06-PROMESA ROTA
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6-PROMESA ROTA
Después de la
“plática seria” con padre las cosas se habían vuelto más o menos normal a
excepción que ya no le dejaban ver a su amigo y éste no había vuelto a ir al
club deportivo, lo cual le ponía de malas porque no tenía con quién jugar,
además se la pasaba pensando en cómo estaría Jae, si lo dejaban solo en esa
casa enorme donde vivía, su padre era el único que jugaba a veces, porque su
madre, la esposa de tío Seungri no era muy divertida. Jaemin decía que no juega
con él, no le cuenta cuentos, ni tampoco le canta… para eso tenía a su niñera,
a padre o su abuelita.
Su mejor amigo era un
niño que vivía muy solo porque no tenía hermanos con quien jugar o pelearse así
que cuando iba con Sunyoon noona o él, quería jugar a lo que fuera.
Su amistad no podía
ser impedida aunque padre lo ordenara. Es cierto que le tenía miedo a sus regaños,
pero se trata de su mejor amigo. Es algo importante.
Intentó investigar con madre las razones por
las cuales debía dejar de ser amigo de Jaemin mas solo obtuvo evasivas, “Solo has lo que tu padre dice, es por tu
bien.”
¿Su bienestar? Era
ser feliz, con su derecho a jugar, a comer y doctor, al menos eso decía la
constitución sobre los derechos de los niños. Y entendía que su felicidad era
seguir siendo amigo de dongsaeng.
Comenzó a dibujar al
azar sobre su libreta de ejercicios matemáticos mientras analizaba la
situación. Odiaba las matemáticas, lo bueno era que logró terminar el trabajo a
tiempo. Su tutor calificaría el trabajo, deseaba obtener un diez en el examen
que tendría para que dejara de ir a casa. Estaba comenzando a hartarse de tantas
actividades que sentía que no le iban a servir.
Escuchó un ligero
golpeteo sobre su habitación.
--Youngkyu, soy tu padre. -Anunció padre, entonces acomodó sus libros y libreta.
Escuchó cuando la puerta fue abierta.-- ¿Has
terminado tus deberes?
--Sí, padre.
--Eso es bueno. Debes estudiar mucho. -Asintió en lo que padre se sentaba sobre la silla que
su tutor suele utilizar cuando le enseña cosas nuevas.-- Quiero hablar contigo, seriamente.
Casi reniega al
entender esas palabras, otra “plática seria”. ¿Ahora qué?
--Entiendo, padre.
--Hyerin me ha dicho algo interesante sobre Jaemin. -Le miró sin estar enojado.-- ¿Hay algo que quieras decirme tú?
--No entiendo padre… él y yo jugamos, pero no he notado
algo malo en mi amigo.
--¿Estás seguro?
¿Por qué padre
insistía? ¿No entendía sus palabras?
--Sí.
--Jaemin ha comenzado leer…
--Así es. -Sonrió
sin poder evitarlo. Es genial tener un amigo inteligente.
--Ya lee libros…
--Solo cuentos.
--Exactamente.
--Sigo sin entender padre.
Le miró seriamente,
ligeramente molesto.
--¿Nunca te ha leído algo raro?
--Los cuentos se dividen en muchos géneros, padre. No
estoy seguro sobre qué es lo que dice.
--¿Es cierto que Jaemin les ha leído su cuento
favorito?
¿”La familia especial
de Danna”? ¿Qué tenía de malo? Fue él quien se lo enseñó una vez que lo leyeran
en clases, Jaemin solo quiso ese cuento desde que lo escuchó.
--¿Es un cuento raro?
--No estás respondiendo.
Algo en su interior
le advertía que si admitía todo, sería la respuesta equivocada porque padre no
lucía contento.
--Realmente no entiendo ¿Qué es lo que quiere saber,
padre?
--Hyerin dice que Jaemin se los ha leído a ambos. ¿Es
verdad?
--Es posible, suele practicar su lectura.
--¿Por qué no me lo habías dicho? -Reclamó padre con voz ronca.
--No pensé que fuera malo.
--Lo es, y mucho.
--No lo creo.
--Cuida tus palabras, hijo. Esa amistad con Jaemin te
está haciendo mal. Me retas y desobedeces, antes eras un niño bueno.
Guardó silencio para
recibir la descarga de regaños de padre. Él también había cambiado, había
dejado de ser el padre cariñoso que era antes. Ahora todo era órdenes:
“Youngkyu has esto…”
“Youngkyu tienes que
ganar…”
“Youngkyu tienes que
ser el mejor…”
Nada de lo que hacía
parecía hacer feliz a padre. Cada día le decía que tenía que ser muy bueno en
la escuela, los deportes y el arte porque era su hijo, y ellos muy famosos. Las
personas debían hablar solo cosas buenas.
Tal vez, cuando era
pequeño lo habría hecho todo sin pensar, pero estaba siendo un niño grande y
comenzaba a cuestionar todo, era su naturaleza. En clase era el primero en
preguntar, le interesaba saberlo todo, comprenderlo.
--No quiero que vuelvas a ver a Jaemin.
--Es mi único mejor amigo.
--Puedes tener otros más.
--Yo solo lo quiero a él.
--Youngkyu…
Bajó el rostro,
porque sentía coraje.
--¿Por qué? ¿Por qué lo hace malo? Lee, y está
aprendiendo a escribir. Va a natación y hacer deportes. Es bueno bailando y
cantando. No lo entiendo.
--Solo déjalo de ver.
--Si me dijera por qué yo entendería padre.
--No voy a discutir contigo, hijo. Mejor ponte a
repasar tus clases de historia.
Padre salió de la
habitación sin responder nada. Ah, él podía decir y ordenar lo que quisiera
porque es el padre, pero él no pude preguntar porque es el hijo. Eso era
injusto.
--Ya repasé historia. Y no voy a dejar a Jaemin. -Murmuró sabiendo que desafiaba a su padre.
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Esa mañana se había levantado temprano para
planear la misión “rescatar a maknae”, y no, no se refería a su hermanito
Hengwook ya que en brazos de madre no peligra, la persona que le preocupa es
Jaemin, es el único hijo de su familia, casi no juega con niños de su salón
porque dice que solo le necesita a él. Entonces, Jae espera para que se
escabulla entre las jardineras e ingrese a la escuela parvulario que comparte
terreno con el colegio de primaria y reunirse.
Padre no lo sabe,
pero él escapa varias veces para ver a su mejor amigo. Sus amigos le ayudan
para que nadie note su ausencia en las clases… normalmente deja receso, deportes
y con algo de suerte, arte. Paga regalando algunos de los muchos juguetes que
le compran cada vez que saca un sobresaliente en las pruebas y después
argumenta haberlos perdido.
Ésta vez, era una
misión muy importante y arriesgada porque era madre quien lo recogería después
de las clases, cuando suele ser su nana le perdona que escape o le permite
demorar con Jaemin porque ella si entiende la importancia de un mejor amigo.
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8:30am
El chofer estacionó
el vehículo para que madre los despidiera. Él solo quiere bajar para organizar
a sus amigos de clase. Hyerin asiste al mismo colegio que Jae, pero como le
tiene miedo a padre, seguramente hará lo que le ordenaron, su hermana nunca fue
una opción para ser mensajera. Además no quería meterla en una situación
peligrosa.
Salió disparado hacia
su aula para hablar con los chicos y éstos le ayudaran con su plan. Tenía que
buscar a maknae para conversar.
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10:30am
Sus amigos finalmente
le dijeron que era el momento exacto para que se fuera, todos irían a los
vestuarios para mudarse de ropa y asistir a las clases de deportes. El señor Park
nunca se daría cuenta porque ya habían planeado una gran travesura para
distraerlo, después venía el primer receso así que tendría tiempo para volver. Cuando
el grupo se dirigió al área, él desvió su camino a otro pasillo, buscar la
salida de emergencia que es un corredor donde los se quinto y sexto se esconden
para faltar a clase, pelear o besuquearse.
Alcanzó la salida del
edificio de aulas y con mucho cuidado se desplazó por los jardines, necesitaba
llegar a la barda que separaba los jardines traseros. Escalaría un árbol de
cerezo para poder pasar al territorio anhelado. Esperó en unos arbustos a que
unos profesores terminaran de fumar dizque en secreto, antes de continuar con
la misión.
Su mala suerte
comenzó al notar que el viejo cerezo había sido arreglado por el jardinero y
eliminaron una rama que le servía de soporte. Ese detalle le retrasó mientras
hallaba una solución. Cayó al suelo un par de ocasiones luchando contra la
gravedad que le negaba el impulso necesario sirviéndole a sujetarse de una rama
alta, la misma que solía escalar antes de finalmente tocar la barda, saltar
tocando suelo el suelo de parvulario.
El pantalón de su
uniforme se rasgó en la altura de su rodilla derecha, sentía un ligero ardor
suponiendo que se habría herido. No era llorón, tenía nueve años, los
suficientes como para sentirse todo un hombre.
Se arrastró por los
arbustos librando la seguridad del complejo. Algunas maestras tenían
actividades al aire libre, al parecer, por lo que estaban constantemente
vigilado. Los niños de preescolar son más aventureros que nadie más, excepto
Hyerin que es una miedosa y llorona.
Su corazón latía
aceleradamente, había escapado de clases, había ingresado como un espía al
territorio “enemigo”, el tiempo comenzaba a ser limitado y aún faltaba por
localizar al camarada “capturado”.
Tantas veces
recorriendo como un ladrón de joyas, había aprendido ciertas rutinas y
pasadizos de la escuela, buscó la insignia del grupo “I” al que pertenecía su
mejor amigo, pero el salón estaba vacío.
¿Dónde encontrar a
Lee Jaemin? Debía recordar el itinerario escolar del menor. Igual que al
recitar los elementos químicos de la tabla periódica, soltó a voz baja las
asignaturas de acuerdo al día y hora. Recordó que tenía Lectura.
Llevaban a los
alumnos a la biblioteca donde intentaban practicar con ayuda de las maestras.
Caminó a ese nuevo destino siendo más cuidadoso que antes.
No necesitó echar un
vistazo por la gran ventana, la dulce voz un tanto titubeante de Jaemin le
sirvió para confirmar que no había errado en su destino. Se ocultó en un rincón
a esperar que la clase terminara.
¡Su mejor amigo
estaba comenzando a leer! Qué orgullo sentía. Tan pequeño pero muy inteligente.
Escuchó las palabras cada vez menos temerosas, leía su cuento favorito “La
familia especial de Danna”. Había hecho que se lo leyera varias veces, decía
que ese libro se le hacía muy bonito porque Danna tenía dos papás que la
querían mucho, su gato blanco, y su mejor amiga Sarah, que le gustaba mucho
bailar… solía decir que se parecía a Sarah porque a él también le gustaba
bailar… sí, pero lo que no sabía Jae era que padre le pedía que tomara esas
clases porque él es un gran bailarín y su hijo debe serlo también.
Sonrió en su incomodo
escondite, porque Jaemin estaba creciendo rápido, ya no era necesario tantos
cuidados pero, por una extraña razón sentía un poco de miedo… iría a la
primaria, conocería muchos niños, tendría otros amigos… se olvidaría de él
porque sería un niño grande para jugar. Estaba acostumbrado a cuidar de Jae,
sus padres le advertían que aunque fuese un niño al ser pequeño era fácil que
se lastimara, pero puede presumir que nunca se lastimó a su lado. Siempre fue
un chico responsable, ¿Por qué querían alejarlo de él?
Casi grita de alegría
junto a los demás niños cuando la campana sonó anunciando el inicio del receso.
Se asomó receloso de su alrededor, vio salir a muchos, menos a su camarada.
--¿No vas a comer, Jaeminnie?
Una maestra habló a
voz alta dirigiéndose a su amigo.
--No tengo hambre.
--Jaeminnie, son dos días que dices eso, ¿Te duele
algo?
--No, maestra.
--Ve a los comedores, entonces. Le puedo decir a la
cocinera que te prepare algo especial ¿Qué dices?
--Quiero leer un poco más.
--Jaemin…
--Luego iré a comer.
--No, tienes que ir, ahora… le tendré que decir a tus
padres. Y...
--¡Profesora!
-Otra maestra apareció.-- ¡Sanghyun está
sangrando de la nariz otra vez y dice que le duele!
Salieron apresuradas
dejando el camino despejado. Abandonó el escondite e ingresó al aula, a primera
vista no parecía haber alguien, pero no se detuvo, revisó la estancia, y vio un
hueco creado por dos libreros colocados en diagonal junto a una esquina de la
pared del fondo. Jaemin estaba sentando en el suelo con la mirada escondida
entre sus piernas, abrazaba el cuento favorito.
--Iré a comer, maestra… quiero leer un poco más. -Escuchó susurrar comprendiendo que el menor le había
confundo al escuchar sus pasos.
--¿Por qué estás triste Jae…? -Se arrodilló para quedar frente a él.
--¡¿H-Hyung?!
Levantó la carita,
los ojos estaban llorosos aunque no se veía que había derramado lágrimas, tenía
miedo.
--Vine a platicar contigo.
--Hyung… -El
menor volvió a bajar la cabeza.- Perdón…
--¿Por qué dices eso?
--Yo no quería… no sabía que…
--Mírame y dime ¿Qué ocurre? -Sujetó la barbilla para que dejara de esconderse. La
reacción de maknae no era nada buena.
--Tu papá no quiere que sea tu amigo. Lo siento… le
hice enojar…
¡Entonces fue padre!
¡Padre es quien los quiere separar!
--Padre me ha dicho mentiras…
--Los papás no mienten.
--Pues yo no creo que Jaemin sea malo. -Dijo notando como los ojitos se le llenaban de
lágrimas.
--¿Soy malo?
--¡No! Jaemin es mi mejor amigo para toda la vida, y
eres la persona más buena que conozco. Te comes los vegetales, juegas con las
niñas aunque te aburras, no gritas y prestas tus juguetes. No lloras con las
inyecciones, y ya sabes leer. Además, me haces feliz, cuando estoy contigo
reímos mucho. ¿Por qué sería malo todo eso?
--Porque me gusta un cuento raro... -El ánimo le bajó al ver cómo las primeras lágrimas
rodaron por las mejillas.-- …Papá peleó con el tuyo. Se gritaron cosas feas...
creo que ya no son amigos.
--¿Un cuento raro? -¡¿Cómo rayos padre iba a pelear por un cuento?!
--Mi cuento favorito. -Levantó el libro que abrazaba.- Tu
papá dice que es un cuento muy malo, porque dos hombres no deberían cuidar de
una niña. Además...
No podía creer lo que
estaba escuchando, padre no podía ser tan cruel. Siempre había insistido en que
jugara con Jaemin y le hiciera compañía. Decía que quería a Jae como si fuera
su hijo…
--Yo… -¿Qué
palabras se decían para consolar a alguien tan bueno como su mejor amigo? ¿Cómo
podía disculpar a su padre?
--Hyung, ¿Qué es desviado?
Frunció el ceño
extrañado por la repentina pregunta.
--¿Desviado?
--Tu papá le dijo a los demás tíos y a mi papá, que soy
un desviado porque me gusta mi cuento favorito… entonces, gritaron…
Le vio temblar,
parecía haber tenido un muy mal recuerdo de eso. Se lamentó no haber estado
ahí.
--No sé qué es un desviado. -Mintió, si lo sabía. Anteriormente padre así había
llamado a dos personas que estaban en la calle tomados de la mano, dos hombres…
ahora que lo pensaba más, eran justamente como los papás del cuento de Danna.
Madre le había explicado que no repitiera esa palabra, porque era una grosería.
Padre insultó a su mejor amigo para toda la vida. ¡Padre lastimó a Jaemin!-- Y aunque lo supiera, no me importa. Jaemin
no es malo, ni tu cuento.
--Soy un niño desviado y eso me hace malo, no podemos
seguir siendo amigos. Lo siento, hyung.
-Continuó llorando.
--Prometimos ser los mejores amigos para toda la vida. -Recordó.-- Nos
dimos un beso y eso selló la promesa. Los hombres cumplen su palabra ¿No eres
un hombre?
--¡Soy malo! ¿No entiendes? -Parecía desesperado.-- Papá tiró mi libro porque dice que ese cuento es malo. Y también dice
que no debo hablarte porque tu papá se enojará más.
--¡Lo prometiste! -Gritó desesperado. Algo en su corazón dolía al ver llorar a su mejor
amigo, sentía culpa porque padre fue tan cruel y grosero. Sentía miedo de no
volver a ver a su dongsaeng.-- Seremos
los mejores amigos para toda la vida.
--¡No! -Lo empujó.--
¡Soy malo! ¡Papá cree que soy malo y por
eso tiró mi libro! ¡Tu papá me odia!
--No me importa lo que digan… tú eres el niño más bueno
que conozco. -Abrazó a Jaemin que se
entregó a sus brazos llorando sobre su hombro.-- Padre miente. No eres malo, no eres desviado… eres mi mejor amigo. Eres
mi persona preferida.
--Papá me va a dejar de querer…
--No es cierto. Los padres nunca dejan de querer a sus
hijos. El tuyo te ama y te amará.
El pequeño negó
enérgicamente entre sus brazos.
--Mamá me dijo…
-Comenzó a hipar.-- ...Mamá dijo que si
no cambiaba, papá me iba dejar de querer y me iba a odiar.
--Ella se equivoca. -Consoló, esas eran mentiras que dicen para asustar a los pequeños.
--Las mamás nunca se equivocan.
--Sí, lo hacen.
-Acarició los cabellos.-- Deja de pensar
en tonterías. Tú eres un niño normal como todos. Eres muy bueno y tus padres
siempre te van a querer.
--Mamá dice que papá me va abandonar y llevará a otro
niño a casa. ¡No quiero! ¡¿Quién me va a querer si me odian?!
--¡Yo te voy a querer más! -Respondió desesperado ya que no sabía qué más hacer
para que Jae dejara de llorar. ¿Por qué pensaba así? ¿Por qué le habían dicho
todas esas cosas malas?.-- Te voy a
querer tanto que no necesitarás que otros te quieran. Te haré feliz.
--Tengo miedo, hyung…
--Yo te voy a cuidar, no tengas miedo.
--Mamá dice que mejor no hubiera nacido nunca.
Sus ojos se abrieron
sorprendidos por aquellas palabras. Su mente no podía procesar aquella
información, ¿Cómo una madre puede decir eso a un niño pequeño? ¿Qué rayos
pasaba? No entendía el mundo de los adultos.
--Si no hubieras nacido. Nunca hubiera conocido a
Jaemin y no tendría un mejor amigo para toda la vida.
--Si estuviera muerto, papá no sufriría… eso dijo ella.
--Tonterías…
--Hyung…
--No quiero perder a mi mejor amigo… -Lo aferró a su pecho. Tan cálido, tan pequeño aún. Estaba
aterrado de pensar que no volvería a ver a… su corazón se retorció de dolor
como cuando bisabuelito murió. Dolía y quería llorar, gritar.-- No quiero dejar de ser hyung de Jaemin.
--¿Y si papá me deja de querer y también me odia?
--Eso no va a pasar… te lo he dicho.
--Mamá dice que si no dejo de ser raro tampoco me va a
querer nunca más.
--Yo te voy a querer mucho más.
--¿Aunque sea malo?
--Seas como seas. Y tu padre también te va a querer.
--¿Lo prometes?
--Lo prometo.
Era normal que una
promesa entre ellos fuera sellada… con un beso. Justo como en esos momentos que
intentando hacerlo dejar de llorar le dio un beso casto.
Los labios
temblorosos estaban salados debido a las lágrimas pero continuaron siendo los
labios más suaves que haya besado. Su corazón latió muy fuerte, como cuando
corre un maratón. Dolía el golpeteo acelerado, esto ocurría cada vez que
sellaban una promesa con ese gesto peculiar.
--¡Oh, por Dios! ¡¿Qué estás haciendo?!
Para su mala suerte,
la maestra había regresado y los encontró en ese estado. Sintió como una mano
furiosa le tomó del brazo para despegarlo de Jaemin.
La misma mano se
estampó en su mejilla, produciendo un dolor ardiente en su rostro. Apretó el
agarre en su brazo sintiendo cómo las uñas se encajaban en su piel.
--¡¿Cómo te atreves a lastimar a un niño tan pequeño?!
¡Eres un enfermo! ¡¿Qué pretendías, ah?! -Volvió a golpearlo.-- ¡Eres de
la primaria! ¡¿Cómo entraste, pervertido?!
--¡No! ¡Maestra!
-Jaemin intentó detener a la mujer empujándola.-- ¡No le pegue! ¡Él es mi amigo! ¡Ya no lo lastime!
--No te preocupes, Jaemin. -Ignoró a maknae.-- No te volverá a hacer daño.
Otra maestra que
llegó atraída por los gritos intentó entender lo corrido sin embargo, obedeció
al serle ordenado que llevara a Jaemin a atención psicológica, vio a su pequeño
amigo llorar y patalear mientras luchaba por liberarse. En su caso, creyó que
lo mejor era estar quieto, no hizo nada, dejándose conducir a la oficina de la
directora.
Fue interrogado
cientos de veces, ¿Cuál era su nombre? ¿Qué grado era? ¿Cómo había escapado?
¿Por qué lastimaba a Jaemin? Y más cosas que no supo qué contestar sin que la
maestra histérica le propinara un golpe.
Llamaron a la
directiva de primaria para una inspección a los alumnos de grados medios y
superiores en el nivel, fue cuestión de tiempo para que descubrieran su
identidad.
El director de su
escuela acudió a las oficinas, al verle discutió con las maestras por el
maltrato físico alegando quién era su padre. Ellas respondieron diciendo que
había lastimado al hijo de otro famoso… todo el mundo parecía girar en quién es
tu padre y eso determina cuán importante eres.
Su mente era un caos,
aun recordaba las palabras que Jaemin decía. Alguien le había dicho cosas muy
crueles, estaba tan triste como nunca antes. Sentía la desesperada necesidad de
buscarlo para abrazarlo hasta que dejara de llorar. Los adultos eran seres muy
malos, ordenaban pero explicaban muy poco.
--Hemos llamado a tu madre.
Esas fueron las
palabras más aterradoras de su vida. Levantó la mirada hacia los directores,
estaba aterrado.
--No…
--Eres un chico muy bueno, Dong Youngkyu… ¿Por qué
hiciste eso?
Madre… madre sabría y
le diría a padre que desobedeció.
--¿Dónde aprendiste eso?
--No estaba haciendo nada malo.
--Estabas besando a un niño de parvulario y éste
lloraba. No parecía feliz.
--Es porque…
-Se detuvo a tiempo. No podía confiar en los adultos, ya no. Sus padres
mentían, decían cosas feas y solo ordenaban.
--¿Qué pasó…?
Decidió callar aunque
sabía que eso representaba cosas muy malas para él. Enfrentar la terrible ira
de padre. Bajó la mirada al suelo, resignado a sufrir la tortura por haber sido
capturado por el enemigo.
Los adultos hablaban
pero dejó de ponerles atención. Su mente navegaba como un barco atravesando una
furiosa tormenta, los pensamientos iban de Jaemin hacia Padre. La situación no
pintaba para nada agradable.
La secretaria de la
directora, entró anunciado algo que no temía.
--El señor Lee Seunghyun se encuentra esperando a ser
atendido. Y la señora Dong acaba de llegar.
Tío Seungri y madre
estaban en el mismo lugar. Su corazón latió muy fuerte advirtiendo que lo peor
estaba por comenzar.
--Que pasen ambos. -Los directivos que atendían el colegio privado estaban demasiado
tensos por tener que enfrentar a dos padres famosos, y había un terrible
escándalo que amenazaba con destrozar el prestigio.
Fuertes escalofríos
sacudieron su cuerpo, entendía que estaba metido en un problema gigantesco.
Pero ya había decidido entregarse a las garras del castigo. Seguramente Tío
Seungri lo golpearía, padre lo odiaría, madre no le defendería. Su final estaba
cerca.
Vio ingresar a esas
conocidas personas cuando la puerta les fue abierta. Ambos adultos al verlo ahí
fruncieron el ceño sin entender lo que ocurría, su presencia no parecía tener
lógica.
--¡Youngkyu!
-Madre avanzó con voz preocupada.-- ¿Qué
haces aquí? ¿Qué te ha ocurrido?
--Buenas tardes, señores. Lamentamos haberlos llamado
solicitando su presencia de manera urgente a la institución, sin embargo el
asunto a tratar es sumamente delicado. Por favor tomen asiento. -La directora del parvulario atrajo la atención de
ambos adultos que obedecieron lentamente si dejar de mirarle. La puerta fue
cerrada para brindar privacidad, para dejar todo en un secreto.
Su cuerpo comenzó a
temblar de miedo, nervios y ansiedad. A la vista ajena, su inocente beso era
considerado pervertido y sumamente malo. La valentía comenzó a abandonarle como
las aves que son asustadas por la llegada de alguien más a sus territorios. De
alguna manera sabía que habría una injusticia, nadie le preguntaría, sacarían
conclusiones y vendrían los castigos.
--¿Este niño es su hijo, señora Dong? -Dio inicio al calvario.
--Sí, Youngkyu, va en cuarto. Pero ¿Qué hace aquí? ¿Por
qué está lastimado?
Inocente, madre lucía
preocupada.
--Su hijo escapó durante la clase de deportes. Señora.
De alguna manera ingresó a la institución sin ser detectado. -Explicó la mujer elegante.-- Lo cual esto es grave… porque desobedeció las reglas, y se puso en un
peligro innecesario. Sin embargo, la razón por la cual se encuentra aquí, es
porque la profesora que lo descubrió, le sorprendió en un acto sumamente
inmoral… digno de merecer la expulsión definitiva de nuestros colegios.
Madre le miró con el
brillo expectante, avergonzado bajó la mirada.
--Hijo, tú siempre has sido un buen niño ¿Qué te ha
hecho actuar así?
Apretó los ojos, sus
manos eran puños.
--Señor, Lee… ¿Usted tiene un hijo en nuestra
institución, cierto? Lee Jaemin.
--Es mi hijo. ¿Qué tiene qué ver en este asunto? -La voz de tío era más ronca y seria que la de padre.
--Queremos que tome esto con calma. Porque realmente es
serio el asunto.
--Por favor sea más clara.
--La profesora del grupo había salido a atender una
emergencia en los comedores durante el receso, regresó a la biblioteca para
llevar a su pequeño a comer, sin embargo, al entrar escuchó un llanto profundo.
Fue cuando se apresuró y Dong Youngkyu fue sorprendido besando a su hijo
Jaemin, en la boca.
El sonido de una
silla cayendo al suelo estrepitosamente arrojó una oleada de escalofríos a su
cuerpo. Escuchó los pasos dirigiéndose hacia él. Automáticamente se contrajo,
sus piernas se subieron y sus brazos encerraron su cuerpo preparado para
recibir el primer golpe… no obstante, nada llegó, solo los gritos de madre.
--¡No, por favor, Seunghyun! ¡Es solo un niño! ¡Es mi
hijo!
--¡¿Tu “niño” tiene nueve años y abusó del mío?! ¡¿Cómo
se supone que reaccione?!
--¡Conoces a Youngkyu! ¡Lo conoces de hace años! ¡Él no
es así! ¡Todo tiene una explicación! ¡Mi hijo nunca le haría daño al tuyo! ¡Lo
sabes! Por favor…
--Señor, Lee… sé que es difícil pero tómelo con calma…
--¡¿Con calma?! ¡¿CÓMO DEMONIOS PUEDE PEDIRME ESO? NI
SIQUIERA SE PERCATARON QUE UN NIÑO DE NUEVE AÑOS HABÍA ESCAPADO DE LA ESCUELA Y
TAMPOCO IMPIDIERON QUE ATACARA A MI HIJO.
--¡Señor, por favor!
--ESTA MALDITA ESCUELA DE PRESTIGIO SOLO TIENE EL
NOMBRE. EL PERSONAL ES INCOMPETENTE. VERÁN A MI ABOGADO, ESTO SE IRÁ A LA
CORTE. Y TAMBIÉN DEMANDARÉ A ESE DESVIADO QUE TIENES POR HIJO. ESE MAL NACIDO.
--¡No! ¡Por favor, Seungri! ¡Es solo un niño!
Desviado… así lo
había llamado tío Seungri. Exactamente de la misma manera en que padre lo había
hecho con Jaemin.
--¡MI HIJO TIENE 5 AÑOS! ¡SOLO TIENE 5 AÑOS! ¡EL IMBÉCIL
DE TU MARIDO INSULTÓ A JAEMIN SIN SABER QUE TIENE A UN ENGENDRO DEL DEMONIO EN
SU CASA!
El sonido de una
bofetada detuvo los gritos.
--Sé lo que pasó. Y créeme que estoy de tu lado, pero
lo que no permitiré es que te expreses tan bajo de mi hijo. Conoces a mi
pequeño, muchas veces cuidó del tuyo… debe haber una explicación.
Las lágrimas
comenzaron a bajar por su rostro ¿Así se debió sentir Jaemin?
--¡¿DÓNDE ESTÁ MI HIJO?! EXIJO VERLO.
--Está siendo atendido por la psicóloga del colegio.
--DENME A MI HIJO, NOS LARGAMOS DE ESTA PORQUERÍA DE
ESCUELA.
--Pediremos que lo traigan. Pero por favor… intentemos
dialogar. -La directora levantó el
teléfono y ordenó que llevaran a su mejor amigo donde estaban.
--ME IMPORTA UNA MIERDA.
--Seunghyun, por favor, te lo pido… deja que Youngkyu
explique lo que ocurrió.
Las dulces manos de
madre acariciaron el cabello, revolviéndolo. Aquello logró hacerle llorar con
más ganas, se aferró a madre como normalmente lo haría Hyerin al tener miedo.
Él también lo tenía, todo era demasiado fuerte, no dejaba de pensar si esto fue
lo que presenció Jaemin ese día.
--Lo siento… lo siento…
--Mi niño… dime ¿Qué pasó? Tú no eres así.
Aunque decía que no
debía romper su voto de silencio, no pudo continuar, se sintió un vil cobarde.
--¿Es cierto que besabas a Jaemin y lo hiciste llorar?
--Era un beso de promesa, madre… -Fue desenrollando el secreto que tenía con dongsaeng.--
Jae siempre me pide hacerlo porque dice
que sus padres lo hacen cuando hacen un juramento importante.
--¡Eso es mentira!
--Déjalo hablar, Seunghyun… te lo pido. -Madre lo abrazó más fuerte.
--Digo la verdad… Jaemin no ha comido en la escuela. La
maestra decía que tenía que comer pero no quería. Yo me escapé porque quería
hablar con él… -Hipó un poco.-- Quiero entender ¿Por qué padre no quiere
que sea más su amigo? ¡¿Por qué padre me quiere separar de mi mejor amigo?! ¡No
quiero! Jae es un niño muy bueno. No es malo… ¿Por qué padre llamó lo Desviado?
¿Qué es esa mala palabra?
--Oh, Dios…
--…Jae estaba triste porque su padre tiró su libro favorito.
Me contó que padre lo llamó Desviado y eso lo hace un niño malo por eso no
podemos ser amigos, se disculpó conmigo. Comenzó a llorar porque tiene miedo
que su padre lo deje de querer, su madre le ha dicho que si no deja de ser un
niño raro lo van a odiar y lo cambiarán por otro hijo. Yo le estaba prometiendo
que eso no iba a pasar, que su familia no lo iba a dejar de querer, él no es
raro ni malo. Su cuento favorito tampoco lo es… me asusté porque luego me contó
que su madre le dijo que todo sería mejor si Jaemin no hubiera nacido nunca.
¿Por qué una mamá diría eso? Es muy cruel. Le prometí que nada malo le iba a
pasar, que lo iba a querer mucho y lo iba a cuidar. Que estoy feliz de que hubiera
nacido porque finalmente tuve un amigo de verdad. Por eso lo besé… ¿Eso me hace
un Desviado?
Miró a madre que
estaba llorando en silencio, enfrentó al padre de Minnie queriendo que él le
respondiera, pero el adulto parecía haber perdido la voz ya que su boca estaba
abierta pero no decía nada.
Los otros adultos
tampoco dijeron nada. El más profundo silencio quedó flotando en el ambiente,
Youngkyu tenía más miedo que antes porque la espera resultaba tortuosa.
Del otro lado de la
puerta se distinguió un leve golpeteo.
--Adelante.
El director
finalmente respondió. La puerta suavemente fue empujada. Una joven maestra
ingresaba sosteniendo de la mano a Jaemin. Entonces, Youngkyu sintió tanta pena
que el menor le viera lloroso por lo que talló rápidamente sus ojos para
eliminar los rastros de su debilidad, él tenía que ser fuerte por los dos.
Su pequeño amigo
lucía agotado, pero en cuando lo vio, quiso liberarse de la mano opresora lográndolo
en el segundo intento para correr hacia él. Buscó sus brazos y gracias a que
madre le había soltado pudo abrazar a Jae que como un gatito, se frotó contra
él contento de estar juntos.
--¡Hyung! ¡Hyung! -Lo llamó emocionado.-- Pensé
que te habías ido. ¿No te lastimaron? Le dije a la maestra que no me hiciste
llorar, no me lastimaste y ese beso no es malo, le expliqué muchas veces. No
entienden.
Solo pudo sonreír,
abrazando con fuerzas a Jaemin.
--Jaemin. -El
padre del más bajito los separó.
--¡Papá!
-Sonrió.-- ¿Por qué estás aquí?
--Nos vamos, campeón.
--Por favor papá, diles a los maestros que hyung no es
malo, él no me hizo llorar. Yo lloraba y hyung me abrazó…
--Youngkyu no te va a lastimar más porque no lo
volverás a ver. Estás a salvo.
--¡¿Qué?!
-Gritó.-- ¡Noo! ¡Él es bueno! ¡Hyung me
quiere mucho!
Las lágrimas
volvieron a rodar en las mejillas rojas de él.
--Él hizo algo muy malo. Te besó.
--¡TÚ BESAS A MAMÁ! Y ESO NO ES MALO. YO BESO A HYUNG
PARA QUE NO OLVIDE LAS PROMESAS. Besar es bueno.
--Solo un papá y una mamá pueden besarse, dos niños no.
Eso es malo.
--TAMBIÉN ME BESAS… ¿Por qué besar a hyung es malo? Yo
lo quiero y él a mí también. Somos mejores amigos.
--Jaemin, somos familia… él no es tu familia.
--¡Lo es! ¡Lo es! Porque tú ya no me quieres. Mamá me
dijo que van a dejarme y llevarán a otro niño con ustedes. ¡Tú ya no me quieres!
Comenzó a dar golpes
a su padre sin dejar de llorar.
--Eso no es cierto, son mentiras. -Intentaba calmarlo pero maknae luchaba por bajar de
los brazos de su padre.
--¡Soy malo! ¡Soy un desviado! Pero hyung me quiere, me
prometió que me va a querer mucho…
--Jaemin… hijo, no repitas la palabra… NO ERES ESO.
Debido a lo inquieto
que estaba, finalmente lo bajaron e intentó ir hacia él pero el fuerte agarre
en sus muñecas le impedía todo.
--¡Hyung! ¡Hyung! ¡Hyung!
Le llamaba con todas
sus fuerzas, le pedía su ayuda. Y sin siquiera pensarlo, caminó hacia él,
arriesgándose a que el adulto le lastimara.
--Lo siento, Jae… te metí en problemas por mi culpa. -Sonrió para hacer que detuviera los gritos.
Se inclinó a él,
limpió el rostro húmedo…
--Hyung…
--Te quiero mucho, pero creo que ya no podemos ser
mejores amigos para toda la vida.
--No… -Los
ojitos se llenaron de agua.-- No… no digas
eso… lo prometimos. Nos dimos un beso…
--Perdóname… no pude cuidarte.
Lo abrazó fuertemente
por unos instantes eternos. Su corazón latió fuerte otra vez pero producía un
dolor intenso.
--Hyung, yo te quiero…
--Cuídate mucho. Sé un buen niño. Yo nunca me voy a
olvidar de ti… fuiste el mejor amigo que pude tener. -Se alejó unos pasos.-- Adiós.
Dio media vuelta, y
cuando las lágrimas le traicionaron, corrió hacia la puerta que abrió sin
arrepentimientos y salió corriendo como su corazón pedía a gritos que lo
hiciera. Ignorando desobedecer las reglas, comportarse como un rebelde total,
fingir que no escuchó el grito a su espalda que le pedía volver, la orden de
los maestros de detenerse. En esos momentos solo podía ser consciente del
sufrimiento que estaba pasando aunque entendía cuan necesaria era la separación;
no más gritos ni discusiones, no más críticas. Jaemin ya no lloraría más, Madre
no estaría triste, Padre lo volvería a querer.
No se volvió en
ningún momento, no entendía nada. El mundo sin Jae sería horrible. Antes de
conocerlo, todo era clases, trabajo, cuidar de Hyerin… pero su ex mejor amigo
para toda la vida le llenaba el día con ocurrencias, preguntas curiosas,
jugaban a lo que fuera, compartían golosinas. Él no le pedía ganar nada, no le
importaba lo que dijeran de su familia, no le importaba que su promedio fuera
el segundo o tercer lugar de aprovechamiento.
A su lado el tiempo
siempre desaparecía como si no hubiera existido. Se había acostumbrado a que le
siguiera a donde fuera, a cuidarlo como si fuese su hermanito menor. Nunca
imaginó que dolería tanto decir adiós a alguien muy querido. Rompió su propia
promesa de ser mejores amigos para toda la vida.
Sus pulmones se agotaron
antes que su dolor, había salido de las instalaciones de la escuela. Las
piernas ardían producto del esfuerzo al que les obligó hacer.
Ya no vería más a
Jaemin… era mejor así. Eran demasiadas personas que se oponían. Sus padres, sus
maestros, todos…
--¡Youngkyu!
La voz del padre de
Jaemin le asustó, entonces se forzó a continuar. Seguramente le venía a
regañar, a golpear o a gritar aquella palabra que en realidad no sabía su
significado pero que daba por mala porque así la asociaban.
No puso atención en
la calle, su instinto de supervivencia le dictaba que debía huir, huir… así que
fue tarde cuando se percató del vehículo que se dirigía a gran velocidad.
Aunque midiera la distancia no podría librarse de lo que avecinaba. El sonido
del claxon anunciaba el impacto.
Un fuerte golpe, se
hizo un silencio sordo y todo fue oscuridad a su alrededor.
“¿Entonces somos mejores amigos?”
“Para toda la vida.”
“¿Lo prometes?”
“Lo prometo.”
.
.
.
Continuará.
NOTAS DE
AUTOR:
¡Hola,
nuevamente! Aquí les traigo el nuevo capítulo de HABLEMOS DE AMOR.
Este es el
punto al que quiero llegar… lo que ansiaba. El momento en que la vida de dos
niños queda entrelazada. A partir de este capítulo, las cosas irán más lentas.
Espero que sea
de su agrado!
Cuídanse
mucho!
Nos leemos
pronto.
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Muchas Gracias por visitarme, y Vuelve Pronto!!!
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