muy enojado.-- YO NO TENGO OTRO MEJOR AMIGO PORQUE SOLO SOY AMIGO DE HYUNG.

--¡Tonto! Ese no es mi problema. -Lo empujó haciendo que se cayera.-- ¡Me molestas! ¡No soporto estar contigo!

Minnie le miró sorprendido, incluso él mismo se sorprendió de lo que había hecho. Se levantó rápidamente, para ir contra él en pequeño golpes furiosos.

--¡HYUNG ES MALO! -Lo volvió a empujar para quitárselo de encima. Cayó dolorosamente al suelo, en ese momento se arrepintió de sus actos, intentó ayudarlo a levantarse pero el otro le dio un manotazo.-- ¡TE ODIO! ¡TE ODIO!

Vio ese rostro enojado roto en uno muy triste, las lágrimas caían una tras otra mojando su rostro, salió corriendo lejos de él.

Los días que siguieron, el pequeño lo evitaba, si se veían no lo miraba fingiendo que no existía. Debía admitirlo, aunque al inicio fue un alivio, pronto comenzó a doler.
En YG prefería irse con Sunyoon a jugar al té, aunque se aburriera. O jugaba solo con el balón de soccer.

Si le hablaba no le escuchaba.

Youngkyu no sabía si se sentía arrepentido porque era ignorado por ese niño que lo veía el amigo más genial del universo o porque había causado que Jaemin se aislara de todos. No era un pequeño tan sociable, prefería la presencia de los que conocía.

Todo cambió cuando Yeonjun hyung simpatizó con Jae y se volvieron inseparables. Hyung era mayor que él, trataba con mayor paciencia al menor de todos, no dudaba en llevarlo a su lado. Entones, sintió un profundo coraje que la persona que jugaba con el balón fuera otra y no él; le enojaba que jugaran juntos los videojuegos.

--Parece que Jaemin te cambió, Youngie. -Haru noona se burlaba de la situación.

--No me importa. Mejor, era empalagoso y molesto.

--Ja. -Noona peinaba a Sunyoon.-- Estás rojo de coraje, dongsaeng… estás muriendo de celos. El adorable Minnie te cambió por alguien mejor.

Ignoró a la mayor y se fue lejos de las niñas que reían por su problema. Haru noona decía cosas raras de ellos.

Caminó por los pasillos hasta que en una sala estaba su ex amigo y hyung, éste último entregaba una tarjeta.

--¡Gracias, hyung! La cuidaré mucho. ¡Es mi tesoro! -Jae hablaba muy feliz por tener ese pedazo de papel.

--No te preocupes, yo tengo muchas más. Mi tío me las regala. -Bufó cuando hyung acarició la cabeza del otro. Y sí, en el fondo estaba celoso de que otra persona estuviera cerca de maknae.

Decidió que tenía suficiente con la ridícula pelea. Iba a disculparse para arreglar las cosas así que esperó a que Yeonjun se marchara para hablar con calma.

--Jae-ah… -Llamó su atención.

--¿Qué quieres?

El tono arrogante comenzó a incomodarlo.

--Quiero hablar contigo.

--Yo no quiero.

--Por favor, Minnie…

--No me llames así. -Eso fue grosero.

--Está bien, Jaemin.

--No quiero hablar. Tú ya no eres mi amigo.

--Sobre eso…

--Voy a buscar a Yeon hyung…

Así, grosero caminó hacia la salida, perdió la paciencia que planeaba tener.

--¡Te estoy hablando! -Sujetó del brazo.

--¡No me importa! -Logró zafarse del agarre.

--Intento disculparme y tú…

--¡No me importa! ¡No eres mi amigo! ¡Te odio! ¡Yeonjun es mi mejor amigo!

Apretó los puños, la rabia aumentó junto a los celos. Arrebató la tarjeta que llevaba en sus manos.

--¡Nooo! ¡Dámela!

--¿Qué tan genial es esta cosa? -Era la figura de un dragón blanco…-- Es basura. -La tiró al suelo y la pisó.

--¡Noo! -Gritó enojado.-- ¡Eres malo! Por esto TE ODIO.

Intentó derribarlo pero Jae seguía siendo pequeño mientras él había crecido más. Era más fuerte así que los pequeños puñetazos no le dolieron nada.

--¡TE ODIO! ¡TE ODIO! -Luego, el niño se dejó caer al suelo, sabiendo que nunca le ganaría. Comenzó a llorar.

Los lamentos y gemidos no eran ruidosos, sino queditos.


--Tienes otros mejores amigos, y me empujas. Ahora me quitas algo preciado para mí. Eres muy malo conmigo ¿Por qué me lastimas?

Las manos cubrieron el rostro, el cuerpo de maknae se estremecía.

--Yo te quería mucho hyung… ¿Por qué no me quieres?

Se sintió realmente mal, había vuelto a hacer llorar a la persona que tanto apreciaba. Eso no hacían los mejores amigos.
Recogió la tarjeta tirada, limpiándola en su ropa.

--Yo quiero ser tu mejor amigo. –Sacó una servilleta de papel entre la envoltura exagerada de varios caramelos escondidos en su bolsillo de pantalón.-- Toma tu tarjeta. Te la devuelvo… nunca te he regalado un tesoro.

El pequeño detuvo sus lágrimas, una mano sujetó la tarjeta y la otra la servilleta para limpiar su nariz.

--Huele a sandía.

--Lo sé… guardé unos dulces. ¿Quieres?

El pequeño negó.

--Son tuyos.

--Los puedo compartir.

Extendió las servilletas y repartió en cantidad las golosinas. La parte más generosa fue hacia Jaemin.

--¿Me perdonas? Fui muy malo contigo.

Maknae asintió.

--Quiero que entiendas algo… yo puedo tener muchos amigos. Pero tú siempre serás especial. Serás mi mejor amigo para toda la vida.

--Quiero ser un amigo especial.

--Todo lo que tengo es esto. -Sacó un pequeño carro HOTWHEELS en color rojo.-- No creo que sea tan genial como una tarjeta, pero es mi tesoro. Padre me lo regaló cuando era más pequeño. Te regalo, como muestra sincera de que seremos mejores amigos para toda la vida.

La sonrisa regresó y sin poder evitarlo sonrió igualmente.

--¿Seremos mejores amigos para toda la vida?

--Si tú quieres…

--Yo quiero. -Aceptó el pequeño juguete que le fue entregado.-- ¿Entonces somos mejores amigos?

--Para toda la vida.

--¿Lo prometes?

--Lo prometo.

Jaemin se acercó rápidamente, poniendo sus labios sobre los suyos. Un beso… le había besado en la boca. Se sintió mareado, sentía cosquillas. Nunca antes había hecho algo como eso. Sus dedos tocaron los labios.


--Papá y mamá siempre besan cuando prometen algo. -Minnie sonrió inocentemente.

Con las mejillas calientes, asintió avergonzado por el peculiar ritual.

--Te prometo que serás mi mejor amigo para toda la vida, así tengamos muchos amigos más. -Sujetó las húmedas mejillas, elevó un poco el rostro del menor y lentamente unió sus labios con los ajenos. La sensación era tibia, esponjosa y un poquito húmeda, pero de ningún modo desagradable.

--Te quiero, hyung. -Jaemin en verdad era su mejor amigo. También lo quería y no deseaba compartirlo.

-FIN DEL RECUERDO-

Es su mejor amigo para toda la vida. Un amigo que siempre será tu compañero de aventuras, tu camarada, tu cómplice. Él había hecho una promesa, no pensaba romperla, así que por mucho que padre ordenara, ellos seguirían siendo amigos.

Lo más importante en esos momentos era averiguar ¿Por qué había salido la descabellada idea de que Jaemin era malo? Y como no querían decirle nada, investigaría.

¿Tío Seungri también le habría dicho algo a Jaemin? De cualquier modo no importaba, cuando un hombre hace una promesa. Se cumple.

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Continuará…

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